Título original: Karitas án titils
Autora: Kristín Marja Baldursdóttir
Editorial: Ediciones B
Traducción: Enrique Bernárdez
Páginas: 504
Fecha publicación original: 2004
Fecha esta edición: noviembre 2014
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: 17,95 euros Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Imagen de cubierta: Nordicphotos/Bragi Thor Josefsson
Steinunn, viuda y madre de seis hijos, desarraiga a su
familia de la margen de un pequeño arroyo en los fiordos occidentales,
junto al que han vivido durante años gracias al fruto de la tierra y el
mar, para mudarse a Akureyri, donde empezará a trabajar en una planta
pesquera.
Steinunn es una buscavidas, una mujer trabajadora que, gracias a sus ingenuos y arduos esfuerzos puede asegurar un futuro mejor para sus hijos. Karitas, la más joven de la familia y protagonista de la novela, se verá profundamente constreñida por las condiciones de las mujeres en las primeras épocas del siglo.
Sin embargo, hará todo lo posible por tomar las riendas de su propia vida, romper con su pasado y encontrar espacio para su talento.
Steinunn es una buscavidas, una mujer trabajadora que, gracias a sus ingenuos y arduos esfuerzos puede asegurar un futuro mejor para sus hijos. Karitas, la más joven de la familia y protagonista de la novela, se verá profundamente constreñida por las condiciones de las mujeres en las primeras épocas del siglo.
Sin embargo, hará todo lo posible por tomar las riendas de su propia vida, romper con su pasado y encontrar espacio para su talento.
La pintora de hielo no es solo la historia de una
mujer joven, sino también un retrato de la historia de Islandia, en
particular del periodo de transición que sufrió a principios del siglo
XX.
La pintora de hielo, de Kristín Marja Baldursdóttir, es la historia de todas esas mujeres que se atrevieron a cuestionar y cambiar lo que de por sí ya venía establecido. Mujeres en su mayor parte anónimas que, gracias a su generosidad, sacrificio y trabajo, marcaron el camino construyéndonos un nuevo destino.
El día que la viuda Steinunn Ólafsdóttir vendió todos sus bienes, recogió a sus seis hijos y los subió a un barco para trasladarlos desde los fiordos occidentales de Islandia a la ciudad norteña de Akureyri, con el fin de proporcionarles a todos ellos, chicos y chicas, una educación, pensaron que estaba loca.
Con esta resolución tan clara, sus objetivos bien definidos y sus niños metidos en la bodega de un barco, la familia Ólafsdóttir se dirige hacia un futuro lleno de posibilidades, y nosotros, como humildes lectores, nos embarcamos junto a todos ellos. Pero una cosa es marcarse una meta y otra muy distinta es recorrer el camino hasta conseguirla, así que una vez desembarcan en la fría Akureyri comienza su odisea, un largo proceso lleno de muchísimas aventuras (algunas adversas y otras favorables) en el que las penalidades y dificultades que pasan justifican (o no) el destino elegido.
Para no ir adelantando, primero debemos conocer a toda la troupe islandesa, definir más o menos sus personalidades, saber de qué pasta están hechos y entender de alguna manera las decisiones que toman a cada paso, enmarcándolo todo en la época en que comienza su historia, 1915.
La familia está compuesta por tres chicas y tres chicos; dos hijas mayores (Halldóra, buena y enamorada, y Bjarghildur, fría y un tanto envidiosa) y una más pequeña (Karitas, la lavandera de la casa). Luego tenemos a los chicos mayores (Ólafur y Pall, trabajadores, callados y que pasan un tanto desapercibidos), y al bébe, Pétur. Como se ve, es una familia donde la paridad entre sexos se desequilibra con la fuerza y el arranque de las mujeres de la familia, pues la madre y las hermanas mayores son las que siempre tiran de la casa. Desde un principio entienden que deben trabajar para la familia, ganar el dinero suficiente para poder comenzar esos estudios que les cambiarán la vida, y tienen tal determinación que no les importa trabajar en unas condiciones tremendas, donde el frío y la sal curten sus pieles además de sus almas... Pero ahí están, dándolo todo y más.
Aunque por lo comentado anteriormente pueda parecer que la novela tiene una estructura coral donde todos tienen un peso especifico parecido, no es así. Conocemos a los protagonistas de esta epopeya a través de los ojos, los pensamientos y los sentimientos de la pequeña lavandera, Karitas, una niña sensible, despierta y tan trabajadora como sus hermanos que será la que, desde su percepción, nos guíe y nos narre su realidad, cómo son las cosas y el día a día en su familia, convirtiéndose en la voz de aquellos que la acompañan.
Por esta razón se entiende por qué Kristín Marja Baldurstóttir ha supeditado los diálogos situándolos dentro de la propia narración: unas veces aparecen en tercera persona y otras en primera persona, invirtiendo la voz del narrador. A todo esto se unen los diferentes tiempos verbales, haciendo que el lector se introduzca en una lectura un tanto fría y seca, como el ambiente que envuelve a su historia. A fin de cuentas, estas figuras literarias son necesarias para poder meternos en las frías pieles de los personajes, tal y como comenté en la reseña de La mujer de verde, de Arnaldur Indridason (me autocito):
Kristín Marja Baldursdóttir ha escrito una novela donde el lector, queriendo o sin querer, empatiza con los personajes, y consigue que te pongas en la piel del otro y participes de sus emociones, sus locuras, su frío y su calor.
Una novela verdaderamente recomendable.
El día que la viuda Steinunn Ólafsdóttir vendió todos sus bienes, recogió a sus seis hijos y los subió a un barco para trasladarlos desde los fiordos occidentales de Islandia a la ciudad norteña de Akureyri, con el fin de proporcionarles a todos ellos, chicos y chicas, una educación, pensaron que estaba loca.
Y que a finales de invierno no se hablaba de otra cosa en el valle que de la horrible decisión de la viuda: lanzarse a lo desconocido, y con seis niños nada menos. A todos les daba escalofríos de pensarlo. Si a ello se sumaba su determinación de meter a toda la chiquillería en el colegio, todos sacudían la cabeza un buen rato y se preguntaban en serio si no sería que era Steinunn Ólafsdóttir la que estaba loca.
Para no ir adelantando, primero debemos conocer a toda la troupe islandesa, definir más o menos sus personalidades, saber de qué pasta están hechos y entender de alguna manera las decisiones que toman a cada paso, enmarcándolo todo en la época en que comienza su historia, 1915.
La familia está compuesta por tres chicas y tres chicos; dos hijas mayores (Halldóra, buena y enamorada, y Bjarghildur, fría y un tanto envidiosa) y una más pequeña (Karitas, la lavandera de la casa). Luego tenemos a los chicos mayores (Ólafur y Pall, trabajadores, callados y que pasan un tanto desapercibidos), y al bébe, Pétur. Como se ve, es una familia donde la paridad entre sexos se desequilibra con la fuerza y el arranque de las mujeres de la familia, pues la madre y las hermanas mayores son las que siempre tiran de la casa. Desde un principio entienden que deben trabajar para la familia, ganar el dinero suficiente para poder comenzar esos estudios que les cambiarán la vida, y tienen tal determinación que no les importa trabajar en unas condiciones tremendas, donde el frío y la sal curten sus pieles además de sus almas... Pero ahí están, dándolo todo y más.
Aunque por lo comentado anteriormente pueda parecer que la novela tiene una estructura coral donde todos tienen un peso especifico parecido, no es así. Conocemos a los protagonistas de esta epopeya a través de los ojos, los pensamientos y los sentimientos de la pequeña lavandera, Karitas, una niña sensible, despierta y tan trabajadora como sus hermanos que será la que, desde su percepción, nos guíe y nos narre su realidad, cómo son las cosas y el día a día en su familia, convirtiéndose en la voz de aquellos que la acompañan.
Por esta razón se entiende por qué Kristín Marja Baldurstóttir ha supeditado los diálogos situándolos dentro de la propia narración: unas veces aparecen en tercera persona y otras en primera persona, invirtiendo la voz del narrador. A todo esto se unen los diferentes tiempos verbales, haciendo que el lector se introduzca en una lectura un tanto fría y seca, como el ambiente que envuelve a su historia. A fin de cuentas, estas figuras literarias son necesarias para poder meternos en las frías pieles de los personajes, tal y como comenté en la reseña de La mujer de verde, de Arnaldur Indridason (me autocito):
Nuestro buen detective es como esa tierra que lo acoge. En una primera capa es fría, dura y descarnada, donde la vegetación se reduce a la mínima expresión... Pero, cuando vamos profundizando en su corteza, nos damos cuenta que ya no todo es frío, sino caliente y más caliente... hasta llegar a la lava viva e incandescente.En La pintora de hielo los personajes son tal y como comento en esa cita y comulgan de la misma idiosincrasia: en un principio parecen agrestes y rudos debido a sus faenas y sus trabajos pero, conforme vamos profundizando en sus vidas, observamos sus férreas determinaciones, el sentido de la familia y el sacrificio personal. Todo esto se va encarrilando a través de Karitas, una niña que va creciendo en el transcurrir de las páginas, y cuya sensibilidad nos hace contemplar y escudriñar las vidas de aquellos que tienen la suerte de compartir y protagonizar su arte y, más concretamente, su pintura. Por cierto, ¿os había dicho que Karitas quiere ser pintora? Bueno, como siempre digo, hay que leer el libro para saber el qué, el por qué y el cómo. Solo diré que no existe nada como los ojos de un artista para ver el mundo con sus diferentes y distintas perspectivas.
Kristín Marja Baldursdóttir ha escrito una novela donde el lector, queriendo o sin querer, empatiza con los personajes, y consigue que te pongas en la piel del otro y participes de sus emociones, sus locuras, su frío y su calor.
Una novela verdaderamente recomendable.
Abrazó a Karitas por un momento, le arregló el mechón de pelo que se la había soltado y dijo: Corre, Karitas, y no dejes que nadie te detenga.
Kristín Marja Baldursdóttir (Hafnarfjörður, 21 de enero de 1949). Se licenció en filología germánica e islandesa la Universidad de Islandia en 1991.
Se desempeñó como profesora de la Universidad Pedagógica de Islandia
en 1970 y obtuvo su Bachillerato en Artes (1991). Licenciada en
lingüística en la Universidad de Islandia. Retirada de la enseñanza de
educación, estudió en Dinamarca y Alemania (especialmente en el
Instituto Goethe en Bremen). Trabajó hasta 1995 como periodista para el
periódico "Morgunblaðið" de Islandia. Su primera novela, La risa de Seagull, fue publicada y traducida en idiomas inglés y alemán con gran éxito.
A mí este tipo de novelas me encanta, así de sencillo. No había oído hablar de ella, la verdad, pero ya me tienes buscándola y colocándola en la lista de deseos para que no se me olvide.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha encantado la reseña. La novela no la conocía así que la apunto que me parece muy interesante. Besinos.
ResponderEliminarNo la conocía, tendré que echarle un vistazo, lo pintas muy bien.
ResponderEliminarBesos
Pues desde luego me la has hecho muy atractiva, el caso es que la tengo apuntada desde hace tiempo pero ha sido de esas lecturas que van quedando atrás hasta que te la recuerda alguien y vuelve a ponerse en el punto de mira.
ResponderEliminarBesos
Me atraen muchísimo los personajes que se nos presentan inaccesibles, rudos, vastos, y poco a poco van abriéndose y dejando ver su interior...si si, me encantan.
ResponderEliminarPara variar me llevo la novela anotada.
No me da la vida, no me da.
Besitos preciosa.
Hola,
ResponderEliminarhoy la dejo pasar y no es por tu reseña porque es muy tentadora pero es que no tengo tiempo para leer más.
Un beso
Me ha encantado lo que cuentas de ella, y me has convencido del todo con la frase del punto de vista de los artistas. Anotada queda.
ResponderEliminarBesitos
Hola guapa, pues la verdad es que no me llama mucho la atención...
ResponderEliminarUn besazo
No creo que por ahora la leo, tengo otras novelas en el punto de mira.
ResponderEliminarBesos
No conozco a la autora, pero echaré un vistazo a la novela, pues estos temas intimistas y de crecimiento personal siempre me interesan.
ResponderEliminarMuchas gracias por la reseña!!
Pues tengo que reconocer que no pinta mal, pero no quiero cargarme más de la cuenta y hay que seleccionar, de momento la dejo pasar.
ResponderEliminarUn beso
Pues es muy interesante y la verdad que una odisea que puede entretener mucho pero ahora mismo no me apetece este tipo de lecturas de mujeres rebeldes que cambian el mundo. Más que nada por saturación, no porque no me gusten. Siempre que veo el nombre de esta autora me viene a la cabeza Olafsdottir.
ResponderEliminarBesos
Pues no conocía esta novela. Y pinta la mar de bien. Es de esas historias que suele gustarme. Pero no me voy a lanzar a por ella, que me miran mal los libros que tengo esperando en mis estanterías...
ResponderEliminarBesotse!!!
Tiene pintaza y no lo conocía. Me la apunto para más adelante, parece de esas historias que hay que disfrutarlas sin prisas.
ResponderEliminarUn beso
Anda que los nombrecitos de los personajes se las traen. Se ve interesante y sobre todo muy inmersivo, creo que podría gustarle a Moniki, mi compi de blog. Estupenda reseña.
ResponderEliminarUn beso ;)
No lo conocía y me encanta lo que cuentas, parece el tipo de novela que tanto disfruto pero ahora mismo la verdad es que no estoy para más.
ResponderEliminarBesos.
Esta historia no la conocía y me gusta mucho lo que cuentas. Parece que la autora ha acertado con la caracterización de los personajes y la trama me intriga. Me la llevo apuntada.
ResponderEliminarBesos