Título original: The Christmas Egg
Autora: Mary Kelly
Editorial: Duomo
Prólogo: Martin Edwards
Traducción: Ángela Esteller
Páginas: 270
Fecha publicación original: 1958
Fecha esta edición: octubre 2023
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 18 euros
Ilustración de cubierta: @Illustrated London News
En vísperas de Navidad, mientras el ambiente festivo invade
Londres, se descubre el cadáver de una anciana en un lúgubre piso de
Islington. Su cuerpo no muestra señal alguna de violencia, pero el arcón
debajo de su cama ha sido vaciado. Se habla de maravillosas joyas y
fantásticas piezas de orfebrería. La fallecida es una aristócrata rusa, y
su tesoro ha desaparecido. ¿Quién ha podido ser?
Esta obra, inédita
para el lector español, se adentra con velocidad vertiginosa en el lado
más oscuro de las investigaciones policiales, recorriendo un Londres
evocador en plena posguerra.
Hace un par de semanas os hablé de El asesinato de Santa Claus, y os comentaba que entre los dos misterios navideños publicados por Duomo a finales del año pasado dentro de la colección de Crime Classics de la British Library, os recomendaba ese mismo, así que no os sorprenderá que os diga desde ya que este libro que os traigo hoy, Misterio en Londres, es el que menos me ha gustado de los dos. En todo caso ya sabemos lo que pasa con los gustos, que todos tenemos uno y siempre es muy personal, así que os comento los puntos fuertes de la novela y los que a mí me han fallado, y ya queda a vuestra elección acercaros a él o no. Pero antes, y como siempre, primero os cuento de qué va. En los días previos a la Navidad aparece el cadáver de una anciana en un apartamento muy humilde, lo que no deja de sorprender cuando se descubre que la fallecida era la princesa Olga Karukhina, perteneciente a la extinta aristocracia rusa y que había huido de su país durante la Revolución rusa de 1917. Vivía junto a su nieto, un muchacho de pocas entendederas que trabaja en la estación de St. Pancrass, y que aparentemente ha huido de la vivienda tras descubrir el cadáver de su abuela. Todo se complica más todavía cuando se descubre que, a pesar de las deplorables condiciones en las que vivían, la princesa tenía una fortuna en joyas, joyas que no aparecen por ninguna parte. ¿Está involucrado su nieto en todo este asunto? ¿Tiene algo que ver un anticuario con el que la princesa Karukhina se había puesto en contacto? El detective Nightingale será el encargado de una investigación que le llevará por unos derroteros inesperados y muy, muy peligrosos.
Bueno, como veis en este caso la historia comienza unos días antes de Navidad, concretamente el 22 de diciembre, y termina justo el día de Nochebuena (aunque ahora que lo pienso parece que pasa más tiempo durante la investigación, no parece cosa de dos o tres días). El estilo y tono de la autora son más oscuros de lo que solemos encontrar en muchas novelas de la Golden Age británica, y no sé si tendrá algo que ver, pero este libro se publicó ya casi en la década de los años sesenta. En cualquier caso es un estilo peculiar que tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, como ahora os comentaré. Pero sí quiero primero hace mención al prólogo de Martin Edwards.
Edwards es un erudito de la novela detectivesca, asesor de la colección de Crime Classics de la British Library a la que pertenece este libro y actual presidente del Detection Club, del que Agatha Christie, Chesterton o Dorothy L. Sayers fueron presidentes en su día (Who Editorial acaba de publicar en castellano su primera novela, All the Lonely People, por si os interesa). El caso es que este señor sabe mucho sobre este tema, es una eminencia en este género, y por eso leí su prólogo con la mayor atención... y, a pesar de las buenas palabras, la sensación con la que terminé de leerlo es que parecía que estaba disculpando a la autora, como si estuviera avisando de que Mary Kelly fue una autora peculiar que tenía un no sé qué que no terminaba de encajar con el público. Os prometo que terminé ese prólogo y me dispuse a leer el libro propiamente dicho con la sensación de que me estaban advirtiendo de que seguramente no me iba a encantar la lectura. Que lo mismo soy yo en plan dramas, pero es que así fue, huelga decirlo. No sé si esto os servirá de algo pero aquí lo dejo. En definitiva, y a pesar de ganar algún premio literario, Mary Kelly no terminó nunca de despegar como autora, y de hecho un día decidió dejar de escribir y nunca más se supo.
Y sin más preámbulos, os cuento los pros y los contras que yo le he encontrado a la historia.
Me ha parecido una trama más ambiciosa de lo que suele ser habitual en este tipo de novelas, ya no solo en recovecos y derivaciones de la investigación, sino en la inteligente base de la propia trama y en muchas escenas cercanas a la resolución. De hecho el final parece más propio de una novela de acción que de un misterio clásico: está lleno de escenas trepidantes, rápidas, peligrosas y muy cinematográficas.
La introducción de un personaje como la princesa Karukhina es muy interesante por el aspecto histórico. Muchos aristócratas y miembros de la alta sociedad rusa tuvieron que huir de su país para salvar la vida justo antes de que la familia imperial fuese puesta "bajo custodia", y muchos de esos refugiados acabaron en Inglaterra sin saber siquiera cómo ganarse la vida porque nunca habían tenido que hacerlo. Este personaje en concreto, Olga Karukhina, jamás fue capaz de despojarse de la sensación de persecución y vivió una vida muy miserable hasta su asesinato (ni siquiera salía de casa), así que me ha parecido muy interesante este pellizco de la historia del que no se suele hablar mucho en los libros de la época.
La ambientación de la novela, en un Londres todavía lleno de ruinas y escombros causados por los bombardeos durante el Blitz en la Segunda Guerra Mundial (tampoco es habitual encontrar mención a este tipo de cosas en novelas contemporáneas a la época... se pasa de largo de la destrucción de Londres cuando lo cierto es que tuvieron que convivir con ella durante muchos, muchos años de posguerra. Barbara Pym es de las pocas autoras que he leído que habla con total naturalidad sobre este tema). Aparte tenemos nieve, mucha nieve, y eso es un plus siempre en este tipo de historias (pre)navideñas.
El aspecto musical de la historia, ya que el inspector jefe Nightingale es miembro de un club operístico amateur (su tesitura es de tenor) y su esposa es cantante de ópera profesional (mezzosoprano, y famosa al parecer, pero poco más sabemos sobre ella porque no aparece en la novela salvo en un par de conversaciones telefónicas). Además, también forma parte de la trama una tienda de música a la que Nightingale acude con frecuencia. Todo esto no es casual porque la propia Mary Kelly era mezzosoprano amateur y una enamorada entusiasta de la música, y se tomaba tan en serio este tema que para dar vida a este matrimonio acudió a cantantes profesionales para documentarse. Todo eso se percibe y se agradece a lo largo de las páginas.
Nightingale como investigador protagonista me ha parecido correcto. No es de esos personajes que derrochan carisma y con los que irías al fin del mundo, pero cumple su función, no tiene traumitas (aunque este cliché se ha extendido más en la novela contemporánea), se le ve una persona sanota y honrada... y bueno, pues que como personaje principal cumple su función.
CONTRAS
El primero es uno que no es culpa de la autora y al mismo tiempo sí lo es. Este es el tercer libro protagonizado por Nightingale y su ayudante más cercano, Beddoes, y en todo momento tienes la sensación de que te estás perdiendo algo en sus conversaciones... que tienen su jerga propia, referencias internas con las que estarías familiarizado como lector de haber leído los dos anteriores, pero no es el caso (de hecho hay alguna cosa que como no pilles que es una broma privada entre ellos te puede dejar incluso pensando que es una errata).
La narración es muy caótica en según qué escenas, hasta el punto de que no sabes donde está sentado este, donde está aquel, quién conduce o la posición en que están determinadas cosas. Es muy confuso, y yo pensaba que sería cosa de la traducción, pero no: leyendo opiniones de lectores en inglés que han leído el texto original he visto que muchos tienen esta misma queja, así que el problema está en la misma base de la narración de la autora.
Más. Hay cierta escena/monólogo final (podríamos llamarlo así) donde el detective desvela todo el cotarro y que, honestamente, me ha parecido totalmente sacado de la manga. No hay nada en todas las páginas previas que induzca a pensar no solo que ha llegado a todas esas conclusiones, sino cómo ha llegado a ellas. Aparte de que la misma situación en la que se produce ese monólogo es muy raruna.
Las conversaciones telefónicas de Nightingale con su mujer son también muy raras, secas como la mojama, pero volvemos a lo mismo: no sabemos si esto es cosa de no haber leído los dos libros anteriores y no saber la dinámica con la que funciona este matrimonio o si simplemente es una muestra más del estilo frío y desapegado de la autora.
Y es que esta ha sido una pega importante (y la última que os comento): la narración no solo es caótica a veces, como explico arriba, sino que también es a ratos un poco rancia. Tiene un no sé qué desabrido que hace que no lo disfrutes al cien por cien.
En cualquier caso, no quiero que me entendáis mal. Es un libro entretenido pero tiene sus cosillas, y como además lo leí justo después de El asesinato de Santa Claus, que me gustó mucho, los defectos me parecieron como mucho más evidentes. Objetivamente hablando realmente creo que el estilo narrativo no es limpio, como si la autora escribiese tal y como piensa y diera por hecho que se le entiende todo, lo que lleva a situaciones confusas, pero la historia en sí misma es interesante, diferente, intenta alejarse de lo habitual en este tipo de novelas de la época y tiene una personalidad propia muy definida... simplemente me ha faltado conectar más con su estilo narrativo.
Ah, el título en inglés está totalmente ligado a la ultimísima frase de la novela, pero como en la traducción han cambiado por completo ese título, pierde todo su sentido...
Mary Kelly (1927-2017) se hizo famosa con su serie protagonizada por el inspector
Brett Nightingale, con la que dio un aire nuevo a la ficción criminal.
Sus novelas fueron muy aplaudidas y llegó a alzarse con la Gold Dagger,
la mayor distinción otorgada por la Crime Writers’ Association.
Querida MH, creo haber leído una opinión parecida en casa de Mónica, no sé, esta la tendré que madurar...
ResponderEliminarUn besazo
¡Hola! Por lo visto, "esas cosillas" han hecho que no disfrutes totalmente de esta lectura. Yo creo que este libro no es para mi, pero te agradezco por la reseña. ¡Besos!
ResponderEliminarHola, la he leído y reseñado para ese mismo apartado y tengo la misma sensación, hay cosas que se nos escapan en la relación de los investigadores protagonistas, sabemos que son amigos por la informalidad con la que se tratan, pero ignoramos todo lo demás, lo mismo que en el matrimonio del inspector Nightingale, y es que hay series que no importa el orden en el que se lean, pero en otras como en esta, si. A mí me ha gustado pero no tanto como El asesinato de Lady Gregor de Anthony Wynne o El asesinato de Santa Claus de Mavis Doriel Hay. Aún así pienso que la editorial hace un estupendo trabajo rescatando estos misterios. Besos.
ResponderEliminarPues esos peros que señalas me echan para atrás, así que en este caso la dejo pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Veo que toda gente que ha leído las dos novelas navideñas de Duomo, está de acuerdo en que El asesinato de Santa Claus le ha gustado más. Si me animo a leer alguna, será esta última.
ResponderEliminarUn beso.