Título original: Agonía y esperanza
Autor: Fernando García Pañeda
Editorial: Tandaia
Páginas: 322
Fecha de publicación: mayo 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 17 euros (papel)
Frédéric Heywood y Anna Wellesley eran dos jóvenes alegres, ingeniosos y
con ganas de comerse el mundo cuando se conocieron. Reconociéndose como
hechos el uno para el otro, vivieron su amor incondicional durante unos
meses de felicidad sin límite. Pero los condicionantes sociales de
ella, perteneciente a una familia acaudalada y aristocrática, la
llevaron a romper su relación con un simple aspirante a escritor de
clase media. Varios años después, las circunstancias han cambiado.
Frédéric se ha convertido en un escritor de éxito y prestigioso. Por su
parte, los Wellesley, cuyas empresas han quebrado por efecto de la
crisis financiera, se encuentran arruinados y viviendo más de su nombre
que de sus escasos ingresos. Al reencontrarse a las puertas de Venecia,
donde ambos van a residir durante algún tiempo, Frédéric se debate entre
el resentimiento que ha sentido durante todo ese tiempo de separación y
un sentimiento que remueve su interior y no sabe interpretar.
Me resulta imposible seguir escuchando en silencio. Debo hablarle con los únicos medios de que dispongo. Usted me atraviesa el alma. Me debato entre la agonía y la esperanza.Así comienza la carta más famosa de la literatura austenita, la que el capitán Wentworth dirige a Anne Elliot durante la estancia de ambos en Bath. Hablo, como no podía ser menos, de la novela Persuasión, y de esas líneas, creo que puedo afirmar sin equivocarme, sale el título que hoy reseño, Agonía y esperanza, del autor Fernando García Pañeda, que con este libro ha decidido homenajear a Jane Austen en el bicentenario de su muerte.
Quien me conoce un poco (aunque no sé si lo he llegado a comentar alguna vez por aquí) sabe que no soporto esa moda que surgió hace unos años (con fuerza, para mi desgracia) de coger personajes de la literatura clásica e inventarse historias con ellos partiendo de la novela original (respeto mucho a quien le gusten, obviamente, pero yo no puedo con ellos). No me refiero a retellings y demás, que hay algunos muy chulos, sino coger a esos mismos personajes clásicos donde los dejó su autor/a original, y continuar la historia. Por poner un ejemplo: P.D. James y La muerte llega a Pemberley. Cogió a Lizzy Bennet y Darcy, de Orgullo y prejuicio, ya casados, les encasquetó dos hijos, nos contó su vida en Pemberley y se inventó una historia de asesinato. No. Nonononononono. No. Mira que me gusta P.D. James, autora legendaria, pero esos no eran Darcy y Lizzy Bennet, me lo quieran vender como me lo quieran vender. No eran los personajes de Jane Austen. Bueno, es que la pobre Jane creo que es la gran damnificada de este tipo de libros, pobriña. No se libra ni un solo personaje de sus novelas de haber tenido una "continuación".
Creo que la única novela que se salva de esto, que realmente me encantó, fue Ancho mar de los Sargazos, precuela de Jane Eyre escrita por Jean Rhys en 1966, pero para mí es un clásico en sí mismo, maravilloso por muchos y diversos aspectos (aunque a mucha gente no le gusta nada la estructura del libro, pero yo a lo mío, para variar), y ni siquiera la meto en el saco de arriba.
El caso es que si me he atrevido con Agonía y esperanza es precisamente porque es un retelling de la novela Persuasión pero con otros personajes, otra época, otra ambientación... es la misma historia pero al tiempo totalmente distinta, sin intentar continuar donde Jane Austen lo dejó. De otra manera no creo que hubiese podido leerla, porque encima es mi novela favorita de la autora. Y después de este rollo, que diréis que os importa un pimiento, vamos al tema. Perdonadme que haga alusión de vez en cuando al original, pero es que me resulta imposible no hacerlo.
La historia base es la misma que en Persuasión, solo que ambientada en nuestros días y con Venecia como marco. Anna Wellesley y Frédéric Heywood se enamoran siendo muy jóvenes, están hechos el uno para el otro, pero ella proviene de una familia aristocrática inglesa, y él de una humilde familia de hosteleros. La familia de Anna no considera a Frédéric a la altura de ella (socialmente hablando), así que la persuaden para que deje la relación. Y se reecuentran casi 8 años después en Venecia, sin haber podido olvidarse el uno al otro, pero con muchas cuentas pendientes. Anna vaga sin rumbo por la vida, Frédéric se ha convertido en un escritor de éxito... Y en esas estamos cuando comienza la historia.
Primera novedad, más allá de la ambientación contemporánea y el traslado de la campiña inglesa y Bath a Venecia: el protagonista, el punto de vista. La historia está contada desde la perspectiva masculina, la de Frédéric, no de la de ella, algo que en la novela original es casi inexistente salvo unas breves líneas. Así pues, es a Frédéric a quien acompañamos en sus idas y venidas por Venecia, en sus encuentros con Anna, con su familia, con sus amigos... son los sentimientos de Frédéric los que conocemos en todo momento, pues de Anna poco sabemos salvo cuando coincide con él en escena.
Segunda novedad: que coinciden desde la primerísima página del libro. Nada de marear la perdiz. Llegan los dos al mismo tiempo a Venecia y a partir de ahí empezamos a conocer su historia pasada, algo que me ha parecido muy acertado. Este Frédéric está más perdido en sus sentimientos actuales que en rencores del pasado, no hay animosidad latente hacia Anna Wellesley, o no al menos la que nace del despecho... más bien procede de la confusión, del no saber muy bien qué pasó, del no saber cómo actuar en una situación que jamás había previsto.
En realidad es que todo el planteamiento me ha parecido acertado. Evidentemente el autor utiliza como regleta para la trama el original de Persuasión, pero no tiene miedo de meter cambios cuando le hacen falta, ya sea a nivel de personajes (en ocasiones funde dos personajes de la novela original en uno solo, cambia relaciones entre los personajes, elimina los que no le aportan a la historia), como en el desarrollo de los acontecimientos. Es como si la historia que fluye fuese la misma, pero las semejanzas con ella se van uniendo, separando y bifurcando constantemente del eje principal... siempre rondándolo, pero haciendo contacto solo en los momentos precisos y necesarios que sigan haciendo reconocible la historia en esos puntales que son esenciales de la trama. Sabe introducir cambios donde hay que introducirlos y mantener las similitudes donde tiene que hacerlo para que esta historia no se aparte de lo que es, un homenaje a Persuasión, pero manteniendo su identidad propia.
Aun así hay guiños que, para quien conoce el libro original de memoria, es imposible no reconocer y sonreír mientras los lee. La descripción de la madre de esta Anna es casi calcada a la de la madre original de Anne Elliot, y el cierre final-finalísimo del libro, casi calcado al de Austen, y cuando hablo de estas dos similitudes no me refiero a que cuenten lo mismo, sino a que lo cuentan casi igual. Ah, y la frase que da título al libro no podía faltar dentro de la historia... Son de las pocas concesiones que se toma el autor, porque por lo demás, sigue su propio camino en el devenir de los acontecimientos sin hacer suyas las palabras de la autora original. ¡Ah, y hace un guiño al apellido Elliot!
Y algo que me ha encantado. Que a pesar de que Anna es la que queda un poco tapada en la historia al estar todo contado desde el punto de vista de él, la sientes. Sigues sintiendo al personaje original. No sé cómo se las apaña Fernando para hacerlo, pero en tu cabeza complementas sus silencios, sus palabras dichas a medias, su aparente retraimiento, con todo lo que sabes sobre la Anne Elliot original. Y encaja. Admito que, en esta Venecia austeniana, en algunos momentos clave seguía sintiendo más a Anna que a Frédéric, a pesar de estar contándome la historia desde el punto de vista masculino. Quizás soy yo la que relleno inconscientemente los huecos porque llevo este personaje metido muy dentro, no lo sé, pero os engañaría si os dijese lo contrario.
Ambientado en una Venecia alejada de sestieres turísticos que, si adoras como es mi caso, se te cae la baba, la historia transcurre entre canales, mercados y paseos por una ciudad que tiene mucho más que ofrecer de lo que la gente cree; cuando toca hacer excursión, de la pintoresca Lyme Regis original nos vamos de crucero a las islas griegas y a Corfú (genial y de agradecer la alusión a los Durrell); y en lo que respecta al viaje interno de los protagonistas, el que les ha llevado a la situación en la que están y con el que no saben muy bien qué hacer ni hacia qué destino les lleva, es el que tiene que ser: el de las segundas oportunidades, la madurez emocional y la constancia en los afectos, algo de suma importancia en la novela original.
En definitiva, yo lo he disfrutado mucho y es una lectura muy recomendable. No hace falta conocer la obra original para disfrutarla porque tiene personalidad propia, son un mundo y una época totalmente distintos y se desmarca de la obra de Austen, aunque, obviamente, quienes sí conozcan Persuasión, y, sobre todo, les guste Persuasión, se lo pasarán pipa relacionando situaciones, personajes y texto de las dos novelas.
Y no puedo terminar la reseña sin agradecerle al autor, miembro de la Jane Austen Society, el respeto con el que acomete este homenaje, tanto hacia la autora como hacia los personajes y la historia de la novela original, porque se nota que se mueve en un territorio del que conoce las reglas. Nada fuera de tiesto, nada que chirríe, nada que pienses: "esto no lo harían ellos". Y así da gusto.
Fernando García Pañeda (Bilbao, 1964), aterrizó en el mundo de la literatura en 2002, con una novela de aventuras ambientada en el marco de la última guerra carlista, Viento de Guerra, reeditada en 2007 con el título Las lágrimas de Eurídice. Después vinieron de su mano la novela de intriga contemporánea Kismet, y las intimistas Tres Gymnopedias y Sueño y azar, ganando con esta última el Premio Alhóndiga de Narrativa Breve 2014. Con Operación Black Death retornó al género histórico en el marco de la España de posguerra. También ha publicado el libro de relatos de humor british-style Gentes del club.
Por otra parte, ha sido director y coordinador de varios talleres y clubes de lectura en bibliotecas pública, y es socio de número de la Jane Austen Society. Las obras de Fernando García Pañeda se encuadran en lo que podría llamarse literatura en blanco y negro: una escritura blanca, que busca elegancia y poesía, con algunos brochazos y retoques mayores o menores de negro que ofrece la vida real.
Por otra parte, ha sido director y coordinador de varios talleres y clubes de lectura en bibliotecas pública, y es socio de número de la Jane Austen Society. Las obras de Fernando García Pañeda se encuadran en lo que podría llamarse literatura en blanco y negro: una escritura blanca, que busca elegancia y poesía, con algunos brochazos y retoques mayores o menores de negro que ofrece la vida real.
No lo conocía, pero ahora me han entrado unas ganas de leerlo...
ResponderEliminarApuntado queda.
Besos.
Pues tiene una pinta estupenda y yo opino como tu, no me gustan nada laa secuelas, pero si ka recomiendas habrá que darle una oportunindad.
ResponderEliminarNo sé qué decirte, por un lado me fío de tu recomendación pero por otro me da pereza ponerme con ella, así que me la apunto y queda en espera, si se cruza en mi camino la leeré pero si no es que no era para mi. Besinos.
ResponderEliminarPaso por encima porque tengo esta novela en mi estantería desde que la sacó (esto del crowdfunding es lo que tiene) y todavía no he encontrado el momento de leerla.
ResponderEliminarSobre lo que comentas de utilizar personajes clásicos y continuar su historia, es verdad que La muerte llega a Pemberley no es la continuación de Orgullo y prejuicio, sino una historia más, pero supuestamente con los mismos personajes. Lo que YO sí disfruté muchísimo fueron las novelas de Pamela Aidan (Una fiesta como esta, Deber y deseo y Solo quedan estas tres). Lo confieso, me enamoré más de Darcy, si cabe... yo soy así
En cuanto lea Agonía y esperanza volveré por aquí
El autor se va a llevar la alegría del día. Que su novela se haya llevado tan buena opinión en Netherfield son palabras mayores. A mí me gustó mucho esta novela aunque la leí con el original mucho menos presente. El hecho de que la hayas disfrutado igualmente dice mucho a favor de ella. Aunque esté ambientada en la actualidad tiene cierto aroma a clásico o a historia intemporal. Y qué pena me dio a mí desembarcar del crucero tan pronto.
ResponderEliminarBesos
Me traéis siempre novelas que no puedo dejar escapar y engrosan mi lista de pendientes, en este caso, no he leído todavía persuasión así que prefiero dejarlo para después. Besos
ResponderEliminarAy que parece que me has leído el pensamiento... iba a decirte que como no he leído la novela de Austen no iba a disfrutar igual de ella... y justo lo aclaras en el último párrafo, jeje...
ResponderEliminarAún así... no me llama mucho la atención, a pesar de tu magnífica reseña.
Un besazo
No la conocía y la verdad es que no suelo ser ni de secuelas ni de precuelas, pero si la recomiendas tanto, entonces ya es otra cosa
ResponderEliminarUn beso!
¡Qué pedazo reseña has hecho maremeua! nena, no leerla no es una opción, eres una encantadora de serpientes, jajajaja. La tengo desde hace algún tiempo, pero de momentos solo está en la parte de: leer un día con tiempo. Venga, la adelanto o tendré cargo de conciencia.
ResponderEliminarBesitos bomboncito!!
Yo de momento no he leído ninguna novela que siga la historia de otra ya publicada (aunque tengo La muerte llega a Pemberley) pero entiendo que los personajes y sus matices por mucho que se quiera serán completamente distintos.
ResponderEliminarTomo nota de Ancho mar de los sargazos, no lo he leído pero si te ha gustado tanto me fío de tu criterio.
Un besote.
Ya lo digo siempre, que yo aquí vengo a aprender... xD
ResponderEliminarNo sabía nada de ésas novelas que retoman personajes por donde los dejaron sus autores, pero así en principio, me parece horroroso. Lo más parecido que he leído en ese aspecto es lo que hace Lagencrantz son la saga Larsson y, emulando a Miss Hurst, diré Nonononono. No.
Me ha picado un poquito la curiosidad con "La muerte llega a Pemberley", la verdad. Y también con esta novela, ya que tengo "Persuasión" fresquita en la mente.
Besos.
Pues la verdad es que no lo conocía, pero me parece un homenaje muy bonito a Austen, salvando las diferencias, evidentemente. Me lo apunto y gracias por dárnoslo a conocer. Besos
ResponderEliminarA mi me parece una buenísima versión de Austen. Difernte y fresca.
ResponderEliminarDe momento voy a dejarlo pasar. No puedo con más pendientes y antes de ponerme con este tipo de libro, tengo que leer a la propia Austen jej.
ResponderEliminarUn beso ;)
VEneciaaa, lailolailolaaaa (canto, jajaja)
ResponderEliminarMira que te he leído embelesada, has hecho una reseña muy cuidada, y me parece interesantísimo el libro que has traído. Sin embargo, soy una romántica, y no me atrevo. O no por el momento.
Pero ha sido fantástico leerte.
BEsitos.
hola! como siempre al visitaros descubro dos cosas: su blog nos sigue gustando mucho y siempre hay una reseña lista para llevar, gracias! saludosbuhos.
ResponderEliminarPrecisamente estoy sumergido en la lectura de Operación Black Death. Un buen cambio de registro por parte del autor. Y, como buena austeniana que eres, y viendo que te gustó la novela tomo nota de ella. Besos.
ResponderEliminarHe leído la sinopsis y he pensado "este argumento me resulta familiar..." xD
ResponderEliminarNo sé, este tipo de libros que adaptan clásicos a la actualidad no me convencen, me resulta todo muy previsible. Y sí, ya veo que os ha gustado, pero aún así... no termino convencida.
Un saludo,
Laura.