martes, 31 de octubre de 2017

RESEÑA (by MH) ::: LA TEMPORADA DE LOS ACCIDENTES - Moïra Fowley-Doyle





Título original: The accident season 
Autora: Moïra Fowley-Doyle
Editorial: Océano Gran Travesía
Traducción: Karina Simpson 
Páginas: 285
Fecha esta edición: 2016
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 15,95 euros
Diseño e imagen de cubierta: Jorge Garnica / La Geometría Secreta


Durante la temporada de los accidentes los huesos se rompen, la piel se desgarra y las contusiones brotan como frutos violentos de una semilla desconocida. Cada año, a finales de octubre, y después de la muerte de varios de sus parientes, la familia de Cara se vuelve inexplicablemente propensa a los accidentes. A pesar de que guardan bajo llave los cuchillos, acolchan los bordes afilados de las mesas y desconectan los aparatos eléctricos, los incidentes los persiguen dondequiera que vayan. La temporada de los accidentes se convierte en un temor obsesivo y creciente. Poco a poco Cara descubrirá que no todas las cicatrices provocadas por la temporada de los accidentes son físicas, y que sus orígenes más oscuros se hallan relacionados con los secretos ocultos de cada uno de los miembros de su familia.
  

Esta noche se celebra Halloween, y nos falta para el reto genérico uno de temática juvenil, así que ha llegado el turno de reseñar La temporada de los accidentes, leído hace ya... no sé, dos o tres meses, pero que por unas cosas u otras todavía no os había traído por aquí, y coincide que conjuga ambas cosas.

Con este libro me ha pasado algo muy curioso. Me puedo tirar años sin leer una novela clasificada como juvenil, pero esta la quería, LA QUERÍA, incluso desde antes de que fuese publicada en España. Sigo preguntándome por qué, pero así fue, y estuve totalmente pendiente hasta que por fin la editorial Océano la publicó en castellano con esa portada preciosísima que veis arriba (mucho más bonita incluso que la original). Y la compré nada más verla en la librería. Luego, como tantos otros libros en mi estantería, se ha tirado esperando un montón de meses para ser leído.

Se acerca octubre, y eso en la familia de Cara significa accidentes inexplicables. Desde hace años, cuando llega este mes, deben esconder cuchillos y objetos afilados, mirar muy bien donde pisan, proteger esquinas y conducirse por la vida con mucho, muchísimo más cuidado de lo normal. Estos accidentes pueden no tener más consecuencias que magulladuras o cortes, algún brazo roto, algún "casi" ahogamiento... o, en los peores años, pueden significar la muerte de alguien. Y este octubre parece que va a ser de los peores. Cara, junto a su madre y su hermana Alice, su mejor amiga Bea, y Sam, que vive con ellas desde que su padre abandonó a la madre de Cara, lo tienen asumido y viven con ello. Pero este año es diferente porque además entra en escena Elsie, una amiga de la infancia de Cara que ha desaparecido en el instituto, nadie parece saber quién es ni recordar su aspecto, pero está más presente que nunca en la vida de nuestra protagonista. Y así conforme se acerca la noche de Halloween, último día del mes de los accidentes, empezarán a salir a la luz secretos que puede que les hagan comprender algunas cosas que han permanecido ocultas y silenciadas en el tiempo.

Debo empezar diciendo que la lectura me ha sorprendido sobre todo en su último tercio: se vuelve muy... no voy a decir confusa, porque no es la palabra (¿o sí?), pero sí muy metafórica, simbólica, y quien busque una lectura ligera debería pensarse dos veces leer este libro. No es que esperase una lectura fácil, no quiero que nadie me malinterprete, pero sí que es verdad que creo que este libro no es para todo el mundo, y de hecho estoy casi segura de que tiene que haber decepcionado o confundido a algunos lectores que buscasen algo más sencillo o pensasen que se iban a encontrar otro tipo de historia. Según tengo entendido, muchos lo han dejado porque no eran capaces de seguir el hilo, se perdían y desconectaban, y es que con esta historia hay que tener paciencia... seguir el paso que marca. No te lo pone fácil.

El caso es que empieza con una historia normal, con problemas de adolescentes unidos al elemento anormal que suponen estos accidentes inexplicables... pero se llega a un punto en la narración, a partir del último tercio, que no es lo que te cuenta, sino cómo te lo cuenta, donde la autora hace el quiebro. Ahí es donde empieza a complicarse la estructura de la novela y donde creo que se desmarca de lo que esperas en un principio de ella. Y ya te puede gustar o no. Puedes comulgar con ello o no. Puedes comprenderlo o no. A mí sí me ha gustado, pero no os voy a mentir, esa parte hay que leerla despacio, con cuidado, incluso releer algunos párrafos para captar exactamente lo que la autora te quiere decir. Y creo que precisamente eso es lo que ha hecho que disfrutase de la lectura: que no me lo esperaba. No me esperaba esa dificultad, que la autora me pusiera a trabajar.

Así que tenemos dos vertientes en la historia: la que tiene una temática claramente del género, con adolescentes, sus problemas, sus miedos, sus primeros amores, relaciones prohibidas, e incluso se toca el tema de los malos tratos y las actitudes tóxicas dentro de una relación, ya sea por parte de uno de sus componentes o de ambos... y luego está la otra parte, mi favorita, la que da nombre al título, la que me llamaba con campanillas: el mes de los accidentes, los sucesos paranormales, las cosas inexplicables que les ocurren y que empeoran en la última semana del mes conforme se acerca la noche de Halloween, a lo que hay que sumar la inexplicable desaparición de Elsie, esa amiga de la infancia que pasa desapercibida para todo el mundo pero que parece estar siempre donde Cara está... ¿La temporada de los accidentes es real, les ocurren realmente todas esas cosas, o hay algo más? ¿Y ese algo es sobrenatural, humano, o ambas cosas al mismo tiempo?

Esta historia es más oscura de lo que pueda parecer en un principio, muy peculiar, con tintes sobrenaturales y una atmósfera evocadora que, en su última parte, hacen que no sea una lectura fácil. Narrada en primera persona por Cara (alternando capítulos en flashback donde se nos narran accidentes ocurridos en el pasado durante esta temporada fatal), la pluma de esta autora me ha sorprendido por lo cuidada que está cuando la cosa se pone complicada, y por mucho que se enrede todo, por mucho que se complique la narración y todo lo que rodea a esta familia, se llega a un final donde se cierran todos los frentes.

Uno de los aspectos que más me llamaban del libro era su ambientación en Irlanda, y más concretamente en el condado de Galway. La fina línea entre lo mágico y lo real, lo tangente y lo del más allá, se difumina en esa tierra, allí todo es posible, y creo que la autora plasma muy bien esa atmósfera. En varias ocasiones nos lleva a la propia ciudad de Galway, y yo, que he estado allí, cerraba los ojos y me veía, sentía el ambiente. Es un condado que intensifica las sensaciones, las espabila, sientes que todo es diferente... seguramente hay duendes, hadas y brujas haciendo todavía de las suyas por allí, estoy convencidísima xD. Quizás hay que amar mucho Irlanda, sus raíces, su historia, sus particularidades, para saborear bien esta novela, no lo sé. Y yo, creo que queda claro, adoro Irlanda.

Lo he reiterado a lo largo de la reseña y lo repito: no creo que sea una lectura para recomendar a la ligera. Es una historia que se sale un poco de lo habitual, que pelea por ser diferente, por desmarcarse de los estándares del género. Y lo consigue. No es un novelón, pero tiene algo que la hace muy diferente... siguen rondándome algunas partes del libro y, como digo al principio, hace ya unos meses que terminé la lectura. Y eso para mí es una muy buena señal.




Moïra Fowley-Doyle es mitad francesa, mitad irlandesa, y vive en Dublín con su marido, sus hijas y su gato. A la mitad francesa de Moïra le gusta el vino tinto y los libros oscuros en los que todo el mundo muere. A su mitad irlandesa le gustan el té y los finales felices.

Moïra pasó varios años en la universidad estudiando los vampiros en la literatura juvenil antes de que ella misma comenzara a escribir ficción juvenil en la que no aparecieran vampiros de ninguna clase. Compuso su primera historia con ocho años de edad cuando le dijeron que si escribía un cuento sobre las arañas no tendría miedo de ellas nunca más. Moïra todavía teme a las arañas, pero nunca ha dejado de escribir.

La temporada de los accidentes es su primera novela.

lunes, 30 de octubre de 2017

GANADOR ::: SORTEO MAPA LITERARIO

¡Muy buenos días!

El pasado sábado terminó el plazo para apuntarse al sorteo del mapa literario de Londres en las novelas de Jane Austen, y hoy toca desvelar al ganador, así que sin más, vamos con el resultado.


a Rafflecopter giveaway

¡Enhorabuena! La ganadora tiene 48 horas para pasarnos su dirección a lasinquilinasdenetherfield@gmail.com. En cuanto tengamos los datos hacemos el envío en un periquete :)

¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS POR PARTICIPAR!!

domingo, 29 de octubre de 2017

NOVIEMBRE ::: MES DE LA NO NOVELA + FEELGOOD

No participamos en ningún mes temático desde antes de verano, porque desde que decidimos hacer el homenaje a Jane se nos trastocaron mucho las lecturas, pero este mes sí que nos animamos porque además tenemos alguna que otra reseña pendiente que puede encuadrarse dentro del mes y que viene al pelo.

Como todos (o casi todos) sabréis, Laky en sus propuestas temáticas mensuales, dedica los noviembres a la NO NOVELA (ensayos, teatro, poesía, relatos, cuentos, etc...), pero este año se ha añadido como novedad a este mes un nuevo género, la literatura FEELGOOD, que Mónica (Serendipia) no solo define en la entrada que Laky colgó para anunciar el mes temático, sino que da muchos ejemplos de posibles lecturas que encajarían en este género. Si os pasáis por AQUÍ, está todo detallado y requetebienexplicado.

La intención es que caigan al menos dos novelas del género FEELGOOD, incluido el nuevo libro de la propia Mónica, La librería del señor Livingstone, y también seguro algo de NO NOVELA. Un poco de todo, según se pueda estirar el tiempo.

¿Os apuntáis? ¡Felices lecturas a todos!




viernes, 27 de octubre de 2017

RESEÑA (by MB) ::: EL CAFÉ DE LOS PEQUEÑOS MILAGROS - Nicolas Barreau




Título original: Das Café der kleinen Wunder
Autor: Nicolas Barreau
Editorial: Suma
Traducción: Carmen Bas Álvarez
Páginas: 352
Fecha publicación: septiembre 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16.90 euros
Diseño de cubierta: Lidia Villamajó



 
Nelly tiene 25 años, vive en París, le gusta la vida tranquila, adora los libros antiguos, desconfía de los hombres atractivos, está enamorada en secreto de su profesor de filosofía, cree en los presagios y nunca jamás se subiría a un avión. Desde luego no es el tipo de persona que cogería todos sus ahorros una mañana fría de enero, se compraría un bolso rojo y se montaría en un tren a Venecia.
Pero a veces las cosas ocurren. Cosas como un catarro, un amor inesperado o una inscripción misteriosa en un viejo libro... Y a veces hay que perder el suelo bajo los pies para llegar al séptimo cielo.

Nicolas Barreau vuelve con una novela deliciosa que lleva al lector del norte al sur para conducirlo a un pequeño café en el que aguardan los secretos y los milagros son posibles.

Nelly tiene 25 años, vive en París, le gusta la vida tranquila, adora los libros antiguos...
Estas son las palabras que intentan definir a Nelly en la sinopsis del libro. Sí, nuestra protagonista vive y estudia en París pero, a mi entender, son palabras que solo aportan meros datos superficiales y para nada nos dan a conocer a esta chica bretona con una personalidad complicada y profunda, que se ha enriquecido con todas las experiencias vividas desde que era una niña, experiencias que le han marcado unas veces para bien y otras, que son las más, para menos bien. 

Cuando intentas profundizar un poco en su mente, descubres que Nelly es de esas personas que poseen una personalidad férrea, forjada por todas esas experiencias de las que hablo arriba y, sobre todo, por su abuela Claire, bretona de pro y mujer fuerte y audaz, como las tierras que la vieron nacer. Ella es la inspiradora de toda su vida. 

Claire siempre ha estado dentro de Nelly y ha sabido interpretarla en todas sus versiones. Así pues, una vez que sus padres salieron de la vida de su nieta, a la abuela le correspondió marcar su rumbo y sus rutas, fortaleciéndola al mismo tiempo con su calor y su temperamento. Para Nelly, su abuela es su faro, la que siempre la ha animado y aconsejado... pero, a pesar de todo, nuestra protagonista tiene sus carencias, manías, fobias e inexperiencias, que le impiden madurar y avanzar en la vida del modo que a ella le gustaría.

Nelly vive en un bucle y, ya sea por las teorías que estudia o por su mera imposibilidad, procrastina su vida todo el tiempo, sobre todo en las facetas del corazón. Es una verdadera romántica, y vive conscientemente un amor platónico que alimenta con deseos, situaciones mal interpretadas y trabajos de postgrado que, si algo tienen de bueno, es que le llenan las horas, los días e incluso algún año de su existencia. Viviendo así, en su zona de confort, rumiando todo el rato sobre ella y su amor platónico, solo ve la luz cuando ese mundo imaginario choca con su realidad, esfumándose esa etérea e inexistente vida. Es entonces cuando se descubrirá (o no) todo el potencial de nuestra protagonista.

Pero, como creemos saber, para construir algo antes tenemos que tener el valor de destruir todo lo que nos impide seguir con nuestra creación y, solo cuando recibe el baño frío y duro de cruda realidad, es cuando Nelly encuentra las motivaciones para romper con toda esa procrastinación, que tanta ansiedad y culpa le aportan a su inmutable vida parisina.

Para todo lo anterior es necesario salir de su ambiente o, mejor dicho, cambiarlo. Así, de París viajaremos a la bella Venecia, que no sé cuál de las dos ciudades me gusta más. Como Nicolas Barreau nos envía a Venecia, pues con esta me quedo, aunque solo por esta vez.

A partir de su llegada a la ciudad de los canales, acompañamos a Nelly en su despertar a la vida, al autoconocimiento. Al mismo tiempo que subimos y bajamos puentes, unos conocidos y otros no tanto, somos participes de ese despertar pues, como bien es sabido, no hay nada como el buen ejercicio, en un escenario único y maravilloso, para apreciar las cosas buenas de la vida y  empezar nuevas etapas dejando atrás todos los pensamientos negativos... esas lastras que nos impiden madurar y, en definitiva, alcanzar esos cachitos de felicidad que todo ser humano anhela de alguna manera.

Oyendo e interpretando las señales que la vida le pone delante, vemos como Nelly es capaz de florecer y madurar, equilibrando sus percepciones con las realidades que la rodean, ya sean las típicamente cotidianas o, si queremos profundizar más, esas realidades románticas que le permitan identificar a ese amor carnal, real, que nada tiene que ver con el forjó en su mente allá en París a base de fantasías y deseos fatuos.

Nicolas Barreau construye, con un lenguaje sencillo, ágil y dinámico, una novela romántica donde encontramos buenas dosis de amor real y no tan real, casualidades casi imposibles, y unos tintes sensibles un tanto subidos.

Esto no quita para decir que he saboreado y disfrutado toda la historia todo el tiempo y en toda su extensión, y si en alguna ocasión la trama cae un poquito en la sensiblería se lo perdono por todo lo bueno que me ha aportado la novela. Creo que el personaje de Nelly así se lo pedía; era necesario y congruente para encajar su personalidad, un tanto complicada y profunda, y así poder despegar y madurar en el futuro y en sus nuevas etapas.




Nicolas Barreau (París, 1980), de madre alemana y padre francés, estudió lenguas románicas y literatura en la Sorbona. Durante un tiempo trabajó en una librería de la Rive Gauche hasta que finalmente se dedicó a escribir.

Le encantan los restaurantes y la cocina, cree en el destino, es muy tímido y reservado y, al igual que al escritor protagonista de La sonrisa de las mujeres, no le gusta aparecer en público.

Sus tres novelas, publicadas originalmente por una pequeña editorial alemana, han conseguido un gran éxito, especialmente La sonrisa de las mujeres, que se ha convertido en un verdadero fenómeno editorial en Alemania y en Italia.

miércoles, 25 de octubre de 2017

RESEÑA (by MH) ::: LA MUERTE TE ESPERA - Maria Lang




Título original: Se döden på dig väntar
Autora: Maria Lang 
Editorial: Bruguera (Ediciones B)
Traducción: Sofía Pascual Pape
Páginas: 245
Fecha de publicación original: 1955
Fecha esta edición: julio 2013
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: 5,95 euros 
Ilustración de cubierta: Leo Flores


Puck Ekstedt, doctora en Literatura, hija de un prestigioso profesor y casada con Einar Bure, vive rodeada por sus amigos y amigas de la burguesía adinerada. Ante el asesinato de un componente del elenco protagonista de una famosa ópera de Mozart, la curiosa Puck no podrá por menos de intentar desenmascarar al asesino, para lo que se aventurará en una investigación tan compleja como apasionante. Pese a empezar como una suerte de juego, Puck irá implicándose cada vez más en el caso, y en los secretos más oscuros que se esconden entre el ambiente cultivado de la ópera, la placidez de la ciudad y la impostura de sus habitantes, llevándonos como lectores, a través de un ácido sentido del humor y una ironía magistral, hacia un final brillantemente resuelto.

Que la novela negra nórdica es la más vendida del mundo es un hecho. Camilla Läckberg, Henning Mankell, Jo Nesbø, el fallecido Stieg Larsson y su sucesor, David Lagercrantz... son algunos de los autores que se imponen en este género desde hace un par de décadas. Se suele considerar al matrimonio Söwall y Wahlöö como a los padres de la literatura nórdica, y sí, con ellos comenzó, en los años 60, la novela negra y la crítica despiadada al sistema y al declive de la sociedad... pero antes que ellos, a finales de los años 40, apareció Maria Lang, la escritora sueca que realmente, de verdad, dio origen al género noir nórdico. Sí, sus misterios eran muy cozy, de estos que siempre ocurren en una comunidad pequeña y sin mucha sangre, y luego el género se tornaría en el negro que hoy tanto triunfa, pero lo que es, es: ella fue la primera. Y como ya sabéis que a mí me gusta irme siempre p'atrás en el tiempo, hoy os traigo a la llamada Agatha Christie sueca, a la que imagino que muchos ya conoceréis.

En La muerte te espera, la narradora, con nombre de duendecillo, es Puck Bure. Nada más empezar sabemos que alguien está intentando asesinarla en ese preciso instante, pero entonces, tras este prólogo, la historia tira hacia atrás, hacia el comienzo de todo lo que nos llevará, a lo largo de las páginas, precisamente hasta ese momento. Se está preparando para el festival de verano la representación de Così fan tutte, la ópera de Mozart, en el teatro de Drottningholm de Estocolmo, y Puck es una vieja amiga del director del teatro, lo que hace que empiece a codearse con todos los cantantes que tomarán parte en ella, así como con el director de orquesta. Y ya se sabe, muchos de estos artistas tienen un pasado en común, amores acabados y tormentosos, amores presentes, rencores, envidias, rencillas... hasta que uno de ellos aparece asesinado, y Puck comience a meter las narices donde no le llaman (por cierto, que en este punto he modificado la sinopsis arriba porque decía claramente a quién se asesina, y eso un error garrafal. Nada, borrado de un plumazo).

La ambientación, como podéis ver, es muy años 50, como muy glamourosa, con el teatro, la ópera de Mozart, las bambalinas, los entresijos del teatro, sus efectos especiales, los cantantes, directores de orquesta... y ya comento arriba que quizás sus libros pueden encuadrarse en la vertiente cozy, sin sangre, muy a lo Christie o a lo Golden Age, pero tienen un algo muy transgresor en cuanto al comportamiento de algunos personajes que quizás es donde más se nota el país del que proceden, porque estos suecos están menos encorsetados que los personajes británicos y todo parece como más realista. La trama avanza al modo habitual en este tipo de novelas, donde vamos conociendo poco a poco las relaciones entre los personajes, quién podía tener motivos para matar, si alguien está encubriendo a alguien, coartadas, qué secretos esconden...


No había leído comentarios muy entusiastas sobre esta novela, pero eso no me echó para atrás porque en misterios clásicos suelo ir un poco a contracorriente y, efectivamente, a mí sí me ha gustado. No es perfecta, tiene sus cosillas, pero yo la he disfrutado y me ha entretenido, que al fin y al cabo era lo que buscaba cuando la leí, y sí, la ambientación en el teatro y la ópera de Mozart me han influido mucho, porque son dos de mis pasiones. El estilo de la trama es clásico y la novela es muy limpia en la muerte, pero a mí eso no me ha impedido en absoluto disfrutar de la historia. No me molesta ese "blancor" que suelen tener estas novelas de mediados del siglo XX, pero entiendo que quien busque más acción u oscuridad esto no le llame nada de nada o se le quede muy corto a estas alturas de la película. Eso sí, admito que ver venir al culpable es bastante difícil porque la autora te oculta información, pero igual que en otros libros me molesta, en este no lo ha hecho. A ver, sí que pensé "Maria, guapa, no somos adivinos", pero lo implementa bien, me pareció creíble y comulgué con todo con los ojos cerrados.

Quizás el principal escollo de la historia sea su protagonista, Puck, que es un poco insufrible, y que narre en primera persona tampoco ayuda demasiado. No te cae mal, tampoco te llega a caer bien. Pero a mí precisamente me ha resultado interesante por lo alejada que está de clichés de esa época en cuanto a personajes femeninos, está muy fuera de la tónica habitual. En sus defectos como persona veo su virtud como personaje. Se comporta de un modo, en cuanto a sus relaciones personales, que quizás el lector no comparta. Esa frivolidad, esa aparente despreocupación por su relación de pareja o las consecuencias de sus actos en una novela escrita a principios de los años 50, no deja de tener su aquel. Dice mucho de su autora, de su actitud transgresora, de lo adelantada que iba a su tiempo... y de que le importaban tres pepinos lo políticamente correcto. Así que no, Puck no emociona, pero el personaje en sí llama mucho la atención por la época en que está escrito.

Este libro es el séptimo que Lang publicó, pero el sello Bruguera solo llegó a sacar dos antes de su desaparición: este y uno anterior, Un cadáver en el jardín (que dicen que es mejor... habrá que comprobarlo). El caso es que el inspector de policía de cabecera de la autora, el que usó en muchas de sus novelas, es Christer Wijk. Y aquí también aparece, pero solo en las últimas 50 páginas y para resolver el caso (estaba el pobre de vacaciones en España), porque hasta que no llega él está visto que los demás no se enteran de nada. Así que, sin poder hablar muy en profundidad por desconocimiento, imagino que es una novela un tanto atípica de la autora al no llevar Wijk todo el peso de la investigación desde el principio. En su ausencia lo llevan la propia Puck (típica civil que se mete a investigar y ayudar al detective oficial, y que protagoniza varias novelas junto a Wijk), y el segundo de a bordo de Wijk, Ake Nord.

Confesión. De esta historia me llevo algo que antes no tenía: las ganas de ir una ciudad como Estocolmo, aunque solo sea para visitar el teatro de Drottningholm (y su correspondiente palacio), porque me he enamorado de él hasta las trancas (en el libro, y luego buscando fotos de su interior). Si cuando vaya (porque yo ya doy por hecho que voy, ¡viva el optimismo!) se alinean las estrellas de todo el firmamento y hay una representación de Così fan tutte (o, en su detrimento, cualquier ópera de Mozart), ya sería la repera. Yo quiero escuchar esa caja de los truenos en directo :)

No puedo decir mucho más porque en este tipo de libros tan cortitos con investigación de por medio, cuanto menos se diga, mejor. Para quien le gusten los misterios clásicos, los whodunit, esos de un asesinato, con sus correspondientes 6 o 7 sospechosos, un inspector de policía que es muy listo, un poco de embrollo entre todos los protas que te hace sospechar a ratos de todos y a ratos de ninguno, una entrometida que hace de vez en cuando de detective, etc... tiene todos los ingredientes, pero la historia es la que es, muy alejada de la novela negra actual y muy próxima a las novelas de misterio de principios de los XX, sin sangre ni giros impactantes. No hay apenas acción, e incluso se toma su tiempo para que suceda el asesinato, porque sus buenas 80-90 páginas tarda. Así que quienes busquen emociones fuertes, no, mejor no acercarse. Pero si te gustan Christie, Sayers, Berkeley, Crispin, Innes, etc... los clásicos policíacos per sé y el regustillo a Golden Age, sí que es una buena opción para pasar un rato entretenidillo.  

Ah, y da completamente igual que los personajes pertenezcan a una serie y vengan de libros anteriores, porque no lo parece en absoluto, parece una historia completamente independiente. Punto a favor.

Maria Lang, seudónimo de Dagmar Lange, escribió 42 novelas de misterio. Su debut en 1949 fue seguido de un nuevo libro cada año, hasta 1991.

Doctora en Literatura, trabajó como directora de estudios y profesora en la Escuela Primaria para Chicas de Estocolmo, desde 1948 hasta 1974. Nacida en la ciudad de Nora en 1914, fue uno de los primeros miembros de la Academia Sueca de Escritores de Novela Criminal. Falleció en 1991.

La muerte te espera es uno de los primeros títulos de los 42 que publicó Maria Lang, también conocida como la Agatha Christie sueca y la autora que popularizó el género noir y detectivesco en Suecia. Con La muerte te espera, Ediciones B inaqugura la publicación de la serie de libros escritos por esta mítica autora. Todo un acontecimiento editorial que rescata esta joya vintage de la novela de misterio publicada por primera vez en nuestro país.

lunes, 23 de octubre de 2017

RESEÑA (by MH) ::: AGONÍA Y ESPERANZA - Fernando García Pañeda





Título original: Agonía y esperanza
Autor: Fernando García Pañeda 
Editorial: Tandaia
Páginas: 322
Fecha de publicación: mayo 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 17 euros (papel)








Frédéric Heywood y Anna Wellesley eran dos jóvenes alegres, ingeniosos y con ganas de comerse el mundo cuando se conocieron. Reconociéndose como hechos el uno para el otro, vivieron su amor incondicional durante unos meses de felicidad sin límite. Pero los condicionantes sociales de ella, perteneciente a una familia acaudalada y aristocrática, la llevaron a romper su relación con un simple aspirante a escritor de clase media. Varios años después, las circunstancias han cambiado. Frédéric se ha convertido en un escritor de éxito y prestigioso. Por su parte, los Wellesley, cuyas empresas han quebrado por efecto de la crisis financiera, se encuentran arruinados y viviendo más de su nombre que de sus escasos ingresos. Al reencontrarse a las puertas de Venecia, donde ambos van a residir durante algún tiempo, Frédéric se debate entre el resentimiento que ha sentido durante todo ese tiempo de separación y un sentimiento que remueve su interior y no sabe interpretar.


Me resulta imposible seguir escuchando en silencio. Debo hablarle con los únicos medios de que dispongo. Usted me atraviesa el alma. Me debato entre la agonía y la esperanza.
Así comienza la carta más famosa de la literatura austenita, la que el capitán Wentworth dirige a Anne Elliot durante la estancia de ambos en Bath. Hablo, como no podía ser menos, de la novela Persuasión, y de esas líneas, creo que puedo afirmar sin equivocarme, sale el título que hoy reseño, Agonía y esperanza, del autor Fernando García Pañeda, que con este libro ha decidido homenajear a Jane Austen en el bicentenario de su muerte.

Quien me conoce un poco (aunque no sé si lo he llegado a comentar alguna vez por aquí) sabe que no soporto esa moda que surgió hace unos años (con fuerza, para mi desgracia) de coger personajes de la literatura clásica e inventarse historias con ellos partiendo de la novela original (respeto mucho a quien le gusten, obviamente, pero yo no puedo con ellos). No me refiero a retellings y demás, que hay algunos muy chulos, sino coger a esos mismos personajes clásicos donde los dejó su autor/a original, y continuar la historia. Por poner un ejemplo: P.D. James y La muerte llega a Pemberley. Cogió a Lizzy Bennet y Darcy, de Orgullo y prejuicio, ya casados, les encasquetó dos hijos, nos contó su vida en Pemberley y se inventó una historia de asesinato. No. Nonononononono. No. Mira que me gusta P.D. James, autora legendaria, pero esos no eran Darcy y Lizzy Bennet, me lo quieran vender como me lo quieran vender. No eran los personajes de Jane Austen. Bueno, es que la pobre Jane creo que es la gran damnificada de este tipo de libros, pobriña. No se libra ni un solo personaje de sus novelas de haber tenido una "continuación".

Creo que la única novela que se salva de esto, que realmente me encantó, fue Ancho mar de los Sargazos, precuela de Jane Eyre escrita por Jean Rhys en 1966, pero para mí es un clásico en sí mismo, maravilloso por muchos y diversos aspectos (aunque a mucha gente no le gusta nada la estructura del libro, pero yo a lo mío, para variar), y ni siquiera la meto en el saco de arriba. 

El caso es que si me he atrevido con Agonía y esperanza es precisamente porque es un retelling de la novela Persuasión pero con otros personajes, otra época, otra ambientación... es la misma historia pero al tiempo totalmente distinta, sin intentar continuar donde Jane Austen lo dejó. De otra manera no creo que hubiese podido leerla, porque encima es mi novela favorita de la autora. Y después de este rollo, que diréis que os importa un pimiento, vamos al tema. Perdonadme que haga alusión de vez en cuando al original, pero es que me resulta imposible no hacerlo.

La historia base es la misma que en Persuasión, solo que ambientada en nuestros días y con Venecia como marco. Anna Wellesley y Frédéric Heywood se enamoran siendo muy jóvenes, están hechos el uno para el otro, pero ella proviene de una familia aristocrática inglesa, y él de una humilde familia de hosteleros. La familia de Anna no considera a Frédéric a la altura de ella (socialmente hablando), así que la persuaden para que deje la relación. Y se reecuentran casi 8 años después en Venecia, sin haber podido olvidarse el uno al otro, pero con muchas cuentas pendientes. Anna vaga sin rumbo por la vida, Frédéric se ha convertido en un escritor de éxito... Y en esas estamos cuando comienza la historia.

Primera novedad, más allá de la ambientación contemporánea y el traslado de la campiña inglesa y Bath a Venecia: el protagonista, el punto de vista. La historia está contada desde la perspectiva masculina, la de Frédéric, no de la de ella, algo que en la novela original es casi inexistente salvo unas breves líneas. Así pues, es a Frédéric a quien acompañamos en sus idas y venidas por Venecia, en sus encuentros con Anna, con su familia, con sus amigos... son los sentimientos de Frédéric los que conocemos en todo momento, pues de Anna poco sabemos salvo cuando coincide con él en escena.

Segunda novedad: que coinciden desde la primerísima página del libro. Nada de marear la perdiz. Llegan los dos al mismo tiempo a Venecia y a partir de ahí empezamos a conocer su historia pasada, algo que me ha parecido muy acertado. Este Frédéric está más perdido en sus sentimientos actuales que en rencores del pasado, no hay animosidad latente hacia Anna Wellesley, o no al menos la que nace del despecho... más bien procede de la confusión, del no saber muy bien qué pasó, del no saber cómo actuar en una situación que jamás había previsto.

En realidad es que todo el planteamiento me ha parecido acertado. Evidentemente el autor utiliza como regleta para la trama el original de Persuasión, pero no tiene miedo de meter cambios cuando le hacen falta, ya sea a nivel de personajes (en ocasiones funde dos personajes de la novela original en uno solo, cambia relaciones entre los personajes, elimina los que no le aportan a la historia), como en el desarrollo de los acontecimientos. Es como si la historia que fluye fuese la misma, pero las semejanzas con ella se van uniendo, separando y bifurcando constantemente del eje principal... siempre rondándolo, pero haciendo contacto solo en los momentos precisos y necesarios que sigan haciendo reconocible la historia en esos puntales que son esenciales de la trama. Sabe introducir cambios donde hay que introducirlos y mantener las similitudes donde tiene que hacerlo para que esta historia no se aparte de lo que es, un homenaje a Persuasión, pero manteniendo su identidad propia.

Aun así hay guiños que, para quien conoce el libro original de memoria, es imposible no reconocer y sonreír mientras los lee. La descripción de la madre de esta Anna es casi calcada a la de la madre original de Anne Elliot, y el cierre final-finalísimo del libro, casi calcado al de Austen, y cuando hablo de estas dos similitudes no me refiero a que cuenten lo mismo, sino a que lo cuentan casi igual. Ah, y la frase que da título al libro no podía faltar dentro de la historia... Son de las pocas concesiones que se toma el autor, porque por lo demás, sigue su propio camino en el devenir de los acontecimientos sin hacer suyas las palabras de la autora original. ¡Ah, y hace un guiño al apellido Elliot!

Y algo que me ha encantado. Que a pesar de que Anna es la que queda un poco tapada en la historia al estar todo contado desde el punto de vista de él, la sientes. Sigues sintiendo al personaje original. No sé cómo se las apaña Fernando para hacerlo, pero en tu cabeza complementas sus silencios, sus palabras dichas a medias, su aparente retraimiento, con todo lo que sabes sobre la Anne Elliot original. Y encaja. Admito que, en esta Venecia austeniana, en algunos momentos clave seguía sintiendo más a Anna que a Frédéric, a pesar de estar contándome la historia desde el punto de vista masculino. Quizás soy yo la que relleno inconscientemente los huecos porque llevo este personaje metido muy dentro, no lo sé, pero os engañaría si os dijese lo contrario.

Ambientado en una Venecia alejada de sestieres turísticos que, si adoras como es mi caso, se te cae la baba, la historia transcurre entre canales, mercados y paseos por una ciudad que tiene mucho más que ofrecer de lo que la gente cree; cuando toca hacer excursión, de la pintoresca Lyme Regis original nos vamos de crucero a las islas griegas y a Corfú (genial y de agradecer la alusión a los Durrell); y en lo que respecta al viaje interno de los protagonistas, el que les ha llevado a la situación en la que están y con el que no saben muy bien qué hacer ni hacia qué destino les lleva, es el que tiene que ser: el de las segundas oportunidades, la madurez emocional y la constancia en los afectos, algo de suma importancia en la novela original.

Ya lo comenté en la novela anterior que reseñé del autor, Operación Black Death. Fernando García Pañeda es un autor elegante, con un tinte muy clásico a la hora de escribir, y muy limpio en la prosa. Da gusto leerle. En el caso de Agonía y esperanza, lo único que he acusado es que quizás le sobran algunas páginas a la historia. El final se alarga un poco más de lo necesario, y a veces los pensamientos, las indecisiones y los miedos de Frédéric, se hacen un tanto reiterativos y para mi gusto se abusa un poco de ellos. En cualquier caso, Fernando escribe tan bien que tampoco es que sea algo que moleste.

En definitiva, yo lo he disfrutado mucho y es una lectura muy recomendable. No hace falta conocer la obra original para disfrutarla porque tiene personalidad propia, son un mundo y una época totalmente distintos y se desmarca de la obra de Austen, aunque, obviamente, quienes sí conozcan Persuasión, y, sobre todo, les guste Persuasión, se lo pasarán pipa relacionando situaciones, personajes y texto de las dos novelas. 

Y no puedo terminar la reseña sin agradecerle al autor, miembro de la Jane Austen Society, el respeto con el que acomete este homenaje, tanto hacia la autora como hacia los personajes y la historia de la novela original, porque se nota que se mueve en un territorio del que conoce las reglas. Nada fuera de tiesto, nada que chirríe, nada que pienses: "esto no lo harían ellos". Y así da gusto.

Fernando García Pañeda (Bilbao, 1964), aterrizó en el mundo de la literatura en 2002, con una novela de aventuras ambientada en el marco de la última guerra carlista, Viento de Guerra, reeditada en 2007 con el título Las lágrimas de Eurídice. Después vinieron de su mano la novela de intriga contemporánea Kismet, y las intimistas Tres Gymnopedias y Sueño y azar, ganando con esta última el Premio Alhóndiga de Narrativa Breve 2014. Con Operación Black Death retornó al género histórico en el marco de la España de posguerra. También ha publicado el libro de relatos de humor british-style Gentes del club.

Por otra parte, ha sido director y coordinador de varios talleres y clubes de lectura en bibliotecas pública, y es socio de número de la Jane Austen Society. Las obras de Fernando García Pañeda se encuadran en lo que podría llamarse literatura en blanco y negro: una escritura blanca, que busca elegancia y poesía, con algunos brochazos y retoques mayores o menores de negro que ofrece la vida real.