lunes, 31 de mayo de 2021

RESEÑA (by MH) ::: WICKED (MEMORIAS DE UNA BRUJA MALA) - Gregory Maguire


 
Título original: Wicked
Autor: Gregory Maguire
Editorial: Planeta Internacional
Traducción: Claudia Conde
Páginas: 508

Fecha publicación original1995
Fecha esta edición: 2007
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: descatalogado (disponible de segunda mano)
Ilustración de cubierta e interiores: Douglas Smith



En un pueblo de pescadores de Munchkinland, una región independiente de la tierra de Oz, nace la primera hija de Melena. Su marido, el párroco Frex, no puede estar con ella en tan delicado momento porque el Reloj del Dragón del Tiempo (un teatro de títeres), ha llegado al pueblo y sus espectáculos irreverentes y groseros están haciendo estragos en la parroquia. La criatura se llama Elphaba, tiene la piel verde y unos dientes de tiburón con los que arranca un dedo de un mordisco a una mujer. No es cosa fácil, ser la mala del cuento. Gregory Maguire visita en Wicked. Memorias de una bruja mala las entrañas de uno de los grandes cuentos de la historia y rescata a la niñita de piel verde llamada Elphaba, que crecerá para convertirse en la Malvada Bruja del Oeste, una persona ingeniosa, irritable y poco comprendida que pone en tela de juicio todas nuestras nociones preconcebidas sobre la naturaleza del bien y del mal.

Me gusta la literatura relacionada con las brujas. ¿Lo habíais notado? El reto de Hermanas Fatídicas que nos hemos propuesto Mónica y yo para este año nace tanto de nuestro gusto por esta temática como por la necesidad de leer muchos libros pendientes en la estantería relacionados con ella. Y es que, hablo a título personal, compro lo que voy viendo que me interesa sobre este subgénero, pero luego pasa lo de siempre, que la vida no da para leerlo todo. Wicked es de esos libros que llevan esperando su turno de ser escogidos unos cuantos años, y aunque casi todos los meses incumplo mi (auto)promesa de leer y reseñar dos libros mensuales en este proyecto, en mayo no quería faltar a mi cita con Gregory Maguire. ¿Esperaba algo en concreto? No, porque salvo la premisa de que cuenta la historia (la versión de Maguire, claro... la de Frank L. Baum nunca la sabremos) de Elphaba, la Malvada Bruja del Oeste del libro original de El maravilloso mago de Oz, no tenía ni pajolera idea de lo que me iba a encontrar. De esos libros que lees totalmente a ciegas solo por el concepto en sí mismo de su existencia. Os cuento lo que me ha parecido.

Tal y como os digo, la premisa de Wicked es la de contar la historia de Elphaba, la Malvada Bruja del Oeste (si realmente era malvada y si, ahondando más, era incluso bruja), y lo hace desde el mismísimo comienzo: su nacimiento. Para ello nos traslada al este de Oz, al País de los Munchkins, donde Elphaba viene al mundo hija de un clérigo fanático y de una heredera de buena familia que viven en la absoluta pobreza. Elphaba es un pequeño monstruito con dientes afilados desde el mismo momento en que sale del vientre de su madre y a la que hay atar para que no se muerda a sí misma. Le tiene un miedo atroz al agua y es (para consternación de sus padres) verde. Saltamos varios años y la conocemos en su entrada a la Universidad de Shiz. Sigue siendo verde pero nada queda de ese ser extraño e inquietante que vio la luz años atrás. Es una joven inteligente, con inquietudes y principios, mucho más honrada y honesta que todos sus compañeros juntos, pero con unas ideas extremas que le llevarán por caminos insondables. Esta es la joven que se convertirá en una malvada bruja cuyo final (que es también el final de este libro porque no podía ser otro) conocemos desde la primera página quienes hemos leído la obra original o hemos visto la película. Es decir, que su final es el que es, así que lo que interesa realmente es el camino que Maguire crea para ella, su evolución como persona y personaje, y como las decisiones que va tomando en su recorrido la llevan hasta el final que conocemos de la historia original de Baum.

Algo muy importante sobre esta novela es tener claro que no es una historia juvenil y mucho menos infantil. Sexo, terrorismo, violencia, fanatismo religioso, intrigas políticas, dilemas existenciales y filosóficos... Es una novela adulta, y como tal incluye temáticas que lo son y escenas que resultan turbadoras más por lo que dejan entrever que por lo que cuentan. Bajo mi punto de vista este libro tenía dos objetivos: uno era contar una buena historia para Elphaba, labor que recae por completo sobre Maguire al ser una visión suya única y personal del personaje, y el otro era unificar esa visión con la de la historia original de Baum, labor más peliaguda porque implica mucha maña, talento y buen hacer. Para mí, Maguire triunfa en el primer objetivo, empieza a flojear cuando se da cuenta de que tiene que ensamblar eso con una historia que no es la suya y se da cuenta de que no ha preparado el camino todo lo bien que debería, y se pega un buen topetazo cuando llega el momento culmen y se consuma lo que el lector lleva barruntando desde las últimas doscientas páginas: que el Oz que idea Maguire no es compatible con el Oz original de Baum. Y aparte es que destroza todo su buen hacer anterior con el personaje de Elphaba, que es lo peor de todo. Se sabotea a sí mismo. Pero vayamos por partes, que diría Jack.

Este Oz que crea Maguire es un Oz muy inestable políticamente, con el Mago recién llegado en globo dispuesto a llevarse todo por delante, con la gente muriéndose de hambre, exterminio de razas y símiles a campos de concentración, grupos terroristas opositores al gobierno, revueltas sociales... en este Oz se habla esporádicamente de hechicería, de magia, pero porque parece que hay que hacerlo al ser el país fantástico preexistente que es, no porque esté integrado en la historia ni porque tenga realmente peso en la trama. La propia Elphaba, protagonista de la historia, no cree en la magia, no quiere seguir esa rama en sus estudios y no tiene contacto alguno con ella salvo cuando se le acaban las páginas al autor y tiene que ir conectando presente y futuro. Esta Elphaba es una joven estudiosa con unos principios morales firmes que sin embargo no cree en la existencia del alma. Solitaria y muy autosuficiente, acaba formando parte de un grupo de amigos que en algunos casos no supondrán nada para su futuro, pero que en otros serán determinantes para su recorrido vital.

La novela está dividida en cinco partes, cada una de ellas supone un salto temporal de varios años, y sin duda las mejores son las dos primeras. En ellas vemos florecer a Elphaba como personaje, el potencial que tiene, lo bien construido que está, cómo va desarrollándose ante los ojos del lector y lo interesante que se plantea la idea de convertir a una joven tan íntegra y con tan elevado sentido de la justicia en esa Bruja Malvada que conocemos en el libro original de 1900. Estas dos primeras partes, que conforman prácticamente la primera mitad del libro, son la niña de los ojos del autor, su creación, su historia, sus personajes y su Oz. Es donde se le nota cómodo porque es todo suyo, y brilla, convence y entretiene muchísimo. La segunda mitad es la del viraje, la de darse cuenta de que tiene que coger todo eso que ha creado de la nada y meterlo con calzador en una historia ya escrita cien años antes que se ha convertido en un clásico universal y que todo el mundo conoce. Y ahí es donde empieza la cosa a patinar y, por momentos, a perder el rumbo. En lugar de ser dos caminos que llegan a un punto intermedio y se convierten en uno, transcurren en paralelo y los puentes que se crean para unirlos son débiles y muchas veces condenados a derrumbarse.

No lo hemos leído de manera conjunta, pero Mónica y yo coincidimos en el tiempo leyendo este libro, hemos ido comentando cosillas, y varias veces le dije que no veía claro cómo Maguire iba a unificar el Oz que había construido con el Oz original. Es que son completamente diferentes, incompatibles incluso en algunas cosas, y hay elementos del libro original que no tienen cabida en este mundo creado por Maguire. Tampoco veía como esta Elphaba iba a acabar convirtiéndose en una bruja para empezar, así que lo de malvada, ni os cuento. Mis miedos eran fundados, no consigue ensamblar las dos visiones con éxito. Y no hablo desde el punto de vista intransigente de una amante del libro original que quiere que todo sea pluscuamperfecto, sino simplemente desde el punto de vista de una lectora que ve descarrilar una buena historia en su tramo final. Me parece de una falta de recursos evidente el no saber cómo explicar algo porque no has hecho bien tu trabajo en las 400 páginas anteriores y directamente decirlo tal cual en el libro y pasar a otra cosa. A los personajes les valdrá, pero al lector, obviamente, no
 
Yo me he quedado con la sensación de que esta historia necesitaba ser única, inédita, para poder seguir su propio camino, porque de hecho es totalmente independiente salvo cuando no le queda más remedio que no serlo, y ese el principio del fin. ¿Que quería escribir un libro ambientado en Oz? ¡Perfecto! Pero que hubiese cogido cualquier personaje de su invención y le hubiese dado el final que él hubiese querido. Esta Elphaba llamándose Ruthkin (por ejemplo), no siendo un personaje de El mago de Oz, hubiese funcionado igual y hubiese podido tener su propia historia. Aun así, y a pesar de la decepción por lo que podría haber sido y no ha llegado a ser, me quedo con lo bueno, que es la primera mitad del libro, que sí que he disfrutado mucho y que tiene escenas que perduran en mi memoria.

Existe un musical que al parecer poco tiene que ver con la novela. Es mucho más familiar, mucho más amable, mucho más romántico y con un final más feliz. De hecho, muchos de aquellos que vieron primero el musical y luego se acercaron al libro parece que se enfadaron porque difieren mucho: en el libro pasan cosas malosas que en el musical se arreglan :) Se avecina adaptación cinematográfica (si la pandemia lo permite) para finales de este año, pero ya han avisado que está basada en el musical, no en el libro, así que será también family friendly y más para todos los públicos.

Por cierto, para terminar, como anécdota de interés os puedo contar que lo de la Malvada Bruja del Oeste de color verde es cosa de la famosa película de 1939, no del libro original de Baum, donde no se hace alusión alguna al respecto. Otra cosa que Maguire ha cogido de la película que en el libro ni se nombra no os la comento por aquí por no hacer un spoiler, pero vamos, que se nota que a Maguire le tiraba más la visión cinematográfica que la novela original :) 

Reseña de El maravilloso Mago de Oz -> aquí

Gregory Maguire (Albany, Nueva York, Estados Unidos, 9 de junio de 1954). Se graduó en Literatura Inglesa y Americana. Autor de cinco novelas para adultos y una docena de obras infantiles, el éxito le llegó con Wicked. Memorias de una bruja mala.

viernes, 28 de mayo de 2021

RESEÑA (by MB) ::: REVOLUCIONARIO - Clementina Black


 
Título original: An Agitator
Autora: Clementina Black
Editorial: Chamán Ediciones
Traducción: Gonzalo Gómez Montoro
Páginas: 118
Fecha publicación original: 1894
Fecha esta edición: abril 2021
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 12 euros 
Ilustración de cubierta: María José López Cerro



Revolucionario refleja la sociedad inglesa del último tercio del siglo XIX: obreros, empresarios, religiosos, burgueses, periodistas y diputados pueblan sus páginas. La acción transcurre hacia la década de 1880, época de expansión económica y de auge del proletariado, fenómeno este último que capta la atención de los partidos políticos, tradicionalmente ajenos a las míseras condiciones de vida de los trabajadores. Mejorar dichas condiciones es, precisamente, la obsesión del protagonista, Kit Brand, cuya situación de «desclasado» resulta singularmente moderna: Brand es un «extranjero» concebido cuarenta años antes que el Meursault de Albert Camus, además de un visionario («uno de esos hombres que mueren ninguneados y a quienes, después, erigen estatuas en su honor», según su compañero Stanford). Brand es un revolucionario «que no puede dejar de ser coherente». 
 
Revolucionario es, en definitiva, una rara avis de la novela inglesa de finales del siglo XIX, y su rescate, la prueba de que otras autoras —como había sido el caso de Clementina Black— pueden seguir estando olvidadas pese a haber escrito obras reveladoras sobre la condición humana.

Clementina Black
nació en Brighton, Inglaterra, en 1853. Era escritora, tenía siete hermanos y fue huérfana de madre primero y de padre después, convirtiéndose en la cuidadora de su familia en una época en la que la industrialización hacía sus estragos en las capas más vulnerables y sensibles de la sociedad.

La biografía de Clementina Back está marcada por la política, el feminismo y el sindicalismo activista, en particular por su amistad con Eleanor Marx, la hija menor de Karl Marx y Johanna Bertha Julie von Westphalen.
―De acuerdo, señor Pelham ―aceptó―. Te lo agradezco. No sabes cuánto me has ayudado en los últimos diez minutos. Esa carta me tentaba con traicionar a los de mi clase a cambio de dinero y éxito fácil.
Kit Brand es el héroe que nuestra autora crea e imagina, el elegido para liderar primero la huelga en una fabrica de alambre en Mudford y para grandes cosas después.

Vive por y para realizar y materializar las ideas que cree justas, legítimas e íntegras. Cuando es tentado por el brillo del poder y la ascendencia social, entiende que lo más importante en su persona son su integridad, ecuanimidad y coherencia, además de elegir la clase a la que pertenece desde que inicia su lucha reivindicativa.
―Después de mucho debatir ―prosiguió Hammond―, acordamos que ellos nos reducirían la jornada a diez horas si nosotros aceptábamos cobrar seis peniques menos a la semana... A continuación hablamos sobre el sindicato y sobre Kit y Dick. A Kit no lo soportan.
Nuestro revolucionario (como todos los grandes héroes en las grande odiseas) no lo tendrá nada fácil. Tendrá que articular su lucha y exponer sus valores y sus doctrinas a través de la vertebración y consolidación de comités, delegaciones y reuniones informales que se realizarán en suntuosos salones.
―Los de mi edad y mi oficio conocemos muchos secretos, y usted forma parte de ellos ―reveló sir John golpeando débilmente el borde de la mesa con los dedos.
A través de su novela
Revolucionario,
Clementine Black muestra como fueron los inicios de esta nueva corriente, su calado en las distintas capas sociales y la ascensión hasta las altas instancias representativas.
―Faltan ciento ocho votos.
―¿Cómo, cuándo y dónde han desaparecido? ―preguntó Pelham.
Siguiendo el camino del héroe, vemos aparecer las zancadillas cuando la gloria está cerca, haciéndose necesaria una autocritica que evalúe los pasos, las paradas y las relaciones que le han llevado hasta ahí. Es momento de parar, quedarse en silencio y abrazar a la soledad para que le guíe, marque su rumbo y lo refrende en su servicio con el fin de construir su legado.
Durante el encierro al que había sido injustamente condenado se sintió en paz consigo mismo y con los demás. Era completamente feliz.
Publicada en 1894, Revolucionario es una novela visionaria corta pero intensa. En ella la autora supo atisbar y entretejer las nuevas corrientes políticas y sociales de la época, plasmándolas en la piel del protagonista. Kit Brand es un hombre de orígenes inciertos y curtido por las experiencias vitales que, a pesar de todo y de todos, de alguna forma decide por él mismo cuales serán su camino y su sitio en el mundo.
Los gritos y aplausos procedentes del exterior avisaron de la llegada del «héroe del momento»




Clementina Black (Brighton, 1853 – Barnes, Surrey, 1922) Escritora inglesa, feminista y pionera sindicalista, estrechamente conectada con el marxismo y la sociedad fabiana.

Trabajó por los derechos de las mujeres en el trabajo y a favor del sufragio femenino siendo miembro de organizaciones feministas tales como Women’s Trade Union League, Women’s Industrial Council o Women’s Franchise Declaration Committee. La primera de sus siete novelas fue A Sussex Idyll, publicada en 1877. An Agitator (aquí traducida como Revolucionario) se publicaría en 1894. En ella se cuenta la historia de un líder sindical socialista. Novelas posteriores fueron de un corte apolítico, como la última que publicara en 1911: The Linleys of Bath.

miércoles, 26 de mayo de 2021

RESEÑA (by MH) ::: LAS TORRES DE TREBISONDA - Rose Macaulay


 
Título original: The Towers of Trebizond
Autora: Rose Macaulay
Editorial: Minúscula
Traducción: Francisco Segovia
Posfacio: Jan Morris
Traducción posfacio: Celia Filipetto
Páginas: 382
Fecha publicación original: 1956
Fecha esta edición: noviembre 2008
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 18,50 euros 
Fotografía de cubierta: Archivo Cozzi


Las torres de Trebisonda cuenta las peripecias de un estrambótico grupo, formado por Laurie, la narradora, su inimitable tía Dot, el intolerante padre Chantry-Pigg y un camello loco, que parte de Inglaterra rumbo a Oriente Medio movido por distintos intereses que van desde un heterodoxo proselitismo anglicano al puro placer del viaje. Ingeniosa y a la vez melancólica, desenfadada y sutil, esta novela descubre una ciudad de fábula, una Trebisonda reflejo de inquietudes espirituales, metáfora del carácter esquivo de la verdad. Un relato satírico y en ocasiones absurdo, de un humor chispeante, tras el que se esconden las sombras del desengaño, los dilemas religiosos y el recuerdo de un amor perdido.

 
Desde principios de año, el último miércoles de mes significa en Netherfield una nueva entrega del proyecto de Reseñas Cruzadas que comparto con Undine. Quienes seáis habituales de este proyecto sabéis que leemos el mismo libro sin comentarlo entre nosotras, y que cuando llega este día conocemos la opinión de la otra al mismo tiempo que los demás. Para este mes de mayo escogimos Las torres de Trebisonda, de Rose Macaulay, y creo que puedo decir desde ya, en este avance de reseña, que tengo bastante claro que la opinión de Undine va a ser más positiva que la mía, lo que no quiere decir que mi reseña vaya a ser negativa, pero sí... ¿desapasionada? No se me ocurre otra palabra ahora mismo, y creo que desapasionada describe bien mi sentir sobre la lectura. Y mirad que me las prometía muy felices, es un libro prestigioso y premiado, es mi tipo de lectura al cien por cien... pero hasta que no abres un libro no sabes cómo te vas a llevar con él.
 
La narradora de la historia se llama Laurie. Es una joven ilustradora que decide acompañar a su tía Dot y al padre Chantry-Pigg a una labor misionera en Turquía. En realidad cada uno lleva su propia agenda al viaje: la tía Dot es una aventurera nata que quiere escribir un libro de viajes, promocionar las escuelas misioneras anglicanas en Oriente y liberar a la mujer musulmana de las restricciones que le impone su religión; el padre Chantry-Pigg quiere visitar iglesias y evangelizar, y Laurie es la que más espíritu viajero tiene, aunque también va a colaborar en el libro de su tía escribiendo fragmentos e ilustrándolo. En este viaje también les acompaña un camello supuestamente loco que la tía Dot usa de manera habitual en Inglaterra para sus desplazamientos (sip). Cuando pisan tierra turca se dan cuenta de varias cosas: una es que hay espías por todas partes y son tan malos haciendo su trabajo que los reconocen sin problemas; otra es que a todos los ingleses les ha dado por escribir un libro sobre Turquía y hay mucha competencia; por si fuera poco los turcos llevan fatal lo de tener una frontera con Rusia y el Telón de Acero está siempre en el horizonte; además un tal Billy Graham, baptista norteamericano, ha decidido evangelizar tierra musulmana al mismo tiempo que ellos y sus misioneros van siempre por delante en la misma ruta; y encima la BBC también ha decidido grabar un documental justo cuando ellos están allí y son testigos de los métodos arteros que usan para conseguir imágenes que harán las delicias futura de los espectadores británicos. De todos modos ellos siguen al pie de la letra su plan de ruta hasta que sucede algo que pondrá patas arriba todo el plan de viaje.
 
Las cosas claras y el chocolate espeso. De haber estado en mi mano seguir con esta lectura o cerrar el libro para otro momento en que mi cabeza no lloriqueara pidiendo descansar, hubiese cerrado el libro. Pero no estaba en mi mano, así que cuando lo único que quería era acostarme y dormir (imaginad a qué horas podía sentarme a leer), tenía que enfrentarme a una lectura que me ha parecido llena de altibajos en cuanto a interés. Y cuando conseguía conectar y me decía ¡Por fin, cómo me gusta lo que me estás contando!, llegaba otro bache y se desinflaba mi conexión con la trama. Cuánta culpa de esto la tienen mi cansancio y mi agotamiento o el propio libro es algo que solo sabré si algún día me decido a releerlo, pero por ahora es lo que hay. Y no quiero que parezca que voy a hablar mal sobre el libro porque ciertas partes me han gustado mucho, pero esperaba entusiasmarme con la lectura y no ha sido así. Si os dijese que me ha maravillado porque es lo que se espera de mí, mentiría como una bellaca.
 
A todo esto estoy escribiendo y no sé ni cómo afrontar la reseña ni qué contaros sin soltar veinte parrafadas, así que iré a lo simple y os diré las cuatro cosas que creo que son esenciales para que decidáis si os interesa esta lectura o no.
 
Por un lado los personajes, que van desde lo variopinto hasta lo excéntrico, pasando por la propia narradora, que parece la más centrada mientras narra y luego hace cosas igual de excéntricas que los demás y te las cuenta como si fueran lo más normal del mundo. Es decir, que forman un grupo extravagante y protagonizan muchas escenas surrealistas que exigen del lector una cierta complicidad y un dejarse llevar por la evolución de la historia. A este libro no se le pueden pedir realismo como tal, porque su base se asienta precisamente en estirar hechos y acciones que bien podrían ser veraces hasta unos límites que rozan lo descabellado y disparatado. Esto no es ni bueno ni malo, pero sí es intrínseco a la narración, y hay lectores que adoran este tipo de personajes e historias y lectores que no los soportan, así que me veo en la obligación de comentarlo.
 
Por otro lado tenemos la narración. Se dice en la sinopsis que es ingeniosa, melancólica, sutil... sí, a veces es todo eso, qué duda cabe, pero a mí se me ha hecho pesada a ratos, os lo digo como lo siento. Tengo todavía mis dudas en cuanto a lo que me parece Laurie como narradora, porque me ha gustado (sin pasarse) cuando se pone en modo literatura de viajes, y me ha aburrido cuando se adentra en otros temas cuya función es darle profundidad a la historia pero para los que yo no tenía la cabeza ni la paciencia en ese momento. Aparte, y esto es una impresión personal, me ha parecido muy fría, muy alejada del lector, guardando mucho las distancias a pesar de contar en ocasiones cosas muy íntimas. Yo no he conectado con ella en ningún momento, ni siquiera en las partes que me han gustado mucho... la leía y me quedaba con lo que me interesaba: el viaje en sí mismo, los sitios que visitaba, lo que contaba sobre todos esos sitios y ciertas interacciones con otros personajes que me han gustado mucho. Ella misma como parte protagonista de esos recorridos era un aceptamos pulpo como animal de compañía, y si tenemos en cuenta que todo lo vemos a través de sus ojos, pues como que resulta contradictorio (soy consciente de ello).
 
En tercer lugar quiero poner de relieve que en esta novela hay un personaje con entidad propia que no solo no abandona la narración en ningún momento sino que la monopoliza durante muchas páginas: la religión. Y cuando os digo religión no hablo de comentarios aquí y allá, sino de reflexiones intensas y pormenorizadas tanto de la existencia misma de la religión, como de las vidas de santos, pasajes de la Biblia o comparaciones entre la alta iglesia anglicada, la baja iglesia anglicana, el catolicismo, la religión baptista norteamericana, el islam... La protagonista se considera angloagnóstica, lleva en la sangre la religión pero tiende al agnosticismo, y esa contradicción le hace reflexionar ardua y constantemente sobre el tema en busca de una razón vital y un significado a todo aquello que sustenta las diferentes creencias y fes, y el modo en que se han alejado de lo que les hizo ver la luz en un principio. Al comenzar el libro el tono sobre las rivalidades que existen en las distintas ramas de la iglesia anglicana es irónica y un tanto sarcástica, pero ese tono ligero fluctúa durante el libro, y lo dicho, es un tema recurrente y constante durante la narración. Avisados estais.

Y por último llegamos a mi parte favorita, que es la parte de literatura de viajes que sin duda también funciona como uno de los puntales de la historia. Es la que más he disfrutado y la que me ha hecho engancharme a la lectura (al menos durante un buen número de páginas), sobre todo a partir de cierto suceso que no os puedo desvelar y que libera un poco la trama y la insufla de energía. La Trebisonda del título, ciudad que pertenece a Turquía, fue fundada por colonos griegos y capital del último imperio bizantino, hasta que finalmente fue conquistada por el sultán otomano Mehmed II. Visitamos la ciudad que era a mediados del siglo XX, también las ruinas de la ciudad que fue muchos siglos atrás, y aunque lo que allí siente y asimila Laurie funciona como una metáfora de hacia donde va su propia existencia, en realidad el viaje va mucho más allá y nos movemos por toda la costa del mar Negro hasta que llega un punto en que avanzamos hacia el sur vía Siria y Jordania camino de Israel. Son muchas las ciudades que pisamos en el recorrido, más de las que yo puedo nombraros aquí sin ton ni son, y hay reflexiones sobre el turismo que son totalmente actuales (como que el turista busca el pasado cuando visita una ciudad ajena mientras que los habitantes de esa ciudad están mucho más orgullosos de su presente y su futuro). Quizá se excede en los datos históricos (o en la forma de darlos) que van salpicando todo el recorrido desde que ponen los pies en Turquía, pero es lo que menos me ha molestado. Y me han encantado las continuas referencias a Jenofonte y sus Diez Mil porque iba recordando su recorrido al mismo tiempo que Laurie (os hablé de esta expedición el año pasado)

Si me preguntáis a mí (y poniéndome en modo "gráfica del Power Point"), os diría que mi interés por el libro ha sido una curva de Gauss en toda regla. El principio se me hizo cuesta arriba, mi interés comenzó a crecer y a crecer hasta llegar al punto más alta de la curva (que correspondería a todo el tramo intermedio de la novela, fascinante y sinceramente interesante) y que mi interés volvió a decrecer en cuanto la ambientación vuelve a Inglaterra, teniendo como culmen un final que me pareció totalmente fuera de tono (y que conste que entiendo la motivación de ese final porque es autobiográfico de la autora, pero cuesta ligarlo a todo lo que hemos leído anteriormente en la novela. Voy más allá: me ha dejado con la misma cara que el final de Barcos que se cruzan en la noche, que fue el primer libro con el que comenzamos estas Reseñas Cruzadas... y eso no es buena señal).

Las torres de Trebisonda fue la última novela de Rose Macaulay, la más laureada, y en ella vuelca muchísimo de ella misma, de su visión de la religión, de la vida, de las relaciones de pareja y el adulterio... Es una novela que hay que leer con inteligencia, atención y esmero para ir avistando las complejas realidades y reflexiones que la autora envuelve en absurdos e ironía, y desaconsejo leerla si no se le puede prestar toda la concentración que necesita. Hay que buscarle su momento (o al menos yo me siento así porque esa ha sido mi experiencia y mi carencia). Por eso es un libro que no me atrevo a recomendar en general, tanto por el tono surrealista (con el que se puede conectar o no), como por el exceso de datos constante (que puede aburrir o no) como por la base tremendamente religiosa que tiene (que puede molestar o no). No digo que no lo recomiende por la calidad del libro, ojo, sino porque por un lado me parece un libro muy particular, y por otro no creo que sea un libro con el que resulte fácil conectar si no se está en el mood apropiado. En todo caso, si os decidís a leerlo y se os hace muy cuesta arriba al principio, seguid leyendo y dadle una oportunidad. Lo que pase a partir de ahí ya entra en el terreno de la especulación y de la aventura :)

Carta abierta a Undine de mis entretelas. Sé que te va a decepcionar que no haya disfrutado muchísimo con este libro, pero ya sabes cómo me va la vida... no era su momento. Se necesita una tranquilidad de mente para adentrarse en la historia que yo ahora mismo no tengo, y encima el final no me ha gustado. Estoy segura de que tu reseña va a ser mucho más entusiasta, así que por primera vez habrá dos caras de la misma moneda (sabíamos que algún día tendría que pasar... Y estoy tan segura de que va a ser así que me atrevo a soltar esta parrafada dándolo por hecho). Menos mal que en junio viene Wilkie y con él voy al fin del mundo...


Reseña en casa de Undine -> aquí

Rose Macaulay (1881-1958) nació en Rugby, en el seno de una familia de intelectuales y clérigos anglicanos. Pasó la mayor parte de su infancia en Varazze, una pequeña ciudad costera de Italia. En 1894 regresó a Inglaterra donde, después de estudiar historia moderna en Oxford, comenzó una fulgurante carrera como escritora y periodista. Viajera incansable, fue amiga de personajes como Virginia Woolf, E. M. Forster, Vita Sackville-West, Ivy Compton-Burnett o W. H. Auden. Autora prolífica que abarcó todos los géneros, en 1956 recibió el prestigioso James Tait Black Memorial Prize por Las torres de Trebisonda, considerada su obra maestra.

lunes, 24 de mayo de 2021

RESEÑA (by MH) ::: LA PIMPINELA ESCARLATA - Baronesa Emma Orczy



Título original: The Scarlet Pimpernel
Autora: Emma Orczy
Editorial: Random House
Traducción: Juan Leita
Páginas: 336
Fecha publicación original: 1905
Fecha esta edición: marzo 2016
Encuadernación: cartoné
Precio: 19,90 euros 
Ilustración de cubierta e interiores: Luisa Rivera



Escrita en 1905 por la baronesa Emma Orczy, esta novela de intriga y romance es considerada uno de los grandes clásicos del género de capa y espada, y su protagonista, el precursor de los héroes enmascarados que ya forman parte de la cultura popular contemporánea.

La historia transcurre a finales del siglo XVIII, durante el reinado del Terror, cuando el despiadado gobierno jacobino impuesto tras la Revolución francesa es incapaz de discernir la identidad oculta de un caballero cuyas heroicidades son la ignominia del nuevo régimen. De este justiciero solo se sabe que es inglés y que se hace llamar la Pimpinela Escarlata. Líder de una cuadrilla de diecinueve hombres valerosos, arriesgará todo cuanto posee para salvar de la guillotina a miembros de la aristocracia francesa, en este clásico de aventuras donde abundan el heroísmo, el suspense, el amor, los ideales y la venganza.


Hoy completo el nivel 3 de mi reto Todos los clásicos grandes y pequeños, y lo hago con la premisa que quizás más fácil tengo para escoger de entre todos los libros que tengo en la estantería: la de clásico que haya sido adaptado al cine o la televisión. Aun así no fue mi primera elección, tenía pensado traeros otro libro más sesudo, pero ya habréis visto que ando desaparecida, que se me pasan las semanas sin colgar ni una reseña y, sinceramente, estoy agotada por muy diversas razones que no vienen al caso. Así que decidí ser amable conmigo misma por una vez, cambié el libro a última hora y leí algo que me apetecía mucho, que sabía que iba a ser ligero y me iba a volar en las manos, y que además estaba segura de que iba a disfrutar porque ya conocía la historia precisamente por su adaptación televisiva de 1982. Al final ha resultado que se desvía mucho del libro, pero la lectura no me ha decepcionado en absoluto, me lo he pasado en grande y he puesto final a una de mis vergüenzas: por fin he leído La Pimpinela Escarlata.
 
La trama comienza en París, en septiembre de 1792. Luis XVI y su esposa María Antonieta ya han sido encarcelados, la Convención Nacional ha asumido todos los poderes de la República, la sangre corre por las calles pidiendo más sangre y, en definitiva, son muy malos tiempos para ser aristócrata en Francia. La Revolución Francesa se cobra vidas a un ritmo endiablado y la guillotina chorrea sangre de sol a sol. Entre tanta muerte, los esbirros del Comité de Salud Pública solo tienen una preocupación: un grupo de ingleses valientes y temerarios están consiguiendo sacar a aristócratas franceses de su país trasladándolos a Inglaterra sanos y salvos, y lo hacen en las mismísimas narices de aquellos que vigilan las entradas y salidas de las barricadas de París. Se disfrazan, engañan, despistan... da igual el método que usen, siempre consiguen su propósito. Este grupo de ingleses parece seguir a un líder que se hace llamar la Pimpinela Escarlata, y Francia ha puesto precio a la escurridiza cabeza de este desconocido y entrometido inglés que se ríe de ellos en su propia cara. No pararán hasta descubrir su identidad y colocarle bajo la cuchilla. 

Esta es la premisa de la novela, y aunque la trama tiene de fondo la Revolución Francesa, lo cierto es que abandonamos Francia para no volver hasta mucho más adelante en la historia, porque el grueso de lo que realmente nos interesa transcurre en Inglaterra. Y aquí viene lo peliaguado, porque obviamente yo he abierto el libro sabiendo quién es la Pimpinela Escarlata, pero quienes no hayáis leído el libro o no hayáis visto ninguna adaptación, no deberíais acercaros a la historia con ideas preconcebidas. Se revela a mitad de la narración y tampoco creo que haya que ser Sherlock Holmes para adivinarlo mucho antes de ese momento, pero ¿qué necesidad hay de dar pistas que adelanten acontecimientos? Ninguna. Así que a ver qué os cuento que sea lo más aséptico posible.
 
Una vez situada la ambientación, y ya en suelo inglés, conocemos a dos miembros del grupo que trabaja para la Pimpinela Escarlata, que acaban de llegar a la costa inglesa de Dover con los últimos aristócratas franceses arrancados de las garras de la muerte. Estos aristócratas (una mujer de mediana edad y sus dos jóvenes hijos) sirven para presentarnos a uno de los personales principales del libro, Marguerite Saint-Just, una bellísima actriz francesa, republicana moderada famosa por su inteligencia que, para sorpresa de muchos, se casó un año atrás con Percy Blakeney, lord inglés íntimo amigo del príncipe de Gales y famoso por su frivolidad carente de luces. Marguerite carga sobre su conciencia con el ajusticiamiento bajo la guillotina de una familia entera que ella traicionó por despecho de manera inconsciente, y aunque cree haber dejado todo eso atrás en su nueva vida de lujos y fiestas aristócraticas, la recién proclamada República requiere de sus servicios: debe averiguar quien se esconde detrás de la Pimpinela Escarlata y entregárselo a Chauvelin, esbirro francés sin escrúpulos que no se detiene ante nada. Marguerite, que en secreto admira a la Pimpinela por su astucia y valentía, no tendrá más remedio que aceptar el encargo por circunstancias que no os voy a contar aquí.

Y esta es la base de una historia que aúna intriga, heroísmo, aventuras, secretos y romance. Lo mismo nos sumergimos en una fiesta con la presencia del mismísimo príncipe de Gales que nos encontramos en una situación de suspense de esas en las que tienes ganas de gritarle a un personaje: "¡Date la vuelta! ¡Tonto, date la vuelta!". Y de repente nos vemos inmersos en escenas que desbordan pasiones intensas y reprimidas por malentendidos y errores del pasado, o en diálogos que van desde la sutil ironía y el doble sentido a la difícil contención de tener que decir mucho sin atreverse a usar las palabras directas para hacerlo. Marguerite es un personaje que pasa por muchos estados anímicos durante el libro; carga con una culpa enorme y ha cometido muchos errores que le han alejado de su marido, y ahora vuelve a verse en una situación que pondrá a prueba esa exhuberante inteligencia que tan famosa le hizo antes de su matrimonio. Hay momentos de tensión, hay romance de ese que se despliega poco a poco ante los ojos del lector y que nos alegra el alma a quienes amamos las novelas de época, hay acción en su justa medida y situaciones de peligro que la autora resuelve con ingenio y sin aspavientos. ¿Qué más hay? Pues una historia muy entretenida, vibrante, emocionante y a ratos divertida. ¿Quién no ha oído hablar de La Pimpinela Escarlata? Pues aparte de oír hablar, hay que leerla; seguro que os hace pasar un buen rato.
 
A todo esto, La Pimpinela Escarlata está catalogada como novela de capa y espada, un subgénero dentro de la literatura de aventuras, y aunque sí que es verdad que tenemos a un héroe protagonista con todas las virtudes que se le exigen para ser considerado como tal (inteligente, ingenioso, valiente, atrevido, honorable...), lo cierto es que no hay ni un solo duelo a espadas en toda la novela, ni siquiera al final, cuando se supone que debe llegar la escena clímax entre dicho héroe y el villano. Aventuras, sí; capa y espada, no. Pero bueno, qué sabré yo. Si se la considera como tal desde hace más de cien años, no voy a venir yo ahora a cambiarlo (o lo mismo mi atontamiento actual me nubla la memoria y me he perdido un enfrentamiento viril y emocionante con espadas rasgando mejillas y mangas abullonadas, que también puede ser... pero ciertamente, de ser así, me voy a preocupar mucho porque no lo recuerdo). El caso es que ni falta que le hace: es puro entretenimiento y una lectura agradable, fluida y sin ninguna afectación. El lenguaje es tan sencillo que podría haber sido escrita hace cinco años (o al menos la traducción lo es, y eso que es bastante antigua si no estoy equivocada), así que no hay excusas que valgan.

Y la pregunta del millón: ¿existió realmente la Pimpinela Escarlata? Pues hasta hace poco tiempo se pensaba que no, pero la escritora Elizabeth Sparrow publicó en 2013 Phantom of the Guillotine, la biografía de Louis Bayard, un francés que trabajó como agente secreto para el gobierno británico desde 1795 hasta 1815 con el fin de restaurar la monarquía en Francia y desestabilizar al gobierno francés, y que rehizo su vida en Inglaterra bajo un nombre falso e inglés cuando no pudo seguir operando de manera segura en Francia. Según Sparrow, este hombre fue la base de la Pimpinela Escarlata que creó la baronesa Orczy, de quien también dice que conocía la identidad secreta de Bayard y que guardó siempre el secreto. Sea verdad o no, lo cierto es que Bayard parecía obrar desde dentro de  los propios estamentos franceses (llegó a trabajar bajo las órdenes de Talleyrand en el Ministerio de Asuntos Exteriores), y que todo este asunto de disfrazarse y sacar aristócratas de Francia en pleno Terror revolucionario bajo las mismas barbas de los agentes franceses es cosa de la imaginación desbordante, entusiasta y sentimental de la escritora.

Otra cosilla más (sí, sé que no os estoy diciendo nada de nada sobre la historia, os he avisado de antemano). Que mucha pimpinela escarlata p'arriba, pimpinela escarlata p'abajo, pero ese nombre tiene su procedencia. ¿Sabéis qué es una pimpinela escarlata? Pues es una flor que crece en buena parte de Europa y que se cierra cuando está nublado o cuando va a llover, y el símil con el personaje creo que resulta bastante evidente: se esconde a plena vista bajo su disfraz y sale siempre adelante en situaciones muy peligrosas y complicadas.
 
Hay varias adaptaciones de la novela, pero la que guardo en mi corazón cinéfilo es la que os comento al principio. Estrenada en 1982, está protagonizada por Anthony Andrews, Ian McKellen y Jane Seymour, y en su caso sí que hace honor a la denominación de capa y espada. Aunque hace años que no la revisiono, mientras leía me di cuenta de que cambiaron muchas cosas de la novela original, pero el resultado sigue siendo fantástico. Os iba a poner el tráiler, pero me lo he pensado mejor: me parece demasiado revelador. Quedaos solamente con que os recomiendo tanto la novela como la adaptación, y que haréis bien en averiguar quien se esconde tras la Pimpinela Escarlata y en acompañarle en sus aventuras cuando ya sepáis quien es. Inolvidable y precursor de muchos héroes literarios que han venido después y no pueden ocultar que su procedencia radica en este personaje.
 



La baronesa Emmuska "Emma" Orczy (1865-1947) nació en Hungría y fue la segunda hija del barón Félix Orczy, compositor y director de orquesta, y de su esposa Emma Wass. Emma recibió una educación religiosa en conventos tanto de Bruselas como de París, hasta que la familia decidió instalarse en Londres. A la edad de quince años, entró en la Escuela de Arte del oeste de Londres, donde comenzó su amor por la pintura y el dibujo. Algunas de sus obras fueron expuestas en la Royal Academy. Aunque es autora de numerosas obras, debe básicamente su fama a La Pimpinela Escarlata, escrita para teatro en 1902 y, tras un éxito rotundo, publicada como novela en 1905. La baronesa Orczy publicó más de trece colecciones de relatos cortos entre 1905 y 1928, inspirados todos ellos en su primera novela. Estas colecciones se conocen bajo el nombre de «Serie Pimpinela Escarlata»