miércoles, 31 de marzo de 2021

RESEÑA (by MH) ::: EL CAMELLO - Lord Berners


 
Título original: The Camel
Autor: Lord Berners
Editorial: La Bestia Equilátera
Traducción: Mónica González
Prólogo: Matías Serra Bradford
Páginas: 126
Fecha publicación original: 1936
Fecha esta edición: enero 2009
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: descatalogado (disponible de 2ª mano)
Diseño de cubierta: Juan Pablo Cambariere



La aparición de un camello en la puerta de una vicaría es análoga a la de Lord Berners en el ámbito de las letras, insospechada y parsimoniosamente subversiva. El autor capturó a la perfección aquello que siempre resulta una impresión pasajera: que los animales lo comprenden todo. Lección de sutileza y sobriedad, modelo de economía y estilo, El camello fascinó a Stravinsky, era la novela favorita de Dalí y puede leerse como un guión de Anthony Trollope filmado por Luis Buñuel. Párrocos y percances nimios, suspenso surrealista. Se trata de un certamen de chismes y malentendidos, de criterios morales. El camello se disfruta, en suma, como la fábula que guarda los secretos -los encantos- del mal funcionamiento del mundo.

Supongo (espero) que no se nota, pero estoy bregando mucho para seguir manteniendo actualizada la mitad que me corresponde en Netherfield. Sinceramente, no llego, hay meses que no llego, y hago lo que puedo. La representación máxima de este sinvivir creo que es la reseña que os traigo hoy, porque este mismo domingo por la noche ni había empezado a leer el libro por falta de tiempo. No os voy a decir el agobio que supone saber que tienes que reseñar en dos días algo que ni siquiera has leído todavía, pero así me va la vida. He conseguido leer el libro (es muy finito, de otro modo hubiera sido imposible) y aquí estoy para hablaros de él, aunque la reseña no va a dar para mucho porque yo ya no doy para mucho, y sé que este proyecto de Reseñas Cruzadas que comparto con mi querida Undine se merece algo mucho mejor que mi mediocridad, pero también sé que ella me perdona (no le queda otra, en cualquier caso xD). Sin más dilación, y recordando una vez más la premisa inicial del reto (que leemos el mismo libro pero no lo comentamos entre nosotras hasta leer las reseñas el último miércoles de cada mes y ver lo que nos ha parecido a cada una), os hablo sobre El camello, de lord Berners.

Nuestra historia tiene lugar en el pueblecito inglés de Slumbermere. Allí, tras una fuerte nevada, aparece un camello. Un camello que, sorprendentemente, sabe llamar a la campanilla de las casas. Es más, un camello que, sorprendentemente, sabe llamar a la campanillas de las casas, y que decide hacer uso de semejante talento en la vicaría del pastor Aloysius Hussey y su esposa Antonia. Superado el estupor inicial, Antonia decide quedarse con el camello, que le recuerda a sus tiempos de misionera en Oriente, en los que acostumbraba a ir de acá para allá a lomos de semejante animal (bueno, Oriente le inspira otras cosas también, y cómo me he reído leyendo esa parte). El caso es que ahí que se queda el camello, en el establo de los Hussey. Y vosotros pensaréis que la peculiaridad del libro es esa, un camello a modo de mascota en plena campiña inglesa, y que las risas están aseguradas... y yo os digo que no, que la peculiaridad del libro no es esa, sino la actitud del camello hacia Antonia, la capacidad de comprensión del camello en relación a Antonia, las cosas raras que ocurren derivadas de esa actitud y esa capacidad de comprensión, y como el autor nos engaña haciéndonos creer que nos hemos sentado a leer una cosa y cerramos el libro habiendo leído otra. Y yo encantada de la vida, porque ni siquiera he visto venir el final. ¿Qué más se puede pedir?
 
Sí, llegado el mes de marzo del proyecto de Reseñas Cruzadas puedo decir que por fin he disfrutado de una de las lecturas que habíamos escogido previamente. Y no deja de tener su aquel, porque probablemente sea la lectura con menos pretensiones de las tres, la que menos ínfulas de loquesea tiene... o quizás tiene pretensiones e ínfulas pero sabe esconderlas muy bien detrás de mucha imaginación a la hora de idear escenas inverosímiles y mucha desvergüenza para contarlas. Porque El camello parece un juego de su autor, se le ve la intención de pasárselo bien escribiéndolo y hacerle pasarlo bien a quien lo lea, y el humor negro, un tanto retorcido, bastante mordaz, que impregna toda la obra, parece escapársele a su autor por entre los dedos. Yo me imagino a lord Berners sonriendo mientras escribía esto, sobre todo en muy determinados pasajes, y anticipando la reacción de sus lectores. Y es que era todo un personaje este lord Berners.
 
No soy mucho de extenderme (ni de hablar siquiera, salvo excepciones) sobre los autores en la propia reseña, y aunque tampoco tengo intención de hacerlo hoy, sí que resulta inevitable dar un par de pinceladas sobre lord Berners, porque conociéndolo un poco a él, podéis haceros una idea de lo que puede encontrarse en su literatura en general, y en El camello en particular. Lord Berners era un aristócrata estrafalario, singular y excéntrico que hacía de las bromas (de mejor o peor gusto) su particular afición y que se dedicaba a idear barrabasadas con cualquier animal que caía a su alcance (ya fuese pintarle las plumas a las palomas, tener jirafas de mascota para tomar el té o publicar anuncios vendiendo rinocerontes y animales amaestrados). Era compositor, pintor y escritor, se codeó con lo más granado de la alta sociedad de la época y si tenéis a mano un ejemplar de Amor en clima frío, de Nancy Mitford, veréis que está dedicado precisamente a él (os lo enseño yo de todos modos en la foto... Berners era una especie de mentor de Nancy, e incluso algún personaje de esta autora está basado en él). Os contaría muchas anécdotas de este señor (el prólogo de esta edición es fantástico en este aspecto), pero lo dicho, no quiero extenderme en demasía. En definitiva, era peculiar, vivió la vida como quiso, se puso el mundo por montera, no se tomaba nada demasiado en serio, y eso basta para que os hagáis una idea. Ah, y era lector de Jane Austen. Grande.
El camello, que fascinó a Stravinski y era uno de los libros favoritos de Dalí, puede leerse como un guión de Trollope filmado por Buñuel; párrocos y percances nimios, suspenso surrealista.

Qué acertadísima me parece esta frase del autor del prólogo,  Matías Serra Bradford (escritor, traductor y crítico argentino). La ambientación parece sacada de esas crónicas de Barsetshire tan costumbristas de Anthony Trollope (que en español siguen sin estar traducidas y publicadas al completo, dicho sea de paso), llenas de párrocos, de vecinos ricos y pobres, de destellos de la vida en provincias y, en definitiva, de escenas de la vida parroquial (que diría George Eliot, que quizás falta en ese párrafo de arriba para hacer un símil completo), pero al mismo tiempo, desde que aparece ese camello en la puerta de la vicaría, y desde que la narración avanza a partir de ahí, sabes que no estás delante de una historia amable ni costumbrista en absoluto, que pasan cosas que oscilan entre el surrealismo y la extravagancia, que te están contando cosas que a poco que te propongas racionalizarlas, fracasarás en el intento... que lo que pasa no puede ser, y porque no puede ser pasa, y ahí está la gracia. Y todo barnizado con un humor negro que roza la mala leche a veces y que va derivando poco a poco en algo muy diferente, oscuro, corrosivo y con un toque malévolo. Por si fuera poco, aviso a aquellos navegantes que les gusta tenerlo todo bien atadito cuando cierran un libro: El camello no tiene ninguna intención de explicaros el comienzo de la historia, se pasa por el arco del Triunfo que el lector necesite saber qué hace ese camello ahí y cómo ha llamado a la campanilla. Que la historia no va de eso, y dicho queda. Luego no quiero quejas.

Si tengo que resumir lo que para mí ha sido El camello, sería algo así: esta es la historia en la que, en lugar de adoptar una mujer a un camello, un camello adopta a una mujer, y lo que ocurre a continuación, por muy sorprendente que parezca; una historia en la que el lector se imagina cien cosas sobre ese camello, la razón de ser de ese camello, quedando todas ellas sin respuesta; sobre lo poco que le importa a dicho lector todo lo sorprendente, todo lo que queda sin respuesta, porque se lo pasa pipa en el proceso de lectura y no le hace falta nada más. ¿Cómo consigue Gerald Berners esa conexión con el lector? A base de buenos personajes, de situaciones inverosímiles narradas con tal inteligencia que induce al lector a aceptar camello como animal de compañía, de una sutileza descarada (sí, Berners se las apaña para contar cosas de manera sutil que son de un atrevido impensable para la época en general pero no para él en particular, que hizo de la osadía excéntrica su modo de vida) que se abre paso para ser muy claro cuando no puede pero quiere (y consigue) serlo, y, sobre todo, a base de ese aire juguetón, caprichoso, singular y soberbio que impregna una narración llena de ironías, dobles sentidos, malentendidos y situaciones rocambolescas que realmente ejemplifican a la perfección la vida en la campiña inglesa a principios del XX pero con un satírico giro de tuerca.

Os lo decía arriba, este libro huele a antojo del autor, sin más pretensión que la mera diversión extravagante, y el resultado es una delicatessen que se disfruta precisamente por su brevedad y la justa medida en que usa todos los elementos. Poco más puedo añadir sin adentrarme en una trama que apenas se extiende durante cien páginas, he intentado no desvelar absolutamente nada de lo que ocurre en el libro porque perdería toda la gracia, y en su capacidad de sorprender está su valía. Si tenéis la suerte de toparos con un ejemplar, no lo dudéis (esta edición está descatalogada y es de una editorial argentina. Que yo sepa en español no hay ninguna otra). Eso sí, no quiero terminar sin comentar un guiño que sé que a Undine no le habrá pasado tampoco por alto, y es que en el prólogo de El camello se hace alusión a otro camello que aparecerá precisamente en otra novela que leeremos y reseñaremos en este proyecto de Reseñas Cruzadas sin que tuviésemos ni idea sobre el particular cuando escogimos ambas lecturas. Una coincidencia así, con la de miles de libros que teníamos para elegir, no deja de ser un buen augurio y una serendipia literaria. En mayo descubriremos si se cumplen las expectativas :)

 

Reseña en Lecturas de Undine de El camello -> aquí


 
  
 

Gerald Tyrwhitt-Wilson mejor conocido como Lord Berners, nació en Apley, Shropshire, Inglaterra, en 1883. Fue compositor de música clásica, pintor, escritor y un excéntrico nato. Stravinski lo calificó como el compositor británico más interesante del siglo xx, “el Satie inglés”. Como autor se ganó la admiración de figuras de la talla de Evelyn Waugh, H. G. Wells, Isaiah Berlin y Jean Cocteau. Se educó en el Eton College. En su juventud viajó por Europa, ocupó cargos diplomáticos en Constantinopla y Roma, y obtuvo su título nobiliario en 1919.

Escribió dos autobiografías (First Childhood y A Distant Prospect), relatos y novelas como The Girls of Radcliff Hall, Far from the Madding War, The Romance of a Nose y Count Omega.

Se rodeó de escritores y amigos notables: Ronald Firbank, Max Beerbohm, John Betjeman, Maurice Bowra y Nancy Mitford, entre muchos otros. Mark Amory, biógrafo de Berners, cuenta que el médico que lo atendió los últimos años se negaba a cobrarle porque “su compañía era retribución suficiente”. Murió en su legendaria mansión de Faringdon en 1950.

lunes, 29 de marzo de 2021

RESEÑA (by MH) ::: RELATOS PARA AMANTES DE LOS LIBROS - VV.AA.


 

Título original: Relatos para amantes de los libros
Autor: VV.AA.
Editorial: Alma
Traducción: VV.TT.
Páginas: 328
Fecha publicación original: segunda mitad siglo XIX-primera mitad siglo XX
Fecha esta edición: marzo 2021
Encuadernación: cartoné
Precio: 16,95 euros
Diseño de cubierta e interiores: Natalia Zaratiegui


El presente volumen contiene una selección de relatos de grandes autores de la literatura cuyo nexo común es el universo del libro. Escritores en busca de la perfección, libreros dispuestos a matar por ejemplares únicos, editores apasionados, aspirantes a genios y letraheridos de toda condición pasean por estas deliciosas páginas para hablarnos del amor por la literatura.

Tengo unos cuantos libros de Alma Editorial (no muchos, porque casi todas sus publicaciones son clásicos universales que hace años que están en mi estantería y no tengo sitio para duplicados... pero unos cuantos sí tengo), y hemos sorteado entre vosotros ejemplares en nuestros aniversarios blogueros, pero creo que este es el primero que os traigo a Netherfield. ¿Y qué mejor que hacerlo con un libro sobre libros? Es más... ¿qué mejor que hacerlo con un libro sobre libros de la mano de relatos de autores clásicos? Voy más lejos... ¿qué mejor que hacerlo con un libro sobre libros de la mano de relatos de autores clásicos es una edición requetebonita ilustrada? Si no os parece suficiente os considero oficialmente unos desalmados y unos insensibles, que lo sepáis.
 
Relatos para amantes de los libros incluye un total de veintitrés relatos, buena parte de ellos escritos en el siglo XIX y unos cuantos en la primera mitad del siglo XX (probablemente los más tardíos sean un par de ellos publicados originalmente a finales de los años 30). La selección corre a cargo de Antonio Iturbe (periodista y escritor que quizás sea más conocido por estos lares por ser el autor de la novela La bibliotecaria de Auschwitz), que además es el autor del prólogo que acompaña a la edición y de las breves introducciones que acompañan a cada relato. Estas introducciones, por cierto, están muy bien pensadas y planteadas, porque en apenas unas breves pinceladas que no ocupan más de dos párrafos presentan al autor y esbozan la historia que vamos a leer a continuación (solo puedo ponerle un pero a la primera intro de todas, porque se traduce un término de manera distinta a como se traduce en el propio relato y causa al principio un poco de confusión, teniendo como tenía fácil solución en la corrección. Pero nada, es un pero pequeño que yo lanzo al aire por si hay reedición y se considera que se debe arreglar).
 
Y ahora vamos a lo que interesa, lo que importa, lo que hace que estéis desayunando croissants con uñas en este momento. ¿Qué podemos encontrar en estos relatos? Metaliteratura en todas sus formas y posibilidades. Tenemos a escritores a los que les ocurren cosas más allá de la escritura y tenemos a escritores que efectivamente ejercitan su trabajo ante el lector; tenemos a lectores que traspasan límites éticos en su adoración por sus escritores favoritos; editoriales y editores, libreros y librerías; escritores que roban ideas y escritores que se basan en hechos reales sin permiso; reflexiones sobre cómo un libro llega a ser un best-seller o sobre las mujeres escritoras en una sociedad que no estaba acostumbrad a ellas; juegos de palabras picarones a expensas de los ex-libris y coleccionistas de libros que rayan la locura en su obsesión por poseer el libro más especial del mundo. Literatura dentro de literatura contada de tantas formas distintas, con tantos estilos diversos, usando tantas vertientes posibles, como múltiples y variopintos son sus autores. A veces esa presencia literaria no es más que una excusa para contar una historia completamente diferente (me viene a la mente por ejemplo el primerísimo relato del libro, Vida de Ma Parker, de Katherine Mansfield), pero aun así permanece inalterable el por qué de esa presencia. No resulta imprescindible, pero ya que está, dice lo que tiene que decir y pinta lo que tiene que pintar.

Y os diréis: "Ya, ya, pero sé un poco más específica. ¿Cuáles han sido tus relatos favoritos?". Os aseguro que salvo un relato, con el que no he conectado nada (y que os apunto más abajo), todos los demás me han gustado mucho, cada uno por sus motivos, pero sí es cierto que unos cuantos, los elegidos, me han parecido fantásticos. No quiero alargar mucho la reseña ni tampoco quiero deciros demasiado de ellos porque al fin y al cabo son relatos y no se debe ir mucho más allá, así que solo pongo nombre a seis de ellos, aunque me duele en el alma dejarme unos cuantos fuera:

Los años intermedios (Henry James), porque es James en estado puro con su melancolía, su pátina nostálgica y esa búsqueda constante de la perfección y admiración encarnada en su anciano escritor protagonista.
Bobok (Fiódor Dostoievski), porque ese ratito que el protagonista pasa en el cementerio es de una genialidad, un humor y una imaginación desbordantes.
Un exlibris mal colocado (Octave Uzanne), porque Uzanne usa el concepto de algo tan literario como un exlibris para contar triquiñuelas extramatrimoniales de una manera fantástica.
Chist (Antón Chéjov), porque muestra al escritor egoísta que ni siquiera imagina su egoísmo y piensa que el mundo gira alrededor de su arte y su ombligo.
Bibliomanía (Gustave Flaubert), porque convierte la obsesión de un librero en un relato de misterio apasionante de apenas unas páginas.
Un documento (Leopoldo Alas, Clarín), porque lo que empieza como un amor platónico acaba en un perfecto ejemplo de escritor sin escrúpulos, con una puntilla final que suena a desaire de gran novela.

Os hablaba arriba del que menos me ha gustado con diferencia, y ese ha sido La biblioteca universal, de Kurd Lasswitz, pero porque mi capacidad mental y mi inteligencia limitada no dan para lo que este señor cuenta en su relato (era doctor em Física y Matemáticas). Supongo que sus semejantes intelectuales se lo pasarán pipa con esta historia, pero yo la he leído y me he quedado igual, no he entendido nada. Si os dijese otra cosa os mentiría. Hice la rama de Ciencias en el instituto por pura cabezonería y porque se me da genial complicarme la vida, pero ni me gustan ni se me dan bien. Así que a otra cosa mariposa, no pasa nada de nada :)
 
Relatos para amantes de los libros ofrece precisamente lo que predica en su título, así que si os gustan los relatos y os gusta la metaliteratura, este es vuestro libro. Yo además añadiría que es una joya para quienes les guste la literatura clásica, porque en sus páginas encierra relatos de grandísimos autores que abarcan la centuria comprendida entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX. Además de los escritores que os nombro arriba, podéis encontrar en estas páginas a Francis Scott Fitzgerald, Edith Wharton, Edgar Allan Poe, Lovecraft, Emilia Pardo Bazán, Miguel de Unamuno, Rosalía de Castro, Rudyard Kipling... De verdad, es una selección fantástica y unos relatos que, en su individualidad, merecen mucho la pena. Yo estoy segura de releer más adelante no solo los que os nombro más arriba, sino unos cuantos que he tenido que dejar fuera por no extenderme. Y mención aparte merece la edición, con ilustraciones a cargo de Natalia Zaratiegui en solo tres colores (blanco, amarillo y negro), que complementan los relatos a la perfección.


 

viernes, 26 de marzo de 2021

RESEÑA (by MB) ::: ELLA Y SU GATO - Makoto Shinkai y Naruki Nagakawa


 

Título original: Kanojo to kanojo no neko
Historia de: Makoto Shinkai
Escrita por: Naruki Nagakawa
Editorial: Duomo
Traducción: Gabriel Álvarez Martínez
Páginas: 192
Fecha de publicación: marzo 2021
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16,80 euros 
Diseño de cubierta: Elsa Suárez Girard


CUATRO MUJERES. CUATRO GATOS.
CUATRO HISTORIAS ENTRELAZADAS.

En un lluvioso día de primavera, Miyu, una chica que vive sola en la gran ciudad, encuentra un gato acurrucado en una caja de cartón y se lo lleva a casa. A ella se le da mal expresar lo que siente. Él observa de cerca sus torpezas y rutinas. Cada uno en su universo propio, ambos dan el salto al mundo exterior, donde encontrarán a otros con distintos problemas, unas veces grandes y otras, pequeños. Reina, una chica que no reúne el suficiente valor para presentarse a unas pruebas de acceso a la escuela de Bellas Artes, y Aoi otra joven que vive atormentada por la muerte de su mejor amiga… Mientras sus gatos las observan con cariño, entre todos nacerá un vínculo especial, lleno de emociones. 

Ella y su gato supone la novelización de una de las primeras obras del prestigioso director de animación Makoto Shinkai. Son cuatro historias engarzadas que giran en torno a los gatos recogidos de la calle, repletas del encanto y la belleza del mundo de este gran cineasta contemporáneo.

Yo me acuerdo de esa época feliz en la que no existía la tristeza, cuando todo era una sola cosa. Nuestro universo era sencillo primero y, poco a poco, se fue volviendo más complejo hasta dar lugar al mundo actual. 
Ella y su gato recrea esas vidas, en principio imperfectas, en las que se nos representa a cuatro mujeres distintas y equidistantes en diferentes etapas que, de alguna forma, se han quedado estancadas. Han dejado de fluir, y sienten que en ese aquí y ahora es cuando la tristeza y desesperanza acuden y las atacan desarmando sus defensas, vaciando su autoestima y haciéndolas sentir solas y desamparadas en medio de una vida que les da más miedo que otra cosa. Solo a través de sus mascotas felinas encontrarán el sendero para crecer personalmente y salir adelante.
Hubo además otro cambio: una vez dejados atrás el parto y la crianza, me instalé en el piso de Reina.
Pasé a ser su mascota.
O sea, me convertí en su gata.
Así encontramos a Miyu con su gato Chobi, a Reina con Mimi, Aoi con Cookie y Shino con Kuro. Cuatro mujeres, cuatro gatos y cuatro historias entrelazadas, donde los felinos toman el papel principal en las vidas de sus dueñas, asumiendo y desempeñando un protagonismo activo en las distintas historias. Son los narradores omniscientes y también los creadores de diversas situaciones que van más allá de los mimos y las caricias que sus amas les dan. Sienten y presienten sus estados emocionales y ponen a su alcance el estilo de vida que, en el fondo, ellas quieren o necesitan llevar.
Aquel día, cuando estaba a punto de separarme de este mundo, ella me salva y consigo sobrevivir. Luego se me antoja dar un paseo, me encuentro por casualidad con John... Lo escucho hablar de mi madre y, acto seguido, heredo su territorio.
Pese a haber estado muy cerca de separarme para siempre del mundo, de pronto sentía que me acoplaba a él.
John es un perro sabio, maestro y guía de los gatos de ese barrio. Representa la sabiduría y la conciencia en esta vida y es el posibilitador de los milagros que ocurren en ella, manteniendo y gestionando los distintos territorios para que exista convivencia entre los gatos y, con ello, también entre las personas dueñas de los mismos.
━¿Te acuerdas de lo que te conté de ella? Pues me gustaría llenar el vacío que hay en su corazón.
Esta original obra compone una alegoría sobre el lugar que tienes, que debes tener o quieres ocupar en el mundo, y g
racias a los distintos narradores felinos, reconocemos cómo en la fragilidad de la vida existe un sentido de pertenencia y una cultura.

Cuando nos referimos a Miyu, vemos como, a pesar de su trabajo e independencia, siente las mismas ataduras y miedos que cuando no vivía en soledad, una palabra que le aterroriza y le hace sentir incompleta en su sociedad. Si nos vamos a la historia de Reina, vemos como descubre que, en su caso, el talento no es suficiente, y que la disciplina con la dedicación es el camino hacia sus sueños. Luego tenemos a Aoi y su sentimiento de culpa, el descubrimiento poderoso de sus palabras y los conjuros que estas provocan. Y, por último, está Shino, una mujer dedicada a los demás que encuentra el sentido de su existencia en su servicio desinteresado.

Cuatro mujeres salvadas por sus cuatro mascotas, sus gatos, que representan una continuación de sus almas, del instinto perdido y el saber ancestral de lo que realmente se quiere y se necesita. En ellas hallan el amor desinteresado sin juicio, el calor de la vida y la ausencia de soledad cuando los seres humanos han desaparecido de sus vidas.

En Ella y su gato se nos describe el sentido y el origen del amor, la amistad, la colaboración y, sobre todo, la esperanza, como motores que movilizan la transición y superación de las distintas fases de que se compone la vida, haciendo que estos vínculos se transformen en una deliciosa lectura gracias a su elegancia, descripción y observación en cada uno de sus detalles. 

(Gracias a Pepa y a Kitty por prestarse tan amablemente a la foto).
    




MAKOTO SHINKAI. Director de animación nacido en 1973 en Nagano (Japón). Realizó su primer cortometraje Ella y su gato mientras trabajaba en una empresa de videojuegos. Con Voces de una estrella distante, estrenada en 2002, gana numerosos galardones, entre ellos, el Premio del Público de la Tokyo International Anime Fair 21. El lugar que nos prometimos, de 2004, recibe el Premio a la mejor Película de Animación de los Premios de Cine Mainichi. Sus obras 5 cm por segundo (2007) y El jardín de las palabras (2013) también han sido muy aclamadas. Sus últimas exitosas creaciones son Your name (2016) y El tiempo contigo (2019).

miércoles, 24 de marzo de 2021

RESEÑA (by MH) ::: EL FANTASMA Y LA SEÑORA MUIR - R. A. Dick


 
 
 
Título original: The Ghost and Mrs. Muir
Autora: R. A. Dick
Editorial: Impedimenta
Traducción: Alicia Frieyro
Páginas: 224
Fecha publicación original: 1945
Fecha esta edición: noviembre 2020
Encuadernación: rústica con sobrecubierta
Precio: 20,50 euros
Imagen de cubierta: St. Ives, Cornwall (Stanley Roy Badmin, 1953)


Lucy Muir es una joven viuda a la que todo el mundo considera «muy poca cosa», a pesar de que ella se tiene por una mujer muy decidida. Agobiada por las deudas tras la muerte de su marido, decide mudarse a Gull Cottage, una casita ubicada en Whitecliff, un pintoresco pueblo costero inglés, en la que nadie ha querido vivir desde hace años. Según los rumores que corren por la zona, la casa está embrujada, y el espíritu del atractivo y arisco capitán Daniel Gregg, antiguo dueño de la casa, vaga por el lugar importunando a todos los que osan alterar su descanso. Inmune a las advertencias, Lucy se plantea descubrir por sí misma si esos rumores son ciertos. Decidida a sacar adelante a sus hijos, pronto tendrá que enfrentarse a la dura realidad. Hasta que, inevitablemente, entre el fantasma y ella surge el amor. La relación estrambótica y a la vez sumamente tierna con el capitán Gregg se convertirá en un refugio para ella, así como en un amor que desafiará todas las leyes de la lógica y del mundo en el que viven. 
 
Publicada en 1945, fue la novela que inspiró la mítica película de Joseph L. Mankiewicz protagonizada por Gene Tierney y Rex Harrison. Una comedia romántica, encantadora y poética, deliciosa y refrescante que explora la capacidad del amor para romper fronteras no solo en la vida, sino también más allá de esta.
El fantasma y la señora Muir fue una de las sensaciones literarias de las navidades pasadas, o al menos lo fue entre quienes nos gustan los clásicos y agradecemos como agua de mayo que las editoriales se acuerden de muchas de estas historias que o están inéditas, o fueron traducidas por última vez cuando se inventó el fuego. Tener El fantasma y la señora Muir entre las manos es una gozada, ojalá vengan detrás muchos libros más de este estilo (las adaptaciones cinematográficas clásicas son un filón para encontrar libros maravillosos inéditos en su traducción que, para mi gusto, está fatal explotado en España... pero ese es otro debate que hoy no voy a abrir. Bastante tengo con sacar un rato para escribir la reseña).

Lucy Muir es una viuda muy joven, con dos niños y una renta insuficiente para vivir con las mismas comodidades de las que disfrutaba cuando vivía su esposo. Es una mujer menuda, aparentemente frágil y sumisa, acostumbrada a dejar que los demás decidan por ella e incapaz de decirle a nadie que no. Hasta que un día se planta, decide marcharse de la casa donde vive con la familia de su marido, irse a la costa, alquilar una casita apartada y empezar a valerse por sí misma y ser una mujer independiente. Encuentra la casita perfecta en Whitecliff, aun a pesar de que el señor de la inmobiliaria no se muestra muy colaborador a la hora de alquilársela. ¿La razón? Pues que parece que el capitán Gregg, antiguo dueño de Gull Cottage, no está por la labor de tener inquilinos, cosa nada infrecuente de no ser porque está muerto, ha encantado la casa y se dedica a asustar al personal. Pero Lucy se ha enamorado de ese lugar y un fantasma cabezota y grosero no le va a impedir cumplir su sueño ahora que está totalmente decidida a llevarlo a cabo. Llega a un acuerdo con él, y se traslada a Gull Cottage... y a partir de ahí empieza su nueva vida, una vida de la que ella es ama y señora, con la única peculiaridad de que tiene un amigo/consejero fantasma. Cosas más raras se han visto, ¿no?

El fantasma y la señora Muir está dividida en cuatro partes muy diferenciadas que narran cronológicamente distintas etapas de la vida de Lucy en Gull Cottage. La trama estrella de la historia es sin duda la relación entre Lucy y el capitán Gregg, la dinámica que se establece entre ellos desde el primer momento, como el capitán sabe de lo que Lucy es capaz y le va abriendo la mente hacia las muchas cosas que puede hacer por sí misma. Conforme la confianza crece entre los dos personajes, se van saltando barreras personales que dan lugar a confidencias que la mayor parte de las veces son más profundas de lo que aparentan. Gregg desde el primer momento le deja claro que su existencia ya está en un plano en el que las apetencias carnales no tienen cabida, y eso hace que Lucy deje a un lado muchas cohibiciones que hubiesen impedido que la relación entre ellos avanzase como avanza. Y es que hay que tener en cuenta una cosa: el capitán Gregg es muy real, está muy presente, pero no es corpóreo. Lucy habla con él, lo siente, pero no lo ve. Llega un momento que sus diálogos son mentales sin pronunciar palabra alguna en voz alta.

Y hablando de los diálogos, son fantásticos, llenos de ingenio y humor, y la narración se desarrolla con una prosa envolvente, bonita y conmovedora, de esas que te hacen sentir como en casa. El capitán Gregg y su personalidad arrolladora son los amos de la función en las primeras dos partes del libro, mientras que en las dos últimas dos partes la vida terrenal de Lucy copa toda la narración. Y acompañando a los dos protagonistas tenemos un elenco de secundarios que van aumentando o disminuyendo de importancia según el momento vital de la protagonista (sé que la pobre Lucy no estaría de acuerdo conmigo, pero el personaje de su cuñada Eva es genial y cumple su cometido a la perfección xD).
 
De todos modos, a título personal creo que al leer este libro es fácil quedarse con la originalidad de convivir con un fantasma y la relación tan peculiar que se desarrolla entre los dos protagonistas, cuando lo que no hay que perder de vista en realidad es el verdadero trasfondo de la historia: el crecimiento personal de Lucy Muir. Lucy empieza como una mujer joven que quiere luchar fuera del nido de su familia política, que quiere libertad e independencia para ser ella misma, y las cuatro partes que tiene el libro nos narran el proceso para conseguirlo con sus aciertos, sus errores, sus tropiezos y sus anécdotas. ¿Que quien le guía y le va dando empujoncillos en parte de ese proceso es el apuesto y honesto fantasma? Sí, pero creo que es un artilugio de la autora para llegar donde quiere llegar. De hecho, y sin querer adentrarme mucho por no desvelar más de la cuenta, llega un momento donde el fantasma del capitán pasa a un segundo (tercer, cuarto) plano, y Lucy sigue adelante sin ningún problema. Ya tiene las bases, ya sabe cómo hacerlo. Vuela sola. Ese es para mí el objetivo de lo que nos quiere contar Dick, pero supongo que cada cual hace su propia lectura del mismo libro.
 
De este libro también quería haceros una reseña combo y hablaros de la adaptación de 1947 dirigida por Mankiewicz y protagonizada por Gene Tierney y Rex Harrison, pero como ya os comenté en Las brujas, no va a poder ser. He visto la película varias veces a lo largo de mi vida (la última hace ya un tiempo), así que aunque no la tengo reciente, voy a intentar de memoria deciros las cosillas que yo recuerdo como diferentes al libro (pido perdón por adelantado si la memoria no me acompaña como debe). Lo primero es que la protagonista solo tiene una hija, y esto, que parece que no supone gran cosa, para quien haya leído el libro resulta evidente todo lo que se queda en el tintero. Lo segundo es que, en cuanto a los acontecimientos, digamos que coge tres puntales de la novela (dejándose otros muchos en el camino, pero ya sabemos como funciona esto de las adaptaciones) y los introduce en la historia pero en un orden muy distinto y más... pues eso, cinematográfico, cambiando su influencia en la trama. Lo tercero y más importante es la relación entre el capitán y Lucy, porque en la película Lucy sí que ve en todo momento al capitán, y eso hace que su relación, aunque pueda parecer un sinsentido teniendo en cuenta que él es un fantasma, sea mucho más física y (para mí) romántica. No es lo mismo que el capitán esté en tu pensamiento y se comunique contigo en una especie de subconsciente a que lo tengas a cinco centímetros constantemente y te coma con los ojos mientras tú te lo comes a él. Nos entendemos, ¿no? Pues eso. Que sí, se parecen... pero en la base misma, no se parecen. Creo que la película es más romántica que la novela, decidió centrarse en ese aspecto y dejar de lado lo que para mí es más importante de la historia original: la búsqueda de independencia y el crecimiento como personaje de Lucy Muir, su aprendizaje para decir no, su determinación a ser ella misma y como el capitán le ayuda en el proceso más allá de la vertiente romántica. Ojo, que la película me parece maravillosa, pero si se comparan, pues tienen sus diferencias, y yo os las cuento, que para eso estoy aquí :) Lo dicho arriba, lo
mismo me patina la memoria, así que si alguien la tiene reciente y me tiene que corregir, adelante. Estas son mis impresiones de lo que recuerdo de la peli.
 
Si os gustan las novelas costumbristas con un toque de humor, personajes achuchables, casas encantadas y marinos fantasmas con un carácter de tomo y lomo pero de enorme corazón, El fantasma y la señora Muir es vuestro libro. A pesar de sus treinta y cuatro años (cuando comienza la historia), Lucy Muir sale del cascarón protector y comienza a vivir ante nuestros ojos, y eso se traduce en que la vemos equivocarse y aprender de sus equivocaciones, vemos como deja atrás su ingenuidad y como aprende a dar una patada en el suelo en lugar de agachar la cabeza y amoldarse. La vemos evolucionar hacia la Lucy Muir que ella quiere ser en lugar de la que le dejaban ser, la vemos enamorarse, la vemos sufrir y vemos como gana en sabiduría, experiencia y madurez. El fantasma y la señora Muir es una historia bonita, maravillosamente contada, que te hace reír y emocionarte, y no sé a vosotros, pero a mí con eso, hoy en día, me tiene ganada cualquier historia.

 
R. A. Dick nació como Josephine Aimee Campbell (1898-1979) en Wexford, Irlanda. Bajo este nom de plume publicó El fantasma y la señora Muir (1945), un libro que ahora ve la luz en Impedimenta y fue llevado al cine en 1947 por Joseph L. Mankiewicz. A este título le seguirían Unpainted portrait (1954), Witch Errant: An Improbable Comedy in Three Acts (1959), Duet for two hands (1960) o The Devil and Mrs. Devine (1974). 
 
R. A. Dick es una autora de literatura fantástica, así como cultivadora de la comedia gótica o costumbrista como lo fue en su día El fantasma de Canterville, de Oscar Wilde.