Título original: Broken Ground
Autora: Val McDermid
Editorial: Catedral
Traducción: Marcelo E. Mazzanti Castrillejo
Páginas: 432
Fecha de publicación: enero 2021
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 21 euros Imagen de cubierta: Roy Bishop /Arcangel Images
«Alguien estuvo aquí antes que nosotros. Y aquí sigue.»
La herencia de Alice Somerville descansa sepultada bajo el suelo pantanoso de los Highlands escoceses: dos motos Indian Scout de la Segunda Guerra Mundial que su abuelo dejó enterradas al término del conflicto bélico. Tras muchas paladas, queda al descubierto algo que nunca debería haber estado ahí, el cuerpo de un joven con dos agujeros de bala. Karen Pirie, responsable de la Unidad de Casos Históricos de la policía de Escocia, acude al lugar de los hechos, y confirma sus peores presagios, el cuerpo y las dos motos no tienen nada que ver. En realidad, nada está donde debería, y nada es lo que parece. Karen no tardará demasiado en comprender que no todo el mundo comparte su deseo de justicia, o siquiera la idea de lo que esta debe ser.
Una herencia maldita y los Highlands escoceses como telón de fondo.
La herencia de Alice Somerville descansa sepultada bajo el suelo pantanoso de los Highlands escoceses: dos motos Indian Scout de la Segunda Guerra Mundial que su abuelo dejó enterradas al término del conflicto bélico. Tras muchas paladas, queda al descubierto algo que nunca debería haber estado ahí, el cuerpo de un joven con dos agujeros de bala. Karen Pirie, responsable de la Unidad de Casos Históricos de la policía de Escocia, acude al lugar de los hechos, y confirma sus peores presagios, el cuerpo y las dos motos no tienen nada que ver. En realidad, nada está donde debería, y nada es lo que parece. Karen no tardará demasiado en comprender que no todo el mundo comparte su deseo de justicia, o siquiera la idea de lo que esta debe ser.
Una herencia maldita y los Highlands escoceses como telón de fondo.
━Es otra clase de ambición. No tengo ningún deseo de intentar subir por la escalera mecánica solo de bajada que son las promociones en la policía escocesa. Lo que quiero es solucionar casos en los que todos los demás se han rendido.
La primera piedra es el título de la quinta novela de la serie Karen Pirie, siendo Pirie la inspectora jefe encargada de la Unidad de Casos Históricos de la Polícia de Escocia. Junto a su fiel detective Jason «Dandi» Murray y la nueva adquisición, el sargento Gerry McCartney, se encarga de los casos fríos, aquellos que todavía no han sido resueltos y de los que sus familiares o allegados no han recibido ninguna respuesta en el límite temporal de setenta años.
En la entrega que hoy os traigo, la doctora forense River Wilde recibe una llamada en la que se le explica que, junto a dos motos Indian Scout de la Segunda Guerra Mundial, ha aparecido un cadáver en buenas condiciones de conservación que calza unas zapatillas Nike de lo más llamativas también muy bien conservadas. La doctora Wilde llama de inmediato a su amiga Karen Pirie (que por casualidad se encuentra muy cerca del lugar del hallazgo), pues entiende que es uno de sus casos fríos, desconcertante y en principio inverosímil, y que la inspectora es la más adecuada para resolverlo.
Karen deja al sargento McCartney encargado del caso que llevaba hasta ese momento entre manos y, tomando el mando, acude junto al detective Jason a Wester Ross, en las Highlands.
Karen sabía que aquel era un error habitual entre los forasteros que acudían a las aparentemente bucólicas Highlands. Quizás no se dieran muchos asesinatos, pero no faltaban las actividades ilícitas e ilegales, por no mencionar las sociales y muy legítimas.
Situados en el paraje idílico de las Tierras Altas escocesas, confirman que tienen ante sí dos motos Indian Scout de la Segunda Guerra Mundial enterradas en la turbera de Hamish Mackenzie y el cadáver de un hombre joven con unas zapatillas Nike... un mismo lugar pero dos épocas distintas.
Era un extraño trío el que seguía el camino desde la granja, más de comedia de Hollywood, donde los personajes no encajan entre ellos, que de una obra dramática...
Desde el primer momento se ponen a trabajar y a investigar siguiendo el hilo temporal: el presente (2018) con la excavación del hoyo realizada por el matrimonio Somerville y el señor Mackenzie, pasando por las zapatillas de 1995 pertenecientes al cadáver, para terminar con las dos motos enterradas, las Indian Scout, en 1944. Un trabajo minucioso y concienzudo dirigido por la inspectora jefe Karen quien, conforme a los indicios y la información que van descubriendo, marca el camino a su fiel detective Jason.
Expuesto el caso solo falta meternos en harina para llegar hasta ese final en el que todas las preguntas son respondidas, aunque antes debemos seguir (o mejor acompañar) a los investigadores, cuyas voces van revelando pequeños hitos y las piezas que componen este gran puzle en el que hay gente implicada de diferentes épocas y de todas las clases sociales. No va a resultar nada fácil desenredar esta madeja, y encima les ponen palos en las ruedas para entorpecerlos e impedir que la investigación siga su curso y arribe al puerto correcto y a unas conclusiones definitivas que expliquen qué ocurrió en esa turbera. Todo esto se encuentra además mezclado con sentimientos e inquinas profesionales y personales que a veces son más insalvables que el transcurrir de los años o los metros de carbón terroso que se tienen encima.
Val McDermid (a quien he conocido con esta novela, cosa que lamento por lo que me he perdido) nos sumerge en la mente de una investigadora que no da puntada sin hilo ni descarta ninguna pista por por inocua, pues considera que todo debe investigarse aunque parezca irrelevante, intrascendente o insignificante. Entiende que en estos casos son sus hilos los que la conducen a las piezas y reconstruyen una historia.
Como encargada de la unidad, Karen debe estar al tanto de las investigaciones que allí se realizan. En el momento del descubrimiento de las motos estaba con el caso de un presunto violador en serie que actuó en los años 80 y, tal como comento más arriba, el sargento MacCartney será el encargado de seguir la nueva pista que ha aparecido, pero se hace cargo a regañadientes y sin tener muy claro quién es su autoridad: Karen o la nueva subcomisaria, Anne Markie.
Karen no pudo evitar ponerse en el lugar de Ann Markie. Sabía muy bien el dolor que se siente al ser rechazada, por mucho que ella casi nunca lo había intentado con nadie que le gustara.
Aparte, Karen es incapaz de desconectar su mente policial: ante cualquier indicio delictivo, se activa. Por poner un ejemplo, cuando en una cafetería escucha por casualidad una conversación entre dos amigas sobre unos posibles malos tratos, una cocina, un divorcio, la adjudicación de una gran casa... se pone en alerta y, sin pelos en lengua, se inmiscuye y opina. La vida de Karen Pirie es un no parar por las calles y tierras escocesas, un trabajo cuidadoso y meticuloso, un ir y venir recopilando piezas, hechos e historias... en definitiva, un saber hacer que, con paciencia y tesón, recibe sus frutos.
La autora presenta en La primera piedra una novela adictiva, un thriller trepidante que engancha desde la primera página. El lector simplemente desea saber más sobre los casos tan interesantes (y, en principio, inverosímiles) que la Unidad de Casos Históricos investiga, y además quiere conocer a Karen, un personaje profundo con una personalidad inquebrantable que nunca se queda en la superficie y en la apariencia, y a la que apetece seguir muy de cerca.
Val McDermid me ha sorprendido con su maestría y su buen trabajo. Hace fácil lo difícil y, en su arte de mantener el suspense, marca los ritmos para que el lector descubra la trama cuando toca... todo en pos de enganchar y mantenerlo sujeto y adicto a sus letras, a lo que está contando, a su historia.
Un descubrimiento y una escritora a la que seguir leyendo.