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miércoles, 2 de junio de 2021

Y EL LIBRO COMIENZA ASÍ... #32 ::: MAYO 2021

¡Hola a todos!

Este mes estamos rebeldes en Netherfield y en lugar de colgar nuestra entrada de las lecturas del mes anterior el primer viernes de mes, lo hacemos el primer miércoles porque, total, ¿qué más da? :) Son nueve las lecturas que os traemos correspondientes al mes de mayo con sus primeras frases. Esperamos que os gusten.

Os recordamos que pinchando en cada imagen accedéis a la reseña en cuestión.

¡Un abrazo a todos y que junio sea un mes fantástico de lecturas!

viernes, 21 de mayo de 2021

RESEÑA (by MB) ::: LOS CUATRO VIENTOS - Kristin Hannah


 
Título original: The Four Winds
Autora: Kristin Hannah 
Editorial: Suma de Letras
Traducción: Laura Vidal Sanz
Páginas: 536
Fecha esta edición: abril 2021
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 19,90 euros
Imágenes de la cubierta: Joni Stringfield
Texas, 1921. La Gran Guerra ha terminado y Estados Unidos parece entrar en una nueva era de optimismo y abundancia. Pero para Elsa, considerada demasiado mayor para casarse en una época en la que el matrimonio es la única opción de una mujer, el futuro es incierto. Hasta la noche en que conoce a Rafe Martinelli y decide cambiar la dirección de su vida. Con su reputación arruinada, solo le queda una opción respetable: casarse con un hombre al que apenas conoce.

En 1934, el mundo ha cambiado. Millones de personas se han quedado sin trabajo y los granjeros luchan por conservar sus tierras. Las cosechas se pierden por la sequía, las fuentes de agua se secan y el polvo amenaza con enterrarlo todo. Cada día en la granja de los Martinelli es una desesperada batalla por la supervivencia. Y, como tantos otros, Elsa se ve obligada a tomar una agónica decisión: luchar por la tierra que ama o marchar al oeste, a California, en busca de una vida mejor para su familia.
━Nunca te vas a casar, Elsa. Por mucho dinero y posición social que tengamos. Ningún hombre digno de mención quiere una mujer fea al lado.
En
Los cuatro vientos, Kristin Hannah nos invita a realizar un viaje y un recorrido vital por la biografía de Elsa (de apellido Wolcott primero, Martinelli después). Para ello viajamos a los años veinte en Dalhart, en el Mango de Sartén de Texas, y conocemos a una mujer que más que una hija parece un apéndice. Descartada por fea y enferma, su familia sanguínea la mantiene y poco menos que la tolera... lejos de la sociedad, eso sí.

Y no es que nuestra protagonista sea una niña, sino más bien todo lo contrario. Es una mujer que ya ha cumplido veinticinco años, edad en la que por aquellos tiempos y costumbres ya debería haber formado su propia familia. Esta idea o plan está por descontado fuera de los planes paternos; ellos, sus padres, no desaprovechan la oportunidad de recordarle la enfermedad que padeció hace ya más de diez años y de la que no le ha quedado ningún rastro. A cada momento destruyen su autoestima y su valía como persona, diciéndole sin reparos y a las claras lo fea y desechable que es.
Belleza. Elsa sabía que ese era el quid de la cuestión. No era una mujer atractiva. En sus mejores días, con su mejor vestido, un recién llegado podría pensar que era bien parecida, pero nada más. Era «demasiado» todo: demasiado alta, demasiado delgada, demasiado pálida, demasiado insegura.
Y lo peor de todo es que, de tanto repetírselo, ha terminado por creérselo ella también. Pero una cosa son los prejuicios y otra es la sangre que recorre las venas de los que están vivos. Elsa se siente prisionera de su familia, desea ardientemente volar, ser mujer... En definitiva, encontrar su sitio en el mundo, ser una persona valiosa, aportar y ofrecer todo lo que tiene dentro; demostrar que también puede ser singular, visible e imprescindible.
El muchacho condujo por un camino lleno de baches hasta la antigua granja Steward. Famosa antaño en todo el condado por el tamaño de su granero, el lugar había sido abandonado en la última sequía y la pequeña casa tras el granero llevaba años cerrada con tablas.
A veces lo que pides se convierte en realidad, aunque esta no venga envuelta con las telas y ropajes de los protagonistas de las novelas románticas que han ayudado a Elsa a sobrellevar sus últimos años. Una noche conoce a Rafe Martinelli, más joven y más inmaduro que ella, algo que en principio parece no importarle. Tendrán un encuentro, y después vendrán otros que, como casi siempre que no se ponen los medios, traerán naturales y coherentes consecuencias. Esto será un escandalo mayúsculo para la familia Wolcott pues,  como miembros de las altas esferas del condado que son, no tolerarán que su peor hija haya deshonrado el buen nombre de una familia fundadora... y así es como el apellido Wolcott es reemplazado por el de Martinelli.
Pero en aquella vergüenza había habido también esperanza de que un día todos vieran, más allá de las apariencias, a la verdadera Elsa, a la hermana e hija que era por dentro. Un capullo en espera del rayo de sol que rozara sus pétalos cerrados, desesperado por florecer.
Ahora es cuando vamos a conocer la pasta de la que está hecha esta inquebrantable mujer. Elsa ha heredado todo su coraje y espíritu pionero de su abuelo quien, a pesar de estar muerto, guía sus pasos y le da valor y fuerza para no rendirse, luchar y trabajar más duro.

Junto a la familia Martinelli consigue desprenderse de la condescendencia y del apocamiento. Establece prioridades en su vida y lucha hasta la última gota de sangre y sudor para defenderlas y, sobre todo, para poner alimento en la mesa. En tiempos en los que la Gran Depresión y las terribles sequías hicieron casi imposible que los trigales no se abrasasen al  sol, no quedaba otra que trabajar y trabajar para exculpar y, de alguna manera, también mendigar un poco de validación y autoestima.

En esta lucha siempre cuenta con sus suegros, sobre todo con Rose, quien le enseña a trabajar duro, a sobrevivir y a cuidar y alimentar a una familia granjera.
Habían entretejido sus vidas de esa manera silenciosa de mujeres de pocas palabras. Día tras día trabajaban y rezaban juntas, mantenían unida a la familia frente a las penalidades de la vida campesina.
Como palos entre las ruedas tiene a su inmaduro marido y a su hija adolescente, quienes la culpabilizan por sus sueños incumplidos y sus anhelos inalcanzables. El tiempo pondrá a cada uno en el lugar que le corresponde, la lucha dará sus frutos y el trabajo reportará la sabiduría de la experiencia necesaria y esencial para sobrevivir a las terribles circunstancias de todo tipo que durante esos años asolaban a aquellos que vivían en el Mango de Sartén de Texas.
Elsa cerró los ojos un instante y recordó un tiempo en el que también se había sentido asustada y sola, cuando era una niña enferma. Aquella fue la primera vez que su abuelo se había agachado para susurrarle: «Sé valiente», al oído. Y a continuación: «O finge que lo eres. Es lo mismo».
Si algo hay que reconocerle a nuestra protagonista es que su vida ha sido vivida. Elsa lo da todo, no se queda nada: su energía, su fuerza, su empatía, su solidaridad, su amor, su perdón... una cantidad de sustantivos con los que Kristin Hannah ha construido a su personaje, su historia y las muchas vidas que se crean o se tejen a su alrededor.

Los cuatro vientos es una novela que en principio, dadas sus más de quinientas páginas, podría parecer un poco larga y espesa, pero nada más lejos de la realidad. Elsa Martinelli es un personaje redondo que crece ante nuestros ojos, nos engancha, nos atrae, y del que, una vez llegamos al final de la historia, resulta muy difícil o casi imposible desprenderse u olvidarse.
Toco la fotografía, como si fuera ciega y mis dedos pudieran de alguna manera revelar una imagen más profunda. Cierro los ojos y la recuerdo allí de pie, gritando: «Basta ya, basta ya...».




Kristin Hannah nació en 1969 en el sur de California. Aunque estudió Derecho, con la publicación de su primer libro, en 1990, se convirtió en escritora profesional. 

Es autora de más de veinte novelas de gran éxito por las que ha recibido numerosos premios y de las que se han vendido más de veinte millones de ejemplares en todo el mundo. Los best sellers El Ruiseñor y Volverás a Alaska fueron elegidos como Mejor Novela Histórica por Goodreads en 2015 y 2018. El Ruiseñor, que está siendo adaptado al cine, ganó el codiciado People's Choice Award a la mejor novela. El baile de las luciérnagas se ha convertido en una exitosa serie de Netflix. Kristin estudió Derecho antes de convertirse en escritora profesional y es madre de un hijo. Vive con su marido en la región del Pacífico Noroeste de Estados Unidos, cerca de Seattle.

miércoles, 28 de marzo de 2018

RESEÑA (by MB) ::: VOLVERÁS A ALASKA - Kristin Hannah





Título original: The Great Alone 
Autora: Kristin Hannah 
Editorial: Suma de Letras
Traducción: Jesús de la Torre
Páginas: 560
Fecha esta edición: febrero 2018
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 19,90 euros
Fotografía y diseño de cubierta: Penguin Random House Grupo Editorial (adaptación del diseño original de Michael Storrings)
Ernt Allbright vuelve de la guerra de Vietnam convertido en un hombre distinto. Incapaz de mantener un trabajo, toma una decisión impulsiva: toda su familia comenzará una nueva vida en la salvaje Alaska, la última frontera.

Con apenas 13 años, su hija Leni ansía encontrar su lugar en el mundo, mientras que su mujer, Cora, estaría dispuesta a cualquier cosa por el hombre al que ama, aunque eso signifique seguirle en su aventura hacia lo desconocido.

En una inhóspita y remota esquina del país, los Allbright encontrarán una pequeña comunidad de hombres aguerridos y mujeres aún más fuertes en la que labrarse un nuevo futuro. Allí, Leni tendrá que madurar muy deprisa, enfrentándose al desafío de una naturaleza desmesurada y cruel, a lo que oculta su propia familia y a la tormentosa relación de sus padres. Pero cuando el invierno llegue y el frío y la oscuridad lo invadan todo, madre e hija descubrirán que, en un entorno hostil, nadie puede salvarte más que tú mismo.


De la autora del best seller internacional El Ruiseñor, una épica historia de amor, pérdida y supervivencia que celebra la resistencia del espíritu humano y la inquebrantable fuerza de las mujeres.

Alaska, 1974. Indómita. Impredecible.

Y para una familia en crisis, la prueba definitiva.
Reconozco que El baile de las luciérnagas no fue un libro que me entusiasmase demasiado, pero también es verdad que soy de esas personas que está a favor de las segundas oportunidades, terceras y cuartas...y las que hagan falta. Lo que suele llamarse una ilusa.

Así que allá que voy de nuevo con Kristin Hannah y con Volverás a Alaska, y en esta historia sí he encontrado todo lo que no supe percibir o ver en la comentada arriba. Aquí sí he visto unos lazos férreos, sintonía, fragilidad, amistad, inocencia y esperanza, en contraposición a la frustración, la violencia, el horror... en la novela lo he encontrado todo, así que le doy gracias a mi ilusorio corazón por creer en las segundas oportunidades.

En Volverás a Alaska encontramos a dos personajes principales, Cora y Leni (madre e hija, respectivamente). Ellas representan el amor, la unión y la indisolubilidad en contraposición a Ernt Allbright, marido de Cora y padre de Leni.

Los tres, como familia, han tenido que reconstruir sus vidas una y otra vez en diferentes tiempos y lugares. Siempre han vivido un poco al margen de la sociedad; en un principio parecía que les bastaba con su amor para sustentar a la familia, pero la felicidad (o la apariencia de ella) les va a durar poco. 

Ernt Allbright debe marchar a la guerra de Vietnam. Sobrevive. Vuelve. Pero todo es diferente. El buen padre ya no se adapta a nada ni a nadie; su mujer, Cora, ha perdido la inocencia, esa que le hizo huir con Ernt cuando solo era una adolescente. Todo ha cambiado con ella, y si a eso se añade que Leni, la hija, ha crecido lo suficiente para observar, interpretar y enjuiciar a sus progenitores, lo que vemos a lo largo de la novela es la evolución de unos personajes y el estancamiento y putrefacción de otros.

Nos vamos al año 1974. Ernt Allbright ha perdido su trabajo por enésima vez y la familia debe de trasladarse de nuevo. Leni y Cora ya están cansadas de no establecerse y echar raíces en algún sitio o lugar... pero siempre es así, hay que obedecer al padre de familia. Este traslado parece que va a ser distinto; es la oportunidad de empezar, de tener algo propio, pues inesperadamente reciben un legado: un pedazo de tierra y una cabaña pertenecientes a Bo Harlam, soldado al que Ernt ayudó en la guerra.

Así pues, nuestra pionera familia empieza a organizar el traslado hacia su última frontera: Alaska. Cuando llegan a Kaneq descubren su ingenuidad, su falta de planificación y preparación para emprender la empresa de sus vidas, pero si algo hay que reconocerles es la ilusión, su fuerza de voluntad y su trabajo constante. La pereza no es una de sus cualidades.

El trabajo duro, y sobre todo las gentes de Kaneq, harán que poco a poco se vayan adaptando a esa tierra por un lado inhóspita, pero también salvaje y pura, haciéndola un poquito más suya. En un principio parece que los Allbright por fin han llegado a casa, han encontrado su lugar en el mundo y pertenecen a una comunidad que los acoge y los protege, desarrollando un sentimiento de pertenencia que enraiza sobre todo en Leni.

Y es que Leni es uno de los personajes que más madurará y evolucionará a lo largo de la novela llegando a convertirse en los ojos del lector. A través de sus sentimientos, sensaciones, observaciones e interpretaciones seremos testigos de cómo unos personajes caen y otros se ensalzan, forjando en ella una voluntad y un carácter tan fuertes y duros como la tierra que la ha acogido.

Ernt Allbright, por su parte, es el elemento desestabilizador. En un primer momento parece que todas sus pesadillas han quedado atrás, pero esto dura poco; simplemente se trata de un espejismo. Alaska saca lo mejor que algunos llevan dentro pero en otros provoca el efecto contrario, y una vez que se abren las puertas a la maldad, esta no se detiene.

Volverás a Alaska es una novela preciosa, ya sea por toda esa naturaleza salvaje, por los personajes, por sus ambientes o sus situaciones, que tejen un mundo real donde los valores se enlazan con los lugares para hacerlos más fuertes o para hacerlos desaparecer, todo ello entretejido por medio de la sencilla, ágil y bonita narrativa de Kristin Hannah.




Kristin Hannah nació en 1969 en el sur de California. Aunque estudió Derecho, con la publicación de su primer libro, en 1990, se convirtió en escritora profesional. 

Desde entonces ha ganado numerosos premios y ha publicado 22 novelas de gran éxito, entre ellas el best seller internacional El Ruiseñor.

jueves, 23 de marzo de 2017

RESEÑA (by MB) ::: EL BAILE DE LAS LUCIÉRNAGAS - Kristin Hannah




Título original: Firefly Lane 
Autora: Kristin Hannah 
Editorial: Suma de Letras
Traducción: Laura Vidal
Páginas: 616
Fecha de publicación original: 2009
Fecha esta edición: febrero 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 19,90 euros
Fotografía y diseño de cubierta: Nicole Wustrack / Cover Kitchen

 

En el caluroso verano de 1974, Kate Mularkey ha decido aceptar su papel de cero a la izquierda en la vida social de su instituto. Hasta que, para su sorpresa, «la chica más guay del mundo» se muda al otro lado de su calle y quiere ser su amiga. Tully Hart parece tenerlo todo: belleza, inteligencia y ambición. No pueden ser más distintas. Kate, destinada a pasar inadvertida, con una familia cariñosa pero que la avergüenza a cada momento, y Tully, envuelta en glamour y misterio aunque poseedora de un secreto que la está destrozando. Contra todo pronóstico, se hacen inseparables y sellan un pacto para ser mejores amigas para siempre.

Durante 30 años se ayudarán mutuamente para mantenerse a flote esquivando las tormentas que amenazan su relación: celos, enfados, dolor, resentimiento... Y creerán que han sobrevivido a todo hasta que una traición las separe... y someta su valor y su amistad a la prueba más dura.


De la autora de El Ruiseñor, El baile de las luciérnagas es la emotiva novela que querrás que lea tu mejor amiga.

Dos amigas.
Un juramento.
Y toda una vida por delante.


"Una vez que el destino lanza tus dados, tu camino queda marcado". Esto es más o menos lo que hace Kristin Hannah en El baile de las luciérnagas a lo largo de casi cuatro décadas y más de seiscientas páginas.

Kate Murlarkey y Tully Hart se conocen en 1974, y a partir de esa fecha sus caminos son líneas paralelas, cercanas pero distintas; unas veces recorren el mismo camino y otras veces se separan para luego volver al mismo recorrido. A través de todos estos años se nos van perfilando dos mujeres muy distintas, con personalidades y cualidades diferentes, pero que el destino de alguna manera ha posicionado en el mismo lugar y en la misma época. Esto les ha permitido fraguar una amistad basada más en las carencias de cada una que en lo que realmente se aportan, porque ninguna de ellas se siente plenamente satisfecha con sus vidas y a lo largo de todos estos años anhelan y envidian lo que tiene la otra. Al mismo tiempo, como "líneas paralelas" que son, ninguna de las dos hace nada ni tampoco se deja influenciar por las experiencias de la otra para llenar esos "huecos vacíos" o para enriquecer sus vidas... en defintiva, para poder salir de los extremos y acercarse a las zonas grises, al equilibrio.

Una, Tully, por las carencias que ha tenido en su infancia, lo que más desea es pertenecer a una familia; se siente profundamente desarraigada, pero al mismo tiempo siempre ha sido libre y ambiciosa, por lo que no consiente en ceder parcelas de su vida y de su tiempo para construir todo lo que anhela de su amiga. Kate es el contrapunto de Tully; siempre ha sido una niña dócil y obediente, con una vida estructurada y una familia que le ha inculcado principios y reglas y que le ha dado una posición de confort; siempre se ha dedicado a ella y, a través de los años, veremos que su elección siempre será su familia, aunque al mismo tiempo también envidia a su amiga por su independencia, brillantez y vida social.

En El baile de las luciérnagas, Kristin Hannah nos pasea por las diferentes décadas con sus distintos ambientes, bandas sonoras, modas, costumbres... todo ello narrado de una manera brillante, ágil y dinámica; en principio conoceremos los años setenta en sus aspectos más reivindicativos y coloristas (la época hippy), y así, a lo largo de seiscientas páginas irán transcurriendo décadas donde la autora, con gran sensibilidad y exquisitez, mantendrá el estilo y la ambientación propias de cada una, hasta llegar a los primeros años del nuevo milenio.

En todos estos años, Tully y Kate crecen y maduran. Somos espectadores de su paso por el instituto, la universidad, sus primeros trabajos, sus grandes decisiones... cada una siempre fiel a su personalidad y su carácter. La amistad las ha unido en todo este tiempo, pero como dos líneas paralelas que recorren un mismo camino: una al lado de la otra, pero al mismo tiempo distantes y diferentes. Tienen vidas distintas en las que, cada vez que miran, se ven reflejadas como espejos, con todas las carencias y aspiraciones. Al mismo tiempo, ninguna de las dos quiere salir de su zona de confort, y no hacen nada para llenar esas lagunas. Pienso que ellas crecen a lo largo del libro, pero su amistad no madura ni evoluciona, permanece igual que cuando la forjaron con 14 años, encorsetada en unos roles tan marcados que ninguna de las dos es capaz de ayudarse ni influenciarse de alguna forma para poder salir de esa rigidez y compartir así esos otros caminos o destinos que tanto anhelan.

Kristin Hannah ha escrito una obra en la que utiliza todos los recursos melodramáticos, tocando temas tan sensibles como el abandono  y desamparo infantil, la violación, la enfermedad... el lector tiene que ser de piedra para no identificarse con alguno de estos temas y que no se le escape durante la lectura alguna lagrimilla (o lagrimón, dependiendo del grado de sensibilidad y conexión que compartas con la novela). Así, la autora va subiendo los tintes melodramáticos de tal manera que al final de la novela, por lo que a mí respecta, te queda un sabor agridulce, donde es muy difícil encontrar la esperanza viendo como una se queda con todo y la otra se queda en nada.

Kristin Hannah nació en 1969 en el sur de California. Aunque estudió Derecho, con la publicación de su primer libro, en 1990, se convirtió en escritora profesional. 

Desde entonces ha ganado numerosos premios y ha publicado 22 novelas de gran éxito, entre ellas el best seller internacional El Ruiseñor.