Título original: Con fin a dos
Autor: Fernando García Pañeda
Editorial: Bubok
Páginas: 290
Fecha de publicación: julio 2020
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16 euros
Jorge y Cris son dos lobos solitarios que apenas se conocen de
vista, a pesar de vivir ambos en pisos contiguos del mismo edificio. Una casualidad les lleva a conocerse y entablar una conversación el
mismo día en que se decreta el estado de alarma en todo el país. La
soledad, pero también la coincidencia de gustos y de ingenio, les une.
Día a día, después de reconocerse como iguales, comienzan a enamorarse.
Sin embargo, la aparición de un ex novio conflictivo y una hermana hiperactiva, pero sobre todo la sospecha de que tienen un vecino homicida, sembrarán su relación de dudas y dificultades. Dudan si estarán en lo cierto o simplemente se han dejado llevar por sus comunes gustos cinéfilos y su poderosa imaginación.
Las situaciones imprevistas a las que se tendrán que enfrentar “a dos” durante varias semanas de confinamiento resolverán sus dudas.
Sin embargo, la aparición de un ex novio conflictivo y una hermana hiperactiva, pero sobre todo la sospecha de que tienen un vecino homicida, sembrarán su relación de dudas y dificultades. Dudan si estarán en lo cierto o simplemente se han dejado llevar por sus comunes gustos cinéfilos y su poderosa imaginación.
Las situaciones imprevistas a las que se tendrán que enfrentar “a dos” durante varias semanas de confinamiento resolverán sus dudas.
Me molestan las sorpresas de toda índole. Siempre las he desactivado, gracias a mi capacidad de discernir y a mi impulsiva necesidad de ir por delante de los acontecimientos. Hasta ese día, en que un vecino translúcido neutralizó mi mecanismo antisorpresas.
Esto nos lo cuenta Christiana, la protagonista, cuando una pandemia mundial le hace salir de su rutina habitual, dejar su trabajo y confinarse sola en casa. Estas circunstancias sobrevenidas son iguales para todos, y lo mismo le ocurre a Jorge, su vecino, que de pronto se encuentra en idéntica situación.
De repente la normalidad ha desaparecido, esa en la que simplemente saludabas a tus vecinos, les dabas los buenos días, sujetabas la puerta y les deseabas un buen día; esa en la que, sin saberlo, todos los días eran réplicas, donde repetías una y otra vez los mismos hechos y las mismas situaciones, y en la que cohabitar no era sinónimo de convivir: ya fuese por prisas o desinterés, aunque los vieses todos los días durante años había límites, fronteras invisibles que no les dejaba pisar en tu vida más allá del rellano.
Pues sí, de pronto todo esto se ha rompío, y la realidad ha desaparecido bajo los píes siendo sustituida por una especie de neblina incierta que impide dar pasos seguros hacia ninguna dirección. Estas circunstancias, unas veces para bien y otras no tanto, resquebrajan las distintas capas de prejuicios, cotidianidad y costumbre que los distintos hábitos han ayudado a crear, al tiempo que otorgan un sucedáneo de seguridad que no deja ver más allá de una rutina impostada.
En esta tesitura se encuentran Christiana y Jorge, vecinos de escalera que de pronto descubren que poseen todo el tiempo del mundo y que además se hallan solos y aislados. Y aunque el mundo entra en modo recogimiento, ellos, inteligentes y avispados, son capaces de construir puentes de comunicación en los que retirarse no signifca lo mismo que recluirse. Así, durante unos días les acompañamos en un nuevo despertar, su autoconocimiento, así como en el modo en que se enfrentan a ciertos demonios que de pronto son liberados por el quebrantamiento de las viejas rutinas.
Por otro lado, y gracias a un lenguaje claro y cristalino con toques de sabía ironía y humor inteligente, Fernando García Pañeda nos enseña y muestra las vidas que cohabitan dentro de una vida (valga la redundancia), la relatividad del tiempo así como la fragilidad como elemento creador y edificante. El autor ha escrito una novela fresca, optimista y positiva, donde la supervivencia es superada por una presencia objetiva (una existencia), gracias al dinamismo de unos personajes vigorizantes a los que se les ha insuflado la energía suficiente para que se muevan y actúen. Vamos, que desde la primera página esto es un no parar de subir y bajar escaleras; que ahora en mi casa, que después en la tuya, que toca salir a aplaudir, que vamos a bailar, que yo voy a comprar, que nos ponemos guapos y elegantes, que preparo la cena, que tú haces el desayuno, que qué ricas saben las palomitas con tu película favorita, que al vecino antipático hace tiempo que no se le ha visto con su mujer... un sinfín de actividades y circunstancias en las que, por cierto, el misterio también tiene su cabida.
Y así es como nuestros personajes construyen su universo particular, ajeno y cuasiperfecto, en el que las diferentes emociones fluyen libremente y a raudales, sin ser retenidas ni embalsadas, y que muy bien pueden desembocar en un paréntesis, en un punto y aparte o un punto y seguido. Esto, sencillamente, es algo que el lector descubre cuando lee y se sumerge en esta maravillosa novela.
Qué extraños somos los seres humanos. Tan fuerte, enérgica, consistente como era; tan frágil y delicada como la veía en ese momento. Una persona ambivalente, compleja, una heroína de verdad con su talón de Aquiles. De las pocas por las que merecen la pena perder la cabeza.
Fernando García Pañeda (Bilbao,
1964), aterrizó en el mundo de la literatura en 2002, con una novela de
aventuras ambientada en el marco de la última guerra carlista, Viento de Guerra, reeditada en 2007 con el título Las lágrimas de Eurídice. Después vinieron de su mano la novela de intriga contemporánea Kismet, y las intimistas Tres Gymnopedias y Sueño y azar, ganando con esta última el Premio Alhóndiga de Narrativa Breve 2014. Con Operación Black Death
retornó al género histórico en el marco de la España de posguerra.
También ha publicado el libro de relatos de humor british-style Gentes del club.
Por
otra parte, ha sido director y coordinador de varios talleres y clubes
de lectura en bibliotecas pública, y es socio de número de la Jane
Austen Society. Las obras de Fernando García Pañeda se encuadran en lo
que podría llamarse literatura en blanco y negro: una escritura blanca,
que busca elegancia y poesía, con algunos brochazos y retoques mayores o
menores de negro que ofrece la vida real.
Hola,
ResponderEliminarno pinta mal pero no me apetece una lectura de este tipo ahora mismo así que la voy a dejar pasar.
Un beso
Hola MB, pues la verdad es que no me llama mucho la atención. Igual en unos años...
ResponderEliminarUn besazo
Pues sí, una trama muy cercana a estos días. Tiene un toque de cotidianeidad que creo que podría gustarme. Estupenda recomendación.
ResponderEliminarUn beso ;)
Hola, en estos momentos no es una lectura que me llame, aunque no digo que no para más adelante. Besinos.
ResponderEliminarPese a vuestra buena reseña, no me termina de llamar así que la dejo pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues yo me la apunto, me ha llamado la atención. Un saludo
ResponderEliminarNo me veo leyendo este libro ahora, tal vez en unos años pueda apetecerme, pero ahora no.
ResponderEliminarUn beso
Tal vez.....Tengo en cuenta tu buen gusto.
ResponderEliminarSaludosbuhos
Me encanta este autor. Tiene mucha clase a la hora de escribir y sabe cocer a fuego lento y con encanto historias cotidianas y de amor. Este libro me lo guardo para cuando pase la pandemia.
ResponderEliminarBesos
No sé, a mí estas obras escritas durante el confinamiento no me parece que vayan a tener el pulido y el desarrollo necesario para ser algo más que una lectura pasajera. Entre eso y que la trama no me llama, voy a pasar.
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