viernes, 28 de septiembre de 2018

RESEÑA (by MH) ::: EL RÁBANO TRANSPARENTE - Mo Yan





Título original: Touming de hongluobo 
Autor: Mo Yan
Editorial: Kailas
Traducción: Blas Piñero Martínez 
Páginas: 128
Fecha de publicación original: 1985
Fecha esta edición: 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16,90 euros 
Ilustración de cubierta: Rafael Ricoy





En pleno periodo colectivista en China, a finales de los años cincuenta, un equipo de trabajo rural responsable de construir una importante compuerta recibe a un extraño nuevo recluta: Tizón, un muchacho flaco, silencioso y casi salvaje.

Asignado como ayudante del herrero en la forja del lugar de trabajo, Tizón muestra una indiferencia sobrehumana ante el dolor o el sufrimiento y, sin embargo, manifiesta una misteriosa sensibilidad hacia el mundo natural.

A medida que en la obra las relaciones entre los trabajadores se enturbian debido a los celos y las peleas, los ojos de Tizón permanecen fijos en un mundo que solo él puede ver, en busca de maravillas que solo él entiende. Un día encuentra todo lo que ha estado indagando encarnado de la manera más mundana e inesperada: un rábano.

El rábano transparente es picante, potente, absurda, conmovedora y capaz de capturar la esencia de la condición humana. Una novela temprana con el sello inconfundible del Premio Nobel Mo Yan.

Es una verdad universalmente reconocida que si te da pereza reseñar un libro (mucha, mucha pereza... toneladas de pereza... camiones de pereza...), lo mejor es pasar página, no reseñarlo... y pelillos a la mar. Pero claro, si ese estimulante de la pereza lo has leído a propósito para meterlo en un reto, y la pereza resultante de dicha pereza te impide ponerte a buscar otro libro que cumpla las (complicadas) condiciones del reto estando ya a las fechas que estamos, pues ni Jane Austen y sus frases chulipirulis te salvan. Ergo, heme aquí, reseñando El rábano transparente mientras nado en la pereza absoluta y hago esfuerzos por no ahogarme en ella chapoteando a modo perrillo y oteando el horizonte en busca de un flotador. Misión imposible, que diría Tom Crucero.

Lo mismo con esta intro no os ha quedado clara mi postura, que ya sabéis que soy una esfinge egipcia y nunca se me nota nada si me ha gustado un libro o no, así que por si acaso hago un esfuerzo y sintetizo: me he aburrido mucho. Apenas tiene 115 páginas y me ha costado un mundo leerlo. Y, ohmygod, ahora es cuando se abren los cielos y me parte un rayo (ya les gustaría a algunos xD): el autor, Mo Yan, es premio Nobel. Acabáramos... Al grano, que el tiempo es oro. 

En la historia seguimos a Tizón, un niño esquelético, sucio, abandonado por su padre, maltratado por su madrastra... que es reclutado para trabajar en la obra de una compuerta ante las inundaciones que se avecinan. Tizón no habla. No abre la boca en todo el libro. Nos dicen que antes hablaba, y que es tan sensible que no pertenece a este mundo, pero no nos explican por qué dejó de hablar. También tiene una extraña tolerancia al dolor, y su rostro apenas deja traslucir sentimiento ni pensamiento alguno. Y asistimos durante las 115 páginas a sus quehaceres diarios en la obra, donde todo el mundo le trata mal menos una joven llamada Crisantemo, que lo toma un poco bajo su cuidado. También conocemos al herrero joven y al herrero viejo, con los que Tizón empieza a trabajar, y al mampostero, y vamos pasando los días, básicamente, junto a todos ellos, mientras el autor dedica páginas y páginas al enfriamiento del metal, el uso del fuelle y los golpes del martillo. ¿Y el rábano? Ains, el rábano... tendréis que leerlo para enteraros :)

Para empezar, la historia de por sí no es la quinta maravilla. A ver, se supone que sí lo es pero, sinceramente, a mí no me lo ha parecido. A priori es una alegoría sobre la infancia, sobre la inocencia, sobre lo que está bien y lo que está mal, sobre la búsqueda de la belleza... Somos testigos de como pasa un día tras otro y todos ellos son muy parecidos: Tizón duerme (donde puede), Tizón trabaja, Tizón tiene algún tipo de accidente y ni siquiera grita de dolor, Tizón se lleva unos cuantos garbilotes (o peor), la gente se mete con Tizón, a Crisantemo le da pena el pobre Tizón, Crisantemo tiene muchos pretendientes, todo el mundo habla con Tizón aunque todos saben que no les va a contestar, a Tizón todo le pasa de largo (salvo la naturaleza) hasta que ve el famoso rábano... Esta rutina esconde un algo simbólico que no pasa desapercibido pero tampoco es que sea pa'caerse con las patas p'arriba. Aun así, contado de otra manera, podría haber resultado interesante e incluso bonito.... contado de otra manera.

¿A qué me refiero? A la forma de narrar del autor. Su prosa. Su estilo... se me ha hecho muy, muy aburrido. Leía dos páginas y tenía que ponerme a hacer otra cosa. Tal cual. Y no porque la narración sea enrevesada, pedante, florida o de un nivel estratosférico al alcance y entendimiento de unos pocos... no, es que la narración es, a ratos, torpona, confusa. Avanza a trompicones. Y esto me lleva al prólogo del propio autor que incluye la edición. En ese prólogo, Mo Yan reconoce que El rábano transparente está lleno de torpezas y defectos en su escritura. Vamos, él mismo reconoce que, digámoslo finamente, no está del todo bien escrito. Y si lo dice él, pues como que me quita un peso de encima y puedo decirlo yo también tranquilamente :)

Así que si la historia no me parece la gran cosa y la narración es mejorable... aun así yo lo he intentado. La segunda mitad mejora algo, pero en su lectura no he encontrado nada de lo que promete la sinopsis. Sí que me ha gustado que nunca sabes realmente qué pasa con Tizón y por qué es como es. Dejó de hablar a los cuatro o cinco años, se le considera muy inteligente y espiritual, pero no se explica más allá... Yo quiero pensar que decide encerrarse en su mundo porque el de fuera le hace mucho daño, porque no quiere saber nada de las personas, porque solo encuentra belleza y cosas buenas en la naturaleza... pero Mo Yan mete aspectos que poco tienen que ver con esa desconexión aparentemente voluntaria del mundo, como la inexpresividad emocional, la aparente falta de empatía hacia otros seres humanos y, sobre todo, la tolerancia extrema al dolor, así que te da para pensar sobre hacia dónde te quiere llevar el autor. Y como me gusta que el autor me deje cavilando, punto a favor. 

Por lo demás, si os contara lo transportada que me he sentido por las alegorías, así como los abismos narrativos en los que me he visto sumergida con esta lectura (para que parezca que me he quedado con la copla, como corresponde dada la enjundia del autor), os estaría colando una trola del quince. Me he quedado igual que estaba después de leerlo, la narración tiene tantas deficiencias que no me ha transmitido nada ni he conectado con ella, y he visto vagar y sufrir al pobre Tizón contando las páginas que me quedaban para terminar. Supongo que no sé valorarla en su justa medida, así que entono el mea culpa por la parte que me toca. No la recomiendo ni la dejo de recomendar; tampoco digo que sea buena ni mala, principalmente porque no tengo potestad alguna para hacerlo (ni con este libro ni con ningún otro que reseñe aquí). Solo doy mi opinión personal basada en gustos personales y estoy segura de que otros lectores la disfrutarán mucho más (que conste que a mí me gusta mucho la literatura oriental, el problema no viene por ahí). Simplemente me ha aburrido.

Tengo muy presente que esta es una nouvelle temprana y que la literatura posterior que le ha dado tanto prestigio debe ser mucho, muchísimo mejor que esta obra que yo he leído. Por eso mismo no descarto repetir con este autor, porque me he quedado con las ganas de ver qué me encuentro en una de sus novelas consagradas. Cruzaré los dedos cuando llegue el momento (o buscaré otro que sea también finito, por prevenir). Que a todo esto, esta nouvelle, la primera que Mo Yan firmó con su seudónimo, fue publicada por primera vez en 1985, y según parece, está considerada como de una importancia capital en las letras chinas por todo lo que supuso a nivel transgresor de ruptura con la literatura precedente del país... De una importancia capital en las letras chinas, nada menos... joer, qué presión, te lo ponen así y cualquiera dice que le ha parecido un peñazo. 

Me tapo la nariz, le doy a publicar y que sea lo que Jane Austen quiera.


 

Mo Yan (Gaomi, China, 1955). Ganador del Premio Nobel de Literatura, Mo Yan (literalmente, "No hables") es el seudónimo de Guan Moye. 
Hasta la fecha, Kailas ha publicado las novelas Grandes pechos amplias caderas, Las baladas del ajo, La vida y la muerte me están desgastando, La república del vino, Rana, ¡Boom!, El suplicio del aroma de sándalo, Trece pasos, El manglar, El clan del sorgo rojo y El mapa del tesoro escondido, además del libro de relatos Shifu, harías cualquier cosa por divertirte.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

RESEÑA (by MH) ::: COMO ALAS DE MARIPOSA - J.C. Márquez






Título original: Como alas de mariposa 
Autor: J.C. Márquez
Editorial: Carena
Páginas: 376
Fecha de esta edición (2ª): mayo 2018
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 18 euros  (link compra aquí) 
Ilustración de cubierta: Marisa Parrilla Aranda





 
Las pequeñas Joana Rapetti y Carla Salvat de cinco años, desaparecen del colegio a plena luz del día, sin dejar rastro. Ángel Martínez, abogado penalista de éxito, recibe misteriosos mensajes y sospecha que detrás de éstos (y de la desaparición de las niñas) se encuentre un exconvicto a quien años atrás ayudó a meter en la cárcel por abuso de una menor. El sargento Joan Puig de los Mossos d’Esquadra, exmilitar deslenguado, y el cabo Roberto Martínez, mujeriego empedernido y solitario, lideran la investigación policial, apoyados por Fátima Benkarine, una joven de veintiséis años en su primera experiencia como policía. ¿Conseguirán éstos hallar a las niñas, y salvarlas? ¿Qué significan los mensajes que recibe Ángel? ¿Quién los envía?

Hay thrillers y novelas negras que vemos en todas partes porque una editorial potente está detrás de ellos y se tiran semanas en la mesa de novedades, y hay thrillers y novelas negras que, sin hacer ruido, desde una posición de salida más modesta, se van abriendo camino en el panorama literario como quien no quiere la cosa gracias al boca a boca y al trabajo bien hecho y cuidado. A esta segunda categoría pertenece Como alas de mariposa, que, a la chita callando, ya va por la segunda edición. 

Ambientada en Barcelona, en esta historia, dividida en cinco partes con varios capítulos cada una, se nos plantean tres tramas temporales, una sobre el presente, y otras dos en el pasado que nos ayudan a entender ese presente. Aunque en el libro se van alternando sin ningún orden concreto salvo el que necesita la historia para avanzar, yo os las nombro hacia atrás en orden cronológico, desde la actual hasta la más antigua.

Octubre de 2017. Esta es la trama del presente, en la que dos niñas de cinco años son secuestradas mientras están en el colegio. Se hacen cargo del caso el deslenguado sargento Joan Puig, y el mujeriego (al menos eso nos cuentan, porque en lo que leemos tampoco es para tanto) aunque muy profesional cabo Roberto Martínez. Ambos tienen diferentes maneras de abordar su trabajo: Puig es más visceral y se deja llevar por las pruebas más evidentes si le permiten cerrar el caso; Roberto es más concienzudo y si algo no le cuadra, insiste e insiste en ello hasta comprobar si tiene razón, aunque eso suponga saltarse las reglas y desobedecer a su superior. El caso es que bien pronto tienen un sospechoso, pero las cosas no son tan fáciles como parecen.

2011. En esta parte asisitimos durante un periodo temporal de varios meses a la terapia psicológica que imparte Dalmau en la Fundación Alas de Mariposa. Esta fundación, creada por el abogado Ángel Martínez, ofrece apoyo a víctimas de abusos sexuales. Dalmau es el joven psicólogo y terapeuta que se hace cargo de las terapias, y en la que se centra la trama es la que da comienzo en enero de 2011. Ocho son las victimas que acuden a ella, hombres y mujeres por igual, y les acompañamos desde la primera sesión. ¿Por qué es importante esta trama temporal? Porque entre ese grupo de ocho personas se esconde el nombre de la que será considerada sospechosa del secuestro de las niñas en 2017.

2005. Esta trama temporal está completamente centrada en Ángel Martínez, creador de la Fundación Alas de Mariposa que os he nombrado antes. Pero para eso, para el Ángel abogado de éxito e impulsor de fundaciones, aún falta mucho; en 2005, Ángel no es más que un hombre de 30 años acomodado en su rutina como trabajador en la recepción de una Sala Vip en el aeropuerto de El Prat, que, tras conocer a Salvador, se obliga a sí mismo a hacer frente a un hecho horrible que le sucedió cuando era un niño y que ha condicionado su vida adulta. Esta parte es la que nos muestra el inicio de la progresión desde un Ángel agazapado ante la vida que conocemos aquí hacia el exitoso Ángel que nos encontramos en 2017, pasando por el Ángel del 2011, que ya está cumpliendo sueños y objetivos.

Esta novela, en su origen, estuvo inspirada en un hecho real: el caso Deroux, un pederasta belga que en los años 90 secuestró, torturó y abusó de seis niñas, asesinando a cuatro de ellas. Y digo que estuvo inspirada en su origen porque luego realmente la historia real y la del libro sigue caminos y senderos completamente diferentes, que nadie espere algo tan truculento en la historia. Más bien lo que hace el autor es coger la base de personas, víctimas, que han sido abusadas sexualmente en su infancia y nos cuenta cómo han seguido con su vida, cómo han llegado a la edad adulta y cómo les ha condicionado una tragedia como esa en su día a día, porque cada persona es un mundo y esta novela intenta dar visibilidad a diferentes maneras de enfrentarse a un hecho traumático como este. 

A partir de ahí el autor crea la trama policial, pero creo que Como alas de mariposa es una novela que realmente solo puede considerarse negra o policíaca en su trama de 2017, porque las otras dos tramas de 2005 y 2011 tienen otro tono muy distinto, mucho más centrado en las víctimas de abusos sexuales y en darles voz o en la vida personal de los personajes que aparecen en ella. Evidentemente estas dos tramas están ahí porque forman parte de un todo y derivan inevitablemente en el secuestro de las dos niñas que debe resolverse, pero yo creo que esa solo es una de sus diversas finalidades o funciones. Así que la novela tiene un alto grado de novela negra pero también una temática social y de visibilización de los abusos muy agudizada.

Como personajes tenemos un poco de todo. El único que aparece en todas las tramas temporales es Ángel Martínez. Cuando en la trama de 2005 se enfrenta a los abusos que sufrió de niño, comienza a girar la rueda de la historia. De ahí pasamos a la trama de 2011 y su asoción, Alas de Mariposa, y a la trama de 2017, donde se produce el secuestro y todo parece señalar a esa asociación por muy diversos motivos. Dalmau, el psicólogo de Alas de Mariposa, también tiene presencia en su trama de 2011 y en la de 2017, pues sigue siendo el psicólogo de la asociación en la fecha en la que se comete el secuestro. Y a la trama de 2017 se añaden los mossos que llevan a cabo la investigación, Joan y Roberto, que son totalmente opuestos, se complementan, y no desentonan. Quizás de esta trama lo que me pareció más metido con pinzas fue la inclusión de un tercer mosso, una chica, que aparece a mitad del caso con la única aparente intención de darle vidilla a Roberto, pero bueno, el autor consigue darle su minuto de gloria y aceptamos pulpo como animal de compañía :)

Si tuviese que ponerle alguna pega al libro sería, aparte de un giro un tanto sorprendente en algún personaje secundario en el que no se ahonda, que los flashbacks de 2011, los de la terapia, algunas veces no aportan gran cosa a la trama. No estorban pero tampoco suman; para mí algunos son totalmente prescindibles, se nota que están porque el autor necesita darle su parcela de protagonismo a cada integrante de la terapia para que el lector lo conozca y comprenda su particular lucha, pero realmente son pasajes que no tienen relevancia alguna para la trama. De todos modos ya digo que no es algo que moleste y no afecta al desarrollo de la historia (y como todo en esta vida, solo es una apreciación personal, no me canso de decirlo). ¡Ah! ¡Y la sinopsis! Creo que la sinopsis de la contraportada del libro desvela más de lo que debería. Ocurre una cosa en el libro que realmente, cuando empiezas a leer, no tienes por qué ver venir ni pensar que va a ocurrir, pero que al haberla leído en la sinopsis ya la esperas y lees más de la mitad del libro sabiendo que eso va a pasar, lo que condiciona un poco la lectura. Si tenéis intención de leer el libro, hacedme caso, ¡no leáis la contraportada! En la sinopsis oficial que yo he colgado por ahí arriba no hay nada chivato.

Sorprende que un autor novel haya sido capaz de entretejer todo este entramado, porque además está muy bien escrito. No hay nada en la prosa que revele al autor principiante. Los personajes están bien individualizados, los diálogos no cantan por irreales o forzados, y llega un punto que te descubres pasando las páginas sin parar. El final quizás algo peliculero (o muy cinematográfico, tanto monta), pero tampoco de un modo estridente ni que te haga cambiar de opinión sobre lo que ya has leído. No quiero contar mucho más de lo que ya he contado arriba porque sabéis que spoilers los mínimos, y más en este tipo de novelas, pero es una lectura muy recomendable y su autor, J.C. Márquez, un autor que creo que tiene mucho que decir en el panorama literario español.



J. C. Márquez (seudónimo de Juan Cuenca) nació en Barcelona, en 1975. Abogado de profesión, es lector infatigable, sobre todo de novela negra. Sintió la pulsión de la escritura de forma tardía, leyendo a Larsson. Desde entonces, dedica su tiempo libre a viajar en busca de nuevas historias. Se formó en narrativa en la Escola d’Escriptura del Ateneu Barcelonès. Aboga por el lenguaje directo, ágil y sencillo de McEwan, Barnes, Pennac y Echenov. Su propia prosa está plagada de simbolismo y metáforas, al estilo de Coetzee.

Como alas de mariposa es su primera novela publicada.

lunes, 24 de septiembre de 2018

RESEÑA (by MH) ::: UN POCO MENOS QUE ÁNGELES - Barbara Pym





Título original: Less than angels
Autora: Barbara Pym 
Editorial: Gatopardo
Traducción: Irene Oliva Luque 
Páginas: 328
Fecha publicación original: 1955
Fecha esta edición: junio 2018
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 19,90 euros 
Imagen de cubierta: Toni Frissell, 1941

 
Un poco menos que ángeles es la historia de los amores, los trabajos y las esperanzas de un grupo de jóvenes antropólogos. Catherine Oliphant es escritora y vive con el apuesto antropólogo Tom Mallow. Su relación se tambalea cuando él comienza a tontear con una estudiante, Deirdre Swann. Al enterarse, Catherine se muestra interesada por el solitario antropólogo Alaric Lydgate. Al enredo amoroso se añadirán los tejemanejes de los compañeros de Deirdre y la competitividad que existe entre ellos por ganar una prestigiosa beca de investigación.

Con el sentido del humor y la ironía que la caracterizan, Barbara Pym nos muestra la cotidianidad de las relaciones humanas, en un escenario donde la mediocridad y la presunción del mundo académico están a la orden del día.

Cuando reseñé el pasado abril Los hombres de Wilmet ya os comenté que esperaba como agua de mayo el nuevo Pym que la editorial Gatopardo iba a sacar de cara al verano, así que os podréis imaginar que estaba deseando ponerme con él. Ese nuevo Pym era esta novela que hoy os traigo, Un poco menos que ángeles, así que al tajo :) Como casi todas las obras de Pym, es una novela bastante coral, pero tres son los personajes principales, o los que mueven la trama.

Por un lado tenemos a Catherine Oliphant, escritora de relatos y artículos románticos para una revista. Mujer muy independiente y casera, vive con Tom Mallow, atractivo antropólogo de buena familia... aunque lo de vivir es un poco por decir, porque Tom se marchó hace dos años a realizar trabajo de campo a África (su regreso es inminente). Por otro lado tenemos a Deirdre Swan, jovencita de diecinueve años, estudiante de Antropología, que vive en una zona residencial junto a su madre, su hermano y su tía. Aunque intentan emparejarle con los amigos de su hermano, Deirdre jamás se ha enamorado... hasta que conoce por casualidad a Tom Mallow, recién llegado de África, con su atractivo, su encanto... y poco más (aunque ya sabemos todos que con solo eso se llega lejos en esta vida). Así que tenemos el trío servido: Catherine y Deirdre enamoradas de Tom, Catherine y Deirdre que se hacen amigas a pesar de todo, y Tom que se deja querer por todo el mundo y quiere a todo el mundo, porque el mundo le ha hecho así y él es encantador y no puede hacer nada por evitarlo :)

A ellos tres habría que añadir familiares y amigos varios, así como a toda la fauna y flora del mundo académico que tanto le gusta representar a Pym en sus libros... y quien la haya leído un poco, sabe que de entre todo ese mundo académico, los antropólogos son la especie en extinción que más le gusta. En todos sus libros hay un antropólogo, solo que aquí la proporción por metro cuadrado es como la del camarote de los hermanos Marx, y como buenos investigadores y/o universitarios que se precien, pues tienen sus cosillas con las que lidiar: becas de investigación, subvenciones para hacer trabajo de campo, rivalidades, bailes nocturnos en el jardín con máscaras tribales en la cabeza, vocación antropóloga (o la falta de ella), prestigios inmerecidos, excelentes reputaciones que esconden mediocridad por un tubo, charlatanes con muchas "ínfulas de" que no saben de lo que hablan... Vamos, lo normal en el mundillo académico :)

Y es que en esta novela queda muy patente la visión que tenía Pym de dicho mundo. Que a Pym le gustaba sacar a pasear la ironía resulta muy evidente en el conjunto de su obra, pero en Un poco menos que ángeles también disfruta usando su aguda percepción de los defectos humanos a la hora de mostrar la batalla campal que resulta de un ambiente en el que todos se creen mejor que todos, en el que cada uno presume de sus hazañas menospreciando la de los demás, en el que se miden según el número de trabajos publicados y donde los más jóvenes viven pensando a quien arrimarse para avanzar en su carrera. Son todos como muy especialitos y, por decirlo de algún modo, en esta novela los antropólogos son casi de mayor interés antropológico que las propias tribus que van a conocer y estudiar a África.

Por otro lado es la segunda novela que leo de Pym, tras Los hombres de Wilmet, donde aleja mucho a sus protagonistas de las Mujeres excelentes que tan bien describió en la novela del mismo nombre. Y además deja constancia escrita a lo largo de las páginas (os pongo la cita abajo). Aun así, estas mujeres, como en cada novela de la autora, son muy, muy superiores en todos los aspectos a los hombres objeto de su atención. Ya he comentado alguna vez que los personajes masculinos que tanto enamoran a los personajes femeninos en el universo Pym siempre están varios escalones por debajo de ellas en cuanto a fortaleza de carácter, inteligencia y valía, y en Un poco menos que ángeles nos encontramos más de lo mismo. Muchas veces estas mujeres son muy conscientes de esas carencias, y lo asumen con naturalidad y condescendencia, como si solo fuesen niños: son superiores a sus hombres, pero qué se le va a hacer. No se les puede pedir que sean perfectos. Otras veces directamente se les cae la venda de los ojos y siguen adelante con su vida, sin más.
 Yo no soy una de esas mujeres excelentes que pueden simplemente quedarse en casa, comerse un huevo cocido, prepararse una taza de té y estar espléndidas, pensó, ¡pero qué bien le vendría serlo!
A todo esto, no sé si será solo cosa mía, pero la verdad es que cuando llevas unos cuantos Pym a las espaldas, y sobre todo si conectas con el particular mundo de la autora, al atacar un nuevo libro suyo ya te encuentras como en territorio conocido. Quizás desde fuera puede parecer que siempre cuenta cosas parecidas, pero es que su literatura realmente nace de eso, de las relaciones habituales entre las personas, de los detalles especiales que se esconden en la cotidianidad, del día a día de un grupo de gente que acaba interconectada por las razones más diversas. La novela costumbrista es lo que tiene, y además resulta evidente que Barbara Pym tenía sus zonas de confort, pero este es el cuarto libro que leo suyo y sinceramente creo que cada uno de ellos tiene sus propios matices, sus propias peculiaridades, porque el amor, la amistad, la familia... son conceptos universales, pero las personas que nadan en ellos siempre son únicas, diferentes, y por eso las historias siempre tienen su personalidad propia.

Hablando de las zonas de confort de Barbara Pym, un claro ejemplo es la costumbre de situar a sus protagonistas en unos entornos determinados, y además le encantaba hacer guiños sobre ellos en otros libros, con lo que al final tejió un universo dentro de Londres en el que, de un modo u otro, muchos de sus personajes, pertenezcan al libro que pertenezcan, están relacionados con los de otros libros y se mueven en los mismos ambientes, tienen conocidos en común o salen a relucir de manera casual en una conversación. Por poner un ejemplo, se me ha alegrado el corazón al enterarme en este libro de cómo les iba a los Napier o a Mildred y Everard Bone (todos ellos protagonistas de Mujeres excelentes). Y cuando ya has leído unos cuantos de esos libros, y captas esos guiños, esas alusiones, esos comentarios sobre personajes de otros libros que ya conoces, la verdad es que te hace ilusión y no puedes evitar la sonrisa: sabes que ya formas parte de ese mundillo pymenita (me inventé esta palabra en alguna reseña anterior y se queda conmigo forever and ever).

A mí me ha gustado mucho, como todos sus libros, y sigo riéndome con las ocurrencias de esta mujer. Leer a Barbara Pym es entrar en un mundo tan british, tan cotidiano y fascinante a un tiempo, tan lleno de humor (humor que fluctúa entre la ironía y el sarcasmo) y tan representativo de una época, que ya me pueden echar los libros que quieran de Barbara Pym, que yo los adoraré todos porque, por muy similares que parezcan los mundos que recrea, siempre ocurre algo que te sorprende... y en este caso, en Un poco menos que ángeles, es el final. En esta historia pasa algo hacia el final que no había leído hasta ahora en ninguna de las novelas Pym y que te pilla por sorpresa y con el pie cambiado. No me lo esperaba para nada, y lo cuenta de un modo tan... Pym, tan suyo, que lo asimilas casi sin despeinarte, con semblante impertérrito british y un (apenas perceptible) enarcamiento de las cejas xD.

Imagino (¡espero!) que Gatopardo nos sorprenderá con otro Pym el año que viene, pero mientras tanto yo sigo teniendo Jane y Prudence en la estantería pendiente de lectura para que la espera se haga más corta. Y es que leer a Barbara Pym es quererla. No, no te va a llevar a vivir grandes aventuras ni pasiones desbordadas; solo te mete en las casas y las mentes de unos cuantos ingleses educados y contenidos de pura cepa de los años cincuenta, y a ver qué pasa. Y creedme, esas casas y esas mentes inglesas dan para mucho más de lo que parece :)

Ah, y no falta la alusión austenita de casi todos sus libros, que unas veces es más velada que otras, pero en este caso es totalmente directa y además sobre mi favorito, Persuasión (me salen muchos corazones por los dedos, pero no existe teclado ahora mismo capaz de transmitir eso). También se pasean por las páginas las Brontë con sus Rochester y Heathcliff... y los apellidos de autores clásicos. Cómo me gustan estos toquecillos metaliterarios...


Barbara Pym (1913-1980) nació en Oswestry, Shropshire. Se licenció en literatura inglesa en St. Hilda's College, en Oxford. En la Segunda Guerra Mundial prestó servicio en el Cuerpo Auxiliar de la Armada británica. Posteriormente trabajó en el Instituto Africano en Londres.

A lo largo de su vida escribió varias novelas, entre las que destacamos Mujeres excelentes (1952), Jane y Prudence (1953), Less than Angels (1955), Los hombres de Wilmet (1958), No Fond Return of Love (1961), Murió la dulce paloma (1978) y A Few Green Leaves (1980). Tras su muerte, en 1980, se publicó su diario, A Very Private Eye (1985).

Junto con Elizabeth Taylor está considerada una de las escritoras inglesas más importante de la segunda mitad del siglo XX.

viernes, 21 de septiembre de 2018

RESEÑA (by MB) ::: LA MUJER DE LA LIBRETA ROJA - Antoine Laurain





Título original: La femme au carnet rouge
Autor: Antoine Laurain
Editorial: Salamandra
Traducción: Palmira Feixas Guillamet 
Páginas: 160
Fecha esta edición: mayo 2018
Encuadernación: rústica
Precio: 7,50 euros 
Imagen de cubierta: Mirjan van der Meer
Sus días de banquero pertenecen al pasado. Ahora, Laurent Letellier es el feliz propietario de una pequeña librería parisina. Cuando una mañana, camino del trabajo, se topa con un bolso de mujer abandonado sobre un cubo de basura, decide llevárselo a la tienda con la noble intención de devolverlo a su dueña. Desaparecidos el billetero y el móvil, su propósito parece casi imposible si no fuera porque, entre diversos objetos femeninos, Laurent encuentra una libreta roja llena de anotaciones, pensamientos y recuerdos. Cediendo a la curiosidad, se sumerge en la jugosa lectura y, como un si de un rompecabezas se tratara, empieza a reconstruir la vida de Laure, amparado por la excusa de hallar alguna pista que le permita localizarla. Sin embargo, para qué engañarse, el diario también es una llave a la intimidad de la enigmática desconocida, lo que ejerce sobre Laurent una irresistible fascinación. 
 
Antoine Laurain ha escrito un relato encantador, una historia sencilla pero sofisticada que atrapa desde la primera página y que es, al mismo tiempo, un canto de amor al auténtico espíritu parisino: el de sus rincones recoletos, sus cafés de barrio, sus viejos edificios de patios soleados y sus gentes variopintas. Con un estilo claro y fluido, y un talento incuestionable para engarzar los pequeños detalles y esas extrañas casualidades que constituyen las pinceladas del azar, Laurain ha dado luz a una novela de una sutil y fascinante belleza.

Le Cahier Rouge, la libreta roja... Laure - Laurent.

Todo comienza cuando los hados del destino aprietan el botón (puede ser que también sea rojo) y la maquinaria empieza a funcionar de manera irremediable para aquellos que están destinados a estar juntos y todavía no lo están. Desde ese momento se convertirán en simples actores de sus vidas representando el papel creado para ellos, y este papel tendrá como único propósito andar o desandar los pasos que marcan sus caminos. Todo esto es pro y para seguir al hilo rojo del destino, el  iter, que les llevará a encontrar a la persona que será su compañer@ en la vida y que está atado al otro extremo de su hilo.

La noche en que a Laure le robaron el bolso en el  portal de su casa con sus posesiones más preciadas se sintió morir... no por el traumatismo craneal y el hematoma que vino después, sino por la violencia y la falta de escrúpulos con que la dejaron despojada del calor de su casa, de su gato Belphégor, de su libreta roja (continente de sus sentimientos y de su alma) y de todas las llaves que abrían sus puertas más preciadas. Así, se ve despojada y desterrada de todo lo suyo, pero comienza, sin saberlo, a transitar por un nuevo camino del que solo intuimos su final; del recorrido no sabemos ná de ná. Todo está por descubrir.

El incidente de Laure es lo que provoca el encuentro de Laurent con el susodicho bolso a la mañana siguiente. A partir de este momento nuestro personaje masculino se convierte en la parte activa de la historia; él es el encargado de recorrer casi todo el camino, reconstruyendo la historia del bolso y de su propietaria, y descubriendo el cómo, el porqué y, sobre todo, el quién

Intenta averiguar la identidad de Laure en todos los sentidos: nombre dirección, domicilio, edad... junto a estos datos civiles, en esa libreta roja hay otros más profundos y ocultos, y en ellos cada pensamiento escrito se acompaña de trocitos de su corazón, hecho que no pasa desapercibido para el rescatador del bolso y, lo más importante, para sus sentimientos impresos. Descubrirlo todo y conocer a la propietaria del bolso será la misión que ocupe todos sus días, el motor que le hará redireccionarse en el sentido adecuado y que ya sabemos que ha marcado sus destinos.

Todo podía haber sido de otra manera, tal vez un poco menos poético: no creo que sea necesarío que te abran la cabeza para que los hados del destino se fijen en ti y te aten a sus hilos rojos. Pero en esta historia es así, y a cada uno le toca acarrear lo bueno y lo malo que le viene. Del libre albedrío somos testigos después, cuando a nuestros personajes se les da la libertad y la opción de aceptar o no el regalo que se les ha dado: su destino.

Para Laure fue así: el golpe seco contra su puerta le separó de su identidad, de su dinero y, en definitiva, de su refugio... y por supuesto, lo más cruel: de su gato Belphégor y su libreta roja (cargada de pensamientos). Tal vez fuese por una ley de compensación universal, que para lo bueno que está por llegar antes debe sufrir una especie de formateo involuntario del que no puede salir... algo así como un cocotazo contra su puerta para después robarle el bolso y consecuentemente atarle a un destino del que solo puede elegir el final: si lo acepta o no. Aun con todo, el camino debe recorrerlo y la claúsula de permanencia la tiene también que pagar sí o sí.

Los hados se lo ponen más fácil a Laurent; para él todo esto supone un reto y una sugestión continuos; bucear en todos los recovecos de un bolso ajeno y extraño no le supone ningún problema moral... más bien todo lo contrario: un acicate para observar y diseccionar un mundo hasta ahora vetado. Como le diría Laure:

Me da miedo y no me gusta que revuelvas mi bolso.
Todo se podría haber escrito de otra manera, más simple y sencilla, pero si algo tiene de bueno la literatura es que de las cosas más simples y naturales se engendran las historias más inverosímiles y extraordinarias. Si Antoine Laurain no hubiera imaginado La mujer de la libreta roja, entonces el lector no podría haber disfrutado de esta novela corta, llena de matices y reflexiones, donde la recreación ambiental (París siempre será París) inspira sentimientos encontrados, profundos y duraderos. Además, en la observación y los pequeños detalles vemos los hilos conductores que argumentan y construyen la maravillosa y casi imposible historia de amor entre Laure y Laurent.

Todo ello lo narra el autor con un lenguaje claro, cristalino y poético que rezuma tanto cariño y mimo que es imposible insensibilizarse y desapegarse para no dejarle traspasar las barreras de nuestros corazones.

Una maravillosa novela que te hace reflexionar sobre la importancia de las cosas y, sobre todo, de las que portas en tu bolso.



Antoine Laurain nació en París a principios de los años setenta. Tras estudiar cine, empezó su carrera dirigiendo cortos y escribiendo guiones. Su pasión por el arte lo llevó a trabajar como asistente de un anticuario en París, experiencia que inspiró su primera novela, Ailleurs si j’y suis, que obtuvo el Premio Drouot en 2007. Le chapeau de Mitterrand, que publicó en 2012, fue aclamado de forma unánime por la crítica y el público en Francia y obtuvo numerosos premios. La mujer de la libreta roja, su quinta novela, lleva vendidos más de cuarenta mil ejemplares y está en proceso de traducción a quince idiomas.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

SORTEO ::: 1 EJEMPLAR DE "EL JARDÍN DE LAS FLORES NEGRAS"

¡Hola a todos!

Tal y como os comentamos este pasado el lunes en la entrada del Cuestionario Proust-Netherfield a Ana Rosenrot, hoy vendríamos con el sorteo de un libro de la autora, así que lo prometido es deuda.
 
El ejemplar en papel que sorteamos es de El jardín de las flores negras, una lectura muy, muy recomendable publicada este mismo año y de la que podéis leer la reseña en el blog aquí.

De todos modos, para que vayáis abriendo boca, aquí os dejamos la portada y la sinopsis. ¡Gracias a la autora por el ejemplar!


Nadie sabe de lo que somos capaces hasta que algo o alguien despierta al monstruo que llevamos dentro.

Oviedo, 1948. Durante los duros años de la posguerra, en una ciudad que como el resto del país intenta recomponerse, el padre Arteaga, un joven sacerdote con graves conflictos personales pero con un brillante futuro por delante, intentará huir de las intrigas políticas y eclesiásticas que se ciernen sobre él, pero no podrá escapar de los enredos de la sensual señorita Peláez, ni de los misterios que le rodean, como los que oculta la discreta maestra en esa llave de la que nunca se separa. Pero sobre todo se sentirá atraído por los extraños habitantes de la casona de los Osorio: el desfigurado Bastián al que su padre, don Pelayo, mantiene encerrado como si fuera parte de su colección de mariposas, o la inquietante Llara con su belleza sobrenatural.

Decidido a descubrir la verdad sobre la familia de don Pelayo, el padre Arteaga se verá atrapado en un laberinto de mentiras, miedos y oscuros secretos que desvelarán una historia sórdida, oscura y siniestra, como una inquietante flor negra en medio de un jardín.
 
  1. El sorteo es de ámbito NACIONAL (España).
  2. Se sortea UN EJEMPLAR EN PAPEL. 
  3. El envío correrá a cargo de la autora.
  4. El sorteo comienza hoy día 19 de septiembre de 2018 y termina el 10 de octubre de 2018 a las 23:59 horas (España). 
  5. Comprobaremos todos los enlaces antes de hacer el sorteo.
  6. El ganador se dará a conocer el lunes 15 de octubre.
  7. No podrán participar aquellos blogs que solo se dediquen a sorteos. Si os hacéis seguidores solo para participar en el sorteo y luego os borráis, quedaréis descartados para sorteos futuros
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  • Aceptar que, si resultáis ganadores, compartiremos vuestros datos con la autora para que os pueda realizar el envío del ejemplar en papel. Posteriormente esos datos serán borrados sin haber pasado a ningún listado o fichero informático alternativo.
Una vez hayáis rellenado los requisitos obligatorios os aparecerán una serie de requisitos opcionales con los que ganar puntos adicionales.




¡SUERTE A TODOS Y GRACIAS POR PARTICIPAR!