sábado, 15 de agosto de 2020

RESEÑA (by MH) ::: LA EXTRAÑA CURACIÓN DE MARTA - Mercedes de Miguel y P. L. Salvador





Título original: La extraña curación de Marta
Autores: Mercedes de Miguel y P. L. Salvador 
Editorial: Última Línea
Páginas: 219
Fecha de publicación: febrero 2020
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 11,95 euros
Ilustración de portada: María del Mar

«Sorprende la intensidad sentimental, el cosmos o lluvia menuda de confusión, el clima (donde Maurois situaba el origen de la nueva narrativa) junto a una economía del lenguaje ensamblada en frases como cuchillas, siempre con el peligro al cabo de la página. El lector asiste atónito a cambio de ambientes, a nuevos y viejos personajes que entran en escena, al planteamiento de un vínculo afectivo en todos sus pormenores contractuales, donde el sexo despeja incógnitas y abre otras nuevas.
 
Es un texto radical, sin concesiones, donde lo íntimo narra lo tantas veces oculto. La propiedad (novio, marido) es la gran fuga del libro, disuelta gracias a la libertad misma (el sexo). Limpieza y suciedad es el juego, aparentemente sexual o físico, planteado en numerosas páginas, pero que solo la maestría de PL Salvador y Mercedes de Miguel convierte en moral, íntimo, absoluto e inaudito. El éxito del texto es su propio espejo: ellos mismos, protagonistas, en su azogue, con el lector interpelado como pelele, al sesgo, en el debate hasta las heces que ellos plantean consigo mismos.
 
El texto nos sobrecoge por aquello de lo que daba cuenta Agustín García Calvo: ‘La realidad es mucho más de lo que hay». Ficciones, metaficciones, donde la pareja es veterana. Mercedes de Miguel y PL Salvador, a través de su mecanismo cotidiano, tan intenso como paranoico, unen tres textos clásicos (Cohetes, El agente provocador, Nadja) y le dan otra dimensión a su contenido y forma: intimidad/identidad desveladora, enriquecida siempre a cada vuelta de tuerca, resuelta tanto en subidas o bajadas imprevistas como en inmediatos cambios de rasante argumentales, sostenida siempre gracias al portentoso e impecable aparato verbal donde la interpelación al lector, subterránea y ofidia, divierte e invita al mayor desafío: sentirse acusados o cómplices de lo sucedido sin coloretes». 
 

Que la primera información que te llegue sobre un libro es que su reseña va a ser muy complicada y todo un reto puede producirte dos efectos totalmente encontrados: uno es que abraces esa complicación como si no hubiese un mañana, dispuesta a demostrar que sí, que puedes intentarlo, aunque te la pegues en el proceso (esa, moderadamente, por épocas, con un chute de autoestima, podría ser yo... repito, moderadamente... repito, por épocas... repito, chutada); el otro es que te entren sudores fríos y tembleque en un ojo porque no estás para complicaciones ni se espera semejante buen estado de forma mental en un futuro cercano (esa, absolutamente, sin lugar a dudas, soy yo desde finales del año pasado... sin perspectivas de mejora). Y aquí estoy, intentando escribir una reseña complicada de un libro complicado con las tres neuronas que he conseguido mantener funcionales en lo que va de año. Vienen curvas, y yo sin tener donde agarrarme. Pido disculpas por adelantado.

Me ha costado dar con una única frase que defina mi percepción de la historia, pero creo que la que más se acerca es esta: cada cosa que ves son dos cosas o tres. Porque en La extraña curación de Marta ves a una pareja que se separa al inicio de la historia pero lo que estás viendo realmente es el modo en que funcionan como entes individuales, la comprensión de su fortaleza como un ente único, la imposibilidad de estar juntos y la certeza de que deben estarlo. También ves el sexo como una variable constante que cada uno de los protagonistas utiliza y vive de manera libre y diferenciada, pero lo que realmente ves es el modo en que eso les otorga una identidad propia dentro de la novela cuyo fin acaba convergiendo con los fines de los demás, porque en esta historia hay muchos círculos que se abren y se cierran y todos están interrelacionados. Y ves a una mujer que no es esa mujer, o que no quiere ser esa mujer, o que no sabe quién es esa mujer, y mientras esa mujer se busca, se encuentra, se cura, el lector llega a un punto de inflexión que lo cambia todo y le hace replantearse lo que cree que ha leído hasta entonces, lo que cree que ha comprendido y lo que cree que esperaba de la historia. 

Tres son los protagonistas del libro y tres son las partes en que se divide la novela. La primera y la tercera, La huida y El despertar, lo son absolutamente todo en la trama y por eso no se puede (debe) decir absolutamente nada sobre ellas. O no más de lo dicho hasta ahora. Espero que con el párrafo anterior os hagáis una idea de lo que encontraréis en La extraña curación de Marta, porque es lo máximo que os puedo ofrecer y el único equipaje necesario para adentrarse en la novela. La segunda parte os confieso que no me ha terminado de hacer tilín, pero sé por qué está ahí, sé la función que tiene, sé que tiene que ser y por eso es, así que la he cruzado a nado chapoteando sin manguitos (que además es muy cortita) y, cuando he llegado a la otra orilla, me he sentado a disfrutar de la resolución de este juego especulativo que proponen los autores mientras me secaba al sol y todo cobraba sentido. 

Persiste en esta novela a dos manos una constante que yo personalmente (y teniendo en cuenta que no he leído nada de Mercedes con anterioridad) identifico sobre todo con la obra en solitario de Salvador, que es la economía de palabras en cada frase, el no malgastar letras estirando el chicle cuando se puede decir lo mismo con más efectividad y menos profusión escrita... el saber reducir la reflexión, el pensamiento o la acción a la mínima expresión para conseguir un efecto doblemente impactante. Conceptos que no se desvían de su trayectoria rectilínea y que en este libro, por tratar los temas que trata, en ocasiones adquieren una intensidad inesperada, una viveza que obliga al lector a no parpadear en el intercambio constante de impresiones y experiencias que viven los protagonistas. Los dos autores hacen un trabajo impecable en este viaje compartido con un único destino, pero os mentiría si os dijese que no he intentado diferenciar y aislar la única voz que conocía previamente de las dos. El resultado queda bajo llave.

¿Qué más os podría contar? Porque la novela tiene un aspecto profundamente metaliterario, pero no os puedo hablar de él; tiene un aspecto ligeramente mitómano, pero tampoco os puedo hablar de él; os diría que camina sobre una delgada línea que separa la realidad de la ficción, pero ya me guardaré yo bien de comentar nada sobre el particular. Sí os puedo avanzar que los capítulos comienzan con una letra del alfabeto (el antiguo) en lugar de números, y que esas letras van hacia delante o hacia atrás según la parte del libro que se está leyendo. Ese avance y posterior retroceso en el desglose de las letras del alfabeto también está tan íntimamente ligado a lo que ocurre en la historia que poco más puedo decir al respecto. En los detalles está la excelencia. Y yo no hago más que decir que no os puedo decir nada.

La sinopsis oficial de La extraña curación de Marta como tal no existe, es un compendio de fragmentos del prólogo de Diego Medrano que incluye la edición; las opiniones que podemos dar sus lectores sin desvelar su contenido son árboles distantes en un bosque muy frondoso. Resulta evidente que semejante protección de la historia necesita de lectores curiosos e intrépidos que no tengan miedo de abrir un libro sin saber lo que van a encontrarse. Pero así debe ser, porque si os adentráis en las páginas La extraña curación de Marta sabiendo lo que esconde en su interior, pierde toda la gracia. Por no hablar ni siquiera os he hablado de la ilustración de la cubierta, con esa Marilyn y con... pero dad por hecho que tiene su razón de ser. Va a ser verdad que reseñar esta novela es un reto. Bajo las manos y claudico.


Mercedes de Miguel (Madrid, 1963). Licenciada en Derecho por la UCM y diplomada en Práctica Jurídica por ICADE. Ejerce como Procuradora de los Tribunales en Pontevedra.
 
Teclista y compositora, en 1987 graba con el sello discográfico TWINS sendos vinilos con los grupos La Honorable Sociedad y Proyecto Bronwyn.
 
Colabora como articulista en ciudadrealdigital.es y tam.

P.L. Salvador (Valencia, 1959) es el pseudónimo de Salvador Pérez López (no es el único Salvador Pérez López, mientras que no hay otro P.L. Salvador).

De naturaleza y posición autodidacta, lleva cincuenta años estudiando por su cuenta y confiesa que, incluso habiendo aprendido muchas cosas, sigue sabiendo poco.

Ha publicado Donde la brisa te habla, El séptimo sentido, Nadando contracorriente, Egregios (Premio I Certamen Literario Imprimátur) y De lobos (divergentes). Con el relato ¿No es un día seductor? ganó el Concurso de Relato Breve Ciudad de Arnedo 2010.

Es el guitarrista del grupo musical Prolýmbux, con el cual ha grabado tres álbumes. En la actualidad se gana la vida creando joyas, reparándolas, pero en el pasado trabajó de casi todo.

Su musa se llama Marleen.

2 comentarios:

  1. Es un reto, sí, pero lo has superado. Quien quiera leerla, que la lea. No hay nada mejor que entrar en una historia sin saber de qué va. Me horrorizan los destripes, Miss Hurst, ya lo sabes, de manera que arriba ese ánimo, que te ha salido una reseña original, como de costumbre, y eso se agradece.

    ResponderEliminar
  2. La leí y me gustó en su conjunto (en mi reseña expongo las razones de algunas cosillas). Desde luego que es una novela que cuesta mucho reseñar, como adelantas al comienzo de la tuya, porque tal y como está desarrollada la trama, se corre fácilmente el riesgo de destriparla y así evitar que se interesen por ella quienes forman parte de esa inmensa minoría a la que no dudo en recomendar. Pero veo que esas neuronas que te han echado un cable han salido muy airosas en su cometido. Besos.

    ResponderEliminar