RESEÑA (by MH) ::: EL ASESINATO DE ROGER ACKROYD - Agatha Christie

Título original: The murder of Roger Ackroyd
Autora: Agatha Christie
Editorial: Espasa
Traducción: G. Bernard de Ferrer
Páginas: 272

Fecha de publicación original: 1926

Fecha esta edición: septiembre 2015

Encuadernación: rústica

Precio: 14,90 euros
Ilustración de cubierta: @Ed

El asesinato de Roger Ackroyd rompió todas las reglas de la novela policíaca y convirtió a Agatha Christie en un nombre reconocible.

Roger Ackroyd sabe demasiado. Sabe que la mujer que ama envenenó a su brutal primer marido. También sospecha que alguien la ha estado chantajeando. Ahora, trágicamente, le llega la noticia de que se ha quitado la vida con una sobredosis de drogas.

Pero el correo de la tarde trae a Roger una última y fatal información, que puede aportar alguna luz sobre la identidad del chantajista. Por desgracia, antes de que pueda terminar de leerla, es apuñalado por la espalda hasta morir.

Si usted no sabe nada de este libro le damos dos consejos: no comentarlo con nadie, y leerlo a toda velocidad, ya que contiene una de las mayores sorpresas de la historia de la novela negra.

Pues nada, yo a mi tole-tole sigo sumando lecturas al reto de Agatha Christie, y por fin me ha tocado llegar a uno de sus libros más conocidos, pionero en su momento (como tantas otras novelas de esta autora) y que supuso un antes y un después en la novela de misterio y/o de detectives. ¿Por qué? Pues no os lo puedo decir, para eso hay que leer el libro xD.

En el pequeño pueblo de King's Abbott acaba de fallecer la viuda señora Ferrars. Ha muerto por una ingesta excesiva de veronal, y lo que para unos puede ser accidente, para otros puede ser un suicidio. Últimamente se la veía muy unida a Roger Ackroyd, y ya se empezaba a murmurar sobre un enlace inminente entre los dos, así que para el señor Ackroyd, la muerte de la señora Ferrars resulta un duro golpe. Unos días después de su muerte, el propio Roger recibe una carta de la fallecida. En ella le informa de que estaba siendo chantajeada, que había decidido poner fin a su vida para acabar con ese chantaje pero no sin antes desenmascarar al criminal, cuyo nombre adjunta en esa misma carta. Pero a Ackroyd no le da tiempo a desvelarle a nadie la identidad de esa persona: esa misma noche muere asesinado. Esta muerte, que da título a la novela y que por tanto no es ningún spoiler, es el punto de partida para la historia.

Nuestro narrador es el doctor Sheppard, que no solo era buen amigo del señor Ackroyd sino que, por su condición de galeno, es testigo de excepción de todo lo que ocurre en el pueblo porque es al primero al que se llama siempre en estos casos: primero la muerte (luego confirmada como suicidio) de la señora Sheppard, y después el asesinato del propio Roger Ackroyd. La noche de su muerte había una cena en su casa, Fernly Park, así que entre invitados, secretarios, familia, amigos de visita, visitas a escondidas y criados, los posibles asesinos, como no podía ser menos en una de estas novelas, son unos cuantos. ¿Pero quién es el principal sospechoso para la policía? Pues precisamente el único que no se tiene constancia de que estuviera en la casa y que está desaparecido: el hijastro del fallecido, Ralph Patton, alocado aunque de buen corazón. Pero su prometida, que es a su vez sobrina del muerto (sí, todo queda en familia), cree en su inocencia, y resulta que un tal señor Porrott se mudó al pueblo hace un año tras retirarse de la vida pública, y se dice, se cuenta, se rumorea, que era un famoso detective... ¿A que no lo adivináis? El tal señor Porrott es, como no podía ser menos, Hércules Poirot, que se pone en marcha para averiguar quién ha asesinado a Roger Ackroyd.

El asesinato de Roger Ackroyd es el primer caso de Hercules Poirot en el que no cuenta con la compañía del capitán Hastings. Descubrimos que, desde su anterior aventura juntos, Asesinato en el campo de golf, el capitán se ha casado, se ha marchado a vivir a Argentina, y que Poirot a su vez decidió retirarse y mudarse al pequeño pueblo de King's Abbott, donde se dedica básicamente a plantar calabacines. Pero quien tuvo, retuvo, y todos sabemos que Poirot estima demasiado sus células grises y su inteligencia superior al común de los mortales como para dejar pasar un caso en el que nada cuadra, en el que hay un sospechoso demasiado evidente que él no cree ni por un momento que sea culpable y en el que, cuantas más coartadas hay, más falsas parecen todas. Así que adopta al doctor Sheppard como su lugarteniente en sustitución de Hastings, y el doctor aprovecha para poner todo por escrito en una especie de diario narrado en primera persona (que tiene intención de publicar en un futuro), que constituye el relato que nosotros leemos.

El asesinato de Roger Ackroyd pertenece a ese grupo elitista de novelas de la Christie de la que es imposible no recordar la identidad del asesino. Le pasa un poco lo mismo que a Diez negritos o Asesinato en el Orient Express: una vez leídas, el devenir de la historia y el quién lo hizo se quedan en la mente del lector. Y puede parecer que esto es lo normal (o debería ser lo normal), pero estamos hablando de una autora que tiene más de ochenta libros en su haber, y que cuando has leído muchos de ellos hace muchos años, con el tiempo esas cosas se olvidan. Es que son muchos, muchos libros, y a veces muy parecidos entre ellos. Pues con los libros que os comento arriba eso no pasa: se quedan tatuados en la mente del lector. Y El asesinato de Roger Ackroyd en concreto, que es bastante anterior a los otros dos que menciono, es el que disparó la fama de su autora y rompió todas las reglas de las novelas de misterio hasta el momento. Está considerada como la mejor novela policíaca de todos los tiempos, y aunque esto va sobre gustos, como todo, poneos en situación: fue publicada en 1926. Nada de lo que hoy os parezca "más de lo mismo" lo era en aquella época. En 1926 muchos de los recursos narrativos de este tipo de novelas estaban en pleno proceso de invención y creación. Por eso esta novela es lo que es y tiene la importancia que tiene.

¿Consecuencias? Que relees el libro sabiendo en todo momento lo que va a pasar, y el interés radica sobre todo en comprobar si Agatha Christie era una escritora tramposa o no, si realmente dejaba pistas a lo largo de la narración o no, y si se sacaba al culpable de la manga o no. Pues querida Christie de mis entretelas, prueba superadísima: no solo no engañas al lector, sino que las pistas están ahí, a la vista para que quien quiera ver, que vea, y quien quiera usar las células grises al mismo tiempo que Poirot, que las use. No, Agatha Christie no era tramposa cuando creaba sus novelas, más bien al contrario: era muy generosa con el lector.

Más allá del misterio y su resolución, no deja de tener su gracia que Poirot, en este libro, y tal y como comento arriba, ya se haya retirado de la vida pública y de su profesión. Esta novela, como he dicho ya también, se publicó en 1926, y el pobre Poirot estuvo protagonizando libros hasta 1975. Ese es uno de los agujeros (enorme agujero, la verdad sea dicha) que los críticos de Agatha Christie siempre ponen de relieve: que Poirot empezó su andadura literaria con una edad ya avanzada y superados los 60 años con holgura, y sin embargo estuvo protagonizando aventuras durante cincuenta años más. En fin, larga vida al rey Poirot :)

No hace falta recalcarlo. El asesinato de Roger Ackroyd es de esos libros que cualquiera que quiera acercarse a la obra de esta autora debe leer sí o sí. El siguiente en la lista es Los cuatro grandes, que intentaré que caiga antes de finales de año. Veremos.

Agatha Christie (1891-1976) es conocida en todo el mundo como la Dama del Crimen. Es la autora más publicada de todos los tiempos, tan solo superada por la Biblia y Shakespeare. Sus libros han vendido más de un billón de copias en inglés y otro billón largo en otros idiomas. Escribió un total de ochenta novelas de misterio y colecciones de relatos breves, diecinueve obras de teatro y seis novelas escritas con el pseudónimo de Mary Westmacott.

Probó suerte con la pluma mientras trabajaba en un hospital durante la primera guerra mundial, y debutó con El misterioso caso de Styles en 1920, cuyo protagonista es el legendario detective Hércules Poirot, que luego aparecería en treinta y tres libros más. Alcanzó la fama con El asesinato de Roger Ackroyd en 1926, y creó a la ingeniosa miss Marple en Muerte en la vicaría, publicado por primera vez en 1930.