Título original: A loyal character dancer
Autor: Qiu Xiaolong
Editorial: Tusquets
Traducción: Carme Camps
Páginas: 384
Fecha publicación original: 2002
Fecha esta edición: junio 2012
Fecha esta edición: junio 2012
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: descatalogado (disponible de 2ª mano)Fotografía de cubierta: Hans Neleman
OTROS LIBROS RESEÑADOS DE LA SERIE CHEN CAO:
Poco después del descubrimiento de un cadáver horriblemente desfigurado
en el apacible parque Bund, uno de los enclaves más populares de
Shanghai, al inspector jefe Chen Cao le encargan una delicada misión:
debe colaborar con una agente de policía estadounidense que está a punto
de llegar a la ciudad. La inspectora Catherine Rohn, que trabaja para
el Departamento de Justicia de Estados Unidos, ha venido a buscar y
custodiar a una joven, llamada Wen Liping, cuyo marido es un importante
testigo en un juicio contra el jefe de una de las temibles tríadas. Las
cosas empiezan a torcerse cuando la joven Wen desaparece sin dejar el
menor rastro. Y mientras atiende a la guapa inspectora, intentando que
se lleve del país y de la policía china la mejor impresión posible, Chen
tiene que embarcarse en la búsqueda de Wen.
En Visado para Shanghai han pasado varios meses desde los acontecimientos que se narraron en Muerte de una heroína roja. Chen sigue afianzándose en su puesto de inspector resolviendo casos en los que la política siempre está involucrada de un modo u otro, y él, al que le interesan más bien poco esos asuntos más allá de su obligación de pertenecer al partido comunista por culpa de su trabajo, intenta vadear todo eso como puede. Mientras pasea por el parque Bund, uno de sus emplazamientos favoritos en la bulliciosa y ruidosa Shanghai, aparece un cadáver escondido entre unos arbustos. La víctima es un hombre sin identificación todavía con el pijama puesto que ha recibido siete hachazos, marca inequívoca de la tríada conocida como Hachas Voladoras. No están en su terreno, es una banda mafiosa que suele actuar en provincias, pero sea o no sea suya la marca, las pistas apuntan hacia ella. Todo parece indicar que este será el caso primordial a resolver en la historia, pero no. A Chen le esperan nuevas órdenes.
Y es que Chen recibe un encargo que proviene directamente del Ministro. En Estados Unidos se ha detenido a un ciudadano chino relacionado con la masiva inmigración ilegal china que se está produciendo desde hace unos años. Está dispuesto a colaborar con las autoridades norteamericanas y a entrar en el programa de protección de testigos (si las tríadas le localizan no le dejarían llegar a juicio... vivo, se sobreentiende xD), pero pide que Wen, su mujer, embarazada y que todavía vive en Fujian, se reúna con él en USA. ¿Problema? Que Wen ha desaparecido sin dejar rastro y una agente norteamericana del Departamento de Justicia de Estados Unidos vuela con United Airlines en esos momentos camino de Shanghai para recogerla y llevársela a su país. No solo será responsabilidad de Chen informarle de lo sucedido sino que, mientras se hace cargo de investigar la desaparición y de encontrar a Wen, la comodidad y estancia de la agente Catherine Rohn también recaerán sobre él... y todo siempre con un objetivo (una orden) en mente: dar una buena imagen de China y de su fuerza policial de cara a los norteamericanos.
Cuando reseñé Muerte de una heroína roja os situé (lo mejor que supe y pude) en el contexto en el que se desarrollan estas novelas, y tampoco quiero repetirme demasiado porque la serie consta de muchos libros, pretendo traeros todos los que pueda, y no tiene sentido que os cuente lo mismo en todos ellos. Pero, por otro lado, se hace necesario contextualizar aunque sea someramente la China que se describe en el libro. Así que aunque para haceros una idea en profundidad os invito a leer la reseña de la heroína roja (enlace aquí), os doy dos pinceladas rápidas. Estamos en la China de principios de los años 90, es decir, la China post-Revolución Cultural, la china post-masacre de Tiananmén y, por tanto, en la China que quiere lavar su imagen internacionalmente pero sin cambiar gran cosa a nivel interno. Los altos estamentos chinos quieren ofrecer una imagen de país incorruptible y de nación que quiere abrirse al mundo, pero los intereses del partido comunista siguen siendo lo primordial... y tanto el partido como la policía están corruptos.
En este juego está siempre atrapado Chen Cao, que no solo está harto de la política, sino que las dudas que tiene sobre el funcionamiento de su propio país, el Partido y el modo en que funciona todo no dejan de acentuarse. Policía por obligación, porque así lo designaron en el Partido, pero poeta y literato de corazón, no está ciego ante lo que ocurre a su alrededor, lo que entra en confrontación directa con su alto rango dentro de la Policía de Shanghai, un puesto que le obliga a una actividad y unas obligaciones políticas que no comparte en absoluto.
Si algo me quedó claro en Muerte de una heroína roja es que estamos ante novelas policíacas con un componente social e histórico altísimos, de tal modo que todo se entrelaza de una manera que hace imposible entender estas novelas sin la denuncia y el contexto social en que se encuadran. Y, si os digo la verdad, por mucho que adore a Chen Cao, si Xiaolong no me contase todo lo que me cuenta de la China de los 90 y de la propia historia del país que le ha llevado a ese momento concreto de apertura, no disfrutaría ni la mitad de lo que lo hago leyéndolo.
Así pues, si la anterior novela se movía por cauces políticos y sus muchos secretos y esqueletos en el armario, en este se adentra en otros dos enormes problemas sociales en China: por un lado las tríadas, o mafias de gánsteres que, ya sea en las grandes urbes o en las pequeñas poblaciones, obran a su antojo con una más que evidente impunidad que no puede sino provenir de cierta permisividad, colaboración o asociación con los estamentos policiales y políticos. Todo eso se sospecha, claro, jamás podría un funcionario chino realizar una acusación como esa, pero a cada paso que dan tanto Chen y Catherine por un lado, como Yu (el ayudante de Chen) por otro, no deja de confirmarse que hay cierta tolerancia en el asunto, que hay cierta inoperancia voluntaria en el intento de detener a las tríadas por parte de los cuerpos policiales, e incluso comienzan a producirse ciertos accidentes que no lo son tanto y que pretenden asustarlos para que dejen la investigación.
Por otro lado, la migración china camino de occidente. Miles de chinos parten hacia Estados Unidos dejando atrás a sus familias para labrarse un futuro mejor, y eso se percibe incluso en las propias aldeas chinas, donde las casas de calidad, prósperas, las que reciben dinero americano, se distinguen sin problemas de las casas ruinosas y pobres que no reciben dinero extranjero. Aquí también se percibe la dicotomía: al gobierno chino le incomoda dar la imagen de que sus ciudadanos tienen que salir del país para ganarse la vida, pero al tiempo todos esos barcos están gestionados por las tríadas que, como ya he comentado, tienen tentáculos que llegan hasta arriba. Al final siempre es un círculo en el que Chen tiene que desenterrar mucha podredumbre haciendo malabarismos para no tocarle las narices a sus superiores... es tan íntegro que jamás permite que los intereses del Partido le impidan seguir investigando, pero al tiempo tiene que tener mucho cuidado de hacerlo todo de tal modo que la imagen del país y de la policía queden a buen recaudo.
Y por si todo esto fuera poco, está Catherine Rohn. Esta agente norteamericana es una apasionada de la sociedad y la cultura chinas, al pisar Shanghai cumple uno de sus sueños, pero eso no quita para que el choque cultural sea inevitable y vea muchas de las cosas que ocurren allí con sus ojos y su mentalidad occidental. Chen está de acuerdo con ella en muchos aspectos, pero su posición y su cargo le obligan a defender las decisiones y la política de su país, lo que hace que se produzcan piques que, sin embargo, no llegan jamás al enfrentamiento. La química entre ellos dos es palpable a pesar de la desconfianza normal entre dos profesionales que deben velar en todo momento por los intereses de sus países por mucho que estén obligados a colaborar juntos. Y aquí tengo que aplaudir a Xiaolong... cualquier otro autor (¿occidental, debería decir?) hubiese llevado la historia por unos derroteros que él evita a toda costa. La relación entre estos dos personajes, sus conversaciones (sobre todo sus conversaciones... simplemente maravillosas) y la confianza que se va estableciendo entre ellos, son sin duda uno de los platos fuertes de este libro. Y qué elegante es este autor, me tiene conquistada.
Visado para Shanghai se desarrolla en muchos aspectos del mismo modo que su antecesora. El tempo de la investigación es pausado, va avanzando, pero de tal modo que el autor pueda ir introduciendo otros muchos temas que a él le interesa tocar y exponer y que son tan importantes y tan relevantes para la trama como la propia línea policial. Mientras, seguimos paseando por Shanghai, seguimos conociendo su pulso, sus rincones, su apertura casi explosiva a un mundo que está también deseoso de conocerla. Chen es poeta y traductor, e igual que en Muerte de una heroína roja, la narración sigue estando salpicada de versos de autores chinos de distintas dinastías, porque ese es el modo en que Chen ve el mundo, el modo en que lo tamiza y procesa. Es un alma sensible y tranquila atrapada en un trabajo impuesto a dedo que le obliga a ver lo peor de las entrañas humanas. Y sobre todo es un hombre recto, honrado, compasivo y muy inteligente que vive atrapado en un mundo político en el que algunas de esas características son totalmente incompatibles.
Ya lo dije al principio. A la serie de Chen Cao no hay que acercarse exclusivamente buscando una investigación policial, hay que sumergirse en él con la intención voluntaria de aprender muchísimas cosas sobre China y su historia social y política, porque ambos aspectos comparten la narración a partes iguales. Son libros muy, muy buenos y muy, muy recomendables, pero también muy particulares en cuanto a tono, cadencia narrativa y manera de afrontar las investigaciones. Yo estoy deseando adentrarme en el siguiente. Ya lo tengo esperando en la estantería.
Qiu Xiaolong (Shanghai, 1953) se dio a conocer mundialmente con la serie de novelas policiacas protagonizadas por el inspector jefe Chen Cao, en las que traslada a los lectores a la realidad social y cultural de la China moderna en una época de difícil transición. Tusquets Editores ha publicado: Muerte de una heroína roja, Visado para Shanghai, Seda roja, El caso Mao, El crimen del lago y El enigma de China.
Tuve mi momento literatura oriental, pero la verdad es que ahora mismo me da mucha pereza.
ResponderEliminarBesos.
Hola,
ResponderEliminarleí Muerte de una heroína roja y me gustó; no había investigado y no sabía hasta ahora que había más libros con el mismo protagonista; me gusta lo que cuentas de esta novela así que me la llevo anotada.
Un beso
NO he leído nada todavía del autor y mira que tengo apuntado Muerte de una heroina roja desde que leí tu reseña. A ver si le pongo remedio.
ResponderEliminarBesos
Ay!!! que ya en el anterior te dije que me había llamado la atención, pero ¡¡¡sigo sin leerlo!!! y es lo malo que tiene el tener tantos libros a tu alrededor que te van llamando la atención otros y como no los tengas (físicos o digitales) al final los vas olvidando...
ResponderEliminarLo seguiré teniendo en cuenta, porque me picas y me gusta lo que cuentas, pero seguro que un día traerás el tercero y te seguiré diciendo que todavía no me he puesto con ellos, jeje...
Un besazo
Ya me la has liado otra vez. Y todavía no he leído la anterior...no me estreses que este año me he propuesto vivir muy slow 🤣🤣🤣
ResponderEliminarBesitos 💋💋💋
Esta vez no me animo, creo que el inspector jefe Chen Cao y yo no conseguiríamos congeniar.
ResponderEliminarBesos
¿Y si empiezo por este? Es que me gusta más este caso. Si fuera occidental diría que no, que paso de series que además en este género pues menos todavía. Pero lo de China es un plus. Me encanta que haya esa buena ambientación y descripción de los lugares y la cultura en especial de países a los que es probable que nunca vaya más que nada porque no viajo a sitios donde haya dictaduras.
ResponderEliminarMe lo apunto.
Besos
hola! puede gustarme, lo tendre en cuenta porque el apellido me suena pero nunca me detuve a conocerlo, hasta ahora!!
ResponderEliminarBuenas tardes, MH:
ResponderEliminarVengo de contestarte en mi blog, y te encuentro reseñando novela policiaca. ¡Lo que me gusta leerte hablando de este género!
No he leído nada de esta serie, pero ten muy presente que lo haré. Bucearé por tus reseñas a ver por dónde empiezo.
Un beso grande, y muchas gracias por tanto bueno que compartes!!
Leí el primero hace ya tiempo y me gustó muchísimo. A ver si me animo con este segundo libro. Y más ahora viendo que lo has disfrutado y está al nivel del primero.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola:
ResponderEliminarYo también he leído los dos primeros de la serie y me gustaron mucho: las tramás, los personajes, el retrato social... Estoy deseando ponerme con el siguiente.
Un beso.
PD: me quedo por aquí :-)
Me gusta lo chino y también el género, pero tratándose de una serie creo que lo dejo pasar. Ya tengo otros pendientes dentro de lo policiaco. Me alegro que sigas disfrutando de estos libros.
ResponderEliminarUn beso ;)
No leí nada de este autor, aunque veo que gustan mucho sus novelas. Y tiene el atractivo de que sus historias están ambientadas en China. Una buena propuesta, sin duda alguna. Besos.
ResponderEliminarTodavía tengo pendiente de leer el que tú sabes... A este paso, termina el año y no lo leo grrr! Pero bueno, voy tomando notas de los libros del autor gracias a vuestras reseñas. BEsos
ResponderEliminarMe encanta esta serie y este es sin duda el que más me ha gustado de los que he leído. Besinos.
ResponderEliminarUy, yo con este es que simplemente no me atrevo. No es de mi estilo la literatura oriental y he probado poco y acertado menos. Lo dejo.
ResponderEliminarBesos
Hola guapas
ResponderEliminarNo he leído nada de este autor, tal vez debería empezar por el primero porque lo mismo no me entero de nada y porque la literatura asiática es muy especialita ella...
Me llevo apuntado al autor
Fantástica reseña
Besitos mil