lunes, 10 de septiembre de 2018

RESEÑA (by MH) ::: TODOS LOS VERANOS DEL MUNDO - Mónica Gutiérrez






Título original: Todos los veranos del mundo
Autora: Mónica Gutiérrez 
Editorial: Roca
Páginas: 205
Fecha de publicación: julio 2018
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 17,90 euros 
Diseño de cubierta: @Sophie Guët

 
Helena, decidida a casarse en Serralles, el pueblo de todos sus veranos de infancia, regresa a la casa de sus padres para preparar la boda y reencontrarse con sus hermanos y sobrinos. Un lugar sin sorpresas, hasta que Helena tropieza con Marc, un buen amigo al que había perdido de vista durante muchos años, y la vida en el pueblo deja de ser tranquila.

Quizás sea el momento de refugiarse en la nueva librería con un té y galletas, o acostumbrarse a los excéntricos alumnos de su madre y a las terribles ausencias. Quizá sea tiempo de respuestas, de cambios y vendimia. Tiempo de dejar atrás todo lastre y aprender al fin a salir volando.

Esta reseña sale un poco a traición, porque le dije a su autora que no se enteraría de cuándo hubiese leído su novela, mucho menos de lo que me había parecido, hasta que una mañana se encontrase la reseña en Netherfield sin nocturnidad pero con mucha alevosía. Y he mantenido mi palabra. Pero hoy sí, hoy es el día. Vengo a reseñar Todos los veranos del mundo, de Mónica Gutiérrez, y creo que pocos autores (salvo Jane Austen, patrona del lugar, que tiene nada menos que nueve), pueden presumir de tener hasta cinco reseñas en esta santa casa. Sé que no es su escritora favorita para compartir podio, pero podría ser peor xD. De todos modos estoy en pleno proceso de darle un empujón a su querida Barbara Pym y pronto le hará grata compañía en el olimpo :)

Bueno, al grano, que yo aquí he venido a hablar de Helena. Y de Serralles. De las luces del jardín. De Eduardo Mendoza. De la Comarca librera. De vikingos. De chocolates acogedores a medianoche. De uvas, vino, moños que encorsetan y melenas al viento que liberan. De ojos grises y escritores encantadores rendidos al Romanticismo. De aprendices a cocinero y de aspirantes a ser felices. De vestidos de novia que nadie quiere lucir y flores que cambian de precio según quien las vaya a adquirir. De ausencias que duelen y tés con bollitos de canela a las cinco en compañía de ingleses excéntricos. De hermanos que se adoran y madres que también aman aunque no sepan demostrarlo. De floristerías con nombres en rohírrico que alegran el corazón de una rohirrim como la que escribe. ¡Y de Loki! ¡Team Loki! De ese mundo, en definitiva, que tan bien se le da crear a Mónica: mundos donde las cosas malas y feas son menos malas y feas si se busca la felicidad en los pequeños detalles, si se tiene un libro en la cabeza para cada situación, si se mira lo que se tiene alrededor con los ojos del alma en vez de los de la cabeza, si se hurga en el interior de uno mismo y se sabe comprender lo que ahí se esconde... y se actúa en consecuencia

Porque ahí está la clave de todo, eso es lo que altera ese pequeño universo que somos cada individuo: en no tener miedo a los cambios, en ser capaces de dar ese paso hacia delante que nos libere de corsés que nadie más que nosotros nos hemos atado con fuerza y andar nuevos caminos con la ropa del alma más holgada y sin apretones. Y Mónica es la maga literaria que todo lo puede: sus protagonistas empiezan con una piedra enorme encadenada al tobillo que las mantiene aferradas a un mundo que no les deja ser ellas mismas, y poco a poco aprenden a mirar alrededor con unos ojos despiertos que hasta entonces habían sido miopes y que les muestran dónde se esconde la llave llave para abrir esas cadenas y dejarlas caer... y te lo cuenta de una manera tan tranquila, elegante, chispeante y reposada que te deja en ko técnico durante un buen rato después de cerrar el libro, con la sonrisa en la boca y la intención de mirar y recorrer el mundo del mismo modo, a ver si cae la breva y te pasan unas cuantas de las cosas que acabas de leer :)

Y es que Helena, la protagonista de Todos los veranos del mundo, vive en su castillo-madriguera, ese que se ha construido para que nada le haga daño y poder vivir una existencia lo más anodina y sin sobresaltos posible. Para ello, como príncipe de la fortaleza se ha buscado a un caballero más anodino todavía a juego con la situación, con el que se percibe desde el principio que está por estar, por comodidad, por costumbre y porque ponerse a buscar otro caballero andante implica una valentía y un cambio que no está dispuesta a asumir. Y se va a casar con él porque se lo ha pedido y es lo que toca, pero vamos, que ilusiones y fanfarrias, las mínimas. Y es que a ver, ¿en qué novela podría casarse Wendy con el juez Dredd, ser feliz y comer perdices? En una de terror, seguro. Y de las malas con final chungo. Se me ponen los pelillos como escarpias xD.

Así que aquí estamos, preparando sin muchas ganas una boda en Serralles, el pueblo donde Helena pasaba sus veranos infantiles y de la adolescencia junto a sus padres, sus hermanos... y Marc. Y este verano, el verano de su boda, duele por una ausencia enorme que pesa en el alma y la anega de añoranza, pero resplandece e ilusiona ante reencuentros que no se sabía cuánto se anhelaban hasta que se hacen realidad y trastornan mundos cuadriculados y esquemas inamovibles. Helena no sabe que, al poner en marcha el coche rumbo a Serralles, también se dirige hacia la mejor versión de ella misma, la que ha encerrado bajo llave y que clama por salir y tomar el mando.

No os voy a hablar de la parte romántica de la historia, nunca lo hago cuando reseño las novelas de Mónica, y por mucho que en esta novela tenga más espacio y más páginas, permanezco fiel a mi modus operandi (que además yo soy muy especialita y el que me ha hecho tilín es Xavier, el hermano de Helena xD). Y sé que esta novela está considerada la más romántica de la autora, la menos feelgood, y en cierto modo es verdad... pero yo leo los libros de esta autora a mi rollo, separando el romance presente en la historia de todo lo demás, porque lo que me fascina de sus libros son otras cosas. Y si despejamos un poco por aquí y por allá, entre las páginas de Todos los veranos del mundo siguen resplandeciendo todas las peculiaridades que a mí me pirran: las alusiones literarias tan específicas que tanto comparto, las excentricidades tan marca de la casa, los momentos de chocolate y las tazas de té, los buenos sentimientos, las librerías especiales con libreros singulares, los momentos del día a día que quedan en la memoria y los despertares a medianoche que se convierten en instantes mágicos en buena compañía.

Todos los veranos del mundo es una historia sencilla, de personas sencillas que buscan (y encuentran) su ventura en las pequeñas cosas y los gestos que a otros, los que no saben mirar, les pasan desarpercibidos. Sabes cómo va a acabar y es lo que menos importa: de lo que se trata es de andar el camino con los habitantes de la trama, ver cómo se hacen grandes conforme pasan las páginas, ver cómo van quitando piedras de la mochila que llevan a las espaldas y aprenden a caminar ligeras sin preocuparse por pisar sobre seguro en todo momento. Además, en esta ocasión la historia está narrada en primera persona, lo que nos acerca más todavía a lo que bulle en la cabeza de la protagonista.

Quien la haya leído antes ya lo sabe. Mónica transmite muy bien, escribe bonito, irradia bienestar y saber estar, y siempre consigue que adoptes a sus personajes, que los hagas tuyos, que te identifiques con ellos y les cojas de la mano en su andadura hacia la felicidad. A Mónica, básicamente, hay que leerla y conocer su literatura, la que lleva dentro, la que ya nos ha mostrado y la que está por venir. Y además hay que hacerle caso en aquellas cosas que son, como os diría yo... imprescindibles para una existencia digna: el té, siempre, ¡siempre!, se debe tomar sin azúcar y, a ser posible, con una nube de leche. ¡Insensatos del mundo que le echáis azúcar al té, aún estáis a tiempo de reconducir vuestras vidas y ver la luz! xD

Mónica Gutiérrez nació y vive en Barcelona. Es licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y en Historia por la Universitat de Barcelona (UB).

Apasionada lectora, escribe novela, relatos y poesía. En la actualidad compagina la escritura de ficción con la docencia y suele charlar de literatura con buenos amigos en su blog Serendipia.
 
Debutó en el mundo de la publicación con Cuéntame una noctalia, y las buenas críticas de Un hotel en ninguna parte, su segunda novela, han mantenido a la autora durante más de un año en la lista de los más vendidos de Amazon.

21 comentarios:

  1. De Monica solo he leido un relato, asi que está novela me parece una buena opportunidad para ponerme con ella. Besinos

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  2. Mónica siempre escribe novelas sencillas pero a las que logra imprimer mágica y buen rollo.

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  3. Te ha quedado una reseña muy feelgood, como la novela que nos traes. Me encantan los libros de Mónica y como ya sabéis este lo disfruté un montón. Mónica es altamente recomendable.
    Besos

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  4. De Mónica solo he leído sus dos primeras novelas y la verdad es que es un gustazo esa sensación con la que terminas la lectura.
    Besos.

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  5. Tengo que ponerme con la autora, porque veo que merece la pena su lectura. Un beso.

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  6. Tengo ganas de meterme con los libros de Mónica, de los que habláis maravillas. Creo que empezaré por este que tiene una pinta genial. Besos

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  7. Ole, que reseña más bonita! A Mónica se le va a caer la baba en cuanto te lea ;) Yo solo he leído dos de sus historias, pero reconozco en tus palabras ese estilo tan peculiar y personal que tiene. Esta me muero de ganas de descubrirla también, además tengo curiosidad por eso de que sea una historia más romántica.

    Besitos

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  8. ¡Hola! Ha sido mi última lectura finalizada y estoy bastante de acuerdo en todo. Sin ser una trama trepidante con grandes giros, me hizo sentir muy bien y ha sido perfecta para despedir el verano.
    Besos
    Marta

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  9. Ainssssss, que envidieja me dais 😅 ya tengo ganas de leerla, a ver si funciona un conjuro que estoy haciendo para detener el tiempo un ratejo porque si no no me da la vida 🤗

    Besitos 💋💋💋

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  10. Estoy de acuerdo contigo en casi todo. Lo que no me gusta es que se le llame juez Dredd cuando en realidad ella lo eligió y estaba a gusto en su momento, pues tan malo no sería aunque fuera un seta y no tuviera el encanto del otro personaje, me refiero a que ella tampoco es inocente del todo. Lo demás coincido hasta en el personaje favorito, es que es un caramelo. Y sobre todo en las sensaciones que provoca la lectura, es como si te consolara y te dijera, mira, que va a ir todo muy bien y de verdad te lo crees. Hay que leer a Mónica y rezar para que no pare de escribir.
    Besos

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  11. Gracias por leerme siempre a tu rollo XD Me encanta tu rollo y me encantan tus reseñas y me siento super orgullosa y honrada de tener nada menos que cinco reseñas en uno de mis blogs preferidos del mundo mundial. Gracias mil.
    Me ha gustado más tu reseña que mi novela, qué le vamos a hacer. Y es que pones tanto cariño y atención en los detalles (¡los detalles! ¿no reside ahí, en los detalles, toda la magia del mundo?) que me da toda la felicidad del mundo leerte. Ojalá no nos falte nunca el valor de Helena para soltarnos el moño y aceptar que nos hemos equivocado de camino.
    Y sí, bebedores de té insensatos, haced caso a mi querida MH porque todavía estáis a tiempo de retomar la buena senda del té negro con nube de leche, muahahahaha!!!
    Mil gracias, un placer leerte, como siempre. Muack!!

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  12. Preciosa reseña como seguramente lo será la novela. Viniendo de Mónica no puede tener otro destino que la simple, llana pero deliciosa preciosidad. Aún no la he leído, pero caerá. Vaya si caerá :-)

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  13. Ay que me parto contigo y con el final de tu reseña... Yo desde que me he hecho tetera (uy, qué raro suena parezco Mss. Potts, jeje...) tomo el té sin azucar ¡Bien entro en tu club! pero sin leche... jeje...
    Y ahora al grano. Me ha encantado tu reseña del libro de Mónica, me estaba imaginando a Mónica leyéndola y creo que si yo fuera ella no cabría en mi propio traje... Pero qué maravilla de reseña. Si no conociera a Mónica y cómo escribe la leería solo por lo maravillosa y magnificamente que la has reseñado... Pero es encima ¡¡sí que conozco las novelas de Mónica, y me encantan!! así que no sé que estoy haciendo que todavía no me he hecho con ella... Ahora mismo voy a buscarme un ejemplar.
    Un besazo

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  14. Ay, qué reseña más bonita y cuánto me he reído con esa miopía que van dejando los lectores atrás y el universo que crea Mónica. Si es que no has dejado títere con cabeza. Chiquilla, vales para todo y además eres graciosa. A Mónica le tengo en la mente, que se nos acumulan los títulos, pero sí, leerla es siempre un placer. Y oye, compartir podio con la Austen no está nada mal, ¿eh?
    Besos

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  15. ¡Hola!

    Se nota mucho que te ha gustado un montón este libro, a mí me suena haber leído alguna reseña pero hace tanto que ya no me acuerdo de lo que decía ni de lo que opinaba quien la escribió. No me llama demasiado la trama, además de que ya tengo muchos libros pendientes, pero me alegra que lo hayas disfrutado tanto. Por cierto, he oído que no es recomendable echarle leche al té porque arruina sus propiedades.

    ¡Nos leemos!
    Lua.

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  16. Yo me sorprendo de mí misma al ver como disfruto de las novelas de esta autora y esta no ha sido una excepción.
    Besos

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  17. Seguro que tiene que estar bien, aunque me sigue llamando más el anterior suyo de la librería. A ver si me estreno un día de estos y conozco alguna de sus historias.

    Un beso ;)

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  18. Terminé de leerla ayer por la noche. Me encantó. Es, como bien dices, la menos feelgood de sus novelas. Esos toques metaliterarios son exquisitos, y los guiños literarios que hace, le dan mucho juego a la novela. Besos.

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  19. ¿Qué puedo decir que no sepáis ya? Me encanta esta autora... y no sólo sus libros, también lo que recomienda... ya son dos novelas las que he comprado y leído a raíz de sus reseñas y sugerencias y puedo decir que han sido una verdadera delicia... ;)

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  20. MEnuda reseñaza... Desde luego el cariño y la empatía se reflejan en el cuidado de tus palabras a la hora de compartir tu opinión. Servidora ,que no es dada al feelgood, solo puedo decir que me ha gustado mucho el estilo de Mónica, y eso que el género no me atraía... Estupenda lectura.
    Besos.

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  21. Uf, ja veig que t'ha encantat però...és que no acaba de ser del meu estil, aquest tipus de novel·les no em criden l'atenció. Pero me alegro de que la hayas disfrutado.

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