lunes, 22 de mayo de 2023

RESEÑA (by MH) ::: EL DIAMANTE DE MOONFLEET - John Meade Falkner



Título original: Moonfleet
Autor: John Meade Falkner
Editorial: Zenda Aventuras
Traducción: Dolores Payás
Prólogo: Arturo Pérez-Reverte
Páginas: 372
Fecha publicación original: 1898
Fecha esta edición: enero 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16,90 euros
Ilustración de cubierta: Augusto Ferrer-Dalmau





La furia del deseo de vivir del joven muchacho frente a la ternura de verse continuado en él por parte del viejo marino trazan fuertes líneas maestras en esta historia de acción en la que no falta ningún elemento para saciar el hambre de aventuras: un fantasma, una pista escrita en el medallón de un cadáver, un tesoro oculto, un contrabandista bebedor, un joven soñador, una belleza seductora, un asesinato, una huida, un traidor, una venganza, un naufragio, un regreso. Y el mar como paisaje engañoso, añorado, cruel, que acuna la narración con la inevitable melodía de la gran literatura clásica. Pero lo que convierte El Diamante de Moonfleet en una obra maestra universal es algo mucho más difícil de conseguir: su autor, John Meade Falkner, queriendo contar la aventura de unos hombres, terminó construyendo una historia sobre el ser humano.

El diamante de Moonfleet es un clásico de aventuras que yo siempre he asociado a La isla del tesoro, y pensando que iba a encontrarme algo muy parecido (aun teniendo muchas ganas de leerlo), lo he ido aparcando durante años. Una vez leído solo puedo decir que si alguien que me lea piensa lo mismo, que este libro es una historia juvenil de aventuras y piratas, está completamente equivocado. Es más adulta que juvenil, los piratas ni están ni se les espera, y sí, hay aventuras, pero también otras muchas cosas que hacen que este libro sea incluso superior en muchos aspectos a la novela de Stevenson. Me ha gustado muchísimo, os lo digo desde ya. Toda una sorpresa.

Moonfleet es un pueblecito en la costa de Dorset en cuyas orillas hacen trapicheos los contrabandistas y donde los naufragios que arrastran cadáveres y restos son el pan de cada día. Apenas cuenta con doscientos habitantes, todas las casas necesitan reparaciones o están directamente en ruinas y, cuando esto último sucede, directamente las derruyen, con lo que la vegetación comienza a campar a sus anchas en los cada vez más habituales espacios vacíos. En este ambiente decadente y decrépito vive John Trenchard, un adolescente de apenas quince años cuando comienza esta historia en 1757. Huérfano desde hace años, vive con una tía severa y estricta que no muestra más interés por su sobrino que el de alimentarlo y darle un techo sin mostrarle ni una pizca de cariño. Pero John tiene sus propios sueños y ambiciones: está obsesionado con encontrar el diamante de Barbanegra, con el que espera conseguir fortuna y ascender en la vida. Cuando una noche decide adentrarse en el hueco que encuentra en una tumba no es consciente de que será el final de su vida tal como la ha conocido hasta entonces y el comienzo de una nueva en la que unirá su suerte a la de Elzevir Block, dueño del hostal del pueblo. Juntos correrán mil aventuras, pero muy diferentes a esas de las “mil y una noches” que a John tanto le gusta leer.

Me encantan las novelas ambientadas en costas inglesas con contrabandistas y magistrados intentando detener estas prácticas maleantes, pero lo cierto es que aunque El diamante de Moonfleet tiene algo de esto, y además una escena de este tipo es la que pone realmente en marcha la historia, la trama real va por otros derroteros. El diamante del título forma parte de una leyenda local sobre un habitante de Moonfleet muerto hace muchos años, y el adolescente John Trenchard cree que si encuentra ese diamante no solo se convertirá en un hombre próspero, sino que podrá casarse con la jovencita de la que está enamorado, que es nada menos que la hija del malvado magistrado local y, por tanto, totalmente fuera de su alcance. Falkner pone a disposición del lector una serie de personajes que te imaginas sin lugar a dudas en un pueblo costero del siglo XVIII azotado por la pobreza y los impuestos gubernamentales, pero para mí destaca sobre todo este plantel el posadero, Elzevir Block, probablemente el mejor personaje de toda la novela y construido como soporte para todo lo que ocurre en ella. La trama no se circunscribe a Moonfleet porque la búsqueda del diamante nos lleva a otros lugares de Inglaterra e incluso a ultramar, pero dad por seguro que, a falta de mapa con una X marcando el lugar del tesoro, tenemos otras indicaciones igualmente prometedoras para encontrar esa preciada joya. ¿Que lo realmente interesante es lo que ocurre en el camino, la evolución del personaje de John, la relación que va forjando con Elzevir y los errores terribles que comete porque no es más que un adolescente con la cabeza llena de pájaros e inmaduro muy a su pesar? Pues también, pero me niego a entrar mucho en este terreno. Es que me niego a entrar mucho en cualquier terreno, porque será poco para lo que quiero decir y quizás mucho para lo que debería desvelar.

Os comentaba arriba que en mi cabeza, antes de leerlo, este libro era algo parecido a La isla del tesoro (libro que adoro y releí el año pasado, así que lo tengo muy fresco en la cabeza), pero nada que ver. Sé que es un libro juvenil o que está catalogado como tal (aunque cada vez hago menos caso a estas cosas porque no siempre estoy de acuerdo), pero esta historia se mueve en planos mucho más complejos y enrevesados que la de Stevenson (por poner un ejemplo, ya que la he sacado a colación varias veces) y resulta muy superior en conjunto. Sí, tenemos un protagonista adolescente que se ve envuelto en una serie de circunstancias que le llevan a vivir varias aventuras, pero el devenir mismo de la trama, el giro que surge en el último tercio, las propias vivencias, decisiones y consecuencias son muy adultas y más oscuras y sombrías de lo que anticipa el inicio de las páginas. Yo creo que El diamante de Moonfleet, como otros muchos clásicos juveniles de finales del XIX y primera mitad del XX, fue escrito con mucha intencionalidad por parte del autor en cuanto a los conceptos mismos que encierra y la manera de exponerlos. Evidentemente lo puede leer un niño o un adolescente y disfrutarlo hasta donde alcanza su breve experiencia en la vida, pero este libro en manos de un adulto cobra una perspectiva completamente diferente, se abren caminos totalmente ocultos para un lector de escasa edad y todo lo que ocurre en él golpea con mucha más contundencia y propósito.

Me da un poco de cosa hablar así de un libro que sé que en manos de otro lector puede provocar sensaciones muy diferentes y no resultar más que eso, un libro de aventuras juvenil (y que os haría pensar: "¿pero qué se ha fumado la MH esta?"), pero es que no me esperaba lo mucho que lo disfruté. No sé cómo habría sido leer este libro en mi adolescencia, seguramente la experiencia lectora hubiese sido totalmente diferente pero, hoy por hoy, creo que he leído Moonfleet justo cuando tenía que leerlo. Y voy a ser muy sincera, leí este libro hace ya cinco meses y no lo había reseñado todavía porque no encuentro la manera de explicar y transmitir mis sensaciones. Lo que cuente sobre él va a parecer un libro más de aventuras, y sin embargo es una historia que empieza tranquilita en el pueblo, va de menos a más, echando raíces poco a poco en el corazón del lector, creciendo y expandiéndose conforme avanzan las páginas, haciéndose fuerte con cada paso en el camino y sorprendiéndote cuando llegas al final y te encuentras emocionada hasta el extremo de las lágrimas porque no te habías dado cuenta de lo arraigada que tenías ya la historia y lo mucho que duele que te arranquen de cuajo uno de sus pétalos más hermosos.

Esta novela sigue viva en mi cabeza, sempiterna como la olas que no dejan de romper contra las costas de Dorset, y no creo que pueda añadir nada más. Me gustaría hablaros de muchas cosas que son muy importantes en la historia y que son las que se han quedado conmigo, pero no puedo hacerlo porque se desarrollan durante la trama y estaría contando mucho más de lo que debo. Sí os puedo decir que el verdadero diamante de todo lo que se cuenta en estas páginas está en la relación que se establece entre el adolescente John Trenchard y Elzevir Block, propietario del hostal. Elzevir perdió a su hijo a manos de las autoridades meses atrás y vuelca en John todo ese amor paternal que ya no puede volcar sobre su propio hijo. Estos dos personajes juntos son la verdadera joya de la corona, y su relación está tan bien escrita y desarrollada que, sin hacer ruido, devora todo lo demás. Sí, tenemos aventuras, tesoros, secretos, honor, lealtad, coraje, traiciones, contrabando, naufragios, muertes, romance... tiene escenas trepidantes que te mantienen en tensión, y escenas tiernas que te calientan el corazón, pero John y Elzevir juntos son otra cosa. Si un libro me deja con el corazón encogido al finalizar la lectura, con lo dura que soy para estas cosas, es porque ha traspasado muchas murallas.

Moonfleet tiene varias adaptaciones (una de ellas dirigida por Fritz Lang en 1955 con Stewart Granger y George Sanders entre sus protagonistas), pero el tráiler que yo os dejo es el de la última que se ha hecho (que yo sepa). Es una miniserie de dos episodios emitida en las navidades de 2013 por Sky One y protagonizada por Aneurin Barnard, Ray Winstone y mi adorado Ben Chaplin... no es perfecta pero sí muy entretenida (yo siempre de parte de las producciones de época de la televisión británica, son mi debilidad).

 



John Meade Falkner (Manningford Bruce, Wiltshire, 8 de mayo de 1858 - Durham, 22 de julio de 1932) nació ocho años después que Stevenson (La Isla del Tesoro) y cinco antes que Anthony Hope (El prisionero de Zenda). Hijo de un párroco de Dorset que le obligó a estudiar la lengua griega desde los seis años y una madre dulce que le transmitió el amor por la cultura clásica y el latín dejándolo huérfano a la edad de doce años, estudió en el Hertford College de Oxford donde se licenció en Historia en 1882. Después de graduarse, fue maestro y tutor, hasta que, gracias a su habilidad para los negocios y las lenguas, llegó a convertirse en el presidente de la Armstrong Whitworth Co., una de las mayores empresas armamentísticas del mundo. Compaginó la vida empresarial con su pasión por los libros, creando una importante biblioteca personal. Además de Moonfleet, escrita en 1898, es autor de otras tres novelas, varios libros de poesía, tres guías topográficas (Oxfordshire, Bath y Berkshire) y una Historia de Oxfordshire.

11 comentarios:

  1. Mi querida MH... me encanta cuando te pones intensa... eso de decir que no puedes decir nada, pero que te ha emocionado es sumamente descriptivo. Ale, otro que me apunto para otras ocasiones...
    Un besazo

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    1. Calla, calla, que me releo y me da la risa de pura vergüenza... pero así se va a quedar. Lloré como una magdalena al cerrar el libro y es lo que hay. Soy intensita y me tenéis que querer así, sorry :)

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  2. Hola, menos mal que no se parece a La isla del tesoro, porque este clásico lo tengo atragantado desde la primera vez que lo leí, dicho esto y tu reseña, me apunto El diamante d e Moonfleet, del que no me suenan ni las adaptaciones. Besos.

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  3. Los libros de aventuras para adolescentes del siglo XIX (Verne, Salgari, Stevenson, Scott) nunca son tan inocentes. Siempre esconden muchas cosas que solo los adultos pueden desentrañar. Ni siquiera creo que ellos escribieran sus libros como aventuras para adolescentes y jóvenes.
    Si yo tardo cinco meses en hacer una reseña, no sé sobre qué iba a escribir, por muchas notas que tuviera. Mi memoria no puede permitirse esos lujos, ja, ja.
    Un beso.

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  4. No tiene mala. Creo que lo tiene todo para disfrutar con su lectura. Un beso.

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  5. Querida MH.
    ¿Puedes creer que no conocía esta obra ni a su autor? Tampoco me suena la miniserie de la que nos hablas, ni la adaptación que protagoniza Stewart Granger. Esto lo tengo que solucionar.

    Por otro lado, y pese a los cinco meses que han pasado desde que leíste la novela, has contado la historia divinamente, y nos has transmitido tus impresiones empáticamente. No debes preocuparte por el resultado, mi entusiasmo por leer esta novela es grande.
    Por cierto, no me extraña que la compararas con la Isla del Tesoro, el principio argumental es similar.

    Un abrazo de lunes, y muchas gracias por traer aire fresco al panorama lector!!

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  6. Acabas de descubrirme novela y autor. Y la serie, ni me suena tampoco. Así que tomo buena nota de todo, que me dejas con ganas.
    Besotes!!!

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  7. Leí La isla del tesoro hace cinco años y, aunque sentí que llegaba un poco tarde, igualmente me encantó. Sí, yo tampoco echo mucha cuenta de las etiquetas. Dices que esta es más adulta y compleja, y ya me diste curiosidad. Tomo buena nota.

    Un beso ;)

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  8. Por la descripción positiva que haces de la lectura de esta novela, El Diamante de Moonfleet, las aventuras y percances por los que va pasando el joven protagonista, seguro que merece ser leída. Es la primera vez que oigo mencionar esta novela, que por la fecha de publicación del original, es todo un clásico.

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  9. Desde que me hablaste de lo mucho que te había gustado esta novela que estaba esperando a leer tu reseña (magnífica, por cierto). Ya me dijiste que no era de piratas y que tu sensación de que sería similar a la La isla del tesoro era equivocada (la cubierta engaña, no me digas que no), pero me ha encantado cómo lo explicas y lo mucho que te ha entusiasmado. Entiendo bien lo que comentas sobre la perspectiva adulta, ocurre en algunas novelas catalogadas como juveniles, y me quedo con tu frase de "Esta novela sigue vive en mi cabeza, sempiterna como las olas que no dejan de romper contra las costas de Dorset...". Me la llevo, claro, sin duda. Besos.

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  10. Cómo te entiendo! Me pasó absolutamente lo mismo. Siempre asocié este título a La isla del tesoro, que adoro por cierto, y lo leí hace muy poquito. Y me rompió el cien mil pedazos. Creo que también me llegó cuando tenía que llegar. Saludos

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