RESEÑA (by MH) ::: EL CARTERO SIEMPRE LLAMA DOS VECES - James M. Cain
Título original: The Postman Always Rings Twice
Autor:James M. Cain Editorial: RBA Traducción: Federico López Cruz
Páginas:128
Fecha publicación original: 1934 Fecha esta edición: septiembre 2017
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: descatalogado (disponible en otras ediciones)
Diseño de cubierta: Luz de la Mora
Frank chambers, un joven trotamundos sin un centavo, llega a una
cafetería regentada por un desagradable propietario que le propone
trabajar allí. Ni siquiera a un hombre que viaja con los bolsillos
vacíos podría parecerle apetecible la perspectiva de quedarse en un
lugar tan deprimente como ese... hasta que por la puerta aparece ella, y
el mundo de Frank da un vuelco. Novela violenta y sensual, la obra
maestra de James M. Cain marcó a toda una generación de lectores en la
época dorada del género negro y el paso del tiempo la ha convertido en
un clásico indiscutible de la literatura norteamericana que ha pasado a
formar parte de la mitología popular y ha sido llevada a la gran
pantalla en diversas ocasiones con gran éxito.
Yo sigo con mi cruzada de leer los libros en los que se basaron algunas de las películas clásicas más icónicas del cine norteamericano, así que le ha tocado el turno a El cartero siempre llama dos veces. He visto dos de esas adaptaciones (la de 1946 con Lana Turner y John Garfield y la de 1981 con Jessica Lange y Jack Nicholson... creo que no hay ninguna más, y si la hay, no la he visto), pero leer las novelas originales siempre es una experiencia totalmente diferente, y este caso no ha sido una excepción. Os cuento.
Frank Chambers es un atractivo joven sin oficio ni beneficio ni nada a lo que poder llamar hogar que, por casualidades y circunstancias varias, acaba en una cafetería de carretera pensando en como estafar al dueño y largarse sin pagar. Pero Nick Papadakis, que así se llama el propietario, le ofrece un trabajo, y Frank no está muy por la labor de aceptar hasta que conoce a su mujer, Cora... y aquí se deciden los destinos de los tres personajes, porque no solo Frank se queda en la cafetería, sino que inicia una aventura con Cora y pronto descubre que ella tiene muchos planes, planes que no contemplan la presencia de su marido (mucho mayor que ella)... planes que requieren de la participación de Frank e implican medidas drásticas y un asesinato de por medio.
El cartero siempre llama dos veces es una novela muy corta en la que pasan muchas cosas, y eso se traduce en que todo ocurre muy muy rápido. Apenas han pasado quince páginas y ya tenemos a Frank y Cora el uno en brazos del otro, y eso hace también que no se deba hablar demasiado de la trama en general porque los hechos relevantes están ahí casi desde el inicio. Frank Chambers es el narrador de la historia, y al final descubrimos por qué nos la está contando y la situación en la que lo está haciendo. Pero antes de llegar a eso leemos su versión de los hechos, y esos hechos le incluyen a él como a un hombre de poca confianza y sin moral ni escrúpulos en su deseo por tener una vida mejor que ya ha tenido problemas con la justicia; a Cora como una mujer sensual, ambiciosa y manipuladora que sabe darle a cada hombre lo que espera de ella y obtener de cada hombre lo que ella necesita; y a Nick como apenas una sombra desechable y sin relevancia en esta carrera hacia el asesinato perfecto y el sueño americano pavimentado con sangre.
Podría hablaros mucho de Nick y Cora como protagonistas de esta novela negra, de ese deseo primario de tener mucho más de lo que tienen (lo que ellos creen que se merecen) a costa de quien sea, culpable o inocente... podría hablaros de la dinámica que se establece entre ellos, de cómo tejen su tela de araña, se engañan a sí mismos o intentan engañar al otro y cómo manipulan y son manipulados en una danza que puede tener consecuencias de todo tipo... podría hablaros de esa sensualidad primaria y animal que salpica las páginas cada vez que estos dos personajes comparten una escena, del modo en que se dejan llevar por sus instintos aunque siempre rezume por detrás, en la lejanía, tras el biombo, el hedor a un maestro titiritero que intenta controlarlo todo con una especie de plan con muchas fisuras. Y es que no quiero (ni debo) entrar en detalles, porque lo mejor es acercarse a la historia y ser testigos de cómo un par de desalmados sin escrúpulos intentan hacer prevalecer la máxima de que deben salirse con la suya a toda costa porque es la única salida que ellos están convencidos que tienen (cuando lo más fácil sería que ella dejara a su marido y chimpún). Qué más da si es uno de ellos quien maneja la barca y el otro quien se deja arrastrar por la corriente: ninguno tiene perdón ni lo busca.
Y es que si hay un personaje que merece la compasión del lector es Nick. Este señor es el epítome del sueño americano en plena Gran Depresión estadounidense: de origen inmigrante (su apellido es incontestablemente griego), se ha casado con una mujer joven y atractiva a la que adora, ha montado un negocio de la nada y se gana la vida bien y honradamente con él, está orgulloso de todo lo que tiene, de lo que ha conseguido, de las mejoras y ampliaciones que tiene en mente para el futuro... le va bien, no tiene muchas luces, es honrado, generoso, confiado y buena gente. Todo lo que tiene se lo ha ganado con esfuerzo y con el sudor de su frente, así que como lector, cuando ves lo que está ocurriendo ante sus narices sin que él sospeche absolutamente nada, cuando sufre cierto hecho gravísimo y sigue sin enterarse de nada, cuando eres testigo del destino inevitable, insoslayable e imperdonable al que está abocado en manos de dos seres tan egoístas e inmorales como Frank y Cora, sientes una pena inmensa. Y eso que al leer todo desde el punto de vista de Frank, Nick no es nada, solo un ente que estorba en el camino de dos personas omnipresentes... pero por mucho que Frank lo neutralice en su narración, por mucho que ese vacío demuestre la nada tan absoluta que para él era Nick como ser humano, tú como lector estás con Nick. Sabes que, de ser alguien en esta novela, serías Nick. Y acompañas a Frank y a Cora en cada paso que dan en su camino, son rabiosamente entretenidos de leer, no puedes apartar la mirada, pero jamás estás de su parte. Aquí no existe eso tan recurrente de los personajes ambiguos y la moral gris, y en esta vida todo el mundo recibe lo que se merece (o eso dicen, que yo no lo tengo tan claro).
Y a todo esto, ¿de dónde viene el título con el cartero de marras? Porque ni un solo señor del servicio postal aparece en esta novela. Así que para averiguarlo hay que indagar y buscar, y lo que encuentras es que Cain dio una explicación pero la gente apuesta por otra. Según Cain, es algo que simplemente surgió durante una conversación con un guionista amigo suyo sobre los nervios de esperar la llamada del cartero con noticias sobre cierto manuscrito suyo. Sin embargo, los que quieren ir más allá dicen que no, que Cain tiró de algo muy habitual durante la época victoriana. Al parecer los carteros tocaban el timbre una sola vez cuando entregaban correo normal, pero llamaban dos veces cuando tenían que entregar un telegrama, y si alguien se gastaba el dinero en un telegrama (que valía una pasta) es que algo malo había pasado. ¿Qué nos dice el título entonces? Pues que en este libro no ocurren cosas buenas precisamente y por eso el cartero, simbólica y metafóricamente, llama dos veces. Y esto, que no sé hasta qué punto entenderían los lectores de 1934, a los de 2025 nos cuesta googlear a ver si nos enteramos de lo que va el percal, porque la edición no viene con ninguna explicación al respecto.
En fin, El cartero siempre llama dos veces es uno de los clásicos norteamericanos más reconocidos y yo creo que la historia más o menos nos suena a todos, así que lo voy a dejar aquí con los tráilers tanto de la adaptación de 1946 como la de 1981. Honestamente creo que el libro es más sutil en algunos aspectos que las películas explotaron muchísimo (no voy a ser más explícita) pero, dejando eso a un lado, las dos películas son muy recomendables si todavía no las habéis visto.
JAMES M.
CAIN (Annapolis, 1892 – University Park, 1977) es uno de los autores más
emblemáticos del género negro estadounidense. Novelista y periodista de
profesión, después de la Primera Guerra Mundial, trabajó en varios
rotativos de Nueva York, pero al poco tiempo comenzó a escribir guiones
cinematográficos, relatos breves y novelas. Autor de numerosos éxitos
editoriales, su obra cumbre sigue siendo El cartero siempre llama dos veces. Sin embargo, han sido igualmente reconocidas sus novelas Pacto de sangre, Mildred Pierce y Ligeramente escarlata.
Hola guapa, he visto las dos películas hace tiempo pero con la novela no me he animado todavía. No descarto leerla más adelante y si puedo volver a ver las pelis, a ver qué me parecen ahora. Besos.
Yo he visto la película más moderna, la antigua puede que también pero no lo recuerdo. Lo cierto es que me suena demasiado la escena hot entre Jessica Lange y Jack Nicholson que dio tanto que hablar... A mí también me gusta leer los libros que han sido llevados al cine. De hecho en mi blog empecé haciendo reseñas de ambas obras pero hace tiempo que he abandonado el proceso porque no lo daba abarcado. Me has dejado alucinada con lo del título, aunque juraría que en la peli moderna sí que había un cartero... igual me engaña la memoria. En fin, que he pensado varias veces en leer esta novela pero hasta el momento no se me ha dado el caso, pero llegará. Un beso.
No la he leído. Sí he visto la peli más reciente pero hace tanto que apenas la recuerdo. Ahora me dejas con ganas de leerla. Y de volver a ver la peli. Besotes!!!
Excelente novela negra. Como muchas del género, una reflexión sobre la condición humana y la muerte, que no siempre pasa dos veces... Las películas son muy buenas, cada una en su estilo. Es menos caliente la antigua, pero Lana Turnes está espléndida y ella sola se basta para inspirar carnalidad.
Pues la verdad es que no he visto ninguna de las dos pelis, pero creo que el libro está interesante. Me lo apunto.
ResponderEliminarUn besazo
Hola guapa, he visto las dos películas hace tiempo pero con la novela no me he animado todavía. No descarto leerla más adelante y si puedo volver a ver las pelis, a ver qué me parecen ahora. Besos.
ResponderEliminarRecuerda haber visto una de las películas y no haber leído el libro, pero no estaría del lado de nick
ResponderEliminarYo he visto la película más moderna, la antigua puede que también pero no lo recuerdo. Lo cierto es que me suena demasiado la escena hot entre Jessica Lange y Jack Nicholson que dio tanto que hablar... A mí también me gusta leer los libros que han sido llevados al cine. De hecho en mi blog empecé haciendo reseñas de ambas obras pero hace tiempo que he abandonado el proceso porque no lo daba abarcado.
ResponderEliminarMe has dejado alucinada con lo del título, aunque juraría que en la peli moderna sí que había un cartero... igual me engaña la memoria. En fin, que he pensado varias veces en leer esta novela pero hasta el momento no se me ha dado el caso, pero llegará.
Un beso.
No lo he leído, pero no lo descarto.
ResponderEliminarUn beso.
No la he leído. Sí he visto la peli más reciente pero hace tanto que apenas la recuerdo. Ahora me dejas con ganas de leerla. Y de volver a ver la peli.
ResponderEliminarBesotes!!!
Excelente novela negra. Como muchas del género, una reflexión sobre la condición humana y la muerte, que no siempre pasa dos veces... Las películas son muy buenas, cada una en su estilo. Es menos caliente la antigua, pero Lana Turnes está espléndida y ella sola se basta para inspirar carnalidad.
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