Título original: Der Vorleser
Autor: Bernhard Schlink
Editorial: Anagrama
Traducción: Joan Parra Contreras
Páginas: 215
Fecha publicación original: 1995
Fecha esta edición (limitada): 2013
Fecha esta edición (limitada): 2013
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: 10 euros Ilustración de cubierta: GGómez
Un adolescente conoce a una mujer madura con
la que inicia una relación amorosa. Antes de acostarse juntos, ella
siempre le pide que le lea fragmentos de Goethe, Schiller& hasta que
un día ella desaparece. Siete años después, el joven, que estudia
derecho, acude al juicio de cinco mujeres acusadas de crímenes nazis y
descubre que una de ellas es su antigua amante. Una deslumbrante novela
sobre el amor, la culpa, el horror y la piedad.
Después de una semana de vacaciones blogueras, que ya tocaba, vuelvo con El lector, una historia que conozco desde hace años porque vi la película que la adaptaba en el momento de su estreno (diez años han pasado ya). Me gustó mucho, y llevaba tiempo detrás de leer la novela. Se me ha presentado la oportunidad gracias al reto Serendipia, y las oportunidades hay que pillarlas al vuelo.
La narración, en primera persona, corre a cargo del protagonista de la novela. La historia comienza cuando Michael Berg, un adolescente de quince años, conoce por casualidad a Hanna, una mujer que le dobla la edad y con la que pronto comienza una relación secreta y a escondidas, viéndose casi siempre en el pequeño apartamento de ella. Siguen una pauta muy determinada (primero se bañan o duchan, luego tienen sexo y después Michael le lee a Hanna clásicos de la literatura, aunque el orden de estas tres cosas comienza a variar conforme avanza la relación) hasta que de repente un día Hanna, de la que apenas sabe nada, desaparece sin dejar rastro y sin despedirse. Años después, mientras Michael estudia Derecho, comienza un juicio contra varias mujeres acusadas de matar a cientos de prisioneras durante su época de guardianas de la SS en campos de concentración. Michael asiste a las vistas de ese juicio como parte de un seminario y, en la primera sesión, reconoce a Hanna entre las acusadas. Michael jamás superó el abandono de Hanna, y este juicio no solo le obliga a enfrentarse a un pasado que todavía no ha superado, sino que le ayuda a comprender a una mujer de la que se enamoró apasionadamente, que le marcó para siempre, pero a la que jamás llegó a conocer.
En realidad son tres los tiempos de narración que aparecen en la novela, y que corresponden a tres etapas en la vida del protagonista: cuando es adolescente y conoce a Hanna, cuando ya es un adulto universitario y la reencuentra en el juicio, y cuando ya es un hombre que ronda los cincuenta años y decide retomar el contacto con ella, y que es en realidad el narrador en modo retrospectivo de toda la trama. Así que por un lado tenemos a Michael, un adolescente de 15 años inexperto que vive su relación con Hanna con una pasión y una intensidad propias de su edad. Vive esos meses de un modo tan profundo que, cuando Hanna desaparece de su vida, es incapaz de volver a sentir lo mismo por otra mujer e incluso de volver a confiar y entregarse plena y emocionalmente a nadie. Vive, pero su alma se quedó en aquel pequeño apartamento para siempre. Cuando Hanna reaparece, y lo hace en las circunstancias en las que lo hace, comprende cosas que su inexperiencia e ingenuidad vitales le impidieron sospechar en su momento, aunque las evidencias estaban ahí, con luces de neón. El lector las intuye desde el principio; Michael simplemente es demasiado joven y está demasiado cegado por su despertar sexual como para reparar en ellas.
Sí quiero puntualizar una cosa sobre esta novela. El lector forma parte de los programas de estudios alemanes casi desde su publicación, así que resulta evidente que hoy por hoy se toma como base para estudiar la Alemania de la posguerra y adentrarse en cómo se enfrentaron a aquellos años tanto la generación que vivió la guerra (y consintió todo lo que ocurrió en ella, ya fuese de forma activa o pasiva) como la siguiente generación, la de sus hijos, que bregan con la noción de que sus padres, sus abuelos, sus familares adultos, supieran lo que estaba pasando y mirasen hacia otro lado. Tal y como digo, el componente de la Segunda Guerra Mundial es evidente e inevitable... pero no es un libro sobre la Segunda Guerra Mundial. Es la historia de Michael, la historia de Hanna, la de ambos juntos y la de ambos por separado, sobre todo la de Michael post-huracán Hanna, un huracán del que jamás se recupera, y la de Hanna y sus malas decisiones provocadas por el orgullo mal entendido y la vergüenza mal gestionada. En esencia es una historia de amor diferente y triste, y no solo de amor entre dos personas, sino hacia los libros... un testimonio sobre el perdón y la indulgencia, y, en definitiva, una lectura muy, muy recomendable de la que he intentado no decir nada más de lo conveniente, aunque quien haya visto la peli ya sabe por dónde van los tiros.
Y es que os iba a hacer una reseña combo, pero después de leer el libro la considero innecesaria porque la adaptación de 2008 es de esas que siguen casi al pie de la letra la novela original, así que poco os podría comentar que no haya dicho sobre el libro en sí mismo. De todos modos no puedo dejar pasar que el trío protagonista está fantástico (el Oscar a Kate Winslet fue más que merecido), y que la película en sí, dirigida por Stephen Daldry, es una buenísima adaptación de la novela. Dejando a un lado el hecho de que la novela está narrada en primera persona y que eso es imposible trasladarlo a la pantalla, el 85% del libro está ahí (aunque tras leerlo admito que echo en falta algunas escenas que en la película no aparecen y que son muy importantes en la historia). Veréis por las fotos que la tengo original, y la verdad es que ocupa mi estantería desde hace años; es una muy buena película :)
La narración, en primera persona, corre a cargo del protagonista de la novela. La historia comienza cuando Michael Berg, un adolescente de quince años, conoce por casualidad a Hanna, una mujer que le dobla la edad y con la que pronto comienza una relación secreta y a escondidas, viéndose casi siempre en el pequeño apartamento de ella. Siguen una pauta muy determinada (primero se bañan o duchan, luego tienen sexo y después Michael le lee a Hanna clásicos de la literatura, aunque el orden de estas tres cosas comienza a variar conforme avanza la relación) hasta que de repente un día Hanna, de la que apenas sabe nada, desaparece sin dejar rastro y sin despedirse. Años después, mientras Michael estudia Derecho, comienza un juicio contra varias mujeres acusadas de matar a cientos de prisioneras durante su época de guardianas de la SS en campos de concentración. Michael asiste a las vistas de ese juicio como parte de un seminario y, en la primera sesión, reconoce a Hanna entre las acusadas. Michael jamás superó el abandono de Hanna, y este juicio no solo le obliga a enfrentarse a un pasado que todavía no ha superado, sino que le ayuda a comprender a una mujer de la que se enamoró apasionadamente, que le marcó para siempre, pero a la que jamás llegó a conocer.
En realidad son tres los tiempos de narración que aparecen en la novela, y que corresponden a tres etapas en la vida del protagonista: cuando es adolescente y conoce a Hanna, cuando ya es un adulto universitario y la reencuentra en el juicio, y cuando ya es un hombre que ronda los cincuenta años y decide retomar el contacto con ella, y que es en realidad el narrador en modo retrospectivo de toda la trama. Así que por un lado tenemos a Michael, un adolescente de 15 años inexperto que vive su relación con Hanna con una pasión y una intensidad propias de su edad. Vive esos meses de un modo tan profundo que, cuando Hanna desaparece de su vida, es incapaz de volver a sentir lo mismo por otra mujer e incluso de volver a confiar y entregarse plena y emocionalmente a nadie. Vive, pero su alma se quedó en aquel pequeño apartamento para siempre. Cuando Hanna reaparece, y lo hace en las circunstancias en las que lo hace, comprende cosas que su inexperiencia e ingenuidad vitales le impidieron sospechar en su momento, aunque las evidencias estaban ahí, con luces de neón. El lector las intuye desde el principio; Michael simplemente es demasiado joven y está demasiado cegado por su despertar sexual como para reparar en ellas.
¿Por qué lo que fue hermoso, cuando miramos atrás, se nos vuelve quebradizo al saber que ocultaba verdades amargas? ¿Por qué se oscurece el recuerdo de unos años felices de matrimonio cuando nos enteramos de que el otro tuvo un amante durante todo ese tiempo? ¿Acaso porque en semejante situación no se puede ser feliz? Y, sin embargo, ¡éramos felices! A veces un final doloroso hace que el recuerdo traicione la felicidad pasada. A lo mejor es que la única felicidad verdadera es la que dura siempre. Porque solo puede tener un final doloroso lo que ya era doloroso de por sí, aunque no fuéramos conscientes de ello, aunque lo ignorásemos. Pero un dolor inconsciente e ignorado, ¿es dolor?Por otro lado está Hanna, a la que realmente no llegamos a perfilar hasta su reaparición en la vida de Michael. Sí, antes está ahí, pero solo es una mujer de treinta y seis años que mantiene una relación con un adolescente de quince, que le pone como condición la lectura en voz alta de clásicos para tener sexo con él, y que llora, sufre, se emociona y vive la literatura con una sensibilidad tan intensa y pura que parece estar solo al alcance de unos pocos privilegiados. La Hanna que conocemos muchos años después se desvela como una mujer que ha vivido toda su vida avergonzada, y cuya vergüenza, ese orgullo por ocultar a ojos del mundo sus carencias, la ha llevado a la fatal situación en la que se encuentra. Hanna es una mujer muy, muy compleja a la que el autor no nos deja conocer del todo; solo captamos destellos, detalles, pinceladas recogidas aquí y allá por la visión de Michael, pero suficientes para hacer que el lector vislumbre los grises en situaciones que a primera vista pueden parecer de blancos y negros, y busque en su interior un perdón o una compasión que a priori le parecerían impensables.
Sí quiero puntualizar una cosa sobre esta novela. El lector forma parte de los programas de estudios alemanes casi desde su publicación, así que resulta evidente que hoy por hoy se toma como base para estudiar la Alemania de la posguerra y adentrarse en cómo se enfrentaron a aquellos años tanto la generación que vivió la guerra (y consintió todo lo que ocurrió en ella, ya fuese de forma activa o pasiva) como la siguiente generación, la de sus hijos, que bregan con la noción de que sus padres, sus abuelos, sus familares adultos, supieran lo que estaba pasando y mirasen hacia otro lado. Tal y como digo, el componente de la Segunda Guerra Mundial es evidente e inevitable... pero no es un libro sobre la Segunda Guerra Mundial. Es la historia de Michael, la historia de Hanna, la de ambos juntos y la de ambos por separado, sobre todo la de Michael post-huracán Hanna, un huracán del que jamás se recupera, y la de Hanna y sus malas decisiones provocadas por el orgullo mal entendido y la vergüenza mal gestionada. En esencia es una historia de amor diferente y triste, y no solo de amor entre dos personas, sino hacia los libros... un testimonio sobre el perdón y la indulgencia, y, en definitiva, una lectura muy, muy recomendable de la que he intentado no decir nada más de lo conveniente, aunque quien haya visto la peli ya sabe por dónde van los tiros.
Y es que os iba a hacer una reseña combo, pero después de leer el libro la considero innecesaria porque la adaptación de 2008 es de esas que siguen casi al pie de la letra la novela original, así que poco os podría comentar que no haya dicho sobre el libro en sí mismo. De todos modos no puedo dejar pasar que el trío protagonista está fantástico (el Oscar a Kate Winslet fue más que merecido), y que la película en sí, dirigida por Stephen Daldry, es una buenísima adaptación de la novela. Dejando a un lado el hecho de que la novela está narrada en primera persona y que eso es imposible trasladarlo a la pantalla, el 85% del libro está ahí (aunque tras leerlo admito que echo en falta algunas escenas que en la película no aparecen y que son muy importantes en la historia). Veréis por las fotos que la tengo original, y la verdad es que ocupa mi estantería desde hace años; es una muy buena película :)
Estupenda novela y no menos estupenda adaptación cinematográfica. Un canto a la lectura, al poder de las palabras, a la belleza. Recomendables ambas.
ResponderEliminar¡Hola preciosa! ¡De nuevo en casa, me siento como en mi hogar! qué ganas tenía de reencontrarme con vosotras y con este pedazo de novela; la leí hace tiempo pero es que todavía la tengo vivida, hay pasajes que prácticamente ecuerdo enteros de lo mucho que me gustó, qué gran novela 😍 y cuánto me alegro de no tener que empezar septiembre anotando lecturas nuevas...
ResponderEliminarBesitos carinyet 💋💋💋
Me fascinó. Primero vi la película en el cine y al día siguiente compré la novela y me dejó sin palabras. De hecho fue un libro que regalé muchas veces. La historia es genial y cómo la cuenta el autor también. He leído otra novela suya hace poco y me gustó mucho también. Excelente reseña para la vuelta tras las vacaciones.
ResponderEliminarBesos
¡Hola!
ResponderEliminarNo conocía ni la novela ni la película, me encanta que siempre me descubráis libros nuevos. Me lo llevo anotado sin dudar un segundo.
Un beso
A mi me encantó... Si es verdad que no es una historia que versa propiamente sobre la IIGM, sí que se indaga bastante en por qué los trabajafiores de la SS actuaron como lo hicieron... Y es ahí dónde se abre el debate...
ResponderEliminarUn libro con toques reflexivos y morales... Muy recomendable !!
A mí me encantó la película, pero el libro no lo he leído. Me alegra saber que la adaptación es tan buena. Si cae en mis manos lo leeré, así como otros del mismo autor, al que no conocía.
ResponderEliminarUn saludo.
La pelipelí sí la he visto y me gustó mucho,el libro no sé,con tanta novedad que viene no me voy a animar.
ResponderEliminarYo sigo de vacaciones, mañana me voy de viaje así es que aunque dejo reseñas programadas aún estoy off.
Besos
EStuve super tentada de cogerla el otro día en la librería pero estaba un poco tocado el libro, y chica, puestos a comprar, pues quiero que esté en perfectísimas condiciones. Y no me animé.
ResponderEliminarLo sigo teniendo en cuenta para compras próximas.
Besos.
Pues yo no la conocía y me la llevo anotada. Esta historia creo que es de las mías 100%. No sé si llegaré antes al libro o a la película que la veo más rapidita y si ahí está el 85% me doy por más que satisfecha.
ResponderEliminarBesos
¡Hola!
ResponderEliminarNo conocía este libro, aunque sí que me sonaba ligeramente. La verdad es que tu reseña ha captado mi atención y me ha parecido una trama muy interesante, además de que he echado un vistazo al libro en GoodReads y he visto que mucha gente comenta que la manera de enfocarlo y la narrativa son maravillosos.
¡Nos leemos!
Lua.
Hola guapa, la verdad es que ultimamente rehuyo las novelas de la Segunda Guerra Mundial, me saturan, esta la podría tener en cuenta... lo pensaré. :)
ResponderEliminarUn besazo
La leí cuando salió la película (aunque la película no llegué a verla) y me gustó mucho
ResponderEliminarBesos
Recuerdo haber visto la película pero no recuerdo mucho, así que me has dejado con unas ganas locas de leer el libro. Anotadísimo, sé que lo disfrutaría seguro porque el tema me encanta.
ResponderEliminarBesitos
Me gustaron mucho tanto el libro como la pelicula. Merecen la pena. Besinos
ResponderEliminarMe encantó la película. Magnífica. Y, como en tu reseña dices que es una muy buena adaptación de la novela, pues me quedo con este agradable recuerdo cinematográfico. Besos.
ResponderEliminarMe gustó mucho la peli, los actores están geniales y la ambientación muy lograda. Una historia original con cierto regusto agridulce por el final.
ResponderEliminarUn beso ;)
Hum, me parece interesante, pero por lo que cuentas es más de personajes que de tramas. Así que aunque el argumento me llama la atención, creo que no me convencería
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