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viernes, 2 de abril de 2021

Y EL LIBRO COMIENZA ASÍ... #30 ::: MARZO 2021

¡Hola a todos!

Los meses siguen volando y toca nuevamente el resumen de lecturas mensual, que en este caso corresponde a marzo. Repetimos con once comienzos, los mismos del mes pasado, y esperamos que os gusten.

Os recordamos que pinchando en cada imagen accedéis a la reseña en cuestión.

Esperamos que estéis disfrutando de estos días de descanso semanasanteros. En Netherfield ya hacían buena falta. ¡Un abrazo a todos y a por un buen mes de lecturas!
 



miércoles, 3 de marzo de 2021

RESEÑA (by MH) ::: EL NARRADOR DE CUENTOS - Saki



 

Título original: The Storyteller
Autor: Saki
Editorial: Eneida
Traducción: Javier Rodríguez Huerta
Páginas: 150
Fecha publicación original: 1914
Fecha esta edición (7ª): noviembre 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 13,50 euros
Ilustración de cubierta: El ratón de biblioteca (Carl Spitzweg, 1808-1885)



Ácido, mordaz, caústico, pero extremadamente divertido, Saki cultivó la sátira social revelándose como un maestro del relato breve. Si empiezas un relato de Saki, lo terminarás. Cuando lo hayas terminado querrás empezar otro, y cuando los hayas leído todos, nunca los olvidarás.

Noto desde hace tiempo que cada vez paso más de largo de las mesas en las librerías y que mis pasos siempre se encaminan hacia las hileras de estanterías en las que descansan los libros cuando ya han perdido el relumbrón de su debut en sociedad. Ahí, medio torcida para ir leyendo los títulos e ir sacando los que llaman mi atención, paso el tiempo. Las (mis) libreras ni me preguntan, se contentan con saludarme, preguntarme cómo estoy y dejarme después a lo mío: saben que siempre acabo acercándome al mostrador con un tesorillo entre las manos (como mínimo). Así, con mi cuerpo formando un ángulo de taitantos grados y en una posición muy poco regency, encontré El narrador de cuentos en una de las baldas a ras de suelo. Confieso que mi atención fue primero al título y luego a la editorial que lo publicaba porque, en mi ignorancia, no había oído hablar jamás de su autor, Saki. Ahora me parece imperdonable no saber quén era: El narrador de cuentos es el mejor libro de relatos que he leído en mucho tiempo. 
 
Dieciséis son los relatos que incluye esta compilación, y todos ellos comienzan con esa placidez británica de lugares comunes y tan de otra época que tanto me gustan: viajes en tren con vecinos indeseables de compartimento, reuniones en casas de campo, la hora del té, matrimonios a la hora del desayuno, barcos hundidos en costas inglesas, disputas entre vecinos, días de caza a caballo, solteros perseguidos para que pongan fin a su soltería, niños huéfanos que viven con sus tías, ingleses dándolo todo en las colonias, criados que mandan más en la casa que sus señores, gatos que forman parte de la estampa familiar... Suena todo a lo de siempre, ¿no? A personajes y situaciones sacados de cualquier libro british publicado hace más de un siglo, de esos que parecen pegados a una taza de té y abonados a una conversación trivial mientras cumplen lo que se exige de ellos en sociedad, para bien o para mal. 
 
Pues si todos estos retazos parecen tan costumbristas, algo tienen que tener que los diferencie y les haga distanciarse de lugares tan comunes, ¿no? Efectivamente, y ese algo es, ni más ni menos, que estos relatos rezuman muy mala leche. Mucha. Mala leche de esa que te hace sonreír ante escenas y hechos que son incluso un poco (bastante) crueles, y tú sabes que lo son, y te da igual, te ríes porque Saki te lo cuenta de tal manera que parece lo más normal del mundo, el deselance inevitable... admito que llega un momento que eso es precisamente lo que esperas, el giro de tuerca, el "espera y verás", porque cuando empiezas a leer y no conoces el estilo no sabes lo que te viene encima y sonríes ante lo inesperado, pero en los siguientes ya sabes para qué has pagado la entrada y se lo exiges al autor. Quieres finales geniales y sorprendentes, y Saki no decepciona.

Y esto mismo es El narrador de cuentos, relatos que empiezan tranquilitos y que poco a poco van abriéndose camino hacia la sátira, el humor muy negro, la crítica mordaz, un desprecio brillante y sugerente por lo políticamente correcto y una mordiente en la deriva de las historias tan divertida que no puedes más que visualizar a Saki cogiendo por los tobillos a la moral eduardiana, poniéndola boca abajo y sacudiéndola hasta que no le queda en los bolsillos ni una sola vergüenza. Quizás flojean un poco los dos o tres últimos relatos (flojear aquí es sinónimo de que no son tan perfectos como los que les preceden, nada más), pero de verdad que la compilación en su conjunto merece muchísimo la pena. Mi intención inicial era racionar los relatos, leer solo unos pocos al día, pero me ha resultado imposible, no contaba con la adicción que crea esa burlona inteligencia del autor que te hace terminar uno y pasar corriendo al siguiente. Me lo imagino poniendo punto y final a cada historia con una sonrisa malévola en la boca. Leed la biografía de abajo, su última frase y lo que ocurrió justo después... si le hubiera pasado a otro y se lo hubieran contado, tened por seguro que de alguna manera lo hubiese introducido maliciosamente en una historia.

Saki, pseudónimo literario de Hector Hugh Munro, nació el 18 de diciembre de 1870 en el puerto de Akyab, Birmania, aunque era de ascendencia escocesa. Huérfano de madre a los dos años, fue enviado de Inglaterra y allí, bajo la férula de dos tías solteronas, padeció una de esas terribles infancias victorianas. Estudió humanidades en Exmouth y Bedford, pero tratando de emular la carrera militar de su padre se alistó en la policía birmana, destino al que pronto hubo de renunciar, pues al año de servicio contrajo unas fiebres malignas. De regreso a Inglaterra se dedicó al periodismo y fue corresponsal en los Balcanes. Su primer libro de cuentos, Reginald, se publicó en 1904. A éste siguieron Reginald en Rusia, Las crónicas de Clovis (1912) y Bestias y Superbestias (1914). Escribió también 2 novelas y 3 obras de teatro. La crítica señala como rasgos característicos del estilo de Saki la precisión (fruto, probablemente, de su paso por el periodismo), el humor y la capacidad para narrar las situaciones más inverosímiles con una aparente sencillez, tras la que se oculta un gran estilista. (1910), Al comenzar la Primera Guerra Mundial se enroló como voluntario y murió en acción, en Francia, con el grado de sargento de los Royal Fusiliers, en la madrugada del 13 de noviembre de 1916. Sus últimas palabras fueron: «Apaguen ese maldito cigarrillo». Inmediatamente después, una bala de obús le atravesó el cráneo.