Tal como os comenté hace unos meses, a partir de este 2021 os voy a reseñar los libros de reto de Thomas Pitt de dos en dos, y así mato dos pájaros de un tiro: a vosotros os canso menos y yo me hago la ilusión de que avanzo más rápido (spoiler: no es verdad, a estas alturas ya debería llevar leídos dos libros más de los que llevo en este reto).
Hoy tocan los libros once y doce de la serie: Incendios en Highgate Rise y Chantaje en Belgrave Square. ¡A por ellos!
Título original: Highgate Rise
Autora: Anne Perry
Editorial: Debolsillo
Traducción: Jordi Giménez Samanes
Páginas: 446
Fecha de publicación original: 1991
Fecha esta edición (3ª): mayo 2001
Fecha esta edición (3ª): mayo 2001
Encuadernación: bolsillo
Precio: descatalogado (disponible de segunda mano)Imagen de cubierta: Mary Evans Picture Library
En el Londres victoriano, aquel rutilante mundo de elegancia para unos
pocos, hipocresía de esos mismos pocos y formal cortesía hasta para ir
al retrete, se cometían crimenes como en cualquier otra gran
ciudad...Clemency Shaw, la esposa de un prominete doctor, ha muerto en
un incendio. Pero el inspector Pitt tiene dudas sobre el origen del
mismo, y, junto a su astuta esposa Charlotte, deberá recorrer una
intrincada y siniestra red de pistas y personajes que van desde los más
bajos fondos de la sociedad victoriana hasta los más selectos centros de
poder...
Para situarnos temporalmente en la historia, se nos dice de pasada que al mismo tiempo que suceden los hechos del libro, se están cometiendo los asesinatos de Jack el Destripador, así que estamos en algún punto entre agosto y noviembre de 1888. Pero Pitt no tendrá nada que ver con la investigación de los asesinatos de las cinco mujeres de Whitechapel, sino que su trabajo lo lleva hasta Highgate, municipio cercano a Londres, donde una casa ha ardido hastas los cimientos con una mujer en su interior. Las pruebas demuestran que el incendio fue provocado, pues comenzó en al menos cuatro sitios distintos al mismo tiempo. Allí vivían un médico, el doctor Shaw, y su esposa, la fallecida. Pronto resulta evidente que ambos podrían ser los objetivos del asesino: uno por su condición de médico despositario de muchos secretos además de por su carácter revolucionario en cuanto a sus ideas políticas, y la otra por haber dedicado su labor humanitaria a sacar a la luz los nombres de hombres eminentes que han hecho su fortuna gracias a la miseria de personas que viven hacinadas en las viviendas (si se les puede llamar así) que alquilan. La investigación avanza lenta, y cuando se produce un nuevo incendio en la misma vecindad con otra víctima mortal, la urgencia por resolver el caso resulta apremiante: el doctor Shaw parece estar en el centro de todo, pero ¿y si esa es la estrategia del asesino para ocultar sus verdaderos motivos?
Esta nueva entrega se ambienta en la zona de Highgate, actualmente perteneciente a Londres (en su corazón se encuentra el famosisísimo cementerio victoriano de Highgate, donde están enterrados entre otros las escritoras George Eliot, Stella Gibbons y Christina Rossetti, las esposas de Charles Dickens y Julian Barnes, y Karl Marx), pero que en la época en que transcurre la historia todavía no formaba parte de la ciudad y era un municipio aparte (para que os hagáis una idea de lo que ha ido creciendo la ciudad). Pitt es llamado para hacerse cargo de la investigación para contrariedad de la policía de Highgate, que no entienden por qué tiene que ayudarles un inspector de Londres si ellos se bastan solos. Este recurso no es accidental, sino que la autora lo usa para sacar a Pitt de la comisaría de Bow Street justo en el momento en que se están produciendo los asesinatos de Jack el Destripador. De haber permanecido en la comisaría le hubiese tocado participar en esa investigación y no era una opción viable, así que mientras en su comisaría están a la caza de Jack, él se va fuera de Londres. Todo muy conveniente :)
Por anteriores entregas ya sabemos que, menos Pitt, investiga hasta el perro, así que a la mujer, a la cuñada, a la tía abuela del fallecido marido de la cuñada, al nuevo marido de la cuñada... ahora se une la criada, que también hace sus pinitos y hay que reconocerle que además lo hace muy bien (anda que no disfruta la buena de Gracie con los señores tan molones a los que sirve, siempre viviendo aventura tras aventura y emparentados con la aristocracia). Además en este caso las investigaciones no solo van por separado sino que tienen una finalidad distinta: el grupo de Charlotte cree que el objetivo era Clemency Shaw por sus actividades humanitarias, y Pitt cree que lo era su marido por sus ideas políticas. Y es que en lo que concierne al contexto social y político que resulta marca de la casa en estas novelas, Perry introduce a la Fabian Society y su defensa de un nuevo orden social con la libertad de expresión como escudo y derecho sin paliativos sin tener en cuenta las consecuencias de su uso irresponsable. También habla de la hipocresía de las clases altas y de los cargos eclesiásticos que hacen su fortuna a costa de las almas a las que deberían proteger. Todo esto da para hablar mucho, pero para ser una minirreseña, me está quedando muy largo, así que lo dejo aquí.
Solo me queda añadir que creo que Perry expone el desenlace del caso de una manera un tanto precipitada y pillada por los pelos, y no es la primera vez que lo hace. A estas alturas tengo muy claro que, además de no darle a Pitt el valor que se merece, los finales son su talón de Aquiles... nobody is perfect.
A veces, cuanto más sofisticados nos creemos más tontos nos volvemos, y cuánta más gente ociosa sin otra cosa en que ocuparse que dictar normas de conducta para los demás, más hipocresía se genera en torno a quien las sigue y quien no.
Título original: Belgrave Square
Autora: Anne Perry
Editorial: Debolsillo
Traducción: Matuca Fernández de Villavicencio
Páginas: 448
Fecha publicación original: 1992
Fecha esta edición (2ª): abril 2002
Fotografía de cubierta: Mary Evans Picture Library
Si en el libro anterior la época nos sumerge directamente en los meses en los que Jack el Destripador hacía de las suyas, ahora sabemos que han trasncurrido unos meses desde esos crímenes y que la policía de Londres no tiene muy buena fama. Su existencia es puesta en duda, ¿para qué sirve si no es capaz de atrapar a un asesino? En medio de todo esto aparece asesinado William Weems, un usurero y chantajista del que la sociedad puede prescindir totalmente. Los usureros son la peor calaña de la sociedad y no es que Pitt tenga demasiadas ganas de saber quién fue el asesino, pero su intervención es necesaria tras serle adjudicado el caso a pesar de pertenecer a otra comisaría (déjà vu, Anne Perry... repetimos esquema) por orden de su superior directo, Micah Drummond. Las circunstancias en las que tienen que hacerse cargo del caso resultan raras y Pitt sabe que hay gato encerrado, pero no le está permitido cuestionar a Drummond al respecto. Solo necesita saber que lord Byam, miembro del Parlamento, ha solicitado la ayuda de Drummond en calidad de amigo: él era uno de los chantajeados por Weems, quien poseía una carta que lo involucraba en un asunto de índole escandalosa ocurrido veinte años atrás. Esa carta no aparece al registrar el domicilio de Weems... pero sí aparecen otras cosas, y algunas de ellas apuntan a policías. Lo que faltaba, tal y como está el patio.
Autora: Anne Perry
Editorial: Debolsillo
Traducción: Matuca Fernández de Villavicencio
Páginas: 448
Fecha publicación original: 1992
Fecha esta edición (2ª): abril 2002
Encuadernación: bolsillo
Precio: descatalogado (disponible de segunda mano) Fotografía de cubierta: Mary Evans Picture Library
Cuando William Weems, un
oscuro prestamista, aparece asesinado no hay lágrimas por su muerte,
sino una discreta alegría entre aquellos cuyos escasos ingresos
esquilmaba sin piedad. Pero cuando el inspector Pitt encuentra en el
despacho de la víctima una lista donde figuran algunos caballeros
distinguidos de Londres, empieza a comprender la magnitud del caso:
Weems no sólo era un usurero sino también un perverso chantajista.
Charlotte, la perspicaz esposa de Pitt, será la encargada de esclarecer
en la alta sociedad londinense un entramado de turbias pasiones y vil
avaricia.
Si en el libro anterior la época nos sumerge directamente en los meses en los que Jack el Destripador hacía de las suyas, ahora sabemos que han trasncurrido unos meses desde esos crímenes y que la policía de Londres no tiene muy buena fama. Su existencia es puesta en duda, ¿para qué sirve si no es capaz de atrapar a un asesino? En medio de todo esto aparece asesinado William Weems, un usurero y chantajista del que la sociedad puede prescindir totalmente. Los usureros son la peor calaña de la sociedad y no es que Pitt tenga demasiadas ganas de saber quién fue el asesino, pero su intervención es necesaria tras serle adjudicado el caso a pesar de pertenecer a otra comisaría (déjà vu, Anne Perry... repetimos esquema) por orden de su superior directo, Micah Drummond. Las circunstancias en las que tienen que hacerse cargo del caso resultan raras y Pitt sabe que hay gato encerrado, pero no le está permitido cuestionar a Drummond al respecto. Solo necesita saber que lord Byam, miembro del Parlamento, ha solicitado la ayuda de Drummond en calidad de amigo: él era uno de los chantajeados por Weems, quien poseía una carta que lo involucraba en un asunto de índole escandalosa ocurrido veinte años atrás. Esa carta no aparece al registrar el domicilio de Weems... pero sí aparecen otras cosas, y algunas de ellas apuntan a policías. Lo que faltaba, tal y como está el patio.
¿Qué cosillas concernientes a la época tenemos en esta duodécima entrega? Pues además de los recelos de la sociedad hacia Scotland Yard por no conseguir identificar y detener a Jack el Destripador, ya vemos el uso del teléfono de manera esporádica (su uso estaba muy restringido a entes gubernamentales o privilegiados socialmente) y el uso de las (por entonces) poco habituales armas de fuego para cometer un crimen (al usurero le vuelan media cabeza con un arma de fuego no identificada hasta bien avanzada la trama). También se adentra en ciertas conversaciones sobre temas económicos como el capital de riesgo (no a nivel de individuos, sino cuando hay países e industrias involucrados), y como los países ricos y poderosos económicamente hablando explotan y se aprovechan de países pequeños que quieren crecer, cuyas empresas dependen de la exportación y necesitan dinero de manera urgente para que su gente no se muera de hambre. El imperio británico asfixiaba económicamente hablando a estos países (intereses elevados a cambio de porcentajes muy altos de esas empresas)... y bueno, nada que no siga ocurriendo hoy en día a nivel mundial. Lo de país rico explotador-país pobre explotado no ha cambiado.
También se introduce el Círculo Interno, una sociedad secreta de comerciantes, financieros y aristócratas (entre otros puestos de privilegio social) que supuestamente hacen el bien y lo que verdaderamente hacen es usar a sus miembros para manipular los estamentos policiales, judiciales y económicos en su propio beneficio. Exigen a sus miembros una lealtad que debe estar por encima del honor y de la conciencia aunque eso suponga actuar en contra de la ley... si se niegan, deben atenerse a las consecuencias, y pueden estar seguros de que las habrá. Os decía al principio del párrafo que Perry introduce a esta sociedad porque (salvo que yo me esté confundiendo) la usa recurrentemente a partir de ahora en varias de las novelas de Pitt a modo de archienemigo. Estoy segura de haber leído sobre el Círculo Interno en novelas posteriores, pero no sabía que Chantaje en Belgrave Square era la primera entrega donde se hablaba de ella.
Por ir terminando, os confieso que este podría haber sido mi libro favorito de la serie en mucho tiempo si no hubiese sido por un par de cosas. Y digo que podría haber sido mi libro favorito porque por fin, POR FIN, es Thomas Pitt el único encargado de la investigación y el que resuelve el crimen. Ese es su trabajo, es lo que sus lectores esperamos de él, aunque la autora se empeñe en que sea siempre su mujer quien se lleve la gloria. Echo mucho de menos a Pitt en sus propios libros, lo digo siempre, así que ha sido una muy buena sorpresa. ¿Qué ha pasado para que, aun a pesar de disfrutar de la lectura, se me haya quedado un poco corta la historia? Pues lo primero es que he descubierto el supuesto giro sorprendente del final en el primer cuarto de libro. Imagino que muchos lectores no lo verán venir, pero es que ya llevo muchas tramas como esta a la espalda y resulta inevitable anticiparse. Así pues, sorpresa cero, y aunque eso me pasa con muchos libros y tampoco suelo darle mucha importancia con tal de que la historia me entretenga, sí que me ha parecido un poco tramposilla la manera en que Perry intenta mantener la intriga hasta el final. Sin poder decir nada que no se considere spoiler, digamos que al mismísimo inicio de la trama se da una pista que cualquier detective hubiese seguido ipso facto porque resulta evidente que es de vital importancia... pero claro, entonces no habría historia, y Pitt no sigue esa pista hasta las últimísimas veinte páginas cuando a la autora ya no se le ocurre nada más para alargar la trama y justo a tiempo para resolver el crimen. No me parece realista ni adecuado en el mismo proceso de una investigación, así que no la compro y lo dicho, me parece tramposilla.
De todos modos esto no son más que peguillas subjetivas y totalmente personales, porque Chantaje en Belgrave Square es una historia muy entretenida y recomendable para quien guste de este tipo de tramas de misterio victorianas. Esta serie de novelas dan siempre lo que prometen; pueden resultar más o menos acertadas según la ocasión, pero nunca aburren (al menos a mí no me aburren, tampoco voy a generalizar).
Desde hacía diez años formaba parte de un grupo exclusivo conocido como el Círculo Interno, una hermandad donde la pertenencia de un miembro sólo la conocían los miembros más allegados al mismo, y todos se comprometían bajo juramento a que así fuera. Secretamente, realizaban buenas obras, ayudaban a los desventurados, luchaban contra ciertas injusticias y hacían generosas donaciones a numerosas sociedades benéficas. También habían pactado ayudarse mutuamente cuando así se les pidiera y el hermano se identificara con los signos del Círculo. La persona debía acceder a ayudar sin hacer preguntas ni evaluar el coste personal.
Anne Perry nació en Blackheath, Inglaterra, en 1938. Su
escolarización fue interrumpida en varias ocasiones por los frecuentes
cambios de domicilio y sucesivas enfermedades, que la llevaron a
dedicarse apasionadamente a la lectura. Su padre trabajó como astrónomo,
matemático y físico nuclear. Él fue quien la animó a dedicarse a la
escritura. Tardó veinte años en publicar su primer libro. Durante todo
ese tiempo realizó diferentes trabajos para ganarse la vida y dedicarse
a lo que realmente era su pasión: escribir. Su primera novela sobre la
serie del inspector Pitt, editada en 1979, fue Los crímenes de Cater Street.
Anne Perry se ha consagrado como consumada especialista en la
recreación de los claroscuros, contrastes y ambigüedades de la sociedad
victoriana. Su serie de novelas protagonizadas por el inspector Pitt y
Charlotte, su perspicaz esposa, es seguida por millones de lectores en
todo el mundo.
Hola, Chantaje en Belgrave Square es uno de mis favoritos de la serie, además del que más veces releí, aunque no recuerdo esa pista tan relevante que dices. Me has dejado con mucha curiosidad, igual lo releo que lo tengo en casa. Besos.
ResponderEliminarHola. El primero es uno de los que he leído de la autora porque me acuerdo de lo de Jack el Destripador. A mí también me da rabia que Pitt se quede en la sombra y toda la luz le dé a ella. La verdad es que me resultaban muy entretenidos hasta que empezaron a parecerme todos iguales.
ResponderEliminarEl otro, no, no lo conocía. Normal que te huelas los giros, es porque ya tienes mucho rodaje y la ves venir. Lo cierto es que no me llama especialmente la atención. Me gustó mucho el de la medium de nosédonde pero no sé si ya ha pasado por aquí. La verdad es que te planteas unos retos titánicos y tienes la santa paciencia y una voluntad que te envidio para cumplirlos. Olé tú.
Besos
Parecen unas lecturas que podría disfrutar, no he leído a la autora pero tengo curiosidad por descubrir algún libro suyo, espero no tardar en leerla y descubrirla. Disfruta de las lecturas y el reto =)
ResponderEliminarQuerida MH:
ResponderEliminarTú no cansas nunca, nos hables del libro que nos hables. Me interesa mucho este reto tuyo, y conocer así la evolución de la serie de Pitt. Este es otro de los propósitos lectores que me he planteado gracias a ti, al igual que el de Agatha Christie, Otra cosa será cuando los empiece.
Un abrazo y feliz domingo!!
Hola MH, la verdad es que me encanta leer tus reseñas de Pitt, pobre cómo te enervas porque no sea él el protagonista... Pero ya sabes que es una saga que no voy a leer. No tengo ganas de meterme en una serie de libros taaaan larga. Pero me lo paso pipa con tus reseñas.
ResponderEliminarUn besazo