miércoles, 2 de diciembre de 2020

RESEÑA (by MH) ::: LA EXPEDICIÓN DE LOS DIEZ MIL - Jenofonte




Título original: Κύρου Ανάβασις
Autor: Jenofonte
Editorial: Biblok
Traducción: no consta en la edición 
Páginas: 222
Fecha redacción original: circa 370 a. C. 
Fecha publicación original: Siglos XII-XV (manuscritos medievales)
Fecha esta edición: 2010
Encuadernación: cartoné
Precio: descatalogado (disponible de 2ª mano)
Diseño de cubierta: Mercedes Rojas




Año 401 a. C. Una guerra civil se desata entre Atajerjes, heredero dle trono persa, y su hermano menor, Ciro. Codicioso del trono, Ciro reúne un gran ejército y se lanza sobre Atajerjes. Aunque su ejército gana la batalla, Ciro pierde la vida en ella y las tropas persas se unen a las órdenes de Atajerjes. Atrapado en tierra enemiga, el ejército perdido de los diez mil mercenarios griegos deberá iniciar un duro viaje hacia el norte, hacia la costa del mar Negro, hacia la libertad...

La expedición de los diez mil, también conocida como Anábasis, es la obra maestra de Jenofonte, quien narró la aventura con la viveza y la fuerza que otorga el haber sido uno de sus principales protagonistas, pues él mismo fue el general que lideró la expedición. No es solo uno de los relatos más conocidos de la literatura griega, sino también una de las mayores epopeyas jamás escritas.

Sé que os va a sorprender ver este libro aquí (o bueno, a lo mejor no), pero ya he dicho muchas veces que soy una apasionada de la Historia, aunque mis conocimientos son limitados y circunscritos a lo que voy leyendo de manera autodidacta y poco más. Pero gustarme, me gusta mucho, y por eso hace unos años me hice con esta edición de la Anábasis de Jenofonte con muchas ganas de ponerme con ella en cuanto pudiese... no os voy a decir el problema que tenemos los lectores con esto de "lo leo en cuanto pueda", pero el caso es que se fue quedando atrás, y la premisa de no ficción del reto Todos los clásicos grandes y pequeños me ha venido de perlas para rescatarla de la estantería y ponerme con ella (aunque el reto se va a quedar como está, me planto, no me da la vida). Que nadie salga corriendo que no me voy a poner muy pesada con el contexto histórico, porque ni estoy capacitada para ello ni seguramente os interesa lo más mínimo, pero sí que tengo que daros unos detalles puntuales que anteceden lo que se narra en este libro para poner los acontecimientos en situación.

Darío II fue rey de Persia desde el 423 hasta el 404 a.C. Tenía dos hijos, Arsicas y Ciro el Joven, y a pesar de que la madre de ambos favorecía a Ciro, fue Arsicas el designado por su padre para ser rey a su muerte. Arsicas ascendió al trono como Atajerjes II, y Ciro jamás aceptó su destino de segundón. Tras haber sido detenido por conspirar para asesinar a su hermano, y puesto en libertad por mediación de su madre, se retiró a las tierras de las que era sátrapa, pero en su fuero interno seguía anhelando el trono con más rabia que nunca, así que comenzó a reunir un ejército para iniciar una guerra civil contra Atajerjes. Este es el punto en el que comienza la narración de Jenofonte, que participó y fue protagonista de todos los hechos que narra.

Jenofonte cuenta que muchas de las pequeñas y grandes facciones que fueron conformando ese numeroso ejército no supieron en un principio que estaban marchando contra el rey (ni él mismo lo sabía). Ciro les engañó diciéndoles que iban a lidiar otro tipo de batallas aunque, una vez estuvo claro que se dirigían a enfrentarse contra el ejército de Atajerjes, decidieron permanecer junto a Ciro: en unos casos por fidelidad y respeto hacia él (al parecer era un hombre famoso por su carisma), y en otros por las posibilidades de grandeza, riqueza y poder que conllevaría la victoria de Ciro para aquellos generales que hubiesen permanecido a su lado. El ejército rebelde estaba compuesto por poco más de 60.000 hombres, de los cuales 50.000 eran persas y unos 12.500 mercenarios griegos; en el ejército del rey eran unos 200.000. No desvelo nada si digo que Ciro murió en combate en la batalla de Cunaxa, y que fue entonces cuando su ejército quedó totalmente dividido: la sección persa (conformada en su mayor parte por peltastas, cretenses y hoplitas) se pasó al bando de Atajerjes uniéndose a su ejército, mientras que los mercenarios griegos (a los que enviados del rey intentaron engañar con falsas promesas de perdón y una tregua igualmente falsa) decidieron que ni podían fiarse del rey ni podían quedarse donde estaban. Tenían que volver a casa, y para ello debían cruzar el enorme imperio Persa, territorio hostil, enemigo y desconocido. Aquí comienza la Anábasis, la expedición de los diez mil mercenarios griegos en su retirada hacia el mar Negro.

¿Qué pinta Jenofonte en todo esto? Tras la tregua falsa que os comentaba arriba, en la que los enviados de Atajerjes asesinaron a todos los generales del ejército griego, se eligieron nuevos generales que lo guiaran en la retirada de vuelta a casa, y uno de ellos fue Jenofonte, que narró en esta crónica todos los detalles desde la reunión inicial del ejército de Ciro hasta el final de la expedición, que duró unos cinco meses y de la que solo vieron su final unos seis mil hombres de los diez mil iniciales.
Soldados, no puede desconocerse que nuestra situación es difícil. Nos vemos privados de unos generales como eran los nuestros, de capitanes, de soldados, y, además, de esto, Arieo y los suyos, que antes eran aliados nuestros, nos han hecho traición. Pero, con todo, es preciso salir de este apuro como hombres valientes y no abandonarse al desaliento; es preciso buscar la manera de salvarnos, si es posible, y si no, morir valientemente, pero jamás caer vivos en manos de nuestros enemigos. Creo que sufriríamos las más terribles torturas que podríamos desear a los que nos quieren mal.

En esa retirada los vemos sufrir el acoso del ejército del rey Atajerjes y, cuando consiguieron dejarlo atrás, tuvieron que vérselas con diferentes pueblos bárbaros, que unas veces los dejaban hacer sin enfrentarse a ellos pero que, las más de las ocasiones, les tendían emboscadas o les hacían frente en la medida de sus posibilidades. Atravesaron montañas y desiertos con nevadas que les cubrían hasta las rodillas y les congelaban los pies, sufrieron escasez de vituallas constante ante la necesidad de alimentar a un ejército tan numeroso durante un periodo tan prolongado de tiempo... y todo ello siguiendo el culto a los dioses, actuando o esperando según dictasen los augurios y dejándose guiar por sueños premonitorios que jamás fallaban en sus predicciones. Y como no podía ser menos ante un contingente tan grande pasando penurias y susceptible a la desmotivación de no ver aparecer la costa en el horizonte, no faltaban las trifulcas internas, en las que al parecer Jenofonte, el bueno de Jenofonte, siempre llevaba las de perder. Cada dos por tres le acusaban de traición, de engañar a los soldados, de actuar en beneficio propio o de no tomar las decisiones adecuadas. Pero no os preocupéis, que Jenofonte tenía un piquito de oro y estas disputas duraban poco: los dejaba patidifusos con sus argumentaciones.

Y sí, si notáis un punto de ironía, no es cosa vuestra. Jenofonte lo narra todo en tercera persona, con lo que habla de sí mismo como si fuese un personaje más de los acontecimientos, como si él mismo y el tal Jenofonte de la expedición no fuesen la misma persona. Jenofonte hizo esto, Jenofonte dijo aquello... y admito que he sonreído a ratos mientras leía el libro porque no le hacía falta abuela que le cantase alabanzas. Todo lo hacía bien, todo lo argumentaba bien, todo lo rebatía bien, era el más generoso, el más noble, el más inteligente, el que lo dio todo por sus soldados... baja, Modesto, que sube Jenofonte. A ver, que si todo es verdad hizo muy bien en contarlo tal cual, pero cuando sabes que eso lo dice el autor de sí mismo aunque hable en tercera persona, pues tienes que sonreír y tomarlo todo con una pizca de sal. Pero vamos, que esto es una tontería que os cuento porque me ha hecho gracia; el valor de este documento histórico en sí mismo, de unos hechos que hoy en día se antojan tan épicos como sorprendentes, es extraordinario.

Y es que Jenofonte como narrador es fantástico. Que nadie rechace leer este libro por la temática porque lo cuenta todo de una manera ágil, fluida, interesante y, sobre todo, sencilla. Era un contador de historias nato, y en ningún momento te da la sensación de estar ante un relato histórico denso, intenso y académico; al contrario, en su estilo totalmente asequible, comprensible y cercano, radica su mayor virtud. Y lo que cuenta es un episodio histórico tremendamente interesante, una epopeya que ha llegado hasta nuestros días contada de primera mano, en la que los protagonistas no fueron héroes, sino mercenarios que guerreaban por dinero; no estamos ante una historia de batallas, guerras y ejércitos, porque lo que vemos en su mayor parte es como miles de hombres se patearon más de dos mil kilómetros (parasanga es la unidad de distancia que se usa en la narración, jamás se me olvidará porque se dice de manera constante) a lo largo de territorio enemigo pasando penurias, hambre y frío, así como la vida de campamento, reuniones de oficiales, toma de decisiones, la manera en que se organizaban cuando se enfrentaban a alguna escaramuza... Hay también mucho diálogo en la anábasis, y la narración es tan exhaustiva y pormenorizada detallando tanto la ruta real de la retirada como los conflictos internos que se sucedieron uno tras otro, que más bien parece que estamos ante un diario, probablemente el primero del que se tiene constancia (aunque se cree que faltan tres meses en este relato, tres meses en los que el ejército deambuló perdido en territorio armenio... pero esto hoy en día solo son suposiciones).

Sé que es de esos libros que no se pueden recomendar, no lo voy a hacer, pero que podamos leer en nuestros días lo que ocurrió durante La expedición de los diez mil de boca de uno de sus protagonistas es, sin duda, un lujo y un testimonio de valor incalculable.

 

 


Jenofonte (¿430 a. C.-355 a. C.?). Historiador, militar y filósofo griego. Hijo de un ateniense que fue discípulo de Sócrates, se crió en el seno de una familia acomodada. Durante la Guerra del Peloponeso (431-404 a. C.), en la que luchó formando parte de las fuerzas ecuestres. 

Alistado en un ejército de mercenarios griegos conocidos como la Expedición de los Diez Mil al servicio de Ciro el Joven, príncipe de Persia, en 401 a.C. participó en la campaña contra el rey Artajerjes II, hermano de Ciro. Tras la muerte de éste en la batalla de Cunaxa, los oficiales al mando de los mercenarios griegos fueron asesinados por orden del persa Tisafernes. Jenofonte y los suyos pasaron de ser una tropa mercenaria a un ejército errante sin víveres y en territorio hostil. Jenofonte asumió la dirección de la retirada y puso a sus hombres a salvo en la antigua colonia griega de Trebisonda (actualmente en Turquía), en el mar Negro, tras una marcha de 2.414 km que duró cinco meses. En su libro más celebre, la Anábasis, narra esta retirada. 

Como militar, orador, filósofo, ensayista e historiador, fue el prototipo del erudito ateniense. Aparte de la Anábasis, entre sus obras más destacadas aparecen las Helénicas, continuación de la Historia de la guerra del Peloponeso de Tucídides que cubre el periodo del 411 al 363 a.C.; Ciropedia, biografía idealizada sobre Ciro II el Grande, y Acontecimientos memorables, recuerdos de Sócrates y conversaciones socráticas. Además fue autor de un elogio de Agesilao, de un grupo de tratados políticos y económicos, de una ensayos sobre equitación, caza y guerra de caballería, y de varios diálogos socráticos.

(www.buscabiografías.com)


13 comentarios:

  1. Madre mía! Nunca pensé ver la Anábasis por aquí, eso es verdad, jeje... Nunca me había planteado leerla porque me parecía que iba a ser un rollazo pero ahora que lo cuentas tan bien me lo voy a pensar muy mucho. Y tú dices de libros en tu estantería, fíjate me acabo de acordar que me compré, ¡hará casi treinta años! La Guerra del Peloponeso de Tucídides, eso cuando estudiaba la carrera de Historia, y también me ha dado mucho miedito leerla, jeje... Ahí está la pobre en la estantería criando polvo. Igual algún año me animo, ...
    Un besazo

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  2. Hace muchos años leí El ejército perdido de Manfredi que habla de la misma expedición y me gustó mucho. Este que traes hoy no sabía que existía, pero me ha llamado mucho la atención. No descarto leerlo más adelante.

    ¡Besos!

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  3. Este es uno de los clásicos que más miedo dan, pero lo cierto es que Jenofonte, aunque no tenga abuela, es un narrador muy entretenido. A los estudiantes de Historia nos gusta mucho porque no es el típico tostón y, como te ha pasado a ti, nos reíamos bastante con sus exageraciones. Me encanta tu reseña. Besotes.

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    1. A ver, es que lo de leo en cuanto pueda nos trae por la calle la amargura porque el tiempo no nos da. Con la Histórica me aturdo, demasiado pesado para mí por muy bien que lo cuente el autor, no consigo interesarme.
      Así que uno menos.
      Besotes

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  4. Hola,
    no hace mucho leí una novela que contaba la guerra entre Ciro y el rey pero ahí se acababa el asunto. Esta no pinta mal pero no sé si me animaré o no con ella.
    Un beso

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  5. Estupenda reseña, y bien documentada. A mi me parece que es un libro muy a tener en cuenta. Besos

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  6. Ays, yo creo que nuestras estanterías están llenas de libros de "lo leo en cuanto pueda...". Éste ni lo conocía y me ha llamado muchísimo la atención.
    Besotes!!!

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  7. Qué lectura tan original. La verdad es que así en frío hubiera huido de este libro como de la peste, pero por lo que veo es una lectura trepidante. Y sí, leer lo que ocurrió en esa expedición de la pluma de uno de los participantes es un lujazo, ¿verdad?
    Besotes.

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  8. Buenos días, MH:
    ¡Menuda lecturas que te has marcado! A mí me gusta mucho la historia clásica y su literatura. En casa estamos con ella diariamente, porque tengo una fan de Roma y Grecia por aquí pululando. Leer leo algo de vez en cuan, ya que la historia del arte se nutre de ella y ésta es otra de mis pasiones.
    ¡Enhorabuena por tu lectura y más aún por la reseña!
    Besos.

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  9. Pues querida mía, a mí este género me da mucha pereza. Lo he intentado muchas veces, algunas me ha salido bien pero la mayoría me he aburrido soberanamente 😖
    Pero desde luego que a mi compañero le encanta, así que no puedo descartarlo.

    La reseña, fantástica.
    Besitos 💋💋💋

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  10. Ay, pues no sé. Yo creo que este título es más propio para mi marido. Le mostraré el post. Besitos.

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  11. Oye, pero qué libros más curiosos nos traes siempre. No te digo que el tema no me llame la atención, y más así como lo cuentas, pero vengo de Yo, Julia y he tenido novela histórica para rato. Suena interesante, no te digo que no, pero entre que es una edición difícil de conseguir y que no estoy ahora muy a favor de la histórica (me pasa como a Gato trotero), va a ser que de momento paso. Pero gracias por darnos a conocer estas joyitas^^

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