viernes, 28 de junio de 2019

RESEÑA (by MH) ::: VEINTICUATRO HORAS EN LA VIDA DE UNA MUJER SENSIBLE - Constance de Salm




Título original: Vingt-quatre heures d'une femme sensible
Autora: Constance de Salm 
Editorial: Funambulista
Traducción: Isabel LaCruz
Postfacio: Laura Freixas 
Páginas: 176
Fecha publicación original: 1824
Fecha esta edición (2ª): octubre 2011
Encuadernación: rústica con sobrecubierta
Precio: 11 euros 
Imagen de cubierta: Portrait de Constance Pipelet (Jean-Baptiste-François Desoria, 1797)



Publicada en 1824 (y reeditada recientemente en Francia con un inesperado éxito de ventas: más de cien mil ejemplares en pocas semanas), esta novela epistolar trata del tema de los celos con extraordinaria penetración psicológica, pues, como dice Laura Freixas en su postfacio, «es un finísimo estudio de toda la gama de emociones que puede provocar una situación puramente imaginaria; un retrato terrible, y muy instructivo, del amor como una forma de autismo».

La narradora pasa por todas las etapas del calvario al descubrir a la salida de la Ópera la traición de su amante, que sube a la calesa de otra mujer. Son 46 cartas redactadas a este amante en el espacio de un día, en una perfecta unidad de tiempo, acción y espacio.

Novela sutil y llena de clima en la que sin duda se inspiró Stefan Zweig para su célebre 24 horas en la vida de un mujer, esta obra (traducida por vez primera al español en la excelente versión de Isabel Lacruz, recreando el refinamiento y la precisión de la lengua original), es un autorretrato exquisito de la «verdadera sensibilidad», no sólo la que actúa sobre los afectos del alma, sino aquella que ilumina y engrandece la mente.
De vez en cuando me gusta pasarme horas indagando e investigando en el catálogo de algunas de mis editoriales favoritas: hay auténticos tesoros publicados hace años que se ven engullidos por los numerosos libros que van llegando después y, si no sabes que fueron publicados en su momento, se te escapa por completo su existencia. Eso me pasó el año pasado con esta joyita, Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible, que Funambulista publicó allá por 2011. La compré nada más verla e, igual que me pasa con muchos otros libros, he tardado un poco en leerla pero nunca es tarde si la dicha es buena. 

Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible es una novela epistolar en la que, a través de 46 cartas más una conclusión, asistimos al torbellino emocional por el que atraviesa la protagonista tras ver alejarse a su amante con otra mujer en un carruaje tras una noche en la ópera. Esta mujer, de la que nunca llegamos a saber el nombre, vive una relación clandestina y secreta con él, y no solo debe enfrentarse al demonio de los celos y sus consecuencias durante esas veinticuatro horas, sino al hecho de que no puede demostrar públicamente su desesperación y que cualquier gesto dirigido a averiguar lo que realmente ocurre la expondrá de manera irreparable ante la sociedad.

Todas esas cartas (salvo alguna puntual que no escribe ella) están dirigidas a su amante y ninguna tiene respuesta, así que la autora usa el género epistolar para realmente desglosar con una pormenorización exhaustiva los diferentes estados por los que pasa esta mujer, una mujer que al no poder hablar con nadie, al no poder consultar con nadie, al no poder desahogarse con nadie, lo interioriza todo en un bucle del que se ve incapaz de salir y lo manifiesta en esas cartas que, una tras otra, constituyen un monólogo donde las etapas que atraviesa una persona durante un episodio de crisis emocional están plasmadas de manera tan magnífica como dolorosa.

Esta novela va camino del bicentenario de su publicación, pero los celos son un tema tan universal e inherente a la condición humana que esos doscientos años reflejan una contemporaneidad que abruma. Las dudas, la humillación, la desesperación, el sentirse engañada, el tratar de ponerse en el lugar de la otra persona, la esperanza que intenta abrirse paso entre tanta incertidumbre sin conseguirlo... le acusa, le odia, le reprocha, le perdona, toma una decisión, se arrepiente, vuelve a acusarle, vuelve a odiarle, le hace más reproches, vuelve a perdonarle, vuelve a tomar una decisión, vuelve a arrepentirse... El bucle en el que queda atrapada por una idea, una suposición que ni siquiera sabe si es cierta, si tiene consistencia y es real, la domina y le impide racionalizar la situación. La autora de estas cartas está sufriendo, sufre por no saber lo que está pasando y porque su cabeza no es capaz de controlar esa incertidumbre, y el lector sufre con ella.

Decía arriba que el torbellino de emociones de la protagonista resulta doloroso de leer, y es que ella siente amenazada su relación, duda de todo lo que daba por cierto hasta ese momento, y resulta muy fácil empatizar con esos sentimientos, con ese runrún en la cabeza que no nos deja en paz y que muchas veces nos engaña, juega con nosotros y nos hace creer cosas que no son ciertas. Y cuando ves a esta mujer realizando acciones que probablemente pagará en el futuro, cuando ves que su desesperación le lleva a límites que quizás no tengan vuelta atrás y pongan en entredicho su reputación, la compadeces y sufres por el modo en que su cabeza rige sus acciones y se ensaña con ella.
El amor no es, pues, una condición inevitable de la vida, no es más que una circunstancia de ella, un desorden, una época… Pero, ¿qué estoy diciendo? ¡Es una desgracia! Una crisis… una crisis terrible… que se pasa, y eso es todo.
La prosa de Constance de Salm es limpia, delicada, elegante y muy representativa de su época. Esta edición incluye una especie de introducción a cargo de la propia autora en la que no solo explica el largo proceso de escritura de esta novela, sino que justifica o argumenta el por qué de su existencia. Y es que al parecer Constance de Salm recibía críticas por el carácter serio y filosófico de sus libros y, en pocas palabras, la acusaban de ser una autora fría y poco sensible. Si su réplica fue la de publicar esta novela repleta de sentimientos desbordados y emociones a duras penas contenidas, creo que dio plenamente en el clavo. Como dato curioso dice que incluso comprobó que fuese posible escribir todas estas cartas a lo largo de esas veinticuatro horas del título y con el proceso temporal que se narra en ellas, llegando a la conclusión de que era difícil, pero en absoluto improbable :)

A mí me ha gustado muchísimo y me ha parecido una lectura muy atractiva e interesante para quien guste de adentrarse en historias donde el perfil psicológico del personaje y sus procesos emocionales durante el transcurso de una situación de estrés y de pérdida de control anímico lo son todo. Realmente aquí no hay más historia que la que os cuento, veinticuatro horas de celos expresados en tantas diversas formas como cambios y alteraciones sufren en nuestras mentes (todo ello narrado en un monólogo apenas interrumpido por alguna carta ajena), pero el modo de contarlo es sencillamente fantástico. El final es quizás acomodaticio, pero no debe en modo alguno perturbar el interés por esta lectura porque es lo menos importante de ella. Aquí no interesa hacia donde nos lleva la historia, sino cómo se transita por ella y la introspección del personaje a lo largo de todo el momento de crisis.

No quiero terminar sin comentar algo que ya se dice en la contraportada, y es que Stefan Zweig se inspiró en esta historia para escribir su novela Veinticuatro horas en la vida de una mujer, algo que resulta innegable aunque difiera en la forma y en el tipo de pasiones que mueven a la protagonista. Otra lectura de lo más recomendable para quien no la haya leído todavía :)




Constance Marie de Théis —princesa de Salm después de contraer matrimonio con Joseph de Salm-Reifferscheid-Dyck— nació el 7 de noviembre de 1767 y murió el 13 de abril de 1845. Hija del conde de Nantes, fue educada por su padre según preceptos ilustrados y, con sólo dieciocho años, publicó sus primeros poemas en el Almanach des Muses. Poetisa y dramaturga, a la que sus contemporáneos llamaron la «Musa de la Razón», fue la primera mujer admitida en el Lycée des Arts. De sus obras hay que destacar la ópera Sapho y Épître aux femmes que Constance de Salm leyó en público en 1797 y que la convirtió en el símbolo de la defensa de la causa femenina en el ámbito artístico. Fundó un brillante salon littéraire en el que participaron, entre otros, Alexandre Dumas, La Fayette y Alexander von Humboldt. 
El mismo Stendhal la citó en su obra atobiográfica Vie de Henri Brulard. 

17 comentarios:

  1. No conozco a la autora pero el género epistolar me gusta mucho y curiosamente en estos momentos estoy leyendo 24 horas en la vida de una mujer. Besinos.

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  2. Hace un tiempo leí una novela epistolar pensando que esa estructura narrativa no me iba a gustar y me encantó (Cartas desde la Isla de Skye); desde entonces este tipo de novelas me tientan, aunque es verdad que he leído muy pocas. Si a esto le añadimos que me encantan las novelas intensamente psicológicas y de personajes... blanco y en pintura ;)
    Muy a anotarla en mi lista de futuras lecturas

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  3. Hola guapa, pues la verdad es que no sé si me llamaría la atención tanta intensidad... ¡¡pobre!! así que creo que lo dejo pasar.
    Un besazo

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  4. Lo de epistolar me frena mucho y precisamente hoy me ha llegado 84 Charing Cross Road que también me ha costado lanzarme con ella por este asunto de las cartas pero como gustó tanto...al final me he hecho con ella.
    Besos

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  5. A mí lo de las cartas es lo que menos gracia me hace, la historia en cambio me gusta pero no sé, miedo me da la resolución. Como ya tiene un tiempito es fácil encontrarlo en la biblio así que probaré y le echaré un vistazo a ver si me convence el estilo. Cuando vi el título creí que solo era coincidencia el parecido con el de Zweig pero me llama la atención que sea influencia así que eso dice mucho a su favor.
    Besos

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  6. Ay ay ay ayyyyyy que peligro de libro!! que como todos los años ya estoy en plena mudanza, que mañana salgo tirando para tierras manchegas durante meses, que no puedo llevarme más libros, que no puedoooooo...haré como que no te he leído, si es necesario me tomo una cerveza para que el alcohol me haga olvidar más rápido 😂😂😂😂😂

    Besitos 💋💋💋

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  7. Ohhh claro lo primero que pensamos es en Zweig y fíjate, que se inspiró en ella. A mí el género epistolar me encanta. Es muy ligero pero las cartas son un medio fabuloso para contar y conocer cosas. Me lo llevo bien apuntado para conocer a esa mujer sensible. Besos

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  8. Hola!! Me atrae muchísimo lo que cuentas de este título que desconocía. Adoro los libros de esta editorial, así que seguro que cae. ¡Estupenda reseña! Besos!!

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  9. Las poquitas veces que me he animado con el género epistolar, las he disfrutado mucho. Y este libro tiene muy buena pinta. Tomo buena nota.
    Besotes!!!

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  10. No me importaría leerlo, pero por el momento lo voy a dejar para más adelante. Gracias por la info. Un beso.

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  11. A mí me encantan las novelas epistolares, así que apuntada.
    Besos

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  12. Leí en su momento la novela de Zweig cuyo final me dejó totalmente impactada y que me gustaría releer, por eso sé que esta novela me gustaría bastante. Explorar los sentimientos femeninos se hace muy poco y cuando data de hace 200 años, me parece aún más interesante, porque hablamos de una época en la que la mujer tenía casi prohibido expresarse y todos esos sentimientos se quedaban dentro. Tomo nota, pues. Magnífica reseña. Un saludo.

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  13. Precisamente te iba a comentar que me recordaba a Zweig, aunque con "Carta de una desconocida" que no habla de los mismos temas...pero también las escribe una mujer y se evidencia esa desesperación.

    A mí con saber que Zweig se inspiró en ella, ya me vale! De hecho, me la voy a llevar a goodreads para que no se me olvide, que me conozco. Me encanta la propuesta!!

    Besitos

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  14. Buenos días:
    Esta novela la tengo pendiente desde hace años, y no por ganas de leerla. Es el tipo de literatura que me seduce hasta la médula. Después de leerte no me queda más que avergonzarme de no haberla leído ya.
    Una reseña excepcional, como nos tienes acostumbrados MH. Enhorabuena!!

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  15. Pues nada, desde 2011... nunca es tarde si el libro es bueno XD. Te admiro mucho por muchas cosas, ya lo sabes, pero tu tesón con los pendientes es ejemplo a seguir,¡olé! Oye, mil gracias por el inciso sobre Zweig, ¿sabías que siempre me hacía un lío con este título y el del Stefan Zweig? Este me place mucho, a ver si me reconilio con Funambulista, que hace tiempo que les he perdido la pista y eso que su catálogo era de mis preferidos. Besos.

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  16. Esta novela me recuerda a la de Stefan Zweig Carta de una desconocida, toda ella epistolar también. No me importaría leerla, ya lo creo. Besos.

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  17. No la conocía y me parece curioso lo de que incluso comprobara si era posible, he de confesar que nada más empezar la reseña era escéptica, pero si dice que lo probó, me lo voy a creer. De todas formas, no me termina de convencer, demasiado intimista, ya sabéis que soy más de acción. Pero gracias por traernos siempre libros tan curiosos

    Un saludo,
    Laura.

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