lunes, 8 de mayo de 2023

RESEÑA (by MH) ::: EL SIGNO DEL MIEDO - Margery Allingham


 
Título original: Sweet Danger
Autora: Margery Allingham
Editorial: Impedimenta
Traducción: Guillermo López Gallego
Páginas: 288
Fecha publicación original: 1933
Fecha esta edición: octubre 2016
Encuadernación: rústica con sobrecubierta
Precio: 21,95 €
Imágenes de cubierta: Detalle cartel de transporte, Londres (P Shine, 1927)

Guffy Randall, un joven aristócrata inglés, no sale de su sorpresa cuando se encuentra con el Paladín Hereditario de Averna y parte de su corte en un hotel de la Costa Azul. Y es que ese flamante heredero no es otro que su viejo amigo Albert Campion, un caballero de alta cuna que se esconde tras un pseudónimo para poder ejercer de forma anónima su profesión de detective. Campion, acompañado de tres camaradas tan peculiares como él y de su fiel sirviente Magersfontein Lugg, un antiguo ladrón dado a los métodos expeditivos, se enfrenta esta vez a la misión de probar que el reino de Averna, un minúsculo y pintoresco principado situado a orillas del Adriático, pertenece a la Corona inglesa. Para ello se verá obligado a viajar a Pontisbright, una aldea en la que se topará con grandes misterios, adolescentes precoces que se visten con telas de cortinas y cadáveres por doquier. 
 
Una apasionante aventura para el aristocrático y excéntrico detective Albert Campion, uno de los más singulares héroes de la narrativa negra inglesa del XX, un personaje adorado por Agatha Christie, Iris Murdoch o A. S. Byatt. Una obra maestra del suspense y el humor.

No os voy a descubrir nada nuevo si os digo que me pirran las novelas de misterio/detectives clásicas y que intento leer todo lo que puedo (cuando puedo). Margery Allingham es una de pocas escritoras pertenecientes a la Golden Age británica que todavía no había caído en mis manos, así que he puesto remedio en estos primeros meses del año.
Impedimenta ha publicado dos novelas suyas por el momento protagonizadas por su detective, Albert Campion, pero no ha seguido el orden de publicación, siendo esta primera en castellano, El signo del miedo, realmente la quinta en la serie (aunque peor es la otra, que es la decimotercera o así... ¡el orden está sobrevalorado! xD). Os cuento si sé apañarme, porque el libro es muy sencillo de leer a partir de cierto momento pero la premisa que se explica en las páginas iniciales es un poco confusa.
 
Guffy Randall es un joven aristócrata británico algo elitista pero muy buena gente. Acaba de llegar al hotel Beauregard, en Menton, cuando el gerente le informa de que sospecha de ciertos individuos que se alojan en el hotel. Menuda sorpresa se lleva Randall cuando descubre que esos sospechosos son ni más ni menos que varios amigos suyos, entre los que se encuentra el misterioso Albert Campion... pero el caso es que están de incógnito. Resulta que Campion se hace llamar señor Brown, paladín hereditario de Averna, y el resto de acompañantes forman parte de su corte. Probablemente tengan que morir luchando por "su país", pero así son las cosas. ¿Qué rollo es este de Averna? Resumiendo mucho (creedme, es un lío) Averna es un reino fundado al buen tuntún en un valle por un tal Lamberto que, una vez abandonado su reino, no pudo volver a él y lo encomendó a la Corona inglesa. Llegó otro señor cientos de años después que legalizó un poco el reino y luego, pues eso, al olvido otra vez... hasta que pocos meses antes del momento en que tiene lugar la historia, un terremoto, con su movimiento de tierras y apertura hacia el mar, ha convertido Averna en un sitio muy codiciado (petróleo y esas cosas). Y aquí es cuando entra la cuestión de la propiedad y a quién pertenece realmente Averna. Y todo esto, de una manera que me niego a explicar aquí, lleva a nuestra panda hasta un pequeño pueblo de Suffolk donde una familia, probablemente los verdaderos herederos de todo este embrollo de Averna, vive en un molino turístico. Para ayudarlos tendrán que resolver tres acertijos y encontrar los objetos a los que aluden antes de que un delincuente ricachón carente de escrúpulos se les adelante en conseguirlos.

Mirad, os voy a ser muy sincera. No he entendido la necesidad de complicar tantísimo el planteamiento de esta historia. Lo que aquí os cuento es un resumen muy, muy conciso de todo el rollo patatero que ocupa páginas y páginas al comienzo del libro y que, sinceramente, anticipo que puede desanimar a mucha gente a la hora de seguir con la lectura. Y que no se me malinterprete, no estoy diciendo que el planteamiento tenga que ser facilón o sencillo, pero es que este en concreto me ha parecido hasta fuera de lugar para lo que luego ofrece la historia, porque llega un punto a mitad de libro que te dejas llevar por todas las aventuras del molino y sus habitantes (que es lo realmente interesante) y tienes que hacer un esfuerzo para recordar todo el galimatías de Averna y el porqué están haciendo todo eso. Vamos, que bajo mi modesto y simplón punto de vista, no era necesario complicar tanto las cosas al inicio, la historia hubiese evolucionado y avanzado exactamente igual.

Pero bueno, una vez dejamos a un lado lo confuso del planteamiento y nos desplazamos a la campiña y a ese molino regentado por la familia Fitton, empieza lo interesante y el libro se lee del tirón. De hecho, la familia Fitton tiene más carisma que toda la pandilla esta de amigos junta (o al menos la hermana mayor lo tiene, que no se le pone nada por delante y su personaje es probablemente el mejor del libro), y las idas y venidas en busca de pistas sumadas a los diálogos y el intercambio de ocurrencias, ironía y despistes varios tienen todo el sabor del misterio clásico británico. A todo esto hay que añadir que la historia atesora algo que no todos los libros de su estilo y de su época tienen: un villano en toda regla, de esos megapoderosos con mucho dinero y muchos medios a su alcance, con un montón de delincuentes y criminales a sueldo sin escrúpulos y, sobre todo, con una mente maléfica y criminal que no piensa detenerse hasta conseguir su objetivo. Campion tiene muchas piedras en este caso, pero el villano (del que no os doy el nombre ni más datos por no estropearos nada) es su archienemigo evidente, y como si de Moriarty y Sherlock se trataran, no falta el clímax final, trepidante y con bastante más acción de la que suele ser habitual en este tipo de historias, para dar buena muestra de ello.
 
Y hablando de nuestro detective, Albert Campion, es descrito constantemente como una persona de apariencia muy anodina, con una expresión en la cara que va de estúpida a boba (pasando por bobalicona y cualquier cosa que se os ocurra que signifique lo mismo). Claro está, sabemos que la inteligencia está en el interior y eso es lo que él demuestra. También descubrimos que es un detective de acción (nada de células grises sentado en el sofá), que tiene un humor un tanto particular y que no le importa disfrazarse de la manera más ridícula con tal de pasar desapercibido. Se enamoró en algún libro de esos anteriores a este que no hemos leído, pero la cosa quedó en nada (al parecer), y también en alguno (o algunos) de esos libros anteriores estará explicada la extraña procedencia de este personaje, porque en este poco sacamos en claro salvo numerosas alusiones veladas que no explican nada. Tirando de imaginación podemos deducir que es un aristócrata de muy (muy) alto rango (cuando Randall se lo encuentra al principio lo llama Alteza) que ha decidido meterse a detective y que oculta esa procedencia en sus andares por el mundo del crimen. Sus amigos, que obviamente son también de buena familia y se conocen desde hace tiempo, participan de esta conjura y tampoco sueltan prenda. En fin, si me preguntáis a mí, no sé qué opinaría del personaje si lo hubiese conocido desde sus inicios, pero en esta novela no he terminado de encariñarme con él hasta la fanfarria final, donde sí que ha conseguido convencerme. Pero esto es algo muy personal y tampoco tiene mayor relevancia.

Dejando esto a un lado, Allingham es de esas autoras que todos los que disfrutamos de los misterios clásicos debemos leer tarde o temprano. En honor a la verdad no puedo decir que me haya parecido un libro redondo, y hay una subtrama un poco rara hacia el final que surge sin más y que realmente no aporta nada ni viene mucho a cuento (cosillas de esas que te hacen restar puntos a un libro porque no les ves el sentido), pero en líneas generales creo que va de menos a más y la segunda mitad sí la he disfrutado, que es lo importante (a ver, me estoy leyendo y parece que no me ha gustado el libro cuando no es así... si veis que pongo alguna pega es porque sabéis que soy muy sincera cuando algo no termina de entusiasmarme, pero que eso no os desanime a leerlo si realmente os apetece darle una oportunidad porque tiene cosas muy buenas y la experiencia lectora en conjunto ha sido positiva, de verdad).

Por cierto (y ya lo digo todo), no he entendido una cosa de la traducción; no sé si tiene explicación o qué, pero desde luego yo no se la he visto... ¿por qué el criado de Campion le habla de tú a su jefe, cuando el propio Campion le habla a él de usted (como debe ser)? Vamos, que los dos deberían hablarse de usted, y que este criado fuese un delincuente antes de ser su criado no justifica el trato. Si se hablasen los dos de tú lo entendería, pero que el jefe le hable de usted al empleado y el empleado de tú al jefe... no lo veo muy claro, más por la época en la que fue escrito. Lo dicho, que a lo mejor tiene una explicación que se me escapa, pero no hay nada en la narración que justifique la decisión de traducirlo así. Que es una tontería, lo sé, pero queda muy raro y cada vez que me encontraba esto en la lectura me chirriaban los dientes.






Margery Allingham nació en Londres, en 1904. Hija de escritores, publicó su primera novela con diecinueve años, aunque su primer éxito llegaría en 1929 con la publicación de The Crime at Black Dudley, donde presentó al aventurero y detective Albert Campion, un misterioso aristócrata aficionado a resolver crímenes de altos vuelos que sostiene que su nombre figura en la línea de sucesión al trono inglés. Allingham lo hizo protagonista de otras 17 novelas y de más de 20 relatos, que la llevaron a ser considerada una de las grandes damas de la edad dorada de la novela de crímenes inglesa, junto a Agatha Christie y Dorothy L. Sayers. Murió en Londres en 1966.

6 comentarios:

  1. Hola, lo leí hace unos años y la historia me resultó muy confusa al principio, creo que ese fue el motivo por el que no lo disfruté tanto como esperaba. En algún momento quiero volver a la autora. A ver si impedimenta se anima a publicar alguna novela más de la serie, que sea la primera igual es mucho pedir. Besos.

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  2. Pues igual lo explican en el primer libro de la serie de Albert Campion, jajajaja. Bromas aparte, Margery Allingham siempre se cita como una de las autoras más importantes de la Golden Age, pero yo no la he leído nunca y no sé si me animaría a hacerlo por este título (no eres la primera que comenta algunas cuestiones sobre la trama que la hacen un poco aburrida a veces). Por cierto, leyendo el principio de la sinopsis me recordaba a una novela de Wodehouse, de esas en las que Wooster y Jeeves van de vacaciones y se encuentran a algún lechugino amigo haciéndose pasar por lo que no es. Luego ya he visto que no, pero me ha hecho gracia el punto de partida. Besos.

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  3. Pues no la conocía, pero creo que en esta ocasión no me voy a animar. Me parece que me que quedaría en el planteamiento...
    Besotes!!!

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  4. Buenas tardes, MH.

    Qué curioso que esta novela me haya pasado inadvertida, no sabía nada de ella. Me ha sorprendido el orden de publicación de Impedimenta, no empezando por el primero de la colección. Por otro lado, si a ti no te ha convencido el final del misterio, no se entiende el por qué de esta publicación. Tendré muy presente tus impresiones.

    Un beso, y muchas gracias por tu estupenda reseña!!

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  5. Hola. Bueno, esto no es lo mío aunque alguna del género me ha gustado como la de Gramercy Park. Que la primera parte sea un lío y envite a confusión no anima pero si luego se recompone y todo encaja, puede pasar. Lo malo es cuando suceden al revés que se entran tanto al final que no tienen ni pies ni cabeza.
    Supongo que la editorial cogería los que pensaban que podían funcionar mejor porque son muchísimos.
    Besos

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  6. 1. Qué mal lo de que no publiquen los libros por orden cronológico, de verdad.
    2. Uf, qué planteamiento más enrevesado, me he perdido con tu resumen.
    3. La trama tampoco me llama mucho.
    4. Pues sí, qué raro lo de que el criado tutee al otro...

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