miércoles, 6 de enero de 2016

RESEÑA (by MH) ::: LA NAVIDAD CUANDO DEJAMOS DE SER NIÑOS - Charles Dickens



Título original: What Christmas is As We Grow Older (+ 4 relatos más)
Autor: Charles Dickens
Editorial: Alba (colección Brevis)
Páginas: 91
Traducción: Marta Salís
Fecha publicación original: 1851-1853
Fecha esta edición: noviembre 2012
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 9 euros
Diseño de cubierta: Pepe Moll




Publicados entre 1851 y 1853 en el número especial navideño de la revista Household Words, son pequeñas joyas que resplandecen con lo mejor del espíritu dickensiano: humor, generosidad, alabanza de la gente anónima y una denuncia implacable del sistema de clases que no le permite instruirse ni progresar. El relato que da título al libro, La Navidad cuando dejamos de ser niños, es un canto a la Navidad concebido desde la edad madura, volviendo la vista a la infancia.


Para Dickens, estas fechas serán siempre el momento de la hospitalidad y la tolerancia, la ocasión para bucear en los recuerdos y buscar en nuestra vida la armonía, sin lamentarse por los sueños que no se han cumplido… y para traer «a nuestro lado a las personas que quisimos» y que ahora habitan en «la Ciudad de los Muertos».

Publicado en 2012, año del bicentenario del nacimento de Dickens, reúne en este pequeño volumen cinco cuentos de Navidad de Charles Dickens inéditos en español.

¿Todavía estamos en Navidad? Aunque solo sea por horas, cumplo con lo que me había propuesto y cuelgo el otro libro de relatos navideños que he leído en estas fiestas. A diferencia del de Agatha Christie este sí se puede considerar navideño-navideño, puesto que viene de la mano del que sin duda es mi escritor favorito, y al que se considera el "inventor de la Navidad" (o, si esto suena un poco grandilocuente, el impulsor de la Navidad tal y como la conocemos hoy en día). Sí, hablo de Charles Dickens. Pero en mi línea, no he querido tirar por lo evidente, A Christmas Carol, y me he decidido por una colección de relatos bastante desconocidos publicados por Alba hace 3 años (y que de hecho estaban inéditos en castellano hasta esta publicación).

En total son 5 relatos los que componen el libro, que juntos no van más allá de 80 páginas, lo cual da una idea de la brevedad de cada uno de ellos. Los comento un poco por encima. Repito lo dicho arriba, adoro a Dickens, así que lo mismo no soy muy objetiva. Pero qué grande era... ES.


El relato que da título a la novela, La Navidad cuando dejamos de ser niños (1851), es el único de los 5 relatos que no narra una historia. Es una reflexión un tanto filosófica sobre esta celebración en sí misma, su significado, lo que se espera de ella cuando eres una persona adulta y has perdido el candor infantil; como se recuerda a los que no están y como anhelas tener junto a ti a los que sí están; tiempo de reconciliaciones, perdones, de abrir tu corazón a aquellos a los que se lo has cerrado por la causa que sea. Ya digo que es una reflexión filosófica sobre lo que debería ser y que ciertamente todos sabemos que no siempre acaba siendo. Pero leyéndolo y poniéndolo en contexto te das cuenta que todo lo que asociamos a la Navidad está ahí escrito, en esas diez páginas, y entiendes perfectamente por qué se considera a Dickens el redescubridor de la Navidad. Todo lo que "se nos vende" en la actualidad con respecto a ella, nació con él y sus historias y relatos navideños, y este en concreto es como un compendio de todo lo que para él significaban estas fechas.

El cuento del pariente pobre (1852) parte de la costumbre de contar historias durante las reuniones familiares. En él, Michael, un hombre de más de sesenta años y al que todos conocen como el "pariente pobre", es el encargado de contar la primera historia. Y se decide por contar la suya propia: tal y como la ven los demás, tal y como él la ve, y tal y como es en realidad... o eso parece. Se repite en incontables ocasiones durante el relato que el hombre es el peor enemigo de sí mismo, y que nuestras debilidades nos conducen por caminos que en muchas ocasiones no nos merecemos pero que tampoco hacemos nada por evitar. Un buen relato sobre la apariencia de las cosas y el modo en que cada cual decide verlas.

Vamos con el tercer relato. No sé si le ocurre a todo el mundo, pero a mí siempre me ha fascinado cómo Dickens cogía una idea a priori sencilla, una idea sobre la que reflexionamos o pensamos un millón de veces sin darle demasiada importancia por ser algo natural que vemos día a día, y la convertía en algo maravilloso, expresado con las palabras justas y perfectas que conformaban una historia bella. Así tal cual. Bella. Pues eso es El cuento del niño (1852). ¿Esa idea natural como la vida misma? No os la puedo decir porque, aunque conforme se va leyendo se va comprendiendo, hay que hacer eso mismo, leer para comprender. Si os la chivo pierde todo su encanto.

El cuento del colegial (1853) tiene un tono más bonachón y moralista, donde se da vueltas al ya recurrente tema del abuso sobre aquellos seres que consideramos inferiores a nosotros, del buen corazón del que hacen gala estas personas a pesar de las humillaciones y persecuciones a las que se ven sometidas, y a las muchas vueltas que puede dar la vida. Y al perdón, siempre el perdón como base en muchos relatos de este tono... el dar la mano a aquellos que nos hacen sufrir para no ser jamás como ellos ni rebajarnos a su mala fe.

Y termina la colección de relatos con El cuento de Nadie (1853). A lo grande. Dedicado a ciertas personas que no voy a nombrar aquí para no desvelar el final del cuento. Una crítica feroz hacia las clases dirigentes, hacia aquellos que se erigen en portavoces de nuestros destinos sin estar preparados para ello, sin haber hecho nada meritorio que les coloque en ese lugar, y que solo buscan su propio beneficio. A las muchas facciones en que se dividen pretendiendo ser muy distintos entre ellos cuando todos buscan lo mismo, sin importarles nada las vidas de los seres que tienen entre sus manos. Lo dicho. A lo grande. 

Y qué grande era Dickens. Siento el testamento, pero es que este hombre me hace hablar, hablar, hablar. Muy recomendable. :))

Charles Dickens (1812-1870), fue un destacado escritor y novelista inglés, uno de los más conocidos de la literatura universal, y el más sobresaliente de la era victoriana. Fue maestro del género narrativo, al que imprimió ciertas dosis de humor e ironía,practicando a la vez una aguda crítica social. En su obra destacan las descripciones de gente y lugares, tanto reales como imaginarios.

Sus novelas y relatos cortos gozaron de gran popularidad durante su vida, y aún hoy se editan y adaptan para el cine habitualmente. Dickens escribió novelas por entregas, pues no todo el mundo poseía los recursos económicos necesarios para comprar un libro. Cada nueva entrega de sus historias era esperada con gran entusiasmo por sus lectores, nacionales e internacionales. Fue y sigue siendo admirado como un influyente literario por escritores de todo el mundo.

Miss Hurst

2 comentarios:

  1. Aprecio mucho estas nuevas ediciones de Charles Dickens de algunos de sus relatos, no solo nos proporciona lectura menos conocida (y bien traducida) del autor sino que suelen ser ediciones con mucho mimo. Me apunto esta navideña que hoy traéis y os recomiendo, si no la conocéis ya, "Para leer al anochecer", de Alba editorial, cuentos de misterio de Dickens.

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    1. Tengo pendiente esta colección de relatos que comentas, que además sé que me va a encantar no solo por ser de Dickens, sino por la temática, que me apasiona (ya leí hace tiempo de manera independiente "El guardavías", que me encantó).

      Y tienes razón, se aprecia mucho que no se dediquen a reeditar una y otra vez lo mismo y vayan sacando nuevo material de estos ecritores que, en el caso de Dickens, al ser relatos sacados de sus publicaciones, revistas y demás, es muy extenso.

      ¡Un abrazo! :)

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