miércoles, 5 de enero de 2022

RESEÑA (by MH) ::: BREVE HISTORIA DE LA NAVIDAD - Andy Thomas


 
Título original: Christmas:A short history from solstice to Santa
Autor: Andy Thomas
Editorial: Alma
Traducción: Daniel Montsech Angulo
Páginas: 144
Fecha esta edición: 2021
Encuadernación: cartoné
Precio: 15,95 euros
Ilustración de cubierta: Jane Wooster Scott





Descubre la historia completa que hay detrás de las luces y el espíritu navideño, sus curiosidades, así como los motivos que te llevarán a entender por qué la Navidad sigue teniendo un especial significado para todos nosotros.

Disfruta de este viaje por el maravilloso mundo de la Navidad, desde las antiguas ceremonias que celebraban el solsticio, hasta los festivales del Sol invictus y las tradiciones festivas navideñas que se han desarrollado en todo el mundo.


Cada año llega la Navidad (y cada año lo hace antes, dicho sea de paso... un día de estos encienden las luces en agosto) con su ambiente, su espíritu, sus días señalados y sus tradiciones, y la aceptamos como una celebración que forma parte de nuestras vidas sin hacernos demasiadas preguntas sobre el origen de la festividad en sí misma ni su celebración o presencia a lo largo de la historia. Breve historia de la Navidad hace precisamente eso: un recorrido por la historia de la Navidad y sus muchas influencias, préstamos y antecedentes, además de explicarnos de donde viene la Navidad que hoy día celebramos y que poco o nada tiene que ver con los festejos de siglos atrás. 

Antes de empezar, Andy Thomas, el autor, explica de donde viene la concepción y escritura de este libro. Thomas es un conferenciante habitual de fenómenos inexplicables e historias ocultas que ha crecido en un hogar donde las navidades se vivían a lo grande y donde leer Cuento de Navidad de Dickens cada Nochebuena era toda una tradición. Este amor por la Navidad y su faceta de ponente se unieron cuando se interesó por investigar el folclore tradicional asociado a estas fiestas y comenzó a dar también charlas y conferencias sobre la historia de la Navidad en los meses de noviembre y diciembre. Tanto le insistieron para que pusiera por escrito todo lo que contaba en esas conferencias que finalmente vio la luz este libro que hoy os traigo, en el que se tratan temas que nos resultan familiares y conocidos pero también otros muchos sorprendentes y curiosos para un lector del siglo XXI.

El libro está estructurado en siete capítulos, y dado que me resulta totalmente imposible trasladar todo lo que en él se cuenta tal y cómo se cuenta, os voy a nombrar cada uno de ellos describiendo brevemente su contenido.
 
Comenzamos con La Navidad en la antigüedad, que comienza recordándonos que antes de que la Navidad fuese la Navidad, se celebraban festivales de invierno alrededor del 25 de diciembre. Empezando por el solsticio de invierno y las Saturnales romanas pasando por el festival del Sol Invictus (que se cree son la principal influencia de la Navidad antes de que entrase en escena el Yule germano), llegamos hasta los orígenes de esa simbología tan presente hoy en día como el pesebre y el establo y los Reyes Magos. Curiosidad: en ninguna parte de la Biblia se nombra el famoso establo ni se dice cuántos Reyes Magos había... por no ser, no eran ni Reyes, solo Magos. Más cosas: la estrella de Belén (sobre la que hay todo tipo de especulaciones) o la importancia de la Epifanía el 6 de enero, que hubo un tiempo en que fue una celebración más importante que la del 25 de diciembre. Me encantaría daros explicaciones sobre todas estas cosas pero es que ya estoy viendo que la reseña me va a quedar larga, así que solo dejo constancia de los temas que se tratan y sigo (aunque no puedo dejar de nombrar un dato que me ha llamado mucho la atención: el primer belén viviente del que se tiene constancia fue montado en 1223 por san Francisco de Asís, nada menos).

Seguimos con Los comienzos de la Navidad, porque es de esas cosas que nunca nos preguntamos... ¿desde cuándo se considera el 25 de diciembre como la fecha de nacimiento de Jesús? Pues aquí tenemos la respuesta: desde el 354. d.C., en el que se establece que ese día no solo se celebra el cumplealos del dios Sol Invictus sino el nacimiento de Cristo en Judea. El significado del Adviento, la decisión de que la Navidad conste de doce días (antes cada uno de esos días celebraban algo muy concreto aunque ahora solo nos queden los tres o cuatro días festivos que todos conocemos), la evolución de la Navidad desde la Alta Edad Media (con raíces precristianas de la que se derivan tanto jolgorio, tanta fiesta y tanto banquete), la importancia de las plantas en la Navidad medieval (que aunque todavía no tenía árbol navideño sí usaba el acebo o el muérdago) y sobre todo me ha llamado la atención el wassailing, costumbre navideña en el medievo que todavía se celebran en algunos pueblos británicos y del que se deriva nuestro actual brindis. También hay espacio para el origen de los regalos en estas fiestas o el día de San Esteban (tal y como se conoce en algunas zonas de España), que en tierras anglosajonas se conoce como Boxing Day (Día de las Cajas), cuyos varios supuestos orígenes no puedo enrollarme a comentar aquí.

Vamos que nos vamos, ahora toca La Navidad bajo amenaza. ¿Sabíais que hubo épocas en que se prohibió celebrar la Navidad en Inglaterra? Pues sí, entre Enrique VIII y su nueva iglesia anglicana y el surgimiento del movimiento puritano, que consideraba la Navidad una fuente de pecado (demasiados excesos), la Navidad estuvo en peligro de muerte hasta que llegó el puritano Oliver Cromwell con su guerra civil y le dio el carpetazo definitivo. ¿Una de las primeras consecuencias? Que el Parlamento prohibió por decreto la celebración de la Navidad tanto en Inglaterra como en sus colonias. Aun así siempre hubo rebeldes con causa que la celebraban a escondidas aunque las consecuencias si les pillaban eran muy graves (otra curiosidad: al protestante Martín Lutero le chiflaba la Navidad). En todo caso
la Navidad siempre contó con muchos defensores en la sombra, y cuando se restauró la monarquía volvió la esperanza

En consecuencia, El regreso de la Navidad es el título del siguiente apartado. Con la subida al trono de Carlos II la represión comenzó a aflojar sus cuerdas y se tiene en constancia de que en 1662 volvieron a celebrarse los servicios religiosos navideños en Inglaterra. La restauración de la festividad tardó mucho más en llegar a las colonias americanas ("sorpresa" me he llevado al ver nombrado a Cotton Mather como uno de los grandes detractores de la Navidad... sí, ese Mather, el que se llevó por delante a medio Salem en sus juicios por brujería en el siglo XVII), donde no se reconoció oficialmente hasta mediados del siglo XIX. La lenta recuperación de la Navidad vino acompañada por el surgimiento de los villancicos (cuyos orígenes más remotos vuelven a llevarnos a Francisco de Asís... ), pero aun así no terminaba de resurgir, no se le daba importancia, y la llegada de la Revolución Industrial, cuyas maratonianas jornadas de trabajo impedían que las familias se reuniesen, no ayudó demasiado...

... hasta que a mediados del siglo XIX  llegaron el príncipe Alberto y Charles Dickens. El renacimiento victoriano nos cuenta cómo primero el príncipe Alberto, tras casarse con la reina Victoria, se trajo las tradiciones de sus tierras germánicas a tierras inglesas y como las imágenes de la familia real alrededor de un árbol navideño popularizaron este adorno ya universal en nuestros días (no es que él llevará el primero árbol de Navidad a Gran Bretaña como se ha dicho, sino que, como digo, lo popularizó). Este capítulo habla mucho sobre los árboles de Navidad, las controversias que rodean su uso por el impacto medioambiental o las tradiciones asociadas a ellos. Las cenas de Navidad, el pudin de higos, el pavo, las postales navideñas (el primer modelo se imprimió en 1843)... y llegamos a Charles Dickens. Ya en Los papeles póstumos del club Pickwick (primer libro del autor) hay un capítulo dedicado enteramente a una celebración navideña en familia y todo el espíritu que rodea a ese capítulo tuvo su desarrollo en Canción de Navidad. No os voy a hablar en exceso sobre este libro, es de sobra conocido, pero Dickens dio un toque de atención a la sociedad de la época, le dijo que había mucha gente pasándolo mal y que la generosidad, la buena voluntad y la paz de espíritu eran el camino. Leer este libro junto al fuego en Nochebuena con toda la familiar alrededor es una de las tradiciones británicas por antonomasia, y el propio Dickens se pasó años haciendo giras y lecturas del libro en las semanas previas a las navidades. Hubiese dado lo que fuera por asistir a una de sus lecturas (o a alguna de las muchas que hizo de sus otros libros)... y en fin, que Dickens instauró la Navidad tal y como la conocemos, sin más

Capítulo seis.... ¡Santa Claus! El año pasado os hablé de Una visita de San Nicolás, de Clement C. Moore (dejaremos a un lado las dudas sobre su autoría), publicado en 1823. Este fue el nacimiento físicamente hablando del icono que todos conocemos... no vestía de rojo, pero ya bajaba por chimeneas a pesar de sus redondeces corporales, y a partir de ahí vino todo lo demás. Aun así, los orígenes de Santa Claus y Papá Noel son muy diversos porque no, no son lo mismo... bueno, ahora practicamente sí, pero hubo un tiempo en que ambas figuras representaban cosas diferentes. Santa Claus fue acogido por los norteamericanos como figura derivada del Sinterklaas holandés, y Papá Noel es británico, pero al final ambos llegan en Nochebuena y en el imaginario colectivo se han convertido en lo mismo.

Y terminamos con el último capítulo, titulado La Navidad moderna, que se adentra entre otras cosas en cómo se vivieron las navidades en tiempos de guerra durante el siglo XX o como el White Christmas de Bing Crosby es el disco más vendido de todos los tiempos. Las compras de Navidad, la tristeza de aquellos para los que estas fechas les recuerdan a los que ya no están o lo que se encuentran lejos, la antiNavidad que muchas personas practican por convicción... este capítulo cierra poco a poco el libro y lo hace con nostalgia y esperanza pero haciendo un llamamiento a la quietud y al concepto de Navidad como un sentimiento y una elección: la Navidad puede y debe ser lo que cada cual quiera que sea, como quiera que sea y celebrada como se prefiera. Cada cual debe vivirla a su manera.

Voy terminando, pero sí quiero avisaros de que, aunque me haya enrollado mucho, solo os he lanzado titulares, porque lo realmente importante de este libro es todo lo que explica sobre cada una de esas cosas de manera detallada, fácil y amena. Da muchísima información pero también va mucho al grano. El estilo es ágil, lo hila todo de manera muy ordenada y bajo mi punto de vista, no se deja nada en el tintero. No pretende redactar un tratado sobre las navidades, sino poner el foco en cada uno de los aspectos más importantes que engloban unas festividades con unos orígenes tan diversos como heterogéneos y contextualizarlos para que el lector sepa cada cosa de donde viene y por qué. A mí me ha parecido muy interesante, pero es que también soy muy curiosona y me encanta descubrir curiosidades y anécdotas sobre las cosas que me gustan.

Pero además de todo esto es que no puedo dejar de alabar la edición, preciosa desde su cubierta y repleta de ilustraciones, imágenes y fotografías antiguas. Yo soy muy navideña, ya desde el 1 de diciembre me dejo invadir por la magia de los calendarios de adviento que me encanta regalar y que forman parte de mis tradiciones humildes y sin muchas fanfarrias por estas fechas. Resultaba casi imposible que no me gustase este libro y me ha dado todo lo que le pedía e incluso más. Si tenéis que hacerle un regalo a un buen lector al que le apasione la Navidad todavía estáis a tiempo, que los Reyes Magos ya vienen de camino y todavía pueden añadir presentes de última hora. Os puedo asegurar que le encantará y se sorprenderá con muchas de las curiosidades que contiene... y vamos, que la superficial que hay en mí no puede evitar añadir que es de esos libros que son bonitos para regalar, sin más.





Andy Thomas es un autor y conferenciante británico experto en folclore, historia y teorías de la conspiración. Ha realizado numerosas apariciones en la radio y la televisión, incluyendo la BBC, NBC, National Geographic y History Channel. Es conocido tanto por sus entretenidos libros como por sus ponencias, que invitan a la reflexión y que imparte ante todo tipo de audiencias tanto en Gran Bretaña como en el resto del mundo.

7 comentarios:

  1. Yo también he leído este libro y, como tú, me pareció preciosísimo, y encima da un montón de datos de los que no tenía ni idea (y de forma muy amena, como bien dices). Además se puede ir leyendo a modo de "pildoritas" a lo largo de toda la Navidad. Muy, muy recomendable. :)
    Besotes.

    ResponderEliminar
  2. Yo soy muy navideña y el libro me parece una preciosidad, así que lo buscaré.
    ¡Feliz año!
    Un beso!

    ResponderEliminar
  3. Hola, yo este año he leído libros "navideños" cosa que hace mucho que no hacía, así que este libro me apetece mucho, porque si bien hay cosas que conozco, otras no. Me lo llevo apuntado para la próxima. Besos.

    ResponderEliminar
  4. No lo conocía, pero me parece una lectura interesante.
    Besos.

    ResponderEliminar
  5. Te agradezco, me entusiasma la Navidad, buscaré el libro y lo leeré aunque ya se acaben estas fiestas.
    Gracias. Abrazos

    ResponderEliminar
  6. ¡Ualaaaa! Qué libro tan bonito en todos los sentidos, me lo apunto para leerlo en las próximas navidades, este año he leído "Pudin de Navidad", "Con suerte... en Navidad", "Una Navidad diferente" y "Cuentos victorianos de Navidad" y me lo he pasado en grande. Leí en el blog de Undine lo de las tradiciones que había importado el príncipe Alberto y supe que tenía que leer más sobre las navidades victorianas. Por cierto, ¿te has dado cuenta de que siempre que leemos a Dickens veo a Scrooge por todas partes? Jajajaja. Besotes y feliz noche de reyes.

    ResponderEliminar
  7. Hola MH, pues mira que me cuesta ponerme con este tipo de libros, que generalmente me llaman mucho la atención, pero luego me da pereza leer. A ver si con este no me pasa que tiene muy buena pinta.
    Un besazo

    ResponderEliminar