miércoles, 6 de junio de 2018

RESEÑA (by MH) ::: TEMPLADOS POR EL SOL, MECIDOS POR EL VIENTO - Marta Currás





Título original: Templados por el sol, mecidos por el viento 
Autora: Marta Currás 
Editorial: Círculo de Lectores
Páginas: 275
Fecha de publicación: 2018
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: 17,95 euros 
Diseño de cubierta: Planeta Arte & Diseño
«Yo fui templado por el sol, mecido por el viento y protegido por los árboles como cualquier bebé indio. Puedo ir a cualquier lugar y sentirme bien allí».

Las palabras del antiguo poema del jefe indio Jerónimo yacían entre los legajos de la Pasión y muerte de Liz, por C.E.P., esperando a que Clara las descubriera. Al entregarle aquel gastado cuaderno de tapas azul descolorido y hojas amarillentas, el anciano señor Sutter había asegurado a la joven que le gustaría leerlo.


Clara había agradecido la ofrenda, sin darle mayor importancia... Era el comienzo de su gran viaje por el continente americano en compañía de un anciano, sus recuerdos y las fotografías de una civilización perdida.
La lectura de Templados por el sol, mecidos por el viento ha sido una muy grata sorpresa. Por muy buenas expectativas que tengas, nunca sabes realmente lo que te vas a encontrar cuando no tienes referencias sobre un autor o un libro en concreto, y esta historia ha superado con creces lo ya de por sí bueno que esperaba de ella. Marta Currás autopublicó su libro en 2015, aunque más tarde lo presentó al Premio Círculo de Lectores, que como ya sabéis se celebra cada año. Quedó finalista pero, a pesar de no ganar, gustó tanto a la editorial que lo han publicado igualmente, y esta edición es la que hoy os traigo.

Clara, una traductora gallega que también es auxiliar de clínica y se dedica a cuidar ancianos, atraviesa por una fuerte crisis con su novio. Además lleva meses sin trabajo, así que cuando su amiga Paula, que vive en San Francisco, le ofrece un trabajo de varias semanas al otro lado del charco con un buen sueldo y a gastos pagados, decide hacer las maletas y coger un avión. Ese trabajo consiste en acompañar al nonagenario Duncan Sutter en su viaje a la residencia de ancianos de California donde va a ingresarlo su sobrina, solo que Sutter ha decidido no dirigirse directamente hacia la residencia y dar un rodeo para visitar el Gran Cañón de Colorado. Dado su precario estado de salud, necesita a su lado a alguien que cuide de él, papel que va a desempeñar Clara. En ese viaje les acompaña Raj, el chófer hindú del anciano, y Mike, un profesor de Literatura que conocen durante el trayecto y que va recorriendo Estados Unidos haciendo autostop y sin un destino fijo. Estas son las cuatro personas de carne y hueso que ocupan un asiento en el sedán de color negro... pero otros dos personajes les acompañan, dos personajes inmateriales que, sin embargo, son la razón de ser que impulsan este viaje: uno es Edward, amigo mental inseparable de Sutter y con el que mantiene largas conversaciones; el otro es Liz, la narradora de un viejo cuaderno que Sutter le da a Clara para que lo vaya leyendo durante el viaje.

Este es el planteamiento general de la historia. No os digo nada que no resulte evidente por sí mismo si os digo que estamos ante un road trip por el oeste americano. Tampoco parece nada novedoso si os digo que narra dos historias, una ambientada en el pasado y otra en el presente que acaban entrelazándose, porque hay novelas a porrillo con esta estructura... así que lo complicado viene ahora, porque no sé si voy a saber explicaros qué es lo que hace diferente a esta novela.

Esta historia es un canto de amor al concepto de viajar como impulsor de una evolución personal que nos permita seguir avanzando hacia nuestro destino, al hecho de que mientras recorremos kilómetros sobre ruedas, avanzamos los mismos kilómetros en nuestro interior; crecemos, absorbemos, nos adaptamos, nos metamorfoseamos en una actualización del yo que éramos antes de ponernos en marcha para emprender el viaje. Y en la narración somos testigos de muchos viajes físicos en busca de destinos interiores muy diferentes, porque cada personaje que aparece en sus páginas realiza una travesía completamente distinta.

Duncan Sutter viaja para despedirse del que fue el amor de su vida y para cumplir una petición; Clara viaja para dejar atrás precisamente al que ha sido su pareja y volver a encontrarse a sí misma; Mike viaja porque ha vivido demasiados años encerrado y asfixiado en una rutina que no le correspondía; Liz viajó en 1940 para huir de la muerte y murió para volver a renacer y encontrar su lugar en el mundo; y finalmente está Edward, que viajó y viajó durante años y años dejando a su familia atrás y cimentando su pertenencia a otra familia mucho más grande, la nativa norteamericana. Marta Currás narra una historia de ficción en la que echa mano de personajes y sucesos reales (algunos de los cuales yo desconocía y ya sabéis que me apasiona averiguar este tipo de cosas) para dar cuerpo a unos viajes que son huidas y destinos al mismo tiempo, de esos viajes inolvidables que sabes cómo comienzan pero nunca cómo terminan y lo que irás atesorando durante el camino. Y aunque en este párrafo puede parecer que hay algún spoiler imperdonable, creedme, no todo es lo que parece.
¿Qué es la vida? Es el destello de una luciérnaga en la noche; es el aliento de un búfalo en invierno; es la pequeña sombra que atraviesa la hierba y se pierde en la puesta de sol. (Pie de Cuervo, jefe Pies Negros, página 259).
La novela es en sí misma, entre otras muchas cosas, un homenaje a Edward Sheriff Curtis, fotógrafo y etnólogo estadounidense de finales del siglo XIX y principios del XX, que dedicó dos décadas de su vida, desplazándose como podía, buscando financiación donde le dejaban, a describir y fotografiar a todas las tribus de nativos americanos que habitaban en el territorio de Norteamérica. Es un homenaje a esos mismos nativos americanos que fueron expulsados de las tierras en las que vivían desde hacía cientos de años, arrinconados en superficies exiguas y recluidos por el hombre blanco como si estuvieran en guetos. Es un homenaje a los millones de niños que tuvieron que abandonar sus hogares durante la Segunda Guerra Mundial, completamente solos, con muertes de seres queridos en el corazón y la incertidumbre en el alma de no saber lo que les esperaba en la llamada tierra de los sueños. 

Marta escribe muy bien, sin impostaciones ni florituras, de esa manera sencilla y cercana que no resulta fácil, y la verdad es que da gusto leerla. Durante toda la novela se palpa que le apasiona la historia y el trabajo de Edward Curtis y que bien podría ser ese el leitmotiv de la historia, pero acertadamente la implementa (en su mayor parte) en la narración del presente para contrarrestar y compensar la narración del pasado y la historia de Liz y su cuaderno. Ya sabéis que en este tipo de estructuras siempre suele pesar e interesar más la narración del pasado (al menos en mi caso, y no creo ser la única), y al traerse en cierto modo a Curtis al presente nivela muy inteligentemente las dos partes.

Si algo me ha llamado poderosamente la atención es la fuerza descriptiva y narrativa que la autora tiene en lo que se refiere a la descripción de paisajes y entornos naturales, y se puede usar el libro sin problema alguno como guía turística para viajar desde San Francisco hasta el Gran Cañón. Se nota, sin lugar a dudas, que lo que describe son sus propias impresiones al visitar esos lugares, pero es que además tiene una facilidad pasmosa para transmitirlo, para radiografiar la belleza de lo que han visto sus ojos usando las palabras... sus sensaciones, sus impresiones, traspasan el papel. Si sois como yo, que nunca me había llamado la atención el Gran Cañón en plan visita turística, os aseguro que acabaréis con una visión completamente distinta de la garganta natural más famosa del mundo.

Templados por el sol, mecidos por el viento, adaptación de las palabras de Jerónimo (que ni era jefe ni se llamaba Jerónimo, por cierto), es un título precioso para un  viaje muy especial donde todo al final encaja y a lo largo del cual queda claro que el destino nos maneja unas veces, y en otras no nos deja margen de actuación. Además, para mí ha sido un placer descubrir a Edward Curtis, quien hizo más de 125 viajes para visitar y retratar a más de 80 tribus indias y cuyas 40.000 fotos componen los nada menos que 20 volúmenes de su enciclopedia sobre los nativos norteamericanos. Curtis fue uno de esos personajes fascinantes de leyenda, de esos aventureros en el más arraigado sentido de la palabra, que forman parte del concepto de vida de una época muy determinada y que ya jamás podrán volver a existir.

 

Marta Currás nació en en Madrid en 1975 pero reside en Galicia desde los catorce años. Bióloga de profesión, posee formación de posgrado en Microbiología y Medio Ambiente. Ha trabajado en laboratorios de Microbiología y Bioquímica durante casi veinte años.

Lectora voraz desde los tres años, escribe e imagina sus propias historias desde niña. Ha sido finalista en diversos concursos de microrrelatos y cuentos, y ha visto publicados algunos de sus textos. Aunque sigue escribiendo historias cortas, desde hace algún tiempo se dedica a la escritura de novelas. Templados por el sol, mecidos por el viento es su primera novela, inspirada en uno de los viajes que hizo por la costa oeste estadounidense. Además de ser una gran aficionada a la lectura y los viajes, dibuja y pinta, practica yoga y en la actualidad aprende a tocar el ukelele.

21 comentarios:

  1. Las historias del oeste no me llaman demasiado, pero sí tengo curiosidad por este viaje por carretera e interior. Gracias por el descubrimiento!
    Besos

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  2. Un tema apasionante, me ha atraído desde siempre; en una ocasión, en un viaje de etudios conocimos a un navajo, en unas jornadas estudiantiles y fue revelador y catártico, uno de los mejores recuerdos de mi vida. De jovencita leí La canción de la luna, y desde entonces es uno de mis libros favorito, y cuyo ejemplar guardo como oro en paño.

    Nada, ya me habéis liado.
    Besitos, embaucadoras.

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  3. hola! que delicia de libro, y que bueno la historia del fotografo y etnologo, nos gusta cuando hay cosillas como esas tras la lectura, un placer visitarte y leerte! saludosbuhos

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  4. Me encantaría embarcarme en ese viaje tan especial que comentáis, pero no me da la vida para leer todo lo que me gustaría. Besos

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  5. Qué buena pinta tiene este libro, me encantaría leerlo, así que me lo voy a llevar. Besitos

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  6. Vaya, me dejaste con mucha curiosidad. Me encantaría leerlo. Ya solo leyendo la biografía de la autora ("... gran aficionada a la lectura y los viajes, dibuja y pinta, practica yoga y en la actualidad aprende a tocar el ukelele"), es imposible no sentirse atraído por aquello que pase por su cabeza. Estupenda reseña.

    Un beso ;)

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  7. Me da mucha alegría cuando veo escritores que empezaron autopublicándose en Amazon y que después tuvieron el reconocimiento de las grandes editoriales. No he leído esta novela pero sí que la conocía, precisamente de verla en Amazon con muy buenas críticas. Me gusta lo que nos cuentas del road trip, pero sobre todo ese viaje como reflexión y riqueza de vida, para encontrarse con uno mismo y reconciliarse con su pasado. Una de las cosas que más me gusta de viajar es que aprendes a pensar, se te vuelve el cerebro flexible y la mirada comprende. No sé cómo explicarlo mejor, siempre le digo a mis alumnos que viajen porque un viaje es un curso entero en la universidad. Me lo apunto. Besos.

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  8. Pues no sé qué hacer. Me gusta mucho, mogollón el momento viaje, y encima uno de esos viajes que siempre sueñas con hacer. Al menos yo. La idea del descubrimiento interior y ese viaje paralelo en uno mismo también suman puntos a favor y por supuesto los personajes. Pero en la resta está la historia en sí, que suena a muy conocida y en especial la parte del pasado y esa cosa de juntar tramas que tan nerviosa me pone.
    Ay, esto es un sinvivir. Ya veré lo que hago.
    Besos

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  9. ¡¡Madre mía!!! ¡¡¡Como te odio!!! je,jej... Mira que a mi no me gustan las novelas de viajes, no me gusta mucho EEUU, y aún así me has picado... cabr... ejem... :)))
    No sé como escribirá Marta, pero el día que tú escribas una novela me vas a tener de primera lectora impaciente por hincarle el diente.
    Bueno pues eso que me la apunto por si puedo hacerme con ella.
    Un besazo

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  10. Pues después de leerte me arrepiento de no haberlo pedido a Círculo porque lo apunté en un principio pero luego no me animé.
    Un beso

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  11. Ohh qué párrafo final más bonito y qué interesante la vida de Curtis! Creo que no puede haber algo más bonito que viajar y aprender viajando, así que no me puede llamar más la atención este título del que nunca había oído hablar.

    Me llama mucho la atención el tema de las tribus nativas americanas, siempre he querido saber mucho más de su historia. De lo que tuvieron que vivir cuando les arrancaron de sus tierras.

    Besitos

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  12. No lo conocía, pero me lo llevo apuntado y, además, en esta edición que me parece preciosa *.*

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  13. La verdad es que no me veo yo con esta lectura, la dejo pasar.
    Besos.

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  14. Hola, me gusta lo que cuentas, espero poder leerlo

    Besos!!

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  15. Me llama, sobre todo, por ese viaje interior... Pero con tanto pendiente, como no se cruce...
    Besotes!!!

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  16. Que buena pinta. Me lo llevo. Besinos

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  17. VAya edición más bonita.... Y de Círculo de Lectores, eh, qué curioso.
    La verdad que lo que contáis me gusta, creo que podría disfrutarlo yo también, pero no me mata como para correr despavorida a anotarlo.
    BEsos.

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  18. No sé si es bueno leeros para mi pobre cuenta corriente, otro para mi lista de deseos...
    Besos

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  19. Pese al entusiasmo, dudo yo que en el momento actual sea una lectura para mí.
    Unbeso ;)

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  20. Ay no sé... Si te digo la verdad acabo de hacer mi pedido al círculo y este no recuerdo haberlo visto en la revista. De todos modos, no sé yo si me convencería mucho. Besos

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  21. Uf, qué quieres que te diga, las novelas de road trip no suelen ser lo mío y en esta veo que se centra casi en exclusiva en el desarrollo de personajes, y yo soy más de tramas...va a ser que no.

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