miércoles, 1 de marzo de 2017

RESEÑA (by MH) ::: UNA CENA EN CASA DE LOS TIMMINS - William M. Thackeray




Título original: A little dinner at Timmins's 
Autor: William Makepeace Thackeray 
Editorial: Periférica
Traducción: Ángeles de los Santos
Páginas: 65
Fecha de publicación original: 1856
Fecha esta edición: mayo 2016
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 11 euros 
Ilustración de cubierta: Charles Dana Gibson (private collection)



 
Los Timmins viven en un vecindario muy refinado, y no es necesario decir que son de buena familia. Ella, que cree que su cariñoso marido tiene un despacho de abogados próspero y nada en la abundancia, decidió organizar una cena con lo más exclusivo de la vieja sociedad londinense. Quiso demostrar que en su pequeño hogar podía celebrar la mejor velada de la ciudad. 

¿Veinte personas en una mesa donde tan sólo caben diez? ¿Qué hacer con las viejas amistades si no están «a la altura»? ¿Cómo proceder con los familiares menos favorecidos? ¿Y cómo conseguir vajilla y servicio para tantos? 
¿Cocinero y mayordomo de alquiler? Ay, las ínfulas de Rosa Timmins no pertenecen sólo a aquella época, son también de la nuestra, quizá de alguno de nuestros vecinos, de alguno de nuestros conocidos.

Creo que ya lo he dicho alguna vez, pero cada vez que me enfrento a un relato (o novela corta, que nunca sé muy bien dónde establecer la diferencia por mucho que me pongan la división de páginas) de uno de los grandes (y, cuando digo grandes, casi siempre me refiero a los clásicos), no dejo de asombrarme ante lo que construyen, lo que llegan a contar, en el breve espacio de 60 o 70 páginas. Y Thackeray, conocido sobre todo por esas maravillas que son La feria de las vanidades y Barry Lyndon, no ha sido una excepción. Y además tiene mucho mérito, porque lo que cuenta en sí era de lo más cotidiano en la época, pero lo hace tan afiladamente, con tanta ironía, con tanta sorna british, que aunque sea una lectura de no más de dos horas, te quedas encantada de la vida. O al menos yo me quedo encantada de la vida, que sé que los relatos o las nouvelles no son del gusto de todo el mundo.

¿Qué es esa cosa tan cotidiana que narra la historia? Pues la celebración de una cena de postín en casa de los Timmins, en la que apenas habrá algún amigo pero sí mucho postureo social, que están en temporada. ¿Quiénes son los Timmins? Pues Fitzroy Timmins, abogado con despacho en el Temple londinense pero sin mucho dinero en la cuenta bancaria, y su esposa Rosa, que, a las virtudes de coqueta, caprichosa, pizpireta, poetisa ocasional y derrochadora, sin duda añade la no menos elogiable excelencia de ser el ojito derecho de su marido, al que gobierna sin piedad con un par de carantoñas y cuatro palabras cariñosas... y claro, pasa lo que pasa. Que Rosa se empeña en dar una cena imposible, y el petimetre de su esposo agacha la cabeza, se quita de en medio y deja que la maquinaria se ponga en marcha.

¿Y qué problema arrastra la cena que Rosa se empeña en dar en el pequeño comedor de su casa? Pues para empezar que es eso, pequeño, y allí apenas caben diez personas. Pero ella se pone a mandar invitaciones como si no hubiera un mañana porque cuenta con la cortesía de que la mitad de los invitados rehusarán acudir. Cuando esto no ocurre, cuando esos veinte invitados, el doble de los que caben en la mesa, confirman su asistencia, empiezan los quebraderos de cabeza y la locura en el modesto hogar de este matrimonio... ¿cómo van a meter a veinte personas donde solo caben diez? A esa locura se suman la madre de Rosa (suegrísima de Fitzroy, obviamente, y con evidentes ganas de pisotear a su yerno y socavar su posición dentro del hogar), la falta de vajilla, la preparación de la comida, la contratación de personal preparado que la sirva, la redecoración de la casa ante el aluvión de visitas, el bebé que berrea, la hija que se harta de que su madre meta las zarpas en todo... y gastos, muchos gastos imprevistos.

¿Quién narra toda esta algarabía? Pues uno de los invitados, amigo de la pareja, quien dice que no quiere burlarse de los apuros de sus anfitriones y que jamás se atrevería a mofarse de la cena en cuestión, pero no se calla una y no deja títere cotere con cabeza. Y eso que dice que más vale cerrar la boca si quieres que te sigan invitando en temporadas posteriores... pero no, afortunadamente para el lector no la cierra, y además lo cuenta con mucha gracia.

Y con todo esto, que puede parecer una frivolidad (que lo es), o una historia banal (que podría serlo), Thackeray construye una historia que a mí me ha hecho hasta reír en alguna ocasión (reír, no sonreír, que la sonrisa se te pone cuando comienzas la lectura y ahí se queda hasta el final). Y lo más interesante de este relato es lo sorprendentemente actual que es, lo reconocibles que pueden ser muchas situaciones, actitudes y comportamientos en nuestros días. El ansia por aparentar, las ínfulas de superioridad, el gastar mucho más dinero del que se tiene para ocupar una posición elevada en la sociedad, la vanidad y el orgullo que nos impulsan a intentar ofrecer una imagen irreal de nosotros mismos ante los demás para no sentirnos rechazados, inferiores... para que no nos miren por encima del hombro y sentir que encajamos. 

Y así, entre risa y risa, entre ironía e ironía, de manera punzante, inteligente y muy ingeniosa, Thackeray construyó una imagen de la burguesía de su época que, a día de hoy, 160os después, es un fiel reflejo social que sigue totalmente vigente, lo que da buena muestra de que los seres humanos, en cuanto a nuestros defectos, ni aprendemos ni evolucionamos. Soy consciente de que hay que empatizar mucho con la ironía inglesa para que este tipo de relatos hagan sonreír, y que mucha gente lo leerá y seguramente se quedará igual, pero quien sí comparta este tipo de humor, y no lo haya leído, debe hacerlo. Lo disfrutará mucho.

Poco más puedo decir; es tan cortito que no debo extenderme mucho más. Bueno, sí, por si no os fiáis mucho de mí: G.K. Chesterton decía que no se puede leer una página de Thackeray sin esbozar una sonrisa. Y si lo decía Chesterton, por algo será. Una cena en casa de los Timmins es literatura de la buena, condensada en no más de 60 páginas. Como solo los grandes pueden hacerlo. Si ya lo decía yo al principio de la reseña...



El escritor británico William Makepeace Thackeray nació en Calcuta en 1811 y murió en Londres en 1863. Autor clave del realismo inglés, durante su época solo existió otro autor a su altura en celebridad: Charles Dickens.

Hijo único de un comerciante, se quedó huérfano de padre a los cinco años, por lo que fue enviado al Reino Unido con una tía suya, que sirvió de inspìración para uno de los personajes de sus novelas. Estudió en la Chiswick Mall Charterhouse School de Londres y luego en el Trinity College de Cambridge, pero dejó los estudios para viajar por Europa. Posteriormente se matriculó en Derecho, aunque lo abandonó cuando recibió una gran herencia, con la que adquirió el periódico The National Standard. Se instaló en París para estudiar pintura y dibujo, escribió columnas y dibujó caricaturas en los medios más prestigiosos de su época: The Constitutional, The Times, Punch o Fraser's Magazine. 

Autor de dos obras míticas, La feria de las vanidades y Barry Lyndon, Thackeray es reconocido aún hoy por su habilidad en el retrato de los personajes, las estructuras argumentales brillantes y el empleo de la sátira; su obra destila un humor tan corrosivo como atemporal. Buen ejemplo de ello son sus novelas breves, como La historia de Samuel Titmarsh y el gran diamante Hoggarty (Periférica, 2014) y Una cena en casa de los Timmins.  

36 comentarios:

  1. Por Dios! Con el atasco que tengo....sabía yo que me llevaría esta novela si os leía. Es cierto que no soy de relatos ni de novelas cortas pero te doy toda la razón, cuando es un gran escritor el autor, esa pequeña novela corta se convierte en algo grande, no es lo mismo. Bueno, pues eso, que me lo llevo.
    Besos

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    1. ¡Si esto se lee en un periquetillo! ¡De verdad! Mételo entre lecturas un poco más densas y largas, que en un par de horas lo tienes y te va a dejar muy buen sabor de boca.

      ¡Besote!

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  2. ¡Me encanta! lo leí hace algún tiempo y me pareció divino, y yo que de por si soy amante de novela corta y relatos, me parece maravilloso.
    ¡Gracias por compartir!

    Un besito
    Yolanda.

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    1. ¡Divino! ¡La palabra exacta!... jajaja. Una maravilla, de verdad. Es que se me nota mucho cuando algo me apasiona y me da miedo que luego la gente se lleve chascos, pero es que de verdad que es una gozada.

      ¡Besote!

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  3. Me ha encantado la reseña, espero poder hacerme con él más pronto que tarde porque Thackeray es un autor que me despierta cierta curiosidad.
    ¡Un beso chicas!

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    1. ¡Gracias, guapa! Hazte con él si puedes porque tú en concreto, que diseccionas los libros que da gusto, sé que le sacarás todo el jugo que tiene, porque es muy divertido, pero la crítica social está ahí esperando agazapada en cada palabra.

      ¡Besote!

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  4. Bien contado, me ha gustado mucho la reseña y me encantaría leer esta pequeña joya del postureo.
    Besos.

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    1. Rosa Timmins es la reina del postureo total... jajaja. Muchas gracias, guapa. Si al final decides leerla espero que pases un rato estupendo, de verdad que es una gozada.

      ¡Besote!

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  5. Ay, este es para mí seguro-seguro, me lo llevo. Me has recordado lo mucho que me gustan algunos títulos de Periférica como "Kathleen", de Christopher Morley (por no hablar de su librería ambulante, claro), o "Una biblioteca de verano", de Mary Anne Clark Bremer, o la más reciente "Mi maravillosa librería" de Petra Hartlieb. Parece que la editorial es especialista en elegir esas novelas cortas (o relatos largos, como tú dices ¿dónde está la línea?) más brillantes de cada autor. Y es cierto que te sorprende por lo mucho que cuentan en tan poco.
    Pero sobre todo me lo llevo por ese invitado que comentas, el narrador, porque no quiere criticar a sus anfitriones y sus problemas, jajajajaja. Bss

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    1. ¡Seguro, seguro, segurísimo que es para ti! Yo no tengo ni idea de donde está la línea entre relato largo o novela corta, pero sí tengo muy claro que leer una obra de 60 páginas de un señor como Thackeray me aporta mucho más que otras novelas de 400 páginas. Veneración absoluta. Y el narrador tiene mucha guasa pero poca vergüenza... jajaja.

      "Kathleen" lo tengo en la estanterçia desde que salió. A ver si le saco hueco, que es también megafinito.

      ¡Besote!

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  6. Tengo pendiente aún a Thackeray, y esto que nos cuentas sobre esta novelita me ha dejado con unas ganas enormes de conocer a los Timmins. ¡Qué buena pinta!
    ¡Besos!

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    1. Las novelas de Thackeray tienen mucho más empaque, pero para conocer la prosa del autor, la fina ironía que tenía, ese humor directo a la yugular... esta novela es una manera estupenda y divertida de empezar a conocerlo. ¡Si te animas ya me contarás!

      ¡Besote!

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  7. Ay aunque me tentáis, no creo que me anime por ahora... Besos

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    1. Pues otra vez será... ¡si es que hay más libros que piedras en el camino!... jajaja.

      ¡Besote!

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  8. Pues habrá que ir a casa de los Timmins. Me ha recordado a las sensaciones que me dejó Ethan Frome de Edith Wharton. Sorprendente todo lo que hay en pocas páginas, es como cosa de magia. De este autor solo he leído la Feria hace mucho tiempo y me gustó. Hala, para la bolsa.
    Besos

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    1. Mira, a mí estos autores me enamoran. Que te escriban tochos de 800 páginas, y luego en 100 consigan pura magia... es fascinante, de verdad. Si te gustó la Feria, te gustará este. Están en órbitas completamente distintas, pero la sorna de Thackeray permanece inmutable.

      ¡Besote!

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  9. Menuda reseña te has marcado...me ha encantado leerte y el relato seguro que también me encanta. Promete una lectura agradable y muy divertida así que lo tendré en cuenta para más adelante.

    Besitos

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    1. ¡Muchas gracias, guapa!

      De verdad que se lee en un suspiro y te deja con una sonrisa. Es de esas lecturas que sirven para acompañar y aligerar lecturas más intensas.

      ¡Besote!

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  10. Pues no lo conocía y me tientas mucho con este relato. Bien apuntado me lo llevo.
    Besotes!!!

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    1. Pues si al final te animas a leerlo, espero que lo disfrutes mucho. Muy breve, pero encantador (no encuentro mejor manera de definirlo).

      ¡Besote!

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  11. De Thackeray solo he leído la feria de las vanidades, así que no descarto ponerme con este que por lo que cuentas en tu reseña me va a gustar. Besinos.

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    1. Comparado con la Feria, que es un buen tochete, esto se lee en apenas un par de horas (y saboréandolo mucho), y tiene su esencia, que es muy particular. Te sacará la sonrisa seguro.

      ¡Besote!

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  12. Respuestas
    1. Pues si te animas yo creo que vas a pasar un buen rato, de verdad.

      ¡Besote!

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  13. Hola! La verdad es que la trama no me llama demasiado... pero siempre he querido leer algo de este autor, y como este libro tiene pocas páginas, igual le doy una oportunidad :)
    Un saludo desde lacajadej.blogspot.com

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    1. Thackeray es un autor que todo lector debería leer al menos una vez en la vida, pero si ves que esta nouvelle en concreto no te llama, tiene otras muchas obras que son auténticas maravillas :)

      ¡Besote!

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  14. No soy de relatos ni novelas cortas... pero vaya tentación ehh
    Un beso ;)

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    1. Siii, ya sabía que a ti esto no te va mucho... ¡Pero si te he tentado un poco ya es algo! :)

      ¡Besote!

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  15. A mí sí me gustan mucho los relatos y las novelas cortas. Y esta parece interesante. Me la apunto. Un saludo.

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    1. Pues si te gustan los relatos y las novelas cortas, y además te gusta la ironía muy típica british, de verdad que es un bocado muy entretenido.

      ¡Besote!

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  16. Me lo llevooo!! Es que además lo tiene todo, todo lo que me gusta. Apuntado queda. Besos

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    1. Pues si lo tiene todo hazle hueco, que ya verás que se lee rápido pero te deja la sonrisa en la boca. De verdad que es un tesorillo.

      ¡Besote!

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  17. Hace unos meses leí uno de la misma editorial y con prácticamente la misma extnsión, y me quedé enamorada. A veces lo compacto es sublime.
    Me lo llevo.
    Besosss

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    1. Tienes toda la razón, y Periférica tiene varios libros de este estilo que son una auténtica gozada. Enamoran, como tú bien dices. Disfrútalo mucho si al final te decides a leerlo.

      ¡Besote!

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  18. Hola chicas,

    A mí me pasa con Stefan Zweig... He leído Novela de ajedrez, Carta de una desconocida y Mendel el de los libros.... todos son entre 60 y 80 hojas... y es increíble como de una sóla escena inicial puede sacar una historia tan completa... me parece fascinante!! De cada vez me gustan más los relatos o novelas cortas...
    Interesante la lectura que nos ofrecéis en esta entrada!! A tener en cuenta... Además, si no recuerdo mal la vi en la biblioteca!! ;)

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    1. ¿Verdad que sí? Bueno, es que Zweig era un genio... "Carta de una desconocida" está entre mis libros favoritos de siempre. Pura maravilla. LO que conseguían estos autores en apenas 60-80 páginas es muy, muy difícil. Si te suena haberla visto en la biblio, intenta hacerte con él, que creo que te gustará. Es muy ligera, pero muy divertida y más mordiente de lo que parece a primera vista.

      ¡Besote!

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