Título original: Saving Missy (aka The love story of Missy Carmichael)
Autora: Beth Morrey
Editorial: Duomo
Traducción: Antonio Prometeo Moya
Editorial: Duomo
Traducción: Antonio Prometeo Moya
Páginas: 432
Fecha de publicación: septiembre 2020
Fecha de publicación: septiembre 2020
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 19 euros Diseño de cubierta: Elsa Suárez Girard
Quisquillosa, malhumorada... terriblemente solitaria. Missy Carmichael tiene una vida sin demasiados cambios ni emociones. Ya casi nunca habla con su hija, y su hijo y único nieto viven en Australia, en las antípodas del mundo. Sabe que quizá su comportamiento tiene mucho que ver con su soledad, pero cambiar puede ser tan difícil a veces.
Un encuentro casual en el parque con dos mujeres muy diferentes entre sí y un enérgico perro le brindarán la oportunidad de adentrarse en un mundo nuevo donde hay un hogar para la esperanza.
La segunda vida de Missy es un homenaje a la amistad, la familia y el poder del perdón, a todo aquello que convierte lo ordinario en extraordinario.
A mi edad, leer necrológicas es un peligro generacional, los contemporáneos van cayendo uno tras otro; cada necrológica era una cámara vacía en mi pequeño revólver.
Millicent, Missy, es una anciana de 79 años que, mientras se despide de la última navidad que ha pasado con su hijo y su nieto (apenas se ven porque ellos viven en Australia y ella en Londres), siente que sus días solo sirven para subsistir en su casa vieja y grande. La soledad se ha apoderado de ella, su marido hace algún tiempo que ya no le acompaña y el año anterior finiquitó la relación con su otra hija. Cada día emergen la soledad y la apatía como una niebla que, además de enfriar sus viejos huesos, entumece sus sentidos para relacionarse con todos y con todo aquello que no sean recuerdos compartidos con su marido (el catedrático Leo Carmichael), su casa y las añoranzas que esta le transmite sobre la crianza de sus hijos.
En su memoria comienzan a aparecer reminiscencias de su pasado y decisiones que tomó por y para los demás de las que parece un tanto arrepentida. También aparecen los y si esto, y si aquello, y si no...
Pero mi charla sobre el Codex Sinopensis fue muy bien recibida. Luego me "dediqué" a ser ama de casa, a sofocar la cacofonía cerebral con la escoba.
Así pues, tenemos a una protagonista que se siente una vieja descartada, pero también orgullosa y picajosa a la que por nada del mundo le gusta molestar, pedir ayuda o apoyarse en los demás, aunque sean de la familia. Prefiere aguantarse con su soledad y su nostalgia, aislarse en su casa e imponerse una clausura en la que solamente tienen permitida la entrada los fantasmas y los recuerdos del pasado. Pero todo cambia cuando la oportunidad se cuela por la rendija más imprevista de la mano de Angela, su hijo pequeño Otis, Sylvie y, sobre todo, la perra Bob.
Leo y yo tuvimos una vez una discusión en una fiesta, sotto voce, por la comisura de la boca, levantando los vasos y saludando con la cabeza a los invitados que pasaban. Actualmente la gente no tiene modales; lo sueltan todo sin miramientos.
Los nuevos conocidos de nuestra picajosa Missy le toman la medida, franqueándola por todos lados y disolviendo todas sus excusas para que les dé una oportunidad, les deje entrar en su vida y los nutra de recuerdos y experiencias. A cambio de todo ello le insuflan energía, haciéndole renacer como una persona individual que quiere vivir y celebrar sus días (independientemente de los que le queden) para tomar su propio rumbo.
En La segunda vida de Missy, Beth Morrey dibuja y colorea un retrato sobre las costumbres, las relaciones sociales y el positivismo en relación con una vida plena, llena e independiente de la edad, las circunstancias y el lugar donde se viva.
Las vidas no compartidas y la soledad como enfermedad (no solo mental sino también física) son situaciones muy presentes en nuestros días que se deben combatir (si se puede) tanto si es en solitario como con ayuda. En esta novela la autora nos hace ver cómo las cosas más nimias, lo cotidiano, los amigos, las mascotas, los cafés acompañados... pueden curar y transformar al mismo tiempo toda una vida de dedicación hacia los demás. En su obra encontramos un cántico al optimismo y los milagros del día a día de los que no somos conscientes, y de ella extraemos una maravillosa moraleja: todas nuestras jornadas, con sus amaneceres y crepúsculos, merecen ser vividas, pues en cada una de ellas nos hallamos ante un nuevo renacer.
Sentí otra vez un nudo en la garganta, pero en esta ocasión era un nudo de contento, un heraldo de lágrimas felices. Así que me las tragué y sonreí a todos los que iban acercándose a felicitarme.
A Beth Morrey le llegó la inspiración para su novela debut, La segunda vida de Missy
mientras empujaba el cochecito de su recién nacido por los parques de
su ciudad. En esos paseos, fue conociendo a la comunidad de dueños de
perros, deportistas ocasionales, vecinos y familias, y aquello empezó a
sembrar las semillas de su encantadora novela debut. Durante muchos años
directora creativa de la productora televisiva británica RDF, Beth
llegó a publicar varios de sus trabajos en las antologías de las
universidades de Oxford y Cambridge. También fue candidata al Premio
Grazia-Orange First Chapter, uno de los galardones literarios más
prestigiosos del Reino Unido. En la actualidad, escribe a tiempo
completo y vive en Londres con su marido, dos hijos y una perrita
llamada Polly.
También me encantó
ResponderEliminarMe atrae mucho esta novela que nos traes. Igual la busco para estas Navidades. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarLo había visto ya por la blogosfera, pero no sé... no llegaba a convencerme. Pero con tu reseña, MB, me has planteado la duda... lo pensaré más detenidamente...
ResponderEliminarUn besazo
Estoy viendo muy buenas reseñas estos días. Y la vuestra me confirma que este libro me va a gustar. Otra cosa es cuándo va a caer...
ResponderEliminarBesotes!!!
Entre todas me estáis poniendo muy difícil resistirme a este libro, no es que me oponga a leerlo, es que comienzo a acumular de nuevo lecturas 😒🤗💋
ResponderEliminarEs increíble como todos los participantes en la lectura conjunta hemos acabado encantados con esta Missy, de primeras, tan refunfuñona y poco atractiva. La verdad es que la novela va a más, acaba genial y va mejorando en tu recuerdo según pasan los días.
ResponderEliminarBesos
No tiene mala pinta. Quizá le dé una oportunidad si se me cruza. Un beso.
ResponderEliminarHola, estoy leyendo muy buenas reseñas de esta novela que al principio no me llamaba mucho. Tendré que replantearme lo. Besinos.
ResponderEliminarUna novela amable y que se lee com una sonrisa. Aunque este tipo de lecturas los olvido pronto una vez se terminan pero mientras se leen todo es paz.
ResponderEliminarBesotes
El otro día lo comenté en otra reseña, en principio no me hubiera ni fijado en este libro pero después de leer opiniones no lo descarto aunque no iría corriendo a por él.
ResponderEliminarUn beso
No es la primera reseña que leo de este libro... aunque, vuestro punto de vista siempre es muy completo. La dejo en el aire. Besos
ResponderEliminarAy, estas historias entrañables me recuerdan a "Luisito", una de mis favoritas, así que anoto sin dudar. Gracias por el descubrimiento. Un besote.
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