lunes, 29 de junio de 2020

RESEÑA (by MH) ::: UN RETRATO DE ÉPOCA - Gwen Raverat




Título original: Period Piece
Autora: Gwen Raverat
Editorial: Siglo XXI
Traducción: Richard García Nye
Páginas: 234
Fecha publicación original: 1952
Fecha esta edición: enero 2009
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: descatalogado (disponible de 2ª mano)
Ilustración de cubierta e interiores: Gwen Raverat

«Un retrato del mundo cuando era joven» 

Así es como Gwen Raverat, nieta de Charles Darwin, describió Un retrato de época, su clásico recuerdo de infancia en Cambridge, que no ha dejado de editarse desde su primera publicación en 1952. Evoca con intensidad una era pasada. Es un retrato agudo, emotivo y cómico de sus excéntricos parientes y de la sociedad victoriana y eduardiana que incluye una abundancia de anécdotas familiares que ayudan a humanizar la imagen del gran sabio victoriano. Tal como explica Raverat en su prefacio, el libro en realidad no tiene un comienzo o final, sino que uno puede zambullirse en él en cualquier punto. Se trata de una auténtica obra maestra del género humorístico, y los dibujos de la propia autora encajan a la perfección en el trato cariñoso, si bien no beato, que da a sus excéntricos tíos y tías. La autora se revela como una hábil caricaturizadora, y el texto, un gran retrato del Cambridge de finales del siglo XIX.
Este libro llegó a mis manos las pasadas Navidades como regalo de una amiga que conoce bien mis gustos. ¿A quién podrían interesarle las memorias de infancia de la nieta de Charles Darwin en Cambridge? Pues a quien iba a ser... ¡A mí, a mí! Tenía reservada su lectura para este verano, pero el nivel 4 de Todos los clásicos grandes y pequeños ha sido una ruleta constante, he cambiado los libros varias veces por culpa del confinamiento, y cuando ya estaba segura, cuando había decidido arriesgar con una lectura complicada gracias al tiempo libre que tenía... me reincorporaron al trabajo sin previo aviso y se derribó el castillo de naipes. Necesitaba volver a cambiar lecturas, y necesitaba hacerlo con algo que me hiciera desconectar del mundanal ruido por muy diversas circunstancias que no vienen al caso (circunstancias que me tienen muy apartada de esta mi casa y de las vuestras, aunque estoy intentando ponerme otra vez en órbita... con paciencia y una caña), y mi mente voló enseguida a Un retrato de época. He aprendido cosas de un periodo que me entusiasma, y era lo que buscaba. Inyecta costumbrismo pintoresco en vena, y era lo que buscaba. Me ha hecho reír, y era lo que buscaba. Benditos sean el humor y la ironía británicos... y la extravagancia amable y peculiar de la familia Darwin.

Gwen Raverat nació en Cambridge en 1885 y fue la hija mayor de sir George Darwin (astrónomo y segundo hijo del eminente naturalista Charles Darwin) y su esposa Maud, una joven americana que se encontraba de visita en la ciudad inglesa cuando conoció a su marido y que nos deleita en estas páginas sobre su punto de vista totalmente yanqui con respecto a las atildadas costumbres británicas. Hablar de los Darwin es hablar de Cambridge, y en los recovecos de esta emblemática ciudad transcurren las memorias de infancia y temprana adolescencia de la autora. Más tarde Gwen se casó con el pintor Jacques Raverat, junto al que perteneció a varios movimientos artísticos y literarios de la época (el archifamoso Círculo de Bloomsbury entre ellos), se abrió camino por sí misma sin hacer uso de su apellido natal y se convirtió en una reputada ilustradora y grabadora de madera. Esa fue su profesión y de la que vivió toda su vida, y no fue hasta 1952, apenas cinco años antes de su muerte, que publicó estas memorias que hoy os traigo. En Gran Bretaña son todo un clásico y se han vendido como churros desde entonces; aquí en España creo que solo existe esta edición que os enseño, que ya tiene sus añitos pero merece muchísimo la pena.
Este es un libro circular. No empieza al principio para terminar al final; todo ocurre al mismo tiempo, y sale como los rayos del cubo de una rueda, y el cubo soy yo. Por eso no importa qué capítulo se lea el primero o el último.
Así presenta Gwen Raverat su libro en un prólogo de apenas unas líneas que lo dicen todo sin necesidad de fanfarrias y que revelan un gusto por contar las cosas sin rodeos y de manera sencilla y cercana. Aun así yo diría que esas líneas se aplican para todo el libro excepto para el preludio, en el que presenta sobre todo a su peculiar madre, cómo conoció a su padre y la confrontación entre la manera directa y avasalladora de los americanos y la retraída y circunspecta de los ingleses. Para contar todo esto que obviamente no vivió en primera persona, la autora tiene que tirar de cartas que reproduce parcialmente y que va introduciendo aquí y allá... pero una vez superada la necesidad de presentaciones y de establecer un punto de partida para la narración, sí que nos adentramos en las memorias puras y duras de Gwen Raverat, y esas, como ella misma dice, no tienen ningún orden concreto.

Esa ausencia de linealidad temporal se traduce en que cada capítulo trata un tema de interés, que puede ir desde la educación que recibían los niños Darwin hasta el tipo de juegos que ideaban junto a sus primos, la sociedad de Cambridge o el decoro, pasando por un capítulo completo dedicado a las muy diferentes personalidades de los cinco hijos varones de Charles Darwin u otro dedicado a Down, casa en la que vivió el propio naturalista hasta su muerte (y en la que escribió El origen de las especies) pero que para ella solo era el hogar familiar, ese donde vivía su abuela y en el que todos los tíos y primos se juntaban en ocasiones especiales cada año (por si a alguien le interesa, Down House pertenece hoy en día al English Heritage y se puede visitar).

Sí que debo incidir en algo. Ese subtítulo español que hace alusión a su relación familiar con Charles Darwin no aparece en el título original del libro, y de hecho en la propia narración apenas da importancia a su pertenencia a una familia ilustre y venerada en la vida universitaria de Cambridge así como tampoco alude apenas a su abuelo Charles, al que ni siquiera llegó a conocer porque murió tres años antes de que ella naciese. Da a entender que cuando era niña sabía que su abuelo era algo así como Dios, pero ya. Habla de sus tíos, tías y primos como cualquiera lo haríamos de los nuestros (si los queremos mucho, claro... y sacándole punta a todo con mucha gracia), e incluso su propio padre George, que era una auténtica eminencia en su campo, aquí no es más que su progenitor, el que ella veía en casa, el que estaba un poco delicado de salud (con tendencia a la hipocondría), que era romántico y apasionado de la historia y los idiomas, al que le encantaba viajar y verlo todo, y que adolecía de un carácter distraído impenitente (al parecer esta entrañable cualidad era compartida por todos los hermanos Darwin... y la no tan entrañable hipocondría también).


De lo que Raverat nos cuenta deducimos que vivió una infancia más libre e independiente de lo que era costumbre en aquellos tiempos (influenciada sin duda por el carácter americano de su madre), rodeada de una familia unida con muchas peculiaridades que los diferenciaban y en la que la sombra del patriarca fue siempre alargada y respetada, y en una época (finales del XIX y principios del XX) en la que el mundo estaba cambiando y evolucionando a marchas forzadas (como en cualquier lectura que se haga sobre aquellos años, no falta la alusión a esa máquina infernal a la que hoy día no le damos ninguna importancia y que marcó un antes y un después en la libertad e independencia de la mujer: la bicicleta). 

Ante todo y sobre todo Gwen Raverat nos narra una infancia feliz, diferente tal y como comento a la de muchos niños de su edad en aspectos muy concretos pero que en otros más generales no deja de ser igual que la de cualquier otro niño... Una infancia que ella en algún momento reconoce idealizada, que narra con mucho sentido del humor y mucha ironía desde la perspectiva que dan los años y la nostalgia, pero que desmenuza con una lucidez, precisión y agudeza verdaderamente encomiables. A todo esto se suma que, tal y como comento arriba, Raverat era ilustradora, y son sus propias (y magníficas) ilustraciones las que acompañan a la narración. No puedo dejar de destacar el pie aclaratorio que añadió a cada una de esas imágenes, porque la mayoría te sacan la sonrisa.

Ya os lo comento al principio, no estoy muy fina y me ha costado un mundo escribir esta pobre opinión que seguramente no le hace justicia, pero espero haber transmitido lo especial, entrañable y divertida que me parece esta lectura. Soy muy consciente de que un libro de memorias infantiles en Cambridge a finales del siglo XIX no va a despeinar flequillos de la emoción, pero si alguien se siente mínimamente tentado a acercarse a sus páginas, dudo que se arrepienta. La forma tan personal en que Raverat acomete esos recuerdos es la que hace de esta una lectura fascinante (educativa e ilustrativa en cuanto a la época y la vida en Cambridge, e informativa y reveladora en cuanto a la propia familia Darwin), y la que consigue que este libro sea mucho más que meras anécdotas de reuniones familiares, visitas a tías singulares, fiestas en el jardín o juegos a orillas del río Cam.






Gwen Raverat nació en Cambridge en 1885. Fue la nieta del naturalista Charles Darwin. Estudió pintura entre 1908 y 1911 llegando a ser una famosa dibujante y escritora. En 1911 se casó con el también pintor francés Jacques Raverat con quien formó parte del Bloomsbury Group. Vivió en el sur de Francia hasta la muerte de su marido en 1925, momento en que regresó a Inglaterra y finalmente a Cambridge, donde en 1952 publicó sus clásicas memorias de infancia que no se han dejado de reimprimir desde entonces. Sus grabados e ilustraciones son en la actualidad muy cotizados en el mercado del arte.

lunes, 22 de junio de 2020

RESEÑA (by MB) ::: CAMINARÉ ENTRE LAS RATAS - David Pérez Vega





Título original: Caminaré entre las ratas
Autor: David Pérez Vega 
Editorial: Carpe Noctem
Páginas: 348
Fecha de publicación: mayo 2020
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 22 euros
Diseño de cubierta: Carlos Primo








La muerte inesperada de un amigo de infancia sorprende a Domingo en una encrucijada vital. A punto de cumplir cuarenta años, el protagonista de esta novela es un teleoperador que trata de convertirse en profesor de Economía, se refugia en el sexo por Internet y lucha contra la frustración de ser un escritor sin lectores ni interlocutores. Durante las últimas semanas del año habrá de hacer frente a diversos desencuentros, mientras deambula, cada vez más angustiado, por un Madrid inquietante, recorrido por la presencia fantasmal de un partido de ultraderecha, por la sombra de la crisis económica y por una plaga creciente de ratas gigantes que no parecen preocupar a nadie. En Caminaré entre las ratas lo cotidiano y lo anecdótico sumergen al lector en una atmósfera de rareza costumbrista. Entre el realismo, el leve expresionismo y la crítica social, la nueva novela de David Pérez Vega desvela una voz innovadora y original que, como toda buena novela, se convierte al final de la partida en un espejo que devuelve al lector una imagen siempre perturbadora: la de sí mismo.

Yo soy un tipo de casi cuarenta años, de barba canosa, que cobra 800 euros al mes, sin mujer y sin hijos que, tirado en el suelo, juega medio borracho, entre unos niños pequeños, con una figura de un pato Donald de plástico.
Nuestro tipo se llama Domingo y es la voz narrativa protagonista de esta historia. En Caminaré entre las ratas se nos describe a un hombre que por lo visto no ha encontrado su sitio (ese sitio que él cree o siente que se merece en el mundo), ya sea por elecciones pasadas entre lo que debía, le convenía o verdaderamente creía. Después de haber subido y bajado por la escalera social se encuentra ante nuevos comienzos que le producen más cansancio que entusiasmo; siente que camina entre ratas, roedores gigantes que, literal y metafóricamente, a los demás no parecen importarles.

Domingo atraviesa una crisis personal, ve como su inminente llegada a los cuarenta viene acompañada de una situación laboral precaria y desencantada. A lo largo del camino ha ido perdiendo fuelle y eso es algo que no termina de comprender, pues pertenece a la generación que siguió el método universidad=trabajo estupendo, y aun así ve como muchos otros tampoco han alcanzado los resultados que pensaban que se merecían... Nos lo encontramos en un nuevo reciclaje, terminando el máster que le habilitará para ser profesor y deambulando con su ejemplar de En vida, de Haroldo Conti, el cual le encanta leer en la barra de un bar mientras saborea un café con leche. Si alguna o alguno le preguntara por casualidad qué lee, nuestro protagonista le miraría con condescendencia para contestarle que literatura hispanamericana.
Veo que delante de ella, encima de un libro de texto y un taco de redacciones con el título de Figuras literarias en la canción Hijo de la Luna, tiene una novela que yo nunca me atrevería a leer y a reseñar en mi blog, porque después de siete años de andadura literaria por internet uno ya posee una reputación que cuidar.
Haroldo Conti, Antonio Di Benedetto, Roberto Bolaño, Mario Levrero, Primo Levi, Dostoyevski... esta es la literatura que nutre la mente del protagonista, referencias constantes en su trasiego vital.

David Pérez Vega construye un relato íntimo y social de Domingo, un hombre que al principio puede parecernos un tanto aguado, que ha perdido fuerza e intensidad a lo largo de los años, al que parece que la vida no le ha compensado y cuya riqueza intelectual acumulada no le resulta suficiente al carecer de la seguridad económica y el estatus social a los que aspira. Las grandes expectativas que no se cumplieron siguen siendo losas pesadas que no le permiten avanzar; en sus reflexiones vemos su buceo y remembranza constante a aquellos tiempos (parejas, trabajos y demás situaciones pasadas) que casi le hacen tocar el ansiado Olimpo.

Tampoco vamos a juzgar al protagonista con doblez y falsedad, pues de alguna forma y en muchas de sus facetas nos vemos reflejados. Y si algo hay que concederle es su generosidad: se abre en canal ante los lectores para opinar sobre lo público y lo privado, la política, la religión, el racismo, el sexo, la familia, la amistad... temas que convergen en su crisis existencial, en su pérdida de rumbo y en su volver a dejarse llevar por lo que le conviene más que por lo que quiere.

El autor ha escrito una obra cuidada, profunda, íntima y personal, narrada en primera persona, donde los pensamientos absorben el espacio para asumir el protagonismo. Un libro enriquecido por la literatura y su mercadeo, el costumbrismo cotidiano que retrata una polarización social indiferente al tiempo que corroe los valores naturales inherentes a las personas. 

Caminaré entre las ratas está ambientada en el Madrid de 2013, cuando el país intentaba salir de otra crisis económica, y leyéndola se observa que, siete años después, su historia sigue siendo de lo más actual. En ella encontramos las mismas dicotomías económicas, sociales, políticas y existenciales que se plasman en la travesía que Domingo, el narrador-protagonista, realiza por su noche oscura, descubriéndonos en su peregrinar a un hombre lleno de claroscuros, contradicciones, pesares y quejas, que van también acompañados de honestidad, sensibilidad, emoción y sentimiento.
Esta comida de Navidad la vamos a celebrar sin José Luis, aunque está claro que su ausencia se va a sentar en nuestra mesa como un comensal más. Es posible que evitemos recordar que no está...


David Pérez Vega (Madrid, 1974) empezó a estudiar Ciencias Físicas. Cuando se le quedaron cortos los espacios de dimensiones infinitas de Hilbert, decidió cambiarse a Administración y Dirección de Empresas. Llegó a trabajar como auditor de cuentas en una conocida multinacional, pero, a pesar de la propaganda que aseguraba que la suya era la mejor empresa del mundo, pronto llegó a la conclusión de que cenar un sándwich extraído de una máquina a las doce de la noche sobre un ordenador no podía ser el éxito.

Actualmente da clases en bachiller y secundaria. 

Ha publicado Los insignes (2015) con la editorial Sloper, y con Baile del Sol El hombre ajeno (2014), Acantilados de Howth (2010), Koundara (2016), y los poemarios El bar de Lee (2013) y Siempre nos quedará Casablanca (2011).


Podéis leerle también en su blog -> Desde la ciudad sin cines

jueves, 11 de junio de 2020

RESEÑA (by MB) ::: EL ENCANTO - Susana López Rubio






Título original: El encanto
Autora: Susana López Rubio
Editorial: Espasa 
Páginas: 448
Fecha esta edición: abril 2017
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: 5,95 euros 
Diseño de cubierta: Lidia Vilamajó








En el puerto de La Habana desembarca una mañana de principios de los años 50 un joven asturiano, Patricio, sin otro patrimonio que sus ganas de comerse el mundo y sin otro afán que dejar atrás una aldea aún envuelta en las sombras de una posguerra interminable.

A su encuentro sale una ciudad luminosa y hospitalaria en la que pronto hace amigos y donde enseguida encuentra trabajo en El Encanto, los grandes almacenes que son un símbolo y el orgullo la ciudad. Patricio empieza a ascender y a ocupar puestos de más responsabilidad que le abren un mundo nuevo, pero que también atraen hacia él muchas envidias. 

El Encanto será también el lugar que propicie su encuentro con Gloria, una de las mujeres más hermosas y, sin duda, la más prohibida de toda la isla, ya que su marido es un gánster implacable de los bajos fondos habaneros.

Mi poco interés por las cremas rejuvenecedoras y los artículos de belleza tenía una excepción: el perfume de El Encanto. Perfumarse con él era mucho más que un hábito, era una necesidad. Mi piel había adoptado su fragancia como mi propio olor corporal y, si no lo llevaba puesto, no me sentía yo misma del todo.

Los hermanos José y Bernardo Solís, dos asturianos emigrados a Cuba, llegaron con su sedería al modelo de negocio de los Grandes Almacenes que conocemos ahora, con varias plantas y distribuidos en varios departamentos dedicados a distintas secciones unidos mediante escaleras mecánicas, escaparatismo y su perfume representativo... esto era El Encanto, los grandes almacenes que alcanzaron todo su apogeo a finales de los años cuarenta y durante los cincuenta.
Crucé el umbral y me quedé con la boca abierta. Más que una tienda, aquello parecía un palacio. Los suelos y las paredes relucían que daba gusto verlos. Había maniquíes y plantas tropicales por doquier. Los carteles colgados del techo anunciaban todo tipo de productos, a cada cual más apetecible, todos acompañados del símbolo de los almacenes: un caballero y una dama de principios de siglo.
En su novela El Encanto, Susana López Rubio nos regresa a unos tiempos donde el glamour más exclusivo convivía con la corrupción, la pobreza y la miseria. Los trajes y vestidos exclusivos de los grandes diseñadores que cubrían a las estrellas rutilantes del momento (Ava Gadner, John Wayne, Tyrone Power...) eran comprados en esta tienda de lujo, mientras que otros situados a su lado simplemente se conformaban con aspirar el perfume particular y peculiar de El Encanto. Estos almacenes en sí conformaban un universo propio donde ricos y pobres, gentes con glamour o sin él, traspasaban sus puertas para que sus sentidos fueran reconducidos y dirigidos hacia las sensaciones que los eslóganes les indicaban.

El lector participa de la misma experiencia gracias a Patricio, cicerone en esta historia y uno de los protagonistas de la novela. Patricio ha emigrado desde Asturias con una maleta llena de piedras literal y metafóricamente hablando; la ilusión y esperanza de juventud le hacen desembarcar en el puerto de La Habana, enamorándose de inmediato de toda la luz y el colorismo que impregnan a la perla de las Antillas. Es un muchacho joven lleno de ganas y energía que con su labia y desparpajo comienza su andadura por su nueva vida de emigrante, ya sea como limpiabotas o vendedor de lotería. Junto a sus nuevos amigos recorre La Habana descubriendo el modo en que la frontera invisible del dinero y el poder separa a los cubanos, dos clases que conviven en un mismo espacio.

Aunque la lotería no es lo suyo, la suerte le sonríe cuando conoce a Aquilino Entrialgo, socio fundador de El Encanto, y entra a formar parte de la plantilla del sueño.
─Empezarás a trabajar de cañonero.
─¿Perdón?
─Cañonero, recadero, chico para todo ─me espetó─. Harás los mandados rápido como una bala de cañón, ¿entendido?
─Entendido.
─Pues pide un uniforme y vístete.
Y así es como este muchacho joven y espabilado conoce y aprende todos los entresijos de las diferentes plantas y los distintos departamentos de los almacenes. En una de estas carreras tropieza con Gloria, una joven bella y bien vestida, casada con un gánster y perteneciente a otro estrato social... pero como las semillas del amor no conocen tierra infértil, desde el primer momento nace entre ellos una atracción que da paso a un amor casi imposible, a una espera y un encuentro que tienen como escenario El Encanto y cuyo diálogo es el permitido entre una clienta y su dependiente, aunque ambos se sienten embriagados por el perfume y la atmósfera que los envuelve y sus encuentros son esperados y anhelados. Tanto Patricio como Gloria nos relatan a dos voces los sentimientos que se profesan y los miedos que sienten al entrar en espacios prohibidos. 

A todo esto, nuestros protagonistas siguen con sus vidas: mientras Gloria representa el papel que le ha adjudicado Cesar Váldes, su marido el gánster, Patricio se codea con los de su clase, sus amigos y Nely, la joven y simpática  ascensorista. Entre temporadas y glamurosos clientes, Patricio y Gloria van forjando paralelamente su difícil y casi imposible historia de amor, transitando de la mano a través de los cambios sociales y políticos que están transformando a la preciosa Cuba

Con un lenguaje sencillo y claro, mezclando personajes ficticios y reales, Susana López Rubio recrea un caleidoscopio colorista y luminoso lleno de nostalgia y contrastes, en el que las inmortales glorias bailaban y se codeaban en los legendarios Night Clubs, abiertos para unos y vetados para otros, y donde El Encanto representaba la fusión y la unión de unos mundos tan distintos y a la vez tan cercanos.



Susana López Rubio (1978, Madrid) es escritora y guionista. Cuenta con una amplia trayectoria profesional en el sector audiovisual. Ha participado en series  como Policías en el corazón de la calle, Hospital Central, La chica de ayer y Física o química, entre otras muchas. Es la responsable de la adaptación televisiva de la miniserie El tiempo entre costuras y ha sido la creadora de Acacias 38.

En cine ha sido coguionista del largometraje Cómo sobrevivir a una despedida y, entre otros, ha firmado los guiones de cortometrajes como Juan y la nube (Premio Goya 2015 al Mejor Cortometraje de Animación).

Es autora de dos libros infantiles: La mejor familia del mundo y Martín en el mundo de las cosas perdidas.

Forma parte del equipo de docentes del Máster Universitario en Cine y Televisión de la Universidad Carlos III de Madrid y DAMA.

lunes, 8 de junio de 2020

RESEÑA (by MB) ::: LA PRINCESA DE HIELO - Camilla Läckberg





Título original: Isprinsessan
Autora: Camilla Läckberg 
Editorial: Maeva
Traducción: Carmen Montes Cano
Páginas: 410
Fecha de esta edición: 2011
Encuadernación: bolsillo
Precio: 10 euros 
Diseño de cubierta: Alejandro Colucci

Es la primera de las aventuras de la escritora Erica y el detective Patrick, el inicio de una exitosa serie.


Cuando la joven escritora Erica vuelve a su pueblo natal tras el fallecimiento de sus padres, no se puede ni imaginar que se verá envuelta en la truculenta historia de un crimen cuyos protagonistas no son otros que sus propios amigos de la infancia. Cuando aparece el cadáver de su amiga Alex, todo lleva a sospechar que se ha suicidado, pero la  autopsia revela que estaba embarazada, lo que dispara las conjeturas de Erica. La novelista, que debe escribir un obituario para el funeral, empieza a investigar la vida de su amiga al tiempo que se ve cada vez más involucrada en el caso. Con la ayuda de Patrik, policía en la comisaría local, que pronto se convierte en algo más que un amigo, descubre un oscuro secreto largamente guardado.

Cuando Eilert Berg se dirige a realizar las tareas donde se las promete tan feliz, lo último que espera es encontrarse con Alexandra Carlgren (Alex) desangrada en su bañera... Este fatal encuentro activa y resucita la red de mentiras y secretos congelados (y de alguna forma sobrellevados) por algunos de los pobladores de Fjälbacka (Suecia).

Ni que decir tiene que, a pesar de la conmoción, a nuestro buen Eilert no le queda otra que salir corriendo todo lo deprisa que le permiten la impresión y su vejez para pedir ayuda, encontrándose en el camino con Erica Falck, quien, cuando llega a la terrible escena, reconoce en Alex a la amiga de su infancia.

Alex y Erica habían sido vecinas y amigas desde niñas, compartiendo juegos, ilusiones y sueños en un tiempo en que todo era seguridad familiar y esperanza. Pero un día, sin saber por qué, Alex desaparece de la vida de Erica, dejando de compartir esos maravillosos momentos y continuando cada una sus vidas por su lado para, al final, reencontrarse cuando la primera ya está muerta.

A simple vista parece un suicidio, pues tiene las venas cortadas y se ha desangrado en la bañera. Un suceso impensable para los padres de Alex, que trasladan a Erica sus sospechas cuando va a visitarlos. Creen improbable que su hija se haya quitado la vida porque lo tenía todo: belleza, posición social, un marido maravilloso, un trabajo estupendo... estas son las dudas que transmiten a Erica al tiempo que le piden que escriba un panegírico sobre su vida.

Erica Falck es una escritora que vive su propia tragedia tras el accidente y la muerte de sus padres y el alejamiento de su hermana Anna. Tras alquilar su apartamento de Estocolmo vuelve a la casa familiar para terminar su último y quinto libro, una biografía sobre Selma Lagerlöf, una escritora sueca. Inmersa en sus propios recuerdos y fantasmas, la muerte de Alex supone la vuelta hacia el pasado, reabrir heridas y preguntar a unos protagonistas que ya no pueden contestar, dejando espacio a unas suposiciones que no paran de hablarle, de hacer ruido e invadir su mente. Así que hará lo que mejor sabe, escribir sobre Alex; la familia de su amiga le abrirá su círculo para que vuelvan a coincidir después de veinticinco años, y ella desandará los pasos que la fallecida dio hasta morir. Para ello se entrevistará con su marido, Henrik Wijkne (empresario de éxito, natural de Gotemburgo, dueño de una considerable fortuna acumulada a lo largo de varias generaciones), con su socia y amiga Francine, con su hermana pequeña Julia... y así irá resquebrajando la gruesa capa de hielo bajo la que se congelaron los secretos y mentiras que llevaron a Alex a su muerte.

Por otro lado tenemos la investigación policial a cargo de Patrik Hedström.
Patrik no decía nada. De nuevo, según su experiencia, el mejor modo de conseguir que la gente dijese más de lo que tenía pensado decir era quedarse callado. Por lo general, sentían la necesidad de llenar un silencio que se prolongase demasiado, y Patrik dominaba aquel juego. Así que esperó.
El comisario Patrik, separado, ha estado enamorado de Erica desde que tiene memoria, pero ella se fue a Estocolmo a seguir con su carrera mientras que él se quedó en su pueblo. Ahora ella ha vuelto y, además de ocupar una posición privilegiada con la familia de la víctima, ha recopilado datos de lo más interesantes e importantes para el caso, así que el encuentro entre los dos no se hace esperar...

Mi primer acercamiento a Camilla Läckberg fue con la cuarta entrega de la saga, Crimen en directo, y aunque reconozco que comenzar una serie por el cuarto libro no es de lo más recomendable, a mí no me ha supuesto ningún problema. Gracias a ello he seguido con Camilla, pues ha conseguido despertar mi interés por ese universo tan particular donde la trama y el suspense se entrelazan con la climatología y la belleza de la población, condicionando la vida de sus habitantes, sus anhelos y sus tormentos, aunque superficialmente ellos parezcan más preocupados por las apariencias y por señalar los límites de su círculo social. La autora ha sabido crear una atmósfera y un universo especiales donde los secretos, las reacciones e interrelaciones de los personajes ante la violencia y el crimen son como ríos de lava debajo del hielo que cubre el apacible y bello pueblo de Fjälbacka.

Seguiré disfrutando de las humeantes tazas de café y de los misterios y secretos imaginados por Camilla Läckberg.



Camilla Läckberg (1974, Fjällbacka, Suecia) es la exitosa autora de la serie de Los crímenes de Fjällbacka, de la que se han vendido hasta la fecha más de 23 millones de ejemplares en todo el mundo. Los libros de Läckberg transcurren en su lugar de nacimiento o sus alrededores, Fjällbacka, una pequeña ciudad de la costa occidental sueca, y sus protagonistas son el policía Patrik Hedström y la escritora Erica Falck. La temática de sus libros parte siempre de un asesinato, y durante su investigación van surgiendo los secretos y miserias de sus protagonistas, habitantes de Fjällbacka. En ocasiones se remonta al pasado para encontrar los orígenes y causas de los crímenes.