Título original: L'ipotesi del male
Autor: Donato Carrisi
Editorial: Planeta
Traducción: Maribel Campmany Tarrés
Páginas: 496
Fecha de publicación: enero 2015
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 5,95 euros Ilustración de cubierta: @Opalworks
No conoces el miedo hasta que no oyes a alguien tosiendo debajo de tu
cama. Mila Vázquez sabe ver donde otros no suelen prestar atención. Por
eso, dentro del cuerpo de policía, escogió como destino el Limbo: la
oficina de personas desaparecidas. Todo empieza con un asesinato.
Un hombre mata a toda la familia de un conocido empresario, excepto a su
hijo menor: Roger Valin, quien desapareció una mañana sin dejar rastro y
ahora, diecisiete años después, todo parece indicar que ha
regresado convertido en un asesino en masa. Pero no es el único: él es
el primero de una serie de antiguos desaparecidos que están volviendo
para cometer crímenes atroces. ¿Por qué están regresando? ¿Hay
alguna lógica tras los asesinatos? Una historia donde nada es lo que
parece y el peligro no deja de acechar en la oscuridad.
Tengo este libro en la estantería hace al menos año y medio, pero sinceramente no tenía pensado leerlo en este momento porque, lo creáis o no, tengo planificadas casi todas las lecturas que voy a reseñar en lo que queda de año salvo algunos huecos que he ido dejando para "imprevistos". Uno de esos imprevistos era la posibilidad de ganar un ejemplar de El juego del susurrador que Laky ha sorteado en su blog, y que yo creía que era la secuela o segunda parte de El susurrador, que reseñé en julio, pero me informaron de que no era la segunda parte, sino la cuarta, y que precisamente este libro que hoy os traigo, La hipótesis del mal, era la segunda. Así que lo dicho, por si acaso me tocaba el libro, y gustándome como me gusta leer las series en orden en la medida de lo posible, leí esta novela antes de saber qué pasaría con el sorteo (soy así de optimista). Hice bien, porque al final he sido una de las afortunadas ganadoras de un ejemplar de El juego del susurrador. Ya me podía tocar también la lotería de vez en cuando... xD.
Me releo y no sé si se me entiende algo (estoy muy, muy espesa últimamente, creo que se nota). El caso es que esta es una lectura que se me ha salido del planning y para la que no tengo hueco de reseña, pero aun así quiero compartirla y que quede constancia de toda la serie de Mila Vasquez en el blog, así que de una manera breve y dominguera, os dejo mi opinión.
La historia comienza siete años después del punto en que terminó El susurrador (el Apuntador en esta edición de Planeta... es o que tiene leer series de libros a cargo de distintas editoriales y distintos traductores). Mila Vasquez se ha enterrado en el Limbo, la unidad de desaparecidos en la que escogió trabajar tras todos los sucesos traumáticos de la primera novela. Su jefe Steph es su único compañero de unidad, pues dos años atrás, Eric Vincenti, que también formaba parte de ella, engrosó la propia lista de personas desaparecidas que él mismo investigaba. En el momento en que arranca la trama empiezan a reaparecer muchas de esas personas desaparecidas (algunas de ellas desde hace casi veinte años) cometiendo asesinatos espeluznantes, como si fuesen víctimas convertidas en verdugos. Cada asesinato contiene una pista que conduce a otro asesinato, y siempre a cargo de una persona desaparecida distinta. ¿Cómo es posible que todas estas personas que antes de su desaparición no se conocían de nada ahora parezcan trabajar juntas? ¿Por qué están volviendo precisamente ahora? ¿Por qué están matando precisamente a esas personas? ¿Es un grupo terrorista? ¿Una secta? Pronto surge un nombre, Kairus, un nombre que a Mila no le dice nada pero que abrirá heridas antiguas en el departamento de policía.
Esta es la serie protagonizada por Mila Vasquez así que obviamente ella es la reina de la función, y para esta segunda novela Carrisi le busca nuevas compañías. Del equipo formado en El susurrador solo repite Klaus Boris, y lo hace casi de modo anecdótico. Ha ascendido, ya es uno "de los de arriba" y no se puede contar demasiado con él, así que Carrisi introduce al personaje de Simon Berish, un paria del departamento despreciado por sus compañeros por algo de lo que se le acusó hace años y que nunca se pudo demostrar. Berish será el hilo conductor que use el autor para ilustrarnos sobre diversos aspector de índole criminológica y sobre la hipótesis que da título al libro: la hipótesis del mal.
Y es que si en El susurrador nos adentrábamos de una manera profesional en la criminología y el trazado del perfil psicológico de un asesino en serie así como de sus tipos, subdivisiones y distintos estadios conductuales, en La hipótesis del mal se profundiza en aspectos crimonológicos diferentes pero igualmente interesantes. Primero profundiza en la diferencia entre los asesinos en serie y los asesinos en masa, que pueden parecer lo mismo pero no lo son en absoluto (los asesinos en masa imparten violencia extrema, tienen afán de protagonismo, son más letales e imprevisibles y, a diferencia de los asesinos en serie, no matan durante un tiempo prolongado más o menos pautado, sino que concentran los asesinatos en una sola masacre o varias masacres separadas por apenas unas horas). A este tipo de asesinos en masa nos enfrentamos en este libro, aunque parecen guiados por algo o alguien que se convierte en el archienemigo a identificar y batir por parte de Vasquez y Berish.
Pero además, y casi más importante, responde a la pregunta que da título a al libro. ¿Qué es la hipótesis del mal? Literalmente dice: "El bien de algunos coincide siempre con el mal de otros, pero es válido también lo contrario". Es decir, que haciendo el mal se puede hacer también el bien, y que para hacer el bien a veces es necesario hacer el mal. El bien y el mal no existen de manera absoluta, y con esta oscuridad juega el autor para volver a presentarnos a un personaje muy misterioso, el tal Kairus, que removerá en Mila muchos sentimientos a los que no quería volver a enfrentarse. Se siente atraída por la oscuridad como las abejas a la miel, le gusta trabajar en solitario y no mide los riesgos, y eso ahora mismo es un problema que no puede afrontar porque tiene responsabilidades que no tenía siete años atrás.
La hipótesis del mal sigue manteniendo en vilo al lector con una protagonista de extremos que en esta segunda parte sigue siendo ella misma pero en circunstancias muy distintas a las de la primera novela. Seguimos sin saber dónde están ambientados los libros y sin poder ubicar la historia en un lugar concreto del planeta Tierra, pero el tono espeluznante y creepy todavía sigue siendo marca registrada del autor. Y, sobre todo, sigo aprendiendo con las perlas sobre Criminología que Carrisi reparte por toda la novela y que, como ya comenté con El susurrador, para mí son parte esencial en mi disfrute de estas historias.
Hay una tercera historia sobre Mila Vasquez que sucede a esta, L'uomo del labirinto, pero no tiene traducción al castellano (que yo sepa), así que con El juego del susurrador pasaré directamente al cuatro libro de la serie. Y hay ganas. Muchas.
Me releo y no sé si se me entiende algo (estoy muy, muy espesa últimamente, creo que se nota). El caso es que esta es una lectura que se me ha salido del planning y para la que no tengo hueco de reseña, pero aun así quiero compartirla y que quede constancia de toda la serie de Mila Vasquez en el blog, así que de una manera breve y dominguera, os dejo mi opinión.
La historia comienza siete años después del punto en que terminó El susurrador (el Apuntador en esta edición de Planeta... es o que tiene leer series de libros a cargo de distintas editoriales y distintos traductores). Mila Vasquez se ha enterrado en el Limbo, la unidad de desaparecidos en la que escogió trabajar tras todos los sucesos traumáticos de la primera novela. Su jefe Steph es su único compañero de unidad, pues dos años atrás, Eric Vincenti, que también formaba parte de ella, engrosó la propia lista de personas desaparecidas que él mismo investigaba. En el momento en que arranca la trama empiezan a reaparecer muchas de esas personas desaparecidas (algunas de ellas desde hace casi veinte años) cometiendo asesinatos espeluznantes, como si fuesen víctimas convertidas en verdugos. Cada asesinato contiene una pista que conduce a otro asesinato, y siempre a cargo de una persona desaparecida distinta. ¿Cómo es posible que todas estas personas que antes de su desaparición no se conocían de nada ahora parezcan trabajar juntas? ¿Por qué están volviendo precisamente ahora? ¿Por qué están matando precisamente a esas personas? ¿Es un grupo terrorista? ¿Una secta? Pronto surge un nombre, Kairus, un nombre que a Mila no le dice nada pero que abrirá heridas antiguas en el departamento de policía.
Esta es la serie protagonizada por Mila Vasquez así que obviamente ella es la reina de la función, y para esta segunda novela Carrisi le busca nuevas compañías. Del equipo formado en El susurrador solo repite Klaus Boris, y lo hace casi de modo anecdótico. Ha ascendido, ya es uno "de los de arriba" y no se puede contar demasiado con él, así que Carrisi introduce al personaje de Simon Berish, un paria del departamento despreciado por sus compañeros por algo de lo que se le acusó hace años y que nunca se pudo demostrar. Berish será el hilo conductor que use el autor para ilustrarnos sobre diversos aspector de índole criminológica y sobre la hipótesis que da título al libro: la hipótesis del mal.
Y es que si en El susurrador nos adentrábamos de una manera profesional en la criminología y el trazado del perfil psicológico de un asesino en serie así como de sus tipos, subdivisiones y distintos estadios conductuales, en La hipótesis del mal se profundiza en aspectos crimonológicos diferentes pero igualmente interesantes. Primero profundiza en la diferencia entre los asesinos en serie y los asesinos en masa, que pueden parecer lo mismo pero no lo son en absoluto (los asesinos en masa imparten violencia extrema, tienen afán de protagonismo, son más letales e imprevisibles y, a diferencia de los asesinos en serie, no matan durante un tiempo prolongado más o menos pautado, sino que concentran los asesinatos en una sola masacre o varias masacres separadas por apenas unas horas). A este tipo de asesinos en masa nos enfrentamos en este libro, aunque parecen guiados por algo o alguien que se convierte en el archienemigo a identificar y batir por parte de Vasquez y Berish.
Pero además, y casi más importante, responde a la pregunta que da título a al libro. ¿Qué es la hipótesis del mal? Literalmente dice: "El bien de algunos coincide siempre con el mal de otros, pero es válido también lo contrario". Es decir, que haciendo el mal se puede hacer también el bien, y que para hacer el bien a veces es necesario hacer el mal. El bien y el mal no existen de manera absoluta, y con esta oscuridad juega el autor para volver a presentarnos a un personaje muy misterioso, el tal Kairus, que removerá en Mila muchos sentimientos a los que no quería volver a enfrentarse. Se siente atraída por la oscuridad como las abejas a la miel, le gusta trabajar en solitario y no mide los riesgos, y eso ahora mismo es un problema que no puede afrontar porque tiene responsabilidades que no tenía siete años atrás.
La hipótesis del mal sigue manteniendo en vilo al lector con una protagonista de extremos que en esta segunda parte sigue siendo ella misma pero en circunstancias muy distintas a las de la primera novela. Seguimos sin saber dónde están ambientados los libros y sin poder ubicar la historia en un lugar concreto del planeta Tierra, pero el tono espeluznante y creepy todavía sigue siendo marca registrada del autor. Y, sobre todo, sigo aprendiendo con las perlas sobre Criminología que Carrisi reparte por toda la novela y que, como ya comenté con El susurrador, para mí son parte esencial en mi disfrute de estas historias.
Hay una tercera historia sobre Mila Vasquez que sucede a esta, L'uomo del labirinto, pero no tiene traducción al castellano (que yo sepa), así que con El juego del susurrador pasaré directamente al cuatro libro de la serie. Y hay ganas. Muchas.
Donato Carrisi nació en 1973 en Martina Franca y en la actualidad vive
en Roma. Después de graduarse en Derecho, se especializó en Criminología
y Ciencias de la conducta. Es escritor y guionista de películas y
series de televisión. Ha sido galardonado con el premio italiano
Bancarella, el Prix Polar y el Livre de Poche, la distinción más
importante concedida por los lectores franceses. Duomo ha publicado con
una gran acogida sus bestsellers internacionales El cazador de la oscuridad, El maestro de las sombras y La chica en la niebla.
El propio autor dirigió la adaptación cinematográfica de este último
título, recibiendo por ella el prestigioso galardón David de Donatello.
Próximamente, Duomo publica El juego del susurrador.
No he vuelto a leer a Carrisi y eso que me dejaron La chica en la niebla. A ver si lo adelanto en mi lista de lecturas. Besos
ResponderEliminarHe leído otras novelas de Carrisi, pero con esta serie no me he puesto aún.
ResponderEliminarBesos.
La leí hace unos años y me encantó, como todo lo que he leído de Carrisi. A ver si tenemos suerte y resultamos ganadoras del concurso de Laky, yo también participo, y si no tengo suerte, no pasa nada, lo leeré igual ;-)
ResponderEliminarBesos
Es que con argucias así me convences fijo, sabes que soy Carrisiana de corazón ¡Tramposera! 😂😂😂
ResponderEliminarBesitos 💋💋💋
Me gustó mucho también, no tanto como Lobos (ahora publicado como El susurrador), pero no hay que desmerecerla porque es muy muy buena también. Y es que todavía no he leído nada malo, ni regular ni mediocre.., de Carrisi.
ResponderEliminarBesotes
¿Y qué sentido tiene publicar la cuarta sin la tercera?
ResponderEliminarDe este autor leí una, pero era en el Vaticano y a mí esos thrillers me gustan mucho. Pero un poco bestia sí que es y por lo que pinta, aquí le.da bastante. No tengo cuerpo ahora para este tipo de historias ni me planteo empezar una serie. Lo dejo ir.
Besos
Buenos días:
ResponderEliminarA ver, si oigo a alguien tosiendo bajo mi cama, lo único que verían de mí es la estela que dejaría al pasar corriendo por las escaleras de mi edificio :)
Ya en serio, parece una idea muy original, me refiero a lo de víctimas de asesinatos que vuelven ellos mismos convertidos en asesinos en serie. El libro me tienta, pero si me dices que es una saga, ya me pongo perezosa. A ver si saco tiempo para tanto bueno.
Un besote, y a ver si es verdad que el próximo sorteo que te toque sea la lotería y brindamos con espumoso!!
Yo también la tengo en la estantería desde hace ni sé (un calentón de estos de compras a 5.95€) y de momento se va a quedar ahí. Me apetece pero me da pereza. No es el momento ahora de asesinatos....
ResponderEliminarBesos.
A ver qué pasa con ese tercer libro de la serie, espero que acaba publicándose aquí
ResponderEliminarYo deseando leer "El juego del susurrador". Éste lo leí hace unos años
Besos
Pues por lo que nos cuentas de esta novela, descarto esta saga, por el cierto desorden que tiene Duomo con ella. Besos.
ResponderEliminar¿Qué???? Me has dejado muerto, yo pensaba que el juego era la segunda parte....que lío. Gracias por traernos la segunda parte pues...a ver si me hago con ella. Besos
ResponderEliminarYo también pensaba que era la segunda parte y no me apunté al sorteo. Que desastre!. Odio cuando las editoriales hacen eso. Bueno que le vamos a hacer. Me alegro por vosotras. Besinos.
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