lunes, 10 de mayo de 2021

RESEÑA (by MB) ::: DESEO DE CHOCOLATE - Care Santos


 

 
Título original: Deseo de chocolate
Autora: Care Santos
Editorial: Planeta
Páginas: 424
Fecha de publicación: mayo 2014
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: 21 euros 
Diseño de cubierta: basado en diseño original de Antónia Arrom (dandélia). Departamento de Arte y Diseño, Área Editorial Grupo Planeta.
 
Tres mujeres, tres siglos y la misma chocolatera de exquisita porcelana blanca: Sara: propietaria de un apellido que en Barcelona es sinónimo de chocolate, se enorgullece de dar continuidad a la tradición heredada de sus padres. Aurora: hija de una sirvienta de una familia burguesa del siglo xix, para quien el chocolate es un producto prohibido.

Mariana: esposa del fabricante de chocolate más famoso del siglo xviii, abastecedor de la corte francesa e inventor de una máquina prodigiosa. 

A través de la pasión por el chocolate, Care Santos traza un apasionante viaje en el tiempo en el que recorreremos más de tres siglos de historia, desde su llegada a Europa hasta la sofisticación de nuestros días. Vibrante y adictiva, esta maravillosa novela es un exquisito placer para los sentidos.
«Pertenezco a la señora Adélaïde de Francia».

En Deseo de chocolate se nos relata la historia de una pieza de vajilla, una chocolatera especial, a la que en sentido inverso seguimos el rastro desde que nos la encontramos rota (no en mil, sino en menos pedazos) hasta su origen, la fabrica en que se realizó.
Uno por uno va tomando los fragmentos y les busca un posible compañero. cuantos más encuentra, menos posibilidades de error quedan sobre la mesa. Impregna los cantos con el pegamento y los hace coincidir, presionando un poco para que el fluido pegajoso haga lo que debe.
Y no es una historia cualquiera la de esta pieza de vajilla de porcelana fina, pues, además de ser contenedora de la preciada bebida de los mayas y los aztecas, también está ligada a las intrahistorias de aquellas mujeres que la poseyeron en algún momento durante cuatro siglos.
Mientras la enjabonabas te diste cuenta de que no era una pieza cualquiera. La finura de la porcelana, el diseño de líneas delicadas, con el pico alto y el asa generosa en forma de lazo.
Para saber de ella debemos conocer quién o quiénes fueron sus propietarias o la tuvieron en sus manos, destacando tres mujeres entre todas ellas:
Sara, Aurora y Mariana, quienes, además de su amor y pasión por el chocolate (ya sea tanto al elaborarlo como al disfrutarlo), están unidas por la ciudad de Barcelona. Care Santos narra sus biografías utilizando un hilo musical, una banda sonora que siempre está en el trasfondo de estas vidas: la ópera que se representa en el Liceo, del que también conoceremos su historia a los largo de estos años.

Y hasta aquí los puntos de unión en Deseo de Chocolate, una novela representada por estas tres mujeres en tres actos independientes y distintos que nada tendrán que ver unos con otros. 

Comenzamos con la historia de Sara Rovira, ya en el siglo XXI. Entrada en los cuarenta, relata cómo la chocolatera llegó a su vida al mismo tiempo que su marido, Max Frey, y su amigo, Oriol Pairot, mientras los tres realizaban un curso de técnicas para chocolateros del Gremi de Pastissers de Barcelona. Max se enamora de Sara y ella lo hace de Oriol; un triángulo difícil de conjugar en el que cada uno representa su papel y en el que a veces cuesta dilucidar quienes son los vencedores y quienes los vencidos. Puestos a elegir, me quedo con Max, el Pimpinela escarlata.
Tus cosas estaban pronto recogidas. Cabían en el mismo hatillo que trajiste al llegar. Una vez todo estuvo preparado, te sentaste a esperar en el banco de la cocina. Aún no se te había pasado la conmoción ni, por supuesto, el disgusto. Entonces una mala idea se encendió en tu cabeza como una luciérnaga: la chocolatera.
Seguimos con Aurora, nacida para ser la criada de los Turull, una familia burguesa del siglo XIX. Se dedica a servir y acompañar a Cándida, la amada y única hija de Estanislao, un inventor de maquinaria industrial. Con esta mujer nos trasladamos a una ciudad incipiente y en pleno desarrollo, cuando la industrialización comienza a llegar a sus artesanos.

Si algo tiene claro Aurora es que ella ha nacido como criada y debe morir como tal. En ella se enmarca el orgullo de clases; sabe y conoce perfectamente el lugar que ocupa (primero en la casa de los Turull y después en la de los Sampons), aunque no lo tiene tan claro a final, cuando comienza a trabajar para el doctor Horacio Volpi que, además de médico, también es un apasionado del la ópera, que escucha con devoción en su amado Liceo.
Este sobrenombre de ángel salvador me complace otorgarlo no solo por esto de la manta que acabo de referiros, ni por la taza de delicioso chocolate que me regaló a continuación y que me devolvió de muerto a vivo. Más bien lo digo por la delicada expresión de su rostro.
Finalizamos cuando bajamos al siglo XVIII para conocer a Mariana, la esposa-viuda del chocolatero Fernández, inventor de una máquina que facilita la fabricación del chocolate y que parece que todos están deseosos de poseer, ya sean los del Gremio chocolatero de Barcelona como los ingleses y también los franceses.
 
 
La disputa no nos extraña absolutamente nada a los amantes de la bebida de los dioses. ¿Qué no haríamos nosotros por una taza o una tableta? Pues, tal y como la novela relata, mandaríamos si pudiéramos a nuestros espías para hacernos a toda costa con el apreciado artilugio. Entre los que envía la delegación francesa se encuentra Victor Philibert Guillot, secretario de madame Adélaïde de Francia, primera propietaria de la chocolatera. Aparte de la misión oficial, nuestro querido Guillot se embarca en otra más personal pues, como bien es sabido (aunque no sé si está comprobado científicamente), nada enamora más que el ofrecimiento de una taza de chocolate caliente cuando te estás muriendo literalmente de frío.

 
Para la lectura de la novela (y posterior reseña) he necesitado tres tazas de leche con cacao puro, media tableta de chocolate y un brownie plastificado y olvidado (más bien escondido) en la puerta del frigorífico, debajo de los loncheados de queso.




Care Santos (Mataró, 1970) es autora de doce novelas, entre las que destacan Habitaciones cerradas (2011), adaptada a la televisión en 2014, El aire que respiras (2013), Deseo de chocolate (Premio Ramon Llull 2014), Diamante azul (2015), Media vida (Premio Nadal 2017) y Todo el bien y todo el mal (2018). Su obra ha sido traducida a más de veinte idiomas, entre ellos el inglés, el alemán, el francés, el sueco, el italiano y el holandés. Es colaboradora habitual de El Periódico de Catalunya.

 

12 comentarios:

  1. Miss Bingley, te contaré un secreto: detrás de los aguacates tengo Kit Kat, y dentro de una caja de quinoa hay bombones 😅😅😅
    Tengo el libro y tengo avituallamiento, así que tengo que ponerme a leerlo.

    Estupendísima reseña.
    Besos 💋💋💋

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  2. Hola, esta es una de las novelas que me faltan por leer de Care Santos y de las que más me apetecen. En algún momento la leeré. Besos.

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  3. Play este libro hace años y me gustó además me encanta su portada y es uno de los más bonitos de mis estanterías

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  4. A un libro de Care Santos yo no me resisto y ya si me lo reseñas así, mucho menos. La verdad es que he leído tres libros de la autora y me encanta, tengo que volver a buscar otros más antiguos como este. A una taza de chocolate caliente no se resiste nadie.
    Besos

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  5. Creo que me gustaría mucho esta historia. Lo que temo es enviciarme con el chocolate...
    Besotes!!!

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  6. Hola MB, esta novela la leí en los incicios del blog, la verdad es que es una delicia leer a Care Santos.
    Un besazo

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  7. Es una de las pocas novelas de Care Santos que no he leído aunque anda por casa y sin dudarlo cuando me ponga lo haré acompañada de mi inseparable chocolate 85%, no me privo de él ;)
    Besos.

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  8. Todavía no leí nada de Care Santos, y no será por falta de ganas. Tengo pendiente de lectura esta que reseñas, que veo disfrutaste mucho tal y como nos cuentas tus impresiones; Diamante azul es la otra novela de esta autora que está esperando turno. Besos.

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  9. Hola. Justo ese es el problema con este tipo de libros, que se te apetece muchísimo el chocolate. Como cuando leo ciertas novelas inglesas, que me entran unas ganas horrible de pastas y bizcocho. Por lo demás, la historia en sí no me llama la atención demasiado, prefiero leer antes otros de la autora como El aire que respiras.
    Besos

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  10. Te ha pasado como a mí con la película Chocolat jejeje. Me gusta mucho Care Santos pero este libro preciasmente no lo he leído. A ver si me hago con él y pongo remedio. Besos

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  11. La leí hace unos años y me gustó aunque menos que otros libros de Care
    Eso sí, también necesité unas cuantas tabletas de chocolate
    Besos

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