Título original: The day of the funeral
Autora: Edith Wharton
Editorial: Rey Lear
Traducción: Susana Carral
Presentación: El editor
Páginas: 72
Fecha publicación original: 1930
Fecha publicación original: 1930
Fecha esta edición: mayo 2013
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 9,80 euros Encuadernación: rústica con solapas
Imagen de cubierta: Detalle de Retrato del editor Eduard Kosmack (Egon Schiele, 1910)
El profesor Trenham sufre remordimientos por haber engañado a su esposa,
que acaba de morir inesperadamente, un hecho que todos atribuyen a su
carácter emotivo y nervioso. Tan apesadumbrado como asustado, Trenham
decide romper con su joven amante cuando su mujer apenas acaba de ser
enterrada. Edith Wharton recrea en El día del entierro la psicología de
un machista, de un egoísta incapaz de afrontar la vida en solitario ni
de pensar en la felicidad de su pareja. Un desenlace inesperado pondrá
un poco de justicia en este retrato social de una época que, por
desgracia, todavía resulta demasiado actual.
La narración, que tiene lugar durante un solo día (el día del entierro del título) nos mete de lleno en el momento en que Milly Trenham ha cumplio su amenaza y se ha suicidado ante la constante carencia de afecto y las infidelidades de su marido, Ambrose. Pero claro, solo Ambrose sabe que ha sido un suicidio y conoce los verdaderos motivos, para los demás vecinos de la población de Kinsborough ha sido un accidente fruto de los nervios de la fallecida. Ambrose, ser egoísta y cruel, empieza a sufrir remordimientos pero le echa la culpa a su amante, Barbara Wake, por haberle engatusado, así que decide romper con ella el mismo día en que entierra a su pobre mujer... pero es incapaz de estar solo, sus remordimientos no son más que ínfulas egocéntricas, y realmente le dan igual tanto su mujer como su amante: lo que realmente importa es que él esté cómodo, bien atendido y mimado por una mujer a su lado. Lo que piense Barbara sobre todo esto es el quid de la cuestión en el relato.
La historia, que apenas cuenta unas cincuenta páginas, ahonda en eso que tan bien se le daba a esta autora: el perfil psicológico de personajes complejos alejados de arquetipos y que no siempre se comportaban tal y como se esperaba de ellos, algo que en este relato es notable en el personaje masculino pero todavía más en el femenino, porque además cada uno cumple una función muy concreta en este relato.
En la breve biografía que acompaña a esta edición se hace hincapié en algo que será muy importante para comprender esta historia: Edith Wharton se casó con un hombre mucho mayor que ella que le fue repetidamente infiel durante todos sus años de matrimonio y que trastocó en gran medida su salud mental (luego ella acabó siéndole también infiel a él, pero esa es otra historia xD). El caso es que Wharton vuelca en esta trama toda su experiencia y amargura ante una situación matrimonial insostenible, y por ello el retrato de Ambrose Trenham (machista, egoísta, narcisista) es demoledor por su agudeza, mientras que en un momento de la historia que no puedo especificar surge un monólogo que da voz a todas esas mujeres de una época en la que, aunque podían divorciarse, todavía eran señaladas socialmente por ello, por lo que muchas de ellas sufrían las infidelidades de sus maridos en silencio acatando la humillación que eso suponía (sigue ocurriendo a día de hoy, imaginaos hace casi cien años).
El comienzo del relato es sencillamente genial: Milly amenazó con suicidarse si su marido no dejaba a su amante, el marido pasó de ella y Milly cumplió su amenaza tirándose por el balcón. Un primer párrafo breve pero que es tan directo y acerado que pincha. Y a partir de ese momento Wharton se sumerge en la cabeza de un hombre que sufre remordimientos durante cinco milisegundos antes de echarle toda la culpa a su amante, esa desvergonzada que le ha llevado por mal camino. Mientras urde el modo de romper con ella (o algo así) se muestra incapaz de estar solo y necesita tener a alguien pendiente de él (como su mujer ya no está, le vale la criada), y así acampamos en su cabeza y conocemos de primera mano todos esos procesos mentales carentes de cualquier atisbo de empatía que han dado forma al hombre que es: un hombre que solo piensa en sí mismo aun con su mujer casi de cuerpo presente, y que ciertamente no ve venir lo que le espera.
Poco más os puedo contar porque, como digo, es un relato muy cortito. A quien le resulte pesado leer a la Wharton en novela siempre le recomiendo sus relatos o nouvelles, porque merecen mucho la pena: se leen en un suspiro y otorga profundidad y complejidad tanto a la trama como a los personajes pese a la frugalidad de páginas y la dificultad para desarrollar toda una trama narrativa en tan poco espacio. Sacaba oro de donde otros sacarían bronce (con suerte).
Sobre la edición y la foto que incluyen de la autora, me resulta bastante chocante que confundiesen a Edith Wharton con Agatha Christie porque, bueno, estos errores no deberían cometerse en una editorial seria... esta editorial creo que ya no existe (¿me equivoco?) así que mi tirón de orejas se dispersa en el aire, pero igualmente dejo constancia :)
Edith Wharton (Edith Newbold Jones, de soltera) nació en 1863 en Nueva York, en el seno de una familia de la alta burguesía. Pasó gran parte de su infancia en Europa, primero en París y luego Alemania y Florencia. Desde pequeña dio muestras de una inteligencia e imaginación excepcionales. De adolescente escribió poemas y en 1877 un cuento: «Fast and Loose». Con 23 años se casó con Edward Wharton, doce años mayor que ella, con quien no compartía ningún interés intelectual ni artístico (acabó divorciándose en 1913). En 1891 apareció su primer relato, «Mrs Manstey’s View» en el Scribner’s Magazine, donde se recogerían regularmente sus textos. En 1897 publicaría The Decoration of Houses, en colaboración con su amigo el arquitecto Ogden Codman, que tuvo un éxito inmediato. En 1902, se instala en The Mount, la casa que los Wharton habían construido en Lenox, pero pronto regresará a Europa, y en 1903 conocerá en Inglaterra a su «queridísimo maestro» Henry James, con quien mantendrá una gran amistad hasta la muerte de éste en 1916. En 1905 aparece La casa de la alegría; en 1907, se instala en París, y ya nunca abandonaría su querida Francia. Durante la Primera Guerra mundial fundó los American Hostels for Refugees, por lo que fue condecorada con la Legión de Honor. En 1920, La edad de la inocencia obtiene el Premio Pullitzer. En 1923 se convirtió en la primera mujer doctor honoris causa por la Universidad de Yale. El 11 de agosto de 1937 padeció una crisis cardíaca que le causó la muerte. Sus restos reposan en el cementerio de Versalles. Su última novela, inacabada, The Buccaners, se publicó póstumamente en 1938.
A ni Wharton me encanta y este relato no lo conocía, así que me lo llevo apuntado. Besinos.
ResponderEliminarMe encantan sus relatos así que me apunto este. Es que con las novelas da la sensación de que lo que hace es rellenar relatos, y es cuando se vuelven pesados. Pero en estos es muy buena, porque va a la esencia de los personajes. Me da mucha pena de la mujer. Y no me extraña que cerrara la editorial si andaba confundiendo identidades.
ResponderEliminarBesos
Bueno, pues apuntado queda. Sí, tienes pasión por la Wharton, si estuviera diríamos que eras una friky-fan de ella. No hay nada como leer una reseña apasionada de verdad para que entren ganas de leer a un autor.
ResponderEliminarFeliz verano.
No he leído nada de ella, pero este tiene buena pinta para empezar... lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarUn besazo guapa
Me encanta la autora, sus cuentos me apasionan, son tan embriagantes y tan intensos 😍 Esta edición se ve preciosa.
ResponderEliminarBesitos corazón 💋💋💋
A mí los relatos me parecen perfectos para estrenarme con los clásicos, aunque en este caso tengo ya en casa "La edad de la inocencia" y seguramente empiece por ahí.
ResponderEliminarLlevo ya no se cuantas reseñas leídas sobre esta autora en vuestro blog y sigo sin estrenarme...qué presión!! jajaja
Besitos
Lo siento, pero no estoy de acuerdo. Es Edith Wharton, aunque ya mayor.
ResponderEliminarSiento disentir, pero la foto que utilizan es de Agatha Christie. Ambas mujeres ni siquiera comparten rasgos, no se parecen entre ellas. Esta es Edith Wharton de mayor:
Eliminarhttps://grandeslibros.es/wp-content/uploads/2015/03/edad-de-la-inocencia-edith-warthon.jpg
https://www.notablebiographies.com/images/uewb_10_img0720.jpg
¡Un saludo!
A todo esto, aclaro por si acaso: yo no me refiero a la imagen que aparece con la biografía, que sí que es Edith Wharton, sino a la que aparece en la página 15, bajo el título y el nombre de la autora, cuando ya comienza el relato en sí mismo.
Eliminar:)
Qué buena pinta tiene no me importaría leerlo, que todavía no conozco a la autora (ya me vale).
ResponderEliminarBesotes
No he leído nada de la autora, así que esta novela cortita me parece buena idea para iniciarme con ella.
ResponderEliminarBesos
Desde luego, vaya señor error. El título me lo apunto, no lo conocía. Un besote!
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminartengo un casa un título de la autora que compré por una reseña tan apasionada como la tuya pero aún no he podido leerlo; soy un desastre, compro más de lo que abarco y luego se me olvida que lo tengo. Gracias por la reseña y el recordatorio.
Un beso guapa
Todavía no leí ninguna de las novelas de esta genial autora, pero sí tres de sus nouvelles, que me encantaron. Este que reseñas me lo llevo apuntado del tirón, porque seguro que cae más temprano que tarde. Besos.
ResponderEliminarUfffffffff ni ideaaaa de este libro pero no lo descartaría en absoluto... Besos
ResponderEliminarhe leído tres novelas de la autora y me parece fantástica. Tengo comprada y pendiente "Ethan Frome" y ahora se añade esta que me parece de lo más apetecible.
ResponderEliminarUn beso.
Sigo queriendo leer más de esta autora, que me conquistó con Ethan Frome. Dices que ya la editorial no existe. ¿Habrá alguna antología (una edición más actual) que recoja esta novelita?
ResponderEliminarUn beso ;)