miércoles, 9 de junio de 2021

RESEÑA (by MH) ::: PATRICK HA VUELTO - Josephine Tey


 
Título original: Brat Farrar
Autora: Josephine Tey 
Editorial: Hoja de Lata
Traducción: Pablo González-Nuevo
Páginas: 380
Fecha de publicación original: 1949
Fecha esta edición: julio 2018
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 22,90 euros 
Ilustración de cubierta: Gathering the Marsh (Dee Nickerson, 2016)


Los Ashby son terratenientes ingleses dedicados a la cría de caballos. Siempre han vivido en el pequeño pueblo de Clare y llevan una vida apacible capitaneada por la tía Bee, quien se ocupa de sus cuatro sobrinos tras el fallecimiento de su hermano y su nuera. El dolor por la pérdida de los padres y por la desaparición de un sobrino mellizo en extrañas circunstancias parece ya superado por los años y por días llenos de buena armonía familiar.

Pero justo la semana antes de la fiesta de mayoría de edad de Simon, uno de los sobrinos, el mundo de los Ashby da un vuelco completo. Un extraño llamado Brat Farrar llega al pueblo asegurando ser Patrick, el mellizo desaparecido. Él, como hermano unos minutos mayor que Simon, se convertiría en el heredero universal de la fortuna de los Ashby. El enredo está servido y más que bien sazonado. Porque sabemos desde el principio que Brat Farrar es un impostor guiado por alguien cercano a los Ashby.


La última vez que os hablé de Josephine Tey fue con el que es mi libro favorito de la autora, La hija del tiempo, y aunque tengo en la estantería todos los libros que la editorial Hoja de Lata ha ido sacando suyos,
por unas cosas o por otras se me han pasado varios años sin volver a leerla. Como tenía para elegir, me he decantado por Patrick ha vuelto, del que leí excelentes opiniones en su día y de las que a estas alturas no recordaba nada concreto salvo que eran muy positivas, como debe ser... Precisamente por eso, porque lo mejor es no saber nada de nada, todo lo que os cuento en esta especie de sinopsis personal que hago siempre se dice nada más comenzar el libro, así que no hago ningún tipo de spoiler, palabrita de honor.
 
Los Ashby viven en Latchetts dedicados a la cría de caballos, negocio que unos años va mejor que otros y que les permite vivir bien sin mayores holguras. La cabeza de esta singular familia es Bee, que quedó al cuidado de sus cuatro sobrinos tras el fallecimiento de su hermano y su cuñada en un accidente de avión ocho años atrás... bueno, en realidad quedó al cuidado de cinco sobrinos, pero el mayor de ellos, Patrick, que por entonces contaba 12 años, se suicidó poco después de la muerte de sus padres. Han salido adelante, y en seis semanas Simon, gemelo de Patrick, cumplirá 21 años y heredará el patrimonio de los Ashby... o eso creen todos, porque de repente aparece un joven asombrosamente parecido a Simon que dice ser Patrick y, por tanto, el inminente heredero de la pequeña fortuna Ashby al ser el hermano mayor. Cada miembro de la familia se enfrenta al acontecimiento como mejor sabe: unos con emoción, otros con reserva y otros con naturalidad. Simon, que lo pierde todo de la noche a la mañana, es el único que se niega a reconocer a este joven como su hermano gemelo... y tiene toda la razón del mundo, porque el lector sabe desde el principio que en esa casa ha entrado un estafador y que ese chico tímido, reservado y atractivo tiene tanto de Patrick como el hijo del lechero. Pero este es solo el comienzo, no se vayan todavía... ¡aún hay más!
 
Bueno, una vez puestos en situación, ¿qué tenemos? Pues tenemos un niño que se suicidó con apenas doce años que vuelve de entre los muertos bajo la apariencia de un impostor muy bien preparado para pasar todas las pruebas que le pongan por delante; tenemos una familia muy unida que en su mayor parte acoge con los brazos abiertos su regreso una vez superadas todas las pruebas que se le imponen; y tenemos un solo personaje que pone en entredicho su identidad pero que se comporta de un modo muy raro y ambiguo durante buena parte de la historia. ¿Cómo es posible que no duden ante la apariencia física del impostor teniendo en cuenta que la familia Ashby tiene rasgos muy definitorios y característicos? Pues con esa baza juega la autora cuando mata al personaje principal con 12 años: el salto de los 12 a los 21 es muy grande, el Patrick de 21 que se presenta es totalmente compatible con los rasgos de la familia y encima se parece más a Simon ahora en la edad adulta que cuando eran unos chiquillos (se dice en cierto momento que no eran gemelos idénticos). 
 
Y lo cierto es que cualquier otro autor precisamente hubiese jugado con la premisa más evidente, la de hacer volver al personaje sin desverlarnos más sobre él y basar todo el misterio en averiguar
si ese tal Patrick que ha vuelto de entre los muertos es quien dice ser o no. Pero no, Tey plantea la idea totalmente contraria: desde el principio sabemos que no lo es, y a partir de ahí alquila un silloncito en Latchetts y, haciendo uso de su mirada inquisitiva y aguda, nos cuenta la historia que realmente nos quiere contar, que no es otra que la de Brat Farrars, un huérfano que emigró a América desde Inglaterra años atrás, que allí se ganó la vida con los caballos y que ha vuelto a Londres en un impulso. No tiene trabajo y en uno de sus paseos conoce a un actor de poca monta que creció con los hermanos Ashby y no solo los conoce a ellos, sino a su hogar como la palma de la mano, y por cuestiones puramente egoístas se ha propuesto hacer saltar por los aires la herencia de Simon y recibir a cambio un dinero fijo todos los meses de por vida que le permita vivir a cuerpo de rey sin despeinarse. Él es quien prepara a Brat y lo convierte en un Patrick que roza la perfección.

Quien ya haya leído a Josephine Tey sabe que, aun siendo una dama del misterio, va muy por libre en cuanto al planteamiento de sus intrigas. Esta no es una novela de detectives ni de investigaciones, ni siquiera es una historia que vive por y para el misterio, aunque este va abriéndose camino con el transcurrir de las páginas sin prisa pero sin pausa... No, en realidad es una novela de personajes (como ya sucedía en La señorita Pym dispone, aunque vaya por derroteros muy distintos), de como se interrelacionan, de sus peculiaridades e idiosincrasias y de todas aquellas cosas que los hacen diferentes y, por tanto, también los unen. Tenemos a un personaje como Patrick/Brat en el centro del tablero, y todos los demás personajes se definen ante los ojos del lector por el modo en que él los ve y el modo en que actúan ante él y con él. No es una narración en primera persona, pero Patrick/Brat es nuestro hombre del día, el que llega nuevo a esa casa y, por tanto, el que lo ve todo desde un punto de vista objetivo y externo... y ese es el gancho que va a usar nuestra querida Josephine Tey para ir dando forma a su misterio: lo que la familia Ashby no ve porque lo tiene delante de las narices sí que lo percibe el que llega de fuera y mira todo con ojos reflexivos, desconocidos e inteligentes. Por no hablar de que estamos ante un criminal diferente más bueno que el pan con mucha ética, mucha mala conciencia y muchos buenos sentimientos. Esto tampoco es spoiler, lo vais a comprobar en cuanto abráis el libro.
 
La narración está aderezada con muchos retazos de humor sutil, de frases elegantes con doble sentido, de diálogos que lo mismo te sacan una sonrisa que dejan entrever mucho más de lo que dicen, de personajes secundarios que ponen el toque desenfadado, de toques costumbristas que resaltan sobre todo en la relación entre los Ashby y sus vecinos y, por si fuera poco, de una visita guiada a la vida en una granja de cría de caballos y el tipo de eventos sociales e hípicos que eran habituales en la campiña inglesa. Y es que los caballos son una parte importantísima de la historia; son el motivo por el que Brat Farrars decide convertirse en un impostor (vive por y para los caballos), son el modo de vida de la familia Ashby y son también parte indivisible de ellos mismos como personas. Se podría decir que han estado cabalgando a lomos de un caballo desde que tomaban el biberón, y esa comunión entre jinete y animal tiene una presencia constante durante todo el libro: es la vía de escape que usan muchas veces cuando quieren soltar presión y es el arma que usan cuando quieren hacerse daño.

En definitiva, Patrick ha vuelto es una novela de misterio porque la Tey lo quiso así, pero su intención final fue que conociéramos la historia de los Ashby, la historia de Brat Farrars y la trama que se inventa para que ambas historias colisionen y formen de paso una estupenda novela. Que sí, que sí, que hay intriga, que sabemos en todo momento que algo se cuece, que algo huele a podrido en Dinamarca y que Brat no dejará de hacerse preguntas desde el momento en que pone un pie en la casa y no parará hasta descubrir si sus sospechas son fundadas. Pero mientras tanto tiene que convivir con su "tía y sus hermanos", aprender a ser uno más de ellos y lidiar con la desconfianza de Simon mientras se acerca el día en que será dueño de todo. ¿Lo conseguirá? Porque ahí está el quid de la cuestión, en el modo en que Tey pone todas las cartas sobre la mesa desde el principio y aun así consigue mantener al lector pegado a las páginas mientras va aumentando la tensión y la presión sobre unos personajes cuyas reacciones van adaptándose, sometiéndose y transformándose una vez superada la sorpresa inicial... en ocasiones de un modo que ni siquiera ellos comprenden.

Lo dejo aquí, y lo hago preguntándome la extraña razón que ha motivado una cubierta tan preciosa como inequívocamente invernal en un libro que transcurre en su totalidad a comienzos de verano. Soy malosa, lo sé. El mundo me ha hecho así :)
 


 

Josephine Tey (Inverness, 1896 – Londres, 1952) es el seudónimo de la escritora escocesa Elizabeth Mackintosh. Fue una mujer independiente y adelantada a su época; jamás se casó y empezó ganándose la vida como profesora de educación física hasta la muerte de su madre, en 1926, cuando tuvo que regresar a casa para hacerse cargo de su padre inválido. Fue entonces cuando, por pura diversión, comenzó a escribir.
 
Entre sus obras más elogiadas por la crítica y el público destaca La hija del tiempo, declarada en 1990 la mejor novela de misterio de la historia por la Crime Writers’Association. 
 
Fue también autora de una docena de piezas teatrales  (escritas bajo seudónimo distinto: Gordon Daviot), y siempre será recordada por haber creado al inspector Alan Grant de Scotland Yard, protagonista de sus mejores historias.

10 comentarios:

  1. Buenos días, MH:
    A mí me ocurre como a ti con Josephine Tey, veo en ella mucho más que una escritora de policiaca y misterio. Me fascina su libertad a la hora de escribir. Me la imagino como un alma libre que vivió y pensó siempre con independencia. En fin, que me ha encantado leerte, como es habitual en mí.
    Un abrazo y enhorabuena por tu inteligente reseña!!

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  2. No he leído nada de la autora y conforme avanzaba en tu reseña iba creciendo mi interés. Me gusta que prácticamente el misterio sea casi una excusa para contarnos más cosas. Título anotado.
    Besos.

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  3. Un interesante descubrimiento, parece una lectura que disfrutaría así que tomo nota aunque estoy hasta arriba de acumulado =)

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  4. Hola guapísima, desde que Mónica me descubrió La hija del tiempo y posteriormente leí La señorita Pym dispone caí rendida ante Tey. Como tú me he comprado todas las novelas que ha editado de ella Hoja de Lata, reseñé hace poco El caso de Betty Kane, y como bien dices es muy peculiar... Tengo ganas de ponerme con esta o con la de Un chelín para velas...
    Un besazo

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  5. Totalmente de acuerdo contigo, Tey crea personajes que se encaminan hacia el misterio, pero lo importante son ellos, si quieres adentrarte en una novela de intriga máxima esta autora no es la tuya, tienes que quitarte el chip de Thriller y misterio para leerla, este es otro tipo de novela, es otra cosa.
    Maravillosisimo reseña, te aplaudo, hago la ola y hasta reverencias.

    Besitos 💋💋💋

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  6. La hija del tiempo me encantó y por lo que cuentas de esta novela, creo que la voy a disfrutar mucho también. Tomo buena nota.
    Besotes!!!

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  7. Pues sí, querida, es una novela de personajes y también una novela de estudio psicológico de los personajes, que es lo que le molaba a Josephine Tey. Coincido contigo, que es de misterio porque ella lo decide, pero esta señora es una rebelde y me encanta. Por cierto, que también coincido en tu ranking Tey: La hija del tiempo, Patrick ha vuelto y La señorita Pym dispone ;-)) Besos.

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  8. Hola.
    Aquí pasa una cosa, que en las novelas de personajes, te tienen que caer bien algunos porque si no, mal asunto. Sí que hay que ser hábil para mantener una historia que apenas tiene trama y que se centra en ellos. En fin, que el costumbrismo inglés me parece relajante y evasivo pero a menudo me deja la sensación de que me ha faltado algo. Creo que el de la señorita Pym me cuadraría mejor.
    Besos

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  9. Hola, me gusta mucho esta autora que como tu dices va por libre, hasta ser un género en sí misma. Este año he leído Un chelin para velas y este como no, está en mi lista. Una reseña estupenda que me ha dejado con ganas de ponerme no tardando mucho con la novela. Besinos.

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  10. Jajaja, pues siendo así como dices, que transcurre la mayoría del tiempo en verano, razón no te falta, no se entiende la portada, aunque también es cierto que es bonita. Sí, recuerdo la trama de haber leído en su día alguna que otra reseña. Me gusta, creo que lo disfrutaría seguro.

    Un beso ;)

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