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viernes, 28 de marzo de 2025

RESEÑAS MINUS by MH (2025) #2 ::: BIBLIOTECA

¡Hola a todos!

Hoy en esta sección de opiniones breves toca una tanda de libros sacados de la biblioteca. Si os digo la verdad hacía años que no sacaba libros de la biblio porque con los que tengo en casa me da para varias vidas, pero también hay libros que quiero leer, que no encuentro en formato audiolibro pero que tengo claro que no quiero comprar salvo que me gusten muchísimo una vez leídos. El caso es que a finales del año pasado me hice nuevamente el carnet y en ello estoy, sin volverme loca pero sacando libricos de vez en cuando. Los que use para los retos tendrán su reseña correspondiente, pero los que no use para nada especial los iré trayendo en este tipo de entradas.
 




Veréis que los géneros y tipos de libros son muy variados así que en este tipo de entradas bibliotecarias os vais a encontrar de todo. De biblioteca también saqué El gran robo del tren, que tiene reseña propia (y que compré una vez leído, todo sea dicho), y tengo otro en casa que también reseñaré para mi reto próximamente y que ya descubriréis cuál es. 

Sin más dilación, allá vamos.
 
 



 
 

Título original:
Normal People
Autora: Sally Rooney
Editorial: Random House
Traducción: Inga Pellisa Díaz
Páginas: 256
Fecha de publicación: 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: descatalogado (en esta edición, hay tropecientas más)

Marianne y Connell son compañeros de instituto pero no se cruzan palabra. Él es uno de los populares y ella, una chica solitaria que ha aprendido a mantenerse alejada del resto de la gente. Todos saben que Marianne vive en una mansión y que la madre de Connell se encarga de su limpieza, pero nadie imagina que cada tarde los dos jóvenes coinciden. Uno de esos días, una conversación torpe dará comienzo a una relación que podría cambiar sus vidas.

Gente normal es una historia de fascinación mutua, de amistad y de amor entre dos personas que no consiguen encontrarse, una reflexión sobre la dificultad de cambiar quienes somos. La segunda novela de Sally Rooney acompaña durante años a dos protagonistas magnéticos y complejos, dos jóvenes que llegamos a entender hasta en su contradicción más sonada y en sus más graves malentendidos. Esta es una historia agridulce que muestra como nos conforman el sexo y el poder, el deseo de herir y ser herido, de amar y ser amado. Nuestras relaciones son una conversación a lo largo del tiempo. Nuestros silencios, lo que las define.

 
 
Bueno, este es de esos libros que he visto hasta en la sopa desde su publicación en inglés y que por si faltaba alguien que no hubiese oído hablar de él, volvió a estar en todas partes a raíz de la serie de televisión. Desde entonces había escuchado opiniones interestelares de que era lo mejor del siglo y obra culmen de su generación, y opiniones que decían que estaba sobrevalorado hasta límites exponenciales. Jamás me lo hubiese comprado, pero oye, estando en la biblioteca no perdía nada dándole una oportunidad. ¿Qué me ha parecido? ¿En qué bando estoy?
 
Pues como me suele pasar, en el bando de ni chicha ni limoná. No lo he odiado, pero tampoco me ha encantado, y sí es cierto que me parece que no es para tanto. No me ha caído bien ninguno de los personajes, no me ha gustado nada la representación que se hace de la salud mental en ninguno de los dos protagonistas y el estilo, tan comentado y alabado, pues tampoco me ha parecido nada revolucionario (ni me ha molestado ni maravillado que los diálogos no estén puntuados porque hace años que se inventó la rueda, no es tan novedoso como todo el mundo parece creer). Puedo entender por qué tanta gente lo tiene en un altar (es una inmersión en la generación millenial donde se entremezclan un estilo aesthetic, el sexo predominante más o menos explícito como una manera de exponer en qué punto se encuentra la relación entre los personajes y una trama que se sustenta en las idas y venidas constantes de sus protagonistas), pero para mí ha sido una lectura sin más, que se lee fácil pero que no me ha cambiado la vida ni me ha hecho apuntarme corriendo todas las novelas de la autora. Al menos ya puedo decir que he leído a Sally Rooney. Check!
 
 
Puntuación: 2,5-3/5
 


 

Título original:
A Wizard`s Guide to Defensive Baking
Autora: T. Kingfisher
Editorial: Gran Travesía
Traducción: Mercedes Guhl
Páginas: 352
Fecha de publicación2023
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 17,95 euros

Mona tiene catorce años y no es como los magos encargados de defender su ciudad. Carece de la habilidad para controlar las tormentas o hablar con el agua. Su tótem es una porción de masa madre y su magia sólo funciona con el pan, pero tiene una vida cómoda trabajando en la panadería de su tía y haciendo bailar a los muñequitos de jengibre. Un día, la vida de Mona da un vuelco cuando encuentra un cadáver en el suelo de la panadería. Un asesino acecha las calles de su ciudad buscando a todos aquellos que tienen magia y parece que Mona es su próximo objetivo. Y en una ciudad asediada y repentinamente carente de magos, el asesino podría ser la menor de las preocupaciones de Mona…


 
Ursula Vernon es una autora que le da a todos los palos y que tiene publicados libros en varios géneros y orientados a todo tipo de edades. Hacía años que quería leerla en cualquiera de sus facetas, pero no lo había hecho hasta ahora porque las obras que más me interesaban (las de terror) apenas nos llegan a España (ahora por fin está empezando a llegar alguna). Mirando en la biblio este es el único de sus libros que tenían y decidí no dejar pasar la oportunidad, y debo deciros que no me ha decepcionado en absoluto (esperaba que me gustase mucho, la verdad) y que tengo intención de leer todo lo que pueda escrito por ella que se ponga a mi alcance.

Manual de panadería mágica para usar en caso de ataque (qué fantasía de título, por favor) va de una adolescente de catorce años que puede imprimir magia en la masa de hornear para muy diversas (y en apariencia sencillas) cosas, pero en este mundo alguien está matando a los magos y ahí es donde entra ella para salvar el día. Es difícil catalogar esta novela porque parece literatura juvenil pero pasan cosas que son muy adultas (asesinatos, guerras, política) y la culpa de todo la explica la autora en un prólogo donde habla de los muchos cambios que sufrió la historia según en manos de quien caía. El resultado es una fantasía oscura la mar de entretenida con un personaje principal maravilloso y con personalidad a pesar de su edad y a la que precisamente se trata acorde a los años que tiene (nada de sexualizaciones ni amoríos, y el recordatorio constante de que todo este embrollo no debería estar sobre sus hombros porque es MUY joven). Kingfisher es una narradora nata, carismática, que conecta con el lector con una facilidad asombrosa y eso hace que te creas todo lo que te cuenta sin pestañear.
 
No quiero terminar sin decir que la traducción es muy evidentemente latinoamericana y que han intentado castellanizarla a ratos sí y a ratos no, cuando se acordaban y se daban cuenta... y bueno, el resultado es cuestionable.  Por otro lado, la estupendástica Nitocris ha propuesto un libro de esta autora para el reto Serendipia y es sin duda uno de los que leeré para cumplirlo, así que habrá reseña larga de Kingfisher antes de que acabe el año.
 
 
Puntuación: 4/5



 

Título original:
 Mary Who Wrote Frankenstein
Autora: Linda Bailey
Editorial: Impedimenta
Traducción: Raquel Moraleja
Páginas: 56
Fecha de publicación: octubre 2018
Encuadernación: tapa dura con sobrecubierta
Precio: 21,95
Ilustración de cubierta e interiores: Júlia Sardà

¿Cómo empieza una historia? A veces, todo comienza con un sueño. Mary es una gran soñadora, una niña que aprende a leer siguiendo el trazo de las letras escritas sobre la tumba de su madre, la pionera del feminismo, Mary Wollstonecraft. Años después, en una noche de tormenta, escribirá una historia de fantasmas, y soñará despierta con un monstruo que cobra vida: «Frankenstein». Un libro que se convertirá en una de las leyendas más populares de todos los tiempos.

 
 
Recuerdo que cuando salió este libro allá por 2018 me pareció tan bonito que incluso lo incluimos en el sorteo del aniversario del blog, pero no había tenido la oportunidad de leerlo. Es una biografía sobre Mary Shelley hasta el momento en que publicó Frankenstein dirigida a un público infantil, y creo que la autora hace un trabajo fantástico, inteligente y sensible a la hora de adaptar una vida tan complicada en unas escasas líneas por página y una concisión necesaria para que unos lectores tan pequeños entiendan el trasfondo. Porque Linda Bailey lo que hace es coger la figura de Mary desde que era una niña y mostrar su lado soñador, el lado apegado a la madre que nunca conoció y la inquietud de hacer algo importante a pesar de su juventud. Lo dicho, apenas unas ocho líneas por página en no más de veinte páginas (el resto son ilustraciones) le bastan para semblar a una mujer esencial en la historia de la literatura.
 
Pero si algo sobresale en esta edición, si algo la convierte en un ejemplar maravilloso también para adultos, son las ilustraciones de Júlia Sardà, que son simplemente fascinantes. Algunas las pondría en mi casa si tuviera la oportunidad: el estilo, la paleta de colores, el modo en que pone la intención en cada imagen... fantásticas, de verdad. De hecho la edición es muy consciente de que su target es también adulto porque, aunque el texto es infantil y está narrado a modo de cuento, al final incluye una biografía de Mary Shelley de unas cuantas páginas escrita por la propia Linda Bailey que parece dirigida a los padres que le han leído la versión infantil a sus hijos. Vamos, todos contentos. Muy recomendable como regalo para cualquier edad.
 
 
Puntuación: 4/5



 
 
 

Título original:
 Imago
Autora: Eva-Marie Liffner
Editorial: Nórdica
Traducción: Carmen Montes
Páginas: 320
Fecha de publicación2013
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 19,75 euros

Año 2000: La protagonista de esta novela, la joven Esmé Olsen, trabaja como limpiadora en el Instituto de Estudios Históricos de Copenhague y tiene una gran vocación investigadora. Este espíritu la lleva a encontrar unos documentos de los años previos a la II Guerra Mundial que dan cuenta del hallazgo de un cadáver en una turbera en la frontera entre Dinamarca y Alemania. El cuerpo es el de un soldado de la guerra prusiano-danesa, en la que casi cinco mil daneses murieron y tres mil quinientos fueron apresados por el ejército prusiano. En 1938 tres hombres trataron de averiguar su identidad... Esmé (su padre era un fan absoluto de Salinger) se aventurará en el pasado tratando de resolver un asesinato. Con ella recorreremos dos momentos históricos buscando respuestas.

Esta novela (que ya os digo que no es lo que parece ni lo que se han esforzado que parezca) tiene tres marcos temporales: el de 1938, en el que se encuentra un cadáver en una turbera en una región fronteriza entre Dinamarca y Alemania; el de 2000, en el que una mujer que trabaja de limpiadora en la universidad se encuentra con el documento desclasificado de ese hallazgo; y el que transcurre entre 1864 y 1865 en el marco de la segunda guerra de Schleswig (dos contiendas muy complicadas de explicar aquí en tan poco espacio). Dentro de esos marcos temporales a su vez tenemos capítulos de libros ficticios, microhistorias, explicaciones sobre hechos históricos, divagaciones varias... historias dentro de historias dentro de historias. ¿Se investiga realmente qué le ocurrió al cadáver hallado en la turbera? No, en absoluto, y que nadie os intente convencer de lo contrario.
 
Yo le veo dos problemas a esta edición. Una es el modo en que se vende (tanto por la elección del título en castellano, que nada tiene que ver con el original, como por la sinopsis) porque promete algo que no se corresponde con el contenido y luego vienen los chascos. El otro es el propio libro en sí. Confieso que intenté hasta tres veces escuchar el audiolibro, y no hubo manera. Se me iba el santo al cielo, desconectaba de la narración, me dispersaba... pensaba que el problema estaba en el formato, que no era un libro para escuchar, que era un libro para tener entre las manos en papel como toda la vida, y cuando vi que estaba en la biblio ni me lo pensé porque estaba empeñada en leerlo. Bueno, una vez leído solo puedo decir que el problema no estaba en el audiolibro, simplemente es un tostón, y eso es lo peor que puedes decir de una novela. Y me da pena porque está muy bien escrito sin lugar a dudas (chapeau a la traducción, por cierto, porque no tuvo que ser nada fácil), pero es que de verdad que cuesta un mundo no ponerte a pensar en el color de las nubes mientras lo lees. No es novela negra ni importa un carajo el cadáver que hallan (de ahí las expectativas que comento al principio), es una novela introspectiva y muy intimista de un marcado tinte histórico, en la que la autora habla de cualquier cosa que tenga o no que ver con lo que está contando con digresiones constantes y un estilo muy nórdico (lento, pausado, desolado) que en otros muchos casos es una maravilla leer pero que en este no ayuda nada. No es verdad que todo lo que cuenta luego tiene su por qué al final, como he leído por ahí. Eso son ganas de ver virtudes donde no las hay. De esos libros de los que hablan maravillas los críticos literarios (de hecho tiene premios) pero con los que la plebe lectora tiene sus más y sus menos.
 
 
Puntuación: 2,5/5
 


miércoles, 4 de marzo de 2020

RESEÑA (by MH) ::: CUATRO DAMAS DEL MISTERIO - Louisa M. Alcott, Vernon Lee, Amelia B. Edwards, Margaret Oliphant




Título original: Lost in a Pyramid; or The Mummy's Curse / Dionea / How The Third Floor Knew The Potteries / The Library Window
Autoras: Louisa May Alcott, Vernon Lee, Amelia B. Edwards, Margaret Oliphant
Editorial: Funambulista
Traducción: Goran Gallarza, Marina Alonso, Javier Ruiz, Francisco G. González
Páginas: 192
Fecha publicación original: 1869 / 1890 / 1863 / 1896
Fecha esta edición: noviembre 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16,30 euros
Imágenes de cubierta: The Love Letter (Samuel Luke Fildes, 1843-1927)

La maldición de unas semillas encontradas en una pirámide egipcia, los diabólicos acontecimientos que tienen lugar en una alfarería británica, la fantasmal presencia detrás de la ventana de una biblioteca y la extraordinaria aparición de una niña en una noche de tormenta en un pueblo costero italiano son los temas principales de los cuatro cuentos recogidos en este libro.
Son todas ellas historias que envuelven en inquietantes atmósferas llenas de misterio y suspense, escritas por cuatro autoras en lengua inglesa —la americana Louisa May Alcott, la escocesa Margaret Oliphant, la inglesa Amelia B. Edwards y la hija de expatriados británicos Vernon Lee—, que, a finales del siglo XIX y principio del siglo pasado, se dedicaron con éxito a un género que elevó a nivel literario las leyendas y los cuentos populares que hablaban de apariciones espectrales, de profecías ancestrales o de inexplicables acontecimientos sobrenaturales.

Si os digo la verdad no tenía ni idea de la publicación de este libro hasta que un día acudí a mi librería y me lo encontré flamante en mi mesa de novedades, esa a la que siempre acudo en busca de nuevas ediciones de clásicos. A poco que me conozcáis os podéis imaginar las campanas que resonaron en mi cabeza al encontrarme un título tan sugerente como Cuatro damas del misterio (¡misterio! ¡clásico! ¡victoriano!) y la promesa de varias historias cortas de la mano de autoras que en un par de casos admiro mucho y os he traído ya en varias ocasiones al blog, y en el otro par de casos de autoras a las que todavía no había tenido el placer de leer pero estaba deseando hacerlo. Vamos, que me faltó tiempo para hacerme con un ejemplar, ni siquiera miré la sinopsis, ni de qué iban las historias ni nada de nada. No me hacía falta. Confianza ciega en las autoras y en la editorial.

Durante los últimos años han proliferado en España antologías o compilaciones de relatos o cuentos de autoras victorianas (sobre todo en las áreas del misterio o el subgénero gótico) en un claro intento por dar visibilidad, en unos casos, a un numeroso grupo de escritoras que han desaparecido del imaginario contemporáneo enterradas por décadas de oscurantismo y olvido pero que en su día tuvieron un nombre y cierta reputación en ambientes literarios, y en otros casos para dar a conocer el trabajo en el relato corto o cuento de autoras conocidas o renombradas por otro tipo de historias o géneros. En unos casos la literatura era una afición o un intento de hacerse un hueco como escritoras, y en otros era la profesión y único medio de subsistencia de la autora en cuestión.

Las  cuatro damas del misterio a las que alude el título de esta compilación fueron todas escritoras profesionales que se movieron ya no solo en el ámbito de la ficción (ya fuese novela larga, relato o novela corta), sino que en algunos casos fueron enormemente consideradas en la literatura de viajes, el ensayo o el periodismo. Se dedicaban a la escritura, hicieron de ella su medio de vida, y algunas fueron incluso criticadas por su exceso de producción, porque se consideraba que esa prodigalidad era directamente proporcional al deterioro en calidad de lo que publicaban... no era cierto (no más que en el caso de cualquier otro autor con un ritmo rápido de publicación), pero sea como sea había que comer, y para autoras como Margaret Oliphant, viuda, sin recursos y a cargo de tres hijos, escribir y publicar era cuestión de supervivencia. 

La selección del cuarteto de historias que componen este volumen no deja de resultar curioso (y no sé si intencionado por parte de la editorial), pues todas pertenecen a dos décadas del siglo XIX muy concretas (las de 1860 y 1890), quedando divididas por tanto en dos grupos separados por más de treinta años entre sí. Esa diferencia de épocas en las que fueron concebidas se delata sobre todo en el desarrollo y la complejidad de las tramas, más breves y sencillas en el caso de las escritas en la década de 1860, y más desarrolladas e intrincadas en lo que respecta a las publicadas en la década de 1890. Os cuento un poco sobre cada una de estas historias y sus autoras (de las que incluyo la pequeña biografía que la editorial comparte en la ficha del libro).


PERDIDOS EN LA PIRÁMIDE (o La maldición de la momia), de Louisa May Alcott (1869) 

Louisa May Alcott (1832-1888) fue una escritora americana, gran partidaria de las causas sociales, conocida, sobre todo, por la célebre novela Mujercitas. Editorial Funambulista publicó en 2014 su libro Un cuento de enfermera (reseña aquí).

Paul Forsyth le cuenta a su prometida Evelyn cómo se perdió en una ocasión dentro de la pirámide de Keops junto al profesor Niles, y cómo tuvo que quemar una momia que encontraron en uno de los pasadizos para que el humo guiase a aquellos que les buscaban. De aquella expedición se trajo una caja de semillas como recuerdo, semillas de las que se encapricha Evelyn a pesar de las reticencias de Paul, quien no cree que sea buena idea plantar esas semillas, pero... ¿qué sería de la literatura si los personajes hiciesen caso de las buenas ideas y no hiciesen cosas que tendrán consecuencias?

Poco más os puedo contar sobre una historia que apenas ocupa unas veinte páginas. A pesar de ser publicada en 1869, esta historia de Alcott permaneció olvidada entre su obra hasta 1998 (por la fecha imagino que fue descubierta poco después de La herencia, novela inédita y muy temprana de la autora que os reseñé el año pasado). La verdad es que ante la sola lectura del título os podéis imaginar por donde van los tiros: este breve relato fue uno de los precursores de las maldiciones egipcias en la literatura, tema que 150 años después se sigue explotando intermitentemente tanto en papel como en el cine. Lo que siempre digo, lo que hoy día nos parece trillado tuvo su origen mucho tiempo atrás, y Perdidos en la pirámide da buena muestra de ello. 

Perdidos en la pirámide es una historia sencilla por su economía de páginas pero muy bien estructurada y, aunque te imaginas los derroteros por los que transitará, mantiene el interés gracias a la naturalidad con que está escrita y al punto de suspense que la rodea. Por cierto, al hilo de lo que siempre os comento sobre Alcott y su gusto por historias bastante más oscuras que Mujercitas que se veía obligada a publicar con seudónimo...  Perdidos en la pirámide fue publicado bajo las iniciales L.M.A., justamente entre medias de Mujercitas (1868) y Aquellas mujercitas (1869). Lo que era correcto y decoroso para una dama, con su nombre completo; las historias de sangre y truenos, como ella las llamaba, con seudónimo o escondiendo su nombre. Un ejemplo más de su bibliografía.

DIONEA, de Vernon Lee (1890)

Vernon Lee (1856-1935), seudónimo de Violet Paget, de padres ingleses, nació en Francia, pero vivió gran parte de su vida en Italia. Su fama se debe principalmente a sus cuentos de fantasmas y de misterio y a la literatura de viajes.

Dionea es una niña de cuatro o cinco años que aparece en la costa italiana como única superviviente de un naufragio: está atada a una tabla de madera, lleva ropas extrañas, no porta ningún crucifijo que la identifique como cristiana y no entiende una palabra de italiano. Nadie parece saber nada del barco hundido ni, sorprendentemente, ningún otro cadáver es arrastrado a la costa. El pueblo costero donde recae esta niña es de gente humilde y sencilla, nadie puede hacerse cargo de ella, pero a petición del doctor Alessandro de Rosis (que vive en ese mismo pueblo), la princesa de Sabinia la toma como protegida y unas monjas de un convento cercano la acogen. La historia nos va narrando como esta niña va creciendo y convirtiéndose en un ser tremendamente hermoso que causa tanta fascinación como rechazo pero que posee una moralidad más que dudosa: mejor no darle motivos de enfado o resentimiento, porque entre los habitantes del pueblo comienzan a circular rumores de que quien le ofende, paga las consecuencias.

El nombre de Dionea parece provenir de Dione, amante de Zeus y madre de la diosa Venus, y ese aire mitológico, de fuerzas naturales, deidades y leyendas impregnan toda la historia. En apenas cincuenta páginas, Vernon construye toda una historia alrededor de este personaje femenino al que nunca da voz y que solo conocemos por lo que se nos cuenta de ella. El relato está narrado por completo de manera epistolar, siendo el autor de las cartas el doctor Alessandro de Rosis y la receptora la princesa de Sabinia. Conforme el doctor informa a la princesa de la evolución de su pupila, vamos conociendo la preocupación creciente de este hombre ante el carácter que revela Dionea, el escaso interés que parece tener por relacionarse con sus vecinos y las tragedias que acontecen a todo aquel que osa interesarse más de la cuenta por ella. 

Es la primera vez que leo a Vernon Lee, famosa sobre todo por sus historias góticas y de fantasmas en el terreno de ficción, y por su literatura de viajes y provocadores ensayos en el de la no ficción. Vivió buena parte de su vida adulta en Italia (de ahí la localización de esta historia) y, aunque no puedo comparar con nada más (ya digo que es lo primero que leo suyo y no sé si el resto de su obra de ficción está a la misma altura), para mí es, junto con La ventana de la biblioteca, de Margaret Oliphant, el mejor relato de los cuatro, el más complejo tanto a nivel de trama como de construcción del personaje principal. La narración incluye multitud de referencias artísticas, literarias y mitológicas, y la autora, a pesar de la escasez de espacio, se apaña para adentrarse en diversos ámbitos de su interés y cerrarlo todo. A mí me ha gustado mucho, probablemente lo relea en algún momento para exprimirlo un poco más.


EL TERCER HORNO, de Amelia B. Edwards (1863)

Amelia B. Edwards (1831-1892) fue una escritora, periodista y egiptóloga inglesa. Empezó a escribir desde muy joven, tanto que a los siete años llegó a publicar su primera poesía. El carruaje fantasma es una de sus obras más celebradas.

Este relato, contado en primera persona por un hombre que desde el principio nos avisa de que no puede explicar los hechos que va a narrar, nos lleva a una fábrica de porcelana en la región de los alfareros (Staffordshire Potteries). En ella comienza nuestro narrador como aprendiz de la mano de George Barnard, el capataz, que pronto se convierte en su único y mejor amigo. Barnard está prometido con Leah Payne, una joven casi veinte años menor que él y un modelo de virtud del que nuestro narrador queda prendado (pero solo como se admira a alguien digno de ser admirado, no de un modo romántico). Esta idílica situación se trastoca cuando aparece en escena un francés llamado Louis Laroche; todos menos Leah parecen presentir el peligro que encierra este hombre, lo que conducirá a una situación en la que serán necesarias decisiones extremas.

No os puedo contar qué elemento de la historia posibilita su presencia en esta recopilación de relatos de misterio porque os estaría desvelando el final mismo de lo que en ella se cuenta. Sí que os puedo decir que cuando llega, lo reconoces y sabes lo que es sin género de dudas antes de que el protagonista de la historia sepa ponerle nombre, y el interés radica en la motivación que lo provoca y hasta donde puede llegar un hombre para proteger a la mujer que ama.

Es muy cortito también (de apenas veinticinco páginas), y sumado a la fluidez de la narración y lo interesante de la historia, la verdad es que la lectura dura un suspiro. Me ha llamado la atención (no puedo evitarlo, sabéis que soy doña clásicos policíacos) que en determinado momento se introducen elementos forenses en la detección de pruebas, y es que no hay que olvidar que este relato es bastante temprano y la ciencia forense estaba apenas viendo la luz en aqella época. Muy interesante verlo ya plasmado en un relato de este tipo.

Un primer acercamiento muy positivo a la narrativa de esta autora.


LA VENTANA DE LA BIBLIOTECA, de Margaret Oliphant (1896)

Margaret Oliphant (1828-1897) fue una novelista e historiadora escocesa. Entre sus obras literarias destacan los relatos de fantasmas de corte victoriano, como La puerta abierta y La ventana de la biblioteca (publicado en este volumen).

La protagonista, que también narra en este caso en primera persona, nos habla de un suceso que le ocurrió en su juventud cuando estaba pasando un verano con su tía en Edimburgo. Se define como una muchacha seria, a la que le gustaba estar a solas con un libro o vislumbrando a través de una ventana el ir y venir de la gente. También comenta que tenía una especie de sexto sentido que le permitía escuchar todo lo que se decía a su alrededor aun sin estar pendiente, y ver todo lo que ocurría a su alrededor aun sin levantar la vista de su libro. Desde donde se asoma a la calle puede ver la biblioteca escolar, y sobre una de sus ventanas se cierne un misterio. ¿Es de verdad o de mentira? ¿Está pintada sobre la pared o tiene cristales de verdad? Todo el mundo parece estar de acuerdo, es de mentira, un efecto óptico para mantener la uniformidad de la fachada, pero ella comienza a ver más allá de la ventana, el interior de la habitación, poco a poco, un mueble aquí, una silla allá... hasta que lo ve a él moviéndose por la estancia. El problema está en que solamente ella parecer verlo y comienza a obsesionarse con ese enigmático joven.

Y aquí tenemos de nuevo a mi querida Margaret Oliphant en su tercera aparición en el blog (y mientras dependa de mí y encuentre traducciones suyas, por aquí seguirá apareciendo). Su prosa es tan de su tierra, tan escocesa, que te va envolviendo poco a poco en brumas evocadoras, descripciones sugerentes, tintes misteriosos y personajes que parecen extraídos de esa literatura del romanticismo que ya era agua pasada en el cambio de siglo que estaba a la vuelta de la esquina. Oliphant además veía la literatura gótica o de misterio no como un medio para provocar terror, sino para hacer de lo sobrenatural algo admisible, factible, que provocase empatía en el lector y le hiciese replantearse su propia condición humana y sus valores morales (Una ciudad asediada, que os traje el pasado Halloween, es otra buena muestra de lo que os comento, al igual que Lady Mary). Aquí no hay horror ni terror, hay una sensación de anhelo imposible, de misterio insondable... incluso de cierta ambigüedad, porque las personas alrededor de la protagonista dan muchos rodeos, callan cuando podrían hablar, y al final te quedas con la sensación de que has visto mucho en la historia, pero no todo lo que la autora quería que vieras.

Este relato es de los más famosos de su obra y fue bastante polémico en su época porque muchos quisieron ver en él una denuncia sobre las condiciones opresivas en que vivían las mujeres victorianas. Yo me quedo con las muchísimas reminiscencias a Walter Scott presentes en la historia (Oliphant idolatraba a Scott) y con una historia narrada de manera tan visual, tan reflexiva y con tanta emoción que ese joven de la ventana se queda contigo y ya no lo olvidas.

Tal y como ha ido quedando claro conforme os hablaba de los relatos uno a uno, aunque he disfrutado mucho de los cuatro, debo admitir que los dos más extensos han sido mis preferidos, pues dan lugar a mayor desarrollo y profundidad de la historia (de igual modo, que los dos sean también los publicados en la década de 1890 no creo que tenga realmente nada que ver). Aun así, lo dicho, he disfrutado mucho de todos y el libro me duró un suspiro en las manos. Me ha servido también para reencontrarme con dos autoras que adoro, como son Alcott y Oliphant, y para conocer a otras dos de las que espero leer más en un futuro, Lee y Edwards (a decir verdad, le tengo echado el ojo a un libro de viajes de Amelia Edwards sobre Egipto desde hace siglos, así que creo que va siendo hora de hacerme con él).

Sé que muchos no sois de relatos, me lo comentáis cada vez que os traigo un libro de este tipo, pero soy muy pesada y cuando algo merece la pena, mi deber es insistiros e intentar que le deis una oportunidad. Cuatro damas del misterio se compone de relatos de misterio, no de terror, que se adentran en varios tópicos góticos (maldiciones, fantasmas, mitología, brujería...) pero de un modo elegante y nada oscuro. Cuatro historias y estilos muy diferentes como totalmente diferentes fueron las personalidades y vidas de sus cuatro autoras, aunque todas ellas tuvieron que pelear mucho para ver sus historias negro sobre blanco en una época en la que vivir de la literatura siendo mujer era una posibilidad factible pero en absoluto exenta de muchas piedras en el camino.





lunes, 9 de septiembre de 2019

RESEÑA (by MH) ::: CLARA - Virginia Gil Rodríguez





Título original: Clara 
Autora: Virginia Gil Rodríguez
Editorial: Autopublicación
Páginas: 104
Fecha publicación: marzo 2019
Encuadernación: rústica
Precio: 3,47 euros (kindle) + 9,36 euros (papel)
Diseño de cubierta: Alexia Jorques
Ilustración de cubierta: Cristina Vázquez


Sí que existe aunque no lo parezca, aunque nadie lo vea. Sí que existe porque duele y quiebra la autoestima de quien lo padece. Como es cauto cuesta identificarlo: no hay gritos ni patadas, no hay puñetazos. Es sigiloso pero aísla y aparta; es peligroso porque no llama la atención. Por eso la madre de Clara no le ha otorgado la importancia merecida, por eso no se lo ha tomado en serio. ¡Si solo parecía ser una simple historia infantil! ¿Cuándo se interviene? ¿Dónde está el límite? ¿Cómo mantener el débil equilibrio entre autonomía y protección? ¿Cuándo empieza el problema a ser más grande que nosotros? Esta es la historia de Clara que, con nueve años, es fuerza creativa en el agua. Y al agua, a la natación sincronizada, se aferrará para superar un problema de acoso invisible, que transformará su vida. Porque cada problema es una oportunidad para evolucionar.Porque la actitud es la clave para crecer como personas.
Este es el segundo libro de Virginia que os traigo al blog. El primero, En la calle Mayor, lo reseñé hace ya cosa de tres años, y para mí supuso una muy buena sorpresa. En el corazón de París, su segunda parte, está en casa pendiente de leer desde hace un tiempo, y aunque le llegará su turno muy pronto, os traigo antes su última novela, Clara, un cuento que habla de algo muy doloroso pero de esa manera que tiene Virginia de contar las cosas: con cariño, sensibilidad y mucha esperanza.

Clara es una niña de nueve años que vive por y para el agua desde que nació, que entrena muy duro para poder dedicarse a la natación sincronizada y que tiene su grupo de amigas, como cualquier otra niña de su edad. Cuando su mejor amiga, Erika, esa amistad del alma que tenemos todos a esa edad y que supone nuestro mundo entero, decide dejar de serlo, Clara ve tambalearse su pequeño universo. Erika no solo le hace el vacío y la aparta de su vida, sino que cuenta cosas sobre ella, se ríe de ella, la humilla... ya no quiere ser amiga de Clara y no permite que nadie más lo sea. Clara se queda sola sin saber muy bien qué ha pasado ni por qué Erika se comporta así, y poco a poco su confianza y la percepción que tiene de ella misma se van diluyendo y transformándose en miedo, inseguridad y soledad.

Clara pone sobre la mesa una de las muchas clases de acoso escolar que existen y que suele pasar muy desapercibida por una de las características que más la definen: la invisibilidad. La exclusión afectiva (o aislamiento afectivo) no solo aglutina las características propias del bullying (hostilidad con apoyo de otros alumnos, duración prolongada de esta actitud, conductas orientadas a acentuar el aislamiento del alumno acosado, uso de la información personal que se tiene de ese alumno para provocar aún más daño, ignorancia por parte del entorno adulto del alumno agredido sobre lo que está sucediendo...) sino que en muchos casos el acosador formaba parte anteriormente del círculo de amistades del acosado. Y esto es muy importante recalcarlo porque a ciertas edades los amigos lo son todo, formar parte de un grupo de amigos lo es todo, y verse expulsado de ese grupo y ser el centro de críticas y humillaciones es algo que a una edad como la de Clara puede tener consecuencias terribles. Porque encima ese que era tu amigo sabe muchas cosas de ti, y puede hacerte mucho daño: sabe donde más te duele y sabe como menoscabar tu confianza poco a poco.

Por tanto estamos ante una situación que no se ve, que se desarrolla a plena luz del día pero no deja huellas ni marcas, y que Clara sufre sola, en silencio y sin exteriorizarlo salvo en su relación con el agua. El uso que hace la autora de este medio para expresar los cambios que se van produciendo en Clara es acertadísimo. Ya no solo cuando habla de la relación de Clara con la piscina, en la que pasa de ser una sirena a no sentir confianza alguna en lo que hace conforme pasan los meses y el acoso se acentúa, sino que cualquier connotación relacionada con este elemento le sirve para dar imagen a lo que quiere expresar: lloviznas, paraguas, gotas, humedades... el agua, con su consistencia maleable, se va adaptando a los cambios anímicos de Clara sin llegar a abandonarla nunca, esperándola.

Resulta curioso comprobar cómo la historia familiar se repite (tanto su madre como su abuela sufrieron también acoso escolar cuando eran niñas), pero sin embargo la madre de Clara no es capaz de detectar las señales ni los síntomas en su hija. Ella pasó por lo mismo, pero ve cómo su hija está cambiando, cómo se está encerrando en su concha, cómo está dejando de lado lo que más ama... y su ceguera adulta le impide sospechar cuál puede ser la causa. Y no hace nada. Tampoco su profesora, una mujer a la que han quitado las ganas de enseñar y que se ha vuelto inmune a lo que ocurre ante sus narices. No, nadie hace nada. Son cosas propias de la edad y sus cambios, está entrando en una edad muy complicada... Dejan tiempo al tiempo, pero el tiempo a veces juega en contra cuando no se tienen armas para enfrentarse a sus embates. Curiosamente el único que detecta que algo no va bien es el padre de Clara, pero está tan ausente del día a día de su hija a causa del trabajo que esa sospecha, esa agudeza, queda en nada.

Aun así, a pesar de todo lo que os cuento, de que Clara es una historia dura, en manos de una autora como Virginia Gil adquiere tintes de cuento en el que su protagonista, a sus escasos nueve años, sufre mucho, muchísimo, pero tiene asideros que le van indicando el camino. Clara pierde confianza en el agua, pero el agua sigue ahí paciente esperando para volver a abrazarla; sus antiguas amigas son crueles, pero otra nueva sabe reconocer en ella todo lo que ella misma ha dejado de ver y es lo suficientemente generosa como para recordárselo siempre que puede; es duro el camino hacia la adolescencia, la madurez, las decepciones y la asimilación de que nada es eterno, ni siquiera esas amistades que lo son todo cuando nuestro círculo social es tan pequeño como nuestra edad, pero esos finales solo son el principio de otras muchas cosas, y ese es uno de los mensajes implícitos en la historia (uno de muchos). También hay mucha esperanza en este libro, esperanza que todos sabemos que no siempre alcanza el mundo real, pero que esta historia hace que sientas muy dentro porque necesitas que Clara salga de ese pozo y que venza al horror.
 
Debo resaltar algo que me ha gustado mucho, mucho, de la historia. La autora en ningún momento pone nombre al motivo, al por qué de repente la amiga del alma de Clara decide dejar de ser su amiga. Ese "ya lo sabes" que ella repite constantemente será la única información que reciba Clara de la caída en desgracia de su amistad y la única informacion que reciba también el lector al respecto. Y es que Virginia sabe muy bien que el motivo no es lo importante... que el motivo, sea cual sea, es totalmente irrelevante, porque ningún motivo justificaría lo que ocurre a continuación. Y no etiquetar ese motivo, o excusa, o lo que sea, es lo que da valor a la historia, lo que la universaliza y pone el foco de atención sobre lo que realmente importa: las consecuencias. Muy inteligente y muy sensible por parte de la autora el evitar caer en algo que seguramente hubiese quitado fuerza e intencionalidad al mensaje final.

Clara está escrito de un modo sencillo, bonito y con frases cortas, precisas y totalmente afinadas. Quien conozca la prosa de Virginia sabe a lo que me refiero: asombra la facilidad con la que es capaz de expresar y transmitir las cosas usando una sencillez narrativa que engaña, porque parece fácil pero de fácil no tiene nada. Sabe cómo llegar al lector y pellizcarle un poquito en el corazón, y Clara es un libro que deberían leer niños, adolescentes, padres y profesores por igual. Porque no todos los niños que se enfrentan al acoso escolar, sea del tipo que sea, tienen la fortaleza interior que tiene Clara, y necesitan ayuda, mucha ayuda, para enfrentarse a él: ayuda, ojos que lo detecten y medios que lo detengan antes de que sea demasiado tarde.



Probablemente nací llena de palabras. He tardado casi 40 años en mostrarlas. Escribo desde que tengo uso de razón, pero creo que fueron unos pequeños ángeles los que irrumpieron en mi vida para trastocarla por completo y darle un verdadero sentido. En proceso de cambio continuo, pero con las palabras y la ilusión como compañeras.

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