viernes, 29 de junio de 2018

RESEÑA (by MH) ::: EL JARDÍN DE LAS FLORES NEGRAS - Ana Rosenrot





Título original: El jardín de las flores negras
Autora: Ana Rosenrot 
Editorial: CIMS
Páginas: 381
Fecha de publicación: marzo 2018
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 18 euros



  
Nadie sabe de lo que somos capaces hasta que algo o alguien despierta al monstruo que llevamos dentro.

Oviedo, 1948. Durante los duros años de la posguerra, en una ciudad que como el resto del país intenta recomponerse, el padre Arteaga, un joven sacerdote con graves conflictos personales pero con un brillante futuro por delante, intentará huir de las intrigas políticas y eclesiásticas que se ciernen sobre él, pero no podrá escapar de los enredos de la sensual señorita Peláez, ni de los misterios que le rodean, como los que oculta la discreta maestra en esa llave de la que nunca se separa. Pero sobre todo se sentirá atraído por los extraños habitantes de la casona de los Osorio: el desfigurado Bastián al que su padre, don Pelayo, mantiene encerrado como si fuera parte de su colección de mariposas, o la inquietante Llara con su belleza sobrenatural.


Decidido a descubrir la verdad sobre la familia de don Pelayo, el padre Arteaga se verá atrapado en un laberinto de mentiras, miedos y oscuros secretos que desvelarán una historia sórdida, oscura y siniestra, como una inquietante flor negra en medio de un jardín.
El año pasado os traje la reseña de La hija del sepulturero, de la autora Ana Rosenrot, que disfruté mucho, así que cuando se me presentó la oportunidad de leer la nueva novela de Ana no me lo pensé dos veces. El jardín de las flores negras me ha gustado incluso más; lo he devorado en apenas día y medio, y con eso creo que queda dicho todo.

En esta ocasión la autora nos traslada a la ciudad de Oviedo en 1948. Allí conocemos a Pablo Arteaga, un jovencísimo sacerdote al que acaban de destinar a la pequeña parroquia de San Gerónimo como ayudante del sacerdote titular. Pablo es un cura sin fe, desde el principio sabemos que no tiene vocación ni cree en Dios, pero se vio obligado (le obligaron, más bien) en su momento a tomar los votos, una penitencia que lleva con resignación: su vida no es suya desde hace años, y lo tolera lo mejor que puede. Aun así, cuando llega a la parroquia lo hace con la intención de cumplir lo mejor posible con sus funciones, entre las que, además de acercarse a sus feligreses (feligreses que no os detallo pero que son parte esencial en la trama), también está ser el tutor de un adolescente que vive retirado en una casona junto a su padre. La casona de los Osorio irradia malignidad, casi tanta como sus ocupantes, y será cuando se obsesione con descubrir el secreto que esconde esta familia cuando se empiece a mover el eje central de la novela, alrededor del cual se moverán todos los demás peones con sus particulares subtramas, mentiras, secretos, crímenes, tinieblas... y flores negras.

La novela tiene tres narraciones distintas. Por un lado está la que se ambienta en el presente de la historia, la de 1948 en Oviedo, que es la que aglutina el 70-75% de la trama. Por otra parte está la historia de Pablo y su familia, y para eso la narración se traslada a 1936, en los albores de la Guerra Civil, donde a medio camino entre Madrid y Barcelona a lo largo de unos pocos años, conoceremos de dónde viene realmente Pablo lo que le ocurrió y el peso que arrastra en la maleta de su alma. Y por último hay una tercera narración, a modo de diario, de la que no os voy a contar nada, ni quien lo escribe ni lo que cuenta. En realidad, la sinopsis oficial es muy buena, porque en apenas un párrafo desglosa lo que es la novela en sí sin contar nada de más. En esta historia hay muchos misterios, muchas subtramas y muchos personajes, pero casi todo gira alrededor de Pablo, y lo que no lo hace, acaba salpicándole en algún momento de una forma u otra.

Por ejemplificarlo de algún modo, lo que hace Ana Rosenrot en la novela es entretejer poco a poco una tela de araña en la que los personajes van quedando atrapados conforme avanzan las páginas y en donde los actos de cualquiera de ellos salpican y afectan a otros personajes, unas veces de manera inmediata, otras con el transcurso del tiempo, de tal manera que sabes que nada de lo que se cuenta en la historia, nada de lo que ocurre, está ahí por casualidad. Ahora mismo no recuerdo de quién es la frase (aka soy vaga para buscarlo), pero lo de que el diablo se esconde en los detalles viene al pelo en esta historia. Y lo mejor de Ana es que consigue cerrarlo todo, no se le escapan flecos, y arma el troncal de la historia con pulso milimetrado y coherente. A todo esto ayuda que los personajes tienen vida propia y están muy bien desarrollados y, sinceramente, como lectora, no me parecen personajes fáciles con los que trabajar. Ana Rosenrot siempre sobresale y sorprende en este aspecto.
El odio y la venganza son malos consejeros y crecen en el corazón del hombre como las malas hierbas y, si no se arrancan de raíz, terminan adueñándose de todo y convirtiendo un precioso jardín en un jardín de flores negras.
Este párrafo con palabras del padre Toribio es el que da sentido al título de la novela, y estas flores negras están presentes a lo largo de toda la trama porque la trama en sí está hilvanada con emociones que en raras ocasiones son positivas y amables. Más bien al contrario, porque casi todos los personajes de la novela tienen secretos que más les vale esconder, o se mueven por la revancha y la venganza, o caminan por la vida en una senda de penitencia y autocastigo u ocultan un fondo bastante emponzoñado que solo necesita un poco de aliento y empuje para salir a la luz. Hay pocas flores de colores en este jardín de flores negras, y pintan bastos para ellas en las cartas que reparte la autora a lo largo de la narración.

Aun así, y aunque es cierto que la maldad es la gran protagonista de la historia porque anida, disfrazada de muchas versiones, en los corazones de varios personajes, me ha gustado mucho el hincapié constante que la autora hace en no endosarle a esa maldad unos ideales o unas afinidades políticas... recalca varias veces a lo largo de la novela que una persona es buena o mala más allá de las circunstancias que lo rodean y de sus creencias o ideales, y en el caso de un conflicto bélico, aquellos que son malos lo usan para saldar cuentas y sacar toda la mierda (con perdón) que llevan dentro, estén en el bando que estén. Por eso en la historia tenemos personajes buenos y malos de todos los bandos, consecuencias buenas y malas para todos ellos que no entienden de otra cosa que no sea la perversidad individual humana.

Por todo esto es complicado encuadrar la novela en un género concreto. La novela es muy negra; hay muerte y asesinatos (unos cuantos)... pero encierra mucho más. Es una historia en las que la desesperanza, la desesperación y la maldad campan a sus anchas, por lo que también tiene un alto componente dramático. A falta de uno hay varios misterios, varios secretos, que se irán resolviendo poco a poco y que componen el eje de la novela, porque son los que mueven la trama en un sentido u otro. Y además tiene muchas pinceladas de novela costumbrista, porque la autora nos traslada al día a día de los vecinos de una barriada de Oviedo de la posguerra en la que ninguna herida se ha cerrado, la gente sigue pagando deudas de guerra y las consecuencias de ella, aquellos que se oponen al régimen se reúnen amparados por la noche y conteniendo la lengua durante el día, los vecinos desconfían unos de otros porque las rencillas son fáciles de cobrar, las huelgas obreras están a la orden del día, la religión y la fe (o su falta de ella) encaminan los pasos de algunos de los protagonistas... Esta historia bebe de varios géneros y todos compensados en su justa medida.

Como ya os comentado arriba, he leído la novela en apenas día y medio, y es que Ana escribe de una manera que hace que devores sus historias. Y eso que conforme se acercaba el final me iba temiendo cosas que hacían que cerrase diez segundos el libro porque no quería leerlas (soy una dramas, lo sé, pero de verdad que lo cerraba porque me rebelaba contra el destino de un personaje concreto que he visto venir faltando unas cincuenta páginas y que por desgracia se ha cumplido). Y es que hay que felicitar a la autora por este final nada complaciente y nada facilón. Quiere contar una historia y la cuenta, y en esa historia la indulgencia no forma parte del trato y el color de rosa tampoco. Muy buen final, aunque me haya hecho sufrir.

Después de todo esto, imagino que no os sorprenderá si os recomiento encarecidamente El jardín de las flores negras. No os detallo más personajes aparte de Pablo porque creo que debéis descubrirlos, tanto a ellos como a sus historias, por vosotros mismos. A la trama en sí, a la construcción de los personajes, al uso que hace de ellos para avanzar en la historia, al entramado de los secretos y misterios, a la resolución de todas las subtramas abiertas... es que no les puedo poner ningún pero. Y yo soy "doña peros", ya lo sabéis. Ni siquiera me voy a quejar de las cosillas que tiene la edición (la portada es preciosa, por cierto), así que lo dejo aquí. Leedlo xD.


Ana Rosenrot (Madrid, 1971). Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, aunque desde muy joven se orientó hacia la literatura, especialmente la novela negra y de misterio.

Su primera novela Aeternum, primera parte de Trilogía Aeternum, fue publicada en 2012, dando inicio a una prolífica producción literaria, con la publicación, hasta el momento, de  La hija del sepulturero (Marzo 2013), Secretos en Venecia (Septiembre 2013), A Divinis (Abril 2014), Ab Initio (Noviembre 2014), y Las hadas sin corazón (Noviembre 2015).

Sus novelas, con una prosa clara y vibrante, se caracterizan por crear una atmósfera inquietante y misteriosa en la que se desarrollan sus historias llenas de fuerza y pasión, de intrigas y secretos, tejiendo argumentos cuyos finales son siempre sorprendentes.

miércoles, 27 de junio de 2018

RESEÑA (by MB) ::: LA PEQUEÑA LIBRERÍA DE LOS CORAZONES SOLITARIOS - Annie Darling





Título original: The little bookshop of lonely hearts 
Autora: Annie Darling 
Editorial: Titania 
Traducción: Helena Álvarez de la Miyar 
Páginas: 352
Fecha publicación: junio 2018
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16,50 euros
Diseño de cubierta: Ediciones Urano S.A.U.




 
Había una vez, en una pequeña librería de Londres, una joven soñadora llamada Posy Morland, quien vivía rodeada de libros y se escondía tras las páginas de sus novelas románticas favoritas. 

Un día, cuando la excéntrica y anciana dueña de Marcapáginas murió, Posy se vio obligada a hacerse cargo de la librería, que se encontraba en una situación lamentable, y salir así de su cómodo refugio de romances de ficción.
Sin embargo, Posy no solo debía enfrentarse al ruinoso negocio que había heredado y hacerlo próspero, sino también a las presiones del nieto de la anciana, Sebastian, más conocido como “El hombre más maleducado de todo Londres”, empeñado en fastidiar a Posy y desviarla de su plan por transformar Marcapáginas en la librería de sus sueños.
¿Logrará Posy su final Felices para siempre como las protagonistas de las novelas que tanto admira?

Annie Darling es una de esas autoras que tiene ese algo especial que hace intuir y presuponer afinidades y facetas comunes. Y no es que mi intuición sea infalible, pues ahí andamos fifty-fifty, pero en este caso, para mi alegría, ha acertado de lleno, pues en Annie he encontrado a una hermana o una prima hermana. 

Si de algo estoy segura es de que las dos hemos bebido de las mismas fuentes y madres literarias: desde nuestra queridísima y madre literaria Jane Austen, pasando por las hermanas Brontë, cambiando a Enid Blyton y terminando por la literatura romántica, con nombres como Julia Quinn, Eloisa James, Mary Balogh, rematando todo con la guinda de la saga de los Cynster, buque insignia de Stephanie Laurens... Todas están en La pequeña librería de los corazones solitarios.

Entonces, lo que Annie Darling ha imaginado y creado en la novela está de alguna manera influenciado e inspirado por estas maravillosas y mágicas escritoras: maravillosas por sus historias, y mágicas por hacer que lectores diversos y distintos seamos capaces de unirnos y compartir todos los sentimientos que emanan y fluyen hacia nosotros a través de personajes que no mueren con la primera historia, sino que se reencarnan una y otra vez para nuestro disfrute y deleite. Por ello, descubrimos en La pequeña librería de los corazones solitarios un microcosmos donde confluimos todos aquellos que admiramos (o sería más adecuado decir amamos) la novela romántica.

Después del alegato romántico (cuando se me infla la vena es un no parar reivindicativo), y centrándome en el libro, diré que en él encontramos todos los ingredientes (y más) que conforman y configuran una gran historia.

Posi Morland es una bella durmiente acomodada en sus libros y desapegada de la realidad que debe despertar para crecer y fluir por el mundo. Está adormecida desde el accidente de sus padres, quienes trabajaban en la librería Marcapáginas, su único hogar. Una vez acaecido el deceso, Posi y su hermano Sam quedan huérfanos pero no desamparados, pues la familia Thorndyke se ocupa  de ellos, tratando de mantener la calidez hogareña que les suponía la librería. 
Cuando muere Lavinia Thorndyke, matriarca del clan, Posi debe despertar, pues en cierto modo su aparte ha terminado; debe pasar a la acción y hacerse responsable de su vida y de la de su hermano. Para añadirle más presión y peso a su carga, también debe pensar en los empleos de Verity, Nina y Tom, ya que la relación laboral ha sido traspasada por una relación de amistad y familiaridad... Y es que Lavinia le ha dejado Marcapáginas, una librería en horas bajas que no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos.

A pesar de lo anterior,  Posi no estará sola. Queriéndolo o no, estará acompañada en todo su proceso de cambio y redirección por Sebastian, nieto de la matriarca Thorndyke. Cambiándole el color chocolate puro de los ojos por unos de color verde, este Sebastian me recuerda tanto a Sylvester Sebastian Cynster, de Diablo... y esto mismo le ocurre a nuestra protagonista, pues a pesar de todos los tiras y aflojas con el susodicho, no para de fantasear e imaginar historias más bien tórridas a estilo Regencia. Así pues, vemos cómo al tiempo que suben los decibelios en sus discusiones y desacuerdos, también suben los tonos en sus representaciones mentales.

Todo este caldo de cultivo se va calentado para que, al final, pase lo que debe pasar, lo que ocurre en toda buena novela romántica que se precie: el amor, debe abrirse paso a pesar de todos los obstáculos y prejuicios, creciendo y fortaleciéndose en el trascurrir de las páginas. 

Aun así, La pequeña librería de los corazones solitarios no es solamente una novela romántica; es una novela donde el romanticismo impregna el ambiente, pero en la que también encontramos otros valores que compiten con él, como la comicidad y la ironía, la amistad y la fraternidad, el encaje social, la superación, la luminosidad, el positivismo, el color y algunos más que dejo para que los descubra el lector. 

Todo esto me dice y me confirma que las buenas novelas románticas no son un género menor, pues se debe haber leído mucho y variado para poder tejer y construir historias que traspasen las páginas y se instalen y perduren en las memorias de los que afortunadamente las han leído.

Annie Darling vive en un apartamento diminuto de Londres, el cual está lleno de pilas de libros. Sus dos grandes pasiones son las novelas románticas y Mr. Mackenzie, su gato británico de pelo corto.

lunes, 25 de junio de 2018

RESEÑA (by MH) ::: EL SUEÑO DE CRETA - José Vicente Alfaro





Título original: El sueño de Creta 
Autor: José Vicente Alfaro  
Editorial: Autopublicado
Páginas: 280
Fecha de publicación: abril 2018
Encuadernación: rústica
Precio: 2,99 euros (kindle) + 11,39 euros (papel)
Diseño de cubierta: Juan Luis Torres Pereira

 
Mucho antes del nacimiento de la Grecia Clásica, hubo otra civilización extraordinaria emplazada en Creta, que alcanzó un alto grado de desarrollo cultural y artístico debido al dominio incontestable que poseía sobre el mar. Desde el fabuloso palacio de Cnosos, el rey Minos gobierna sobre su pueblo centrado en mantener la paz, tras haber promovido el desarrollo del comercio y haber limpiado de piratas las aguas del Egeo. Su hijo, el príncipe Androgeo, sueña con convertirse en un gran héroe; mientras su hija, la princesa Ariadna, siente la repentina llamada de la vida religiosa a causa de una desgracia. Entretanto, una modesta aldeana llamada Melantea rescata a un misterioso joven que ha naufragado en las costas de Creta, que no tardará en enamorarse perdidamente de ella pese a las numerosas circunstancias en su contra. Amor, intriga y mitología confluyen en la presente aventura, situada en el marco histórico de la espléndida civilización minoica.
Tras dos semanas en las que no solo he descansado yo de escribir reseñas sino vosotros de leerme, aquí vuelvo, y además lo hago con un clásico del blog. Lo de leer un libro de José Vicente Alfaro todos los años se ha convertido en tradición desde que abrimos las puertas de Netherfield. Siempre los saca por las mismas fechas, y Laky siempre organiza en su blog una lectura conjunta cuando salen, así que más fácil y organizado, imposible. Lo de adivinar qué civilización desaparecida será la protagonista de cada novela es el acertijo anual que yo nunca resuelvo, y con El sueño de Creta me ha sorprendido... además ha sido cosa de meigas, porque justo estaba leyendo la Odisea de Homero cuando supe que finalmente la civilización minoica había sido la elegida. 

Estamos en el siglo XV a.C.. En Creta gobierna el rey Minos sobre un pueblo avanzado que vive sobre todo del comercio. Tienen pleno dominio sobre el mar, y por ello su defensa está concentrada en la flota de barcos que rodean la isla, careciendo de un ejército de tierra o de cualquier otro tipo de defensa que se les antoja innecesario. A una playa de Creta llega Tisandro, náufrago con amnesia que, salvo su nombre, no recuerda absolutamente nada más. Lo que sí parece claro por su aspecto es que no es cretense. Le encuentra Melantea, quien lo lleva a su casa, donde es acogido por su familia hasta que sea capaz de recordar quién es. Por otro lado, la paz y tranquilidad que viven en la isla se ve amenazada por los aqueos, que no solo quieren apropiarse de las rutas comerciales cretenses, sino conquistar sus tierras... sin olvidarnos de ciertas ansias de poder internas que amenazan con derrocar a Minos del trono.

Tal y como comentaba en el primer párrafo, la civilización que José Vicente Alfaro nos trae en esta ocasión es la minoica, y más concretamente sus últimos coletazos, su último aliento como la civilización extraordinaria que fue. Para ello construye una trama en la que tienen cabida diversos elementos que el lector, a poco que conozca su obra, reconocerá como habituales en las historias del autor.

Por un lado tenemos todo el componente histórico, un elemento que Alfaro siempre cuida mucho y que mete en vena al lector sin que este se dé cuenta. Incluyendo detalles aquí y allá nos desvela el tipo de gobierno por el que se regían los minoicos, sus estamentos sociales, la fe minoica con sus sacerdotisas y predicciones, su cultura, la pintura al fresco desconocida fuera de la isla... Es la seña de identidad de este escritor: descubrir ante el lector la cultura que retrata de una manera sencilla, sin sobredosis de datos ni petulancia informativa. Todo esto, eso sí, poniendo por delante que la civilización minoica (auge y caída) sigue siendo un misterio hoy en día, y que no fue hasta principios del siglo XX que se descubrió que, lo que se pensaba que solo había existido en la imaginación de Homero y su Odisea, tenía una base real: se encontró el palacio real de Cnosos, y con él, esta cultura que sentaría los cimientos de la futura civilización griega.

Pero no solo de conocimientos históricos vive el hombre (o el lector), y a este suculento guiso se unen intrigas palaciegas, romances, secretos del pasado, rivalidades entre aldeas, planes de derrocamiento del gobierno, intentos de invasiones extranjeras... y un final que a mí me ha recordado a algunas películas que no voy a nombrar aquí porque daría pistas de por dónde va, pero es como muy cinematográfico. Lo dejo ahí.

Como en cada una de sus novelas, la trama es coral en cuanto a personajes, cumpliendo cada uno de ellos papeles totalmente distintos que hacen que la historia se mueva por estamentos muy diferentes dentro de la isla. Así, el autor entremezcla en la historia personajes ficticios con personajes que forman parte de la mitología griega y que a día de hoy no se sabe a ciencia cierta todavía hasta qué punto fueron (alguno de ellos) reales. Por un lado tenemos a Tisandro y Melantea, que podrían denominarse los dos personajes más importantes de la novela, y cuya trama amorosa mueve los hilos de varias subtramas que hacen que avance la historia. Por otro tenemos la trama palaciega, que tiene muchas ramificaciones: el rey Minos es un rey pacífico que intenta mantener la quietud en la que vive la isla desde que él asumió el gobierno, pero no todos sus gobernadores están de acuerdo con esta falta de beligerancia y conspiran en su contra; sus hijos, Androgeo y Ariadna, también buscan caminos muy diferentes en la vida, y mientras uno sueña con ir a la guerra y ser un héroe, la otra quiere ser sacerdortisa y retirarse de la vida social; Sibila, profetisa y Suma Sacerdortisa, no hace más que ver en sus visiones el final de la vida tal y como la conocen, pero es incapaz de anticipar cuándo y de qué manera se cernirán sobre la isla la destrucción y la muerte.

Todos estos personajes, tanto los de baja escala social como los de alta, acaban coincidiendo en la historia en un momento u otro, y nos pasean de la mano por lo que podría haber sido la vida en Creta hace 3500 años a lo largo de unas páginas repletas de romance, misterio, mitología e historia. Sin querer adentrarme nada más en la trama, sí que debo dejar constancia del órdago que el autor se atreve a lanzar en un posfacio final, donde asocia precisamente el final de su historia con otra cosa que no os voy decir y que dejo ahí en suspense para quien se lance a leer el libro. ¿Quién sabe hasta qué punto podría ser posible? Hay muchas cosas que jamás sabremos ni descubriremos.

Debo apuntar un pero: admito que me ha flojeado la parte romántica, porque demasiado a menudo parecía la única motivación de alguno de los protagonistas y, aun así, no fluía todo lo resultona o convincente que pedía la historia (Tisandro y Melantea me han parecido un poco ñoños a ratos, me hubiese gustado que tuviesen más motivaciones aparte de su relación). Es solo una opinión personal, pero me ha dado la sensación de que el autor se sentía mucho más cómodo con la vertiente histórica (y de acción hacia el final) que con la trama sentimental, aunque también reconozco que en este tipo de libros la trama romántica normalmente es la que menos me atrapa, así que entono el mea culpa por la parte que me toca.

En cualquier caso, este es el cuarto libro que leo de José Vicente, y todo lo que define su literatura, todo lo que la hace tan entretenida, está también presente en estas páginas. El sueño de Creta sigue esas premisas que sabes que siempre vas a encontrar en sus historias: una lectura entretenida que se lee casi del tirón, una prosa sencilla pero cuidada, alto componente histórico explicado con naturalidad y sin grandilocuencias, subtramas de misterio, intrigas políticas... En pocas palabras, una lectura muy apropiada para estos días de verano en los que apetecen historias que atrapan pero no empachan, que aúnan un poquito de varios géneros y que además enseñan cosas que entran solas conforme las lees. 

Ahora a barruntar dónde nos hará viajar, espacial y temporalmente, en el próximo libro. Yo no acierto nunca ni a la de tres, pero la gracia está en intentarlo xD.





José Vicente Alfaro (Huelva, 1976), licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, irrumpió exitosamente en el panorama literario español en el año 2013 con la publicación de La esperanza del Tíbet, novela que en muy poco tiempo se convirtió en un fenómeno de ventas, logrando superar los más de 500 días en el Top 100 de Amazon y acumulando miles de ejemplares vendidos.

A continuación le siguieron El llanto de la Isla de Pascua y El último anasazi, que contribuyeron definitivamente a consolidar su carrera como escritor. 

En mayo de 2016 publicó su cuarta novela, titulada Bajo el cielo de los celtas.

Tras convertirse en uno de los autores independientes más leídos en lengua castellana, las novelas de José Vicente Alfaro han sido traducidas a varios idiomas: inglés, alemán, francés, italiano y portugués, entre otros. Asimismo, su obra también ha sido editada en formato de audiolibro.

José Vicente Alfaro pretende a través de sus novelas contar una historia entretenida, ofreciendo al mismo tiempo al lector la oportunidad de trasladarse a un momento clave de otra civilización o cultura, probablemente desconocida para él.

jueves, 21 de junio de 2018

SORTEO ::: 2 EJEMPLARES "TODOS LOS VERANOS DEL MUNDO"

¡Hola a todos!

Hoy comienza el veranete, así que ya nada nos libra del calor, de los sudores, de los 40 grados a la sombra, durante muchos, muchos meses... (sí, odio el verano, al menos el de mi tierra. MH dixit). Peeeeero este año la llegada del verano trae un regalo estupendástico que va a hacer que las penas calurosas sean menos penas :)

El próximo jueves 5 de julio (¡apuntad bien la fecha!) sale a la venta la nueva novela de nuestra querida Mónica Gutiérrez, aka Serendipia. Se llama TODOS LOS VERANOS DEL MUNDO, y es su segunda publicación con Roca editorial tras El noviembre de Kate. Y como Mónica es así de fantabulosa (qué florida estoy hoy con el vocabulario xD), nos ha ofrecido 2 ejemplares para que los sorteemos entre vosotros, y que ella misma enviará dedicados a los dos ganadores.

Eso sí, avisados estáis: el sorteo va a durar solo semana y media porque lo vamos a dejar todo finiquitado antes de que salga a la venta, así que si os interesa la novela, nada de dormirse en los laureles. 

Para que vayáis abriendo boca, aquí os dejamos la portada (requetebonita y veraniega a más no poder) y la sinopsis.


Helena, decidida a casarse en Serralles, el pueblo de todos sus veranos de infancia, regresa a la casa de sus padres para preparar la boda y reencontrarse con sus hermanos y sobrinos. Un lugar sin sorpresas, hasta que Helena tropieza con Marc, un buen amigo al que había perdido de vista durante muchos años, y la vida en el pueblo deja de ser tranquila.

Quizás sea el momento de refugiarse en la nueva librería con un té y galletas, o acostumbrarse a los excéntricos alumnos de su madre y a las terribles ausencias. Quizá sea tiempo de respuestas, de cambios y vendimia. Tiempo de dejar atrás todo lastre y aprender al fin a salir volando.

 
  1. El sorteo es NACIONAL (España).
  2. Se sortean DOS EJEMPLARES EN PAPEL y habrá por tanto DOS GANADORES.
  3. Los envíos los realizará la propia autora.
  4. El sorteo comienza hoy día 21 de junio de 2018 y termina el 1 de julio de 2018 a las 23:59 horas (España). 
  5. Comprobaremos todos los enlaces antes de hacer el sorteo.
  6. Los ganadores se darán a conocer el miércoles 4 de julio.
  7. No podrán participar aquellos blogs que solo se dediquen a sorteos. Si os hacéis seguidores solo para participar en el sorteo y luego os borráis, quedaréis descartados para sorteos futuros
  • Ser seguidor de nuestro blog (por GFC).
  • Tener un blog literario activo.
  • Hacer un comentario en esta entrada diciendo que queréis participar en el sorteo.
Una vez hayáis rellenado los requisitos obligatorios os aparecerán una serie de requisitos opcionales con los que ganar puntos adicionales.

**ACTUALIZACIÓN** Como estoy en la parra, se me ha olvidado añadir esta mañana un requisito opcional que consiste en compartir una foto de alguno de los otros libros de Mónica en las redes sociales. Ya está añadida la opción. Mil perdones :S



¡SUERTE A TODOS Y GRACIAS POR PARTICIPAR!

martes, 19 de junio de 2018

RESEÑA (by MB) ::: OLIVE KITTERIDGE - Elizabeth Strout




Título original: Olive Kitteridge 
Autora: Elizabeth Strout 
Editorial: Duomo
Traducción: Rosa Pérez Pérez
Páginas: 352
Fecha de publicación original: 2008
Fecha de esta edición: 2 abril 2018
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16,80 euros 
Diseño de cubierta: Elsa Suárez Girard
Premio Pulitzer 2009
 
Olive Kitteridge es una maestra retirada que vive en un pequeño lugar de Maine, en Nueva Inglaterra. A veces dura, otras paciente, a veces lúcida, otras abnegadamente ciega, Olive lamenta las transformaciones que han agitado el pequeño pueblo de Crosby y la deriva catastrófica que va tomando el mundo entero, pero no siempre se da cuenta de los cambios menos perceptibles que afectan a las personas más cercanas: la desesperación de un ex alumno que ha perdido las ganas de vivir; la soledad de su hijo, que se siente tiranizado por los irracionales caprichos maternos; y la presencia de su marido, Henry, que vive su fidelidad conyugal como una maldita bendición. Mientras la gente del lugar va afrontando sus problemas, sean leves o graves, Olive va tomando conciencia de sí misma y de las personas que la rodean, muchas veces dolorosamente, pero siempre con una honestidad entrañable.

Olive Kitteridge es la parábola sobre la amargura y el conformismo que Elizabeth Strout nos ofrece en su novela. 

La califico de parábola no por su brevedad, sino por relatarnos en la vida de Olive una historia que parece una analogía sobre la negatividad en un amplio espectro (ya sea consciente o inconscientemente), y con la que aprendemos una enseñanza mediante la observación de su vida y sus pensamientos, pues en ella vemos en todo momento la incapacidad de disociar los juicios y las sentencias que van brotando y aflorando a lo largo de la lectura. 

La protagonista, maestra de matemáticas en la ciudad imaginaria de Crosby, está casada con Henry, el farmacéutico del pueblo, y es madre de un solo hijo, Christopher. Olive se dedica a vampirizarlos y castrarlos (metafóricamente) en todos los aspectos y en todas las potenciales decisiones que ambos puedan tomar... y digo potenciales porque mueren antes de salir de sus bocas. Tanto el padre como el hijo son personas pasivas, incapaces de argumentar o alegar alguna de sus razones personales ante Olive. Ya sea por miedo o por costumbre, su pasividad, pincelada con tintes de bondad, siempre se verá supeditada a la poderosa y claustrofóbica Olive Kitteridge

Así se va percibiendo que el personaje principal no es de esos con los que se empatiza ni en la primera ni en la última página, sino todo lo contrario. Reconozco que la autora ha construido en ella un mundo lleno de matices y cualidades, pero al final, como ocurre siempre que te tropiezas con una persona negativa y tóxica, cuando esta se va se te queda un regustillo amargo difícil de endulzar.

En mi caso ha sido así. Olive representa para mí la antítesis de la positividad, y todos los que la acompañan desprenden el mismo tufillo: son personajes acomodados en su amargura y depresión. Todo en ella, al igual que en los demás, se nutre de cualidades negativas (el pesar,  los celos, la posesión, la amargura, la vejez física y mental) que no les permiten avanzar y reinventarse como son. Estos elementos, que emanan y aromatizan a todos, se magnifican cuando entran en contacto con Olive. 

La novela está ambientada en Crosby, ciudad donde la belleza y la naturaleza parecen embargarlo todo a priori, pero conforme vas leyendo y conociendo a sus diferentes habitantes, los miembros foráneos de la comunidad, te das cuenta de la incoherencia en sus vidas. Tanto los jóvenes como los no tan jóvenes rezuman pesimismo y derrota en cuanto atisbas y te asomas a sus realidades; desde el primer momento percibes que las cosas no les van a salir bien, pues su pasividad les hace vivir simplemente en las apariencias y en el inconformismo paralizante con el único fin de satisfacer sus egos desapegados a sus conciencias. Todos, a su manera, se quejan de sus vidas, y de alguna forma anhelan lo que otros tienen, pero nadie o casi nadie es capaz de hacer nada. El simple hecho de coger las riendas de sus vidas supone un cúmulo de excusas y sobreesfuerzo, y al final siempre deciden dejarse llevar por sus diferentes pero igualmente agobiantes situaciones. 

Entonces, desde la distancia, llega un momento que casi te da igual. El lector, para no contagiarse de esa atmósfera gris y cerrada, tiene que desapegarse de todos y cada uno de ellos. No puedes cambiar el resultado de las cosas si estos personajes no son congruentes consigo mismos ni con sus conciencias. Siempre, o la mayor parte de las veces, son personas reactivas, nunca proactivas a unas circunstancias sobrevenidas que unas veces parece que les sobrepasan y otras que les resbalan. 

Olive Kitteridge participa de este ambiente cerrado y rancio donde su conciencia y su ego luchan en todo momento: siente una cosa y dice otra, o viceversa. El caso es que en ningún momento la vemos sincronizada con sus sentimientos y sus acciones, y así somos testigos una y otra vez de cómo sus salidas de tono y meteduras de pata chocan con sus remordimientos y su conciencia.

El contrapunto positivo a todo lo anterior lo encontramos en Christopher, su hijo. Es el personaje que ha ido creciendo ante mis ojos al mismo tiempo que decrecía ante los ojos de su madre. Cuando es capaz de romper las cadenas y construirse una vida lejos de ese ambiente, aparecen los rayos de sol y la esperanza en la historia. Él es el único que sabe encontrar la coherencia en su vida, algo que no parece entender su madre. Lucha hasta lograr construirse una vida lejos de la sombra tediosa de sus padres y vecinos, y gracias a él la novela se equilibra, revalorizándose y esperanzando al lector.

Al final es una novela que merece la pena ser leída aunque, eso sí, desde una distancia prudencial de seguridad para no contagiarse de toda esa atmósfera naftalina, tratando y valorando a cada uno de los personajes con la objetividad necesaria para descubrir la grandeza de la escritura. Elizabeth Strout, en su maestría, nos modela un universo tan especial y particular que, queriéndolo o no, nos deja una huella profunda y perdurable.




Elizabeth Strout nació en Maine, pero desde hace años reside en Nueva York. Autora imprescindible en la literatura contemporánea, cuenta con varias obras, entre ellas Los hermanos Burgess, Abide with Me y Amy e Isabelle. Duomo ha publicado con una gran acogida entre los lectores y la crítica Me llamo Lucy Barton (2016) y Todo es posible (2017). Olive Kitteridge obtuvo el Premio Pulitzer, el Premi Llibreter, el Premio Bancarella y el Premio Mondello, y se convirtió en una alabada serie de televisión. También como escritora de relatos, Strout ha publicado en varias revistas, entre ellas The New Yorker y O, The Oprah Magazine, y ha sido finalista del Premio PEN/Faulkner y del Premio Orange.