martes, 29 de noviembre de 2022

RESEÑA (by MH) ::: MENDEL EL DE LOS LIBROS - Stefan Zweig


 
 
Título original: Buchmendel
Autor: Stefan Zweig
Editorial: Acantilado
Traducción: Berta Vias Mahou
Páginas: 64
Fecha publicación original: 1929
Fecha esta edición: enero 2009
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 9 euros
Ilustración de cubierta: Fragmento de La bibliotèque (1921), de Félix Vallotton



Escrito en 1929, Mendel el de los libros narra la trágica historia de un excéntrico librero de viejo que pasa sus días sentado siempre a la misma mesa en uno de los muchos cafés de la ciudad de Viena. Con su memoria enciclopédica, el inmigrante judío ruso no sólo es tolerado, sino querido y admirado por el dueño del café Gluck y por la culta clientela que requiere sus servicios. Sin embargo, en 1915 Jakob Mendel es enviado a un campo de concentración, acusado injustamente de colaborar con los enemigos del Imperio astrohúngaro. Un breve y brillante relato sobre la exclusión en la Europa de la primera mitad del siglo XX.
Ya lo comenté en la única otra ocasión en que os hablé de Stefan Zweig: es un autor que admiro muchísimo y al que conocí en su faceta biográfica. Luego vinieron las novelas y sobre todo los relatos y cuentos, que son tantos que aún me faltan muchos por leer (y por adquirir, que es el principal problema xD). El caso es que me ha dado por releer lo que ya tengo, y entre esas historias muy cortitas está Mendel el de los libros. Me gusta tanto que
sigo conservando esta edición aislada de Acantilado a pesar de estar incluido en una recopilación de varios relatos del autor que también tengo. No sabía si traerlo o no al blog porque es un relato muy famoso y del que se ha hablado ya muy extensamente, pero bueno, me he decidido a hablaros de él muy brevemente y de paso invito a Zweig a tomar el té en Netherfield por segunda vez.
 
La historia comienza en Viena en los años 30. El narrador nos cuenta como se refugia en un café huyendo de un chaparrón y pronto empieza a tener la sensación de encontrarse en un sitio familiar, conocido, pero que no consigue localizar en su memoria. No es hasta un rato después que recuerda que está en el café Gluck, el cuartel general de Jakob Mendel... Mendel el de los libros, una leyenda de la ciudad, muy admirado y respetado en su día, a quien incomprensiblemente había olvidado por completo. Es entonces cuando empieza a narrarnos cómo conoció a Mendel, a perfilar la figura de tan peculiar personaje, y también lo acompañaremos cuando intente descubrir qué fue de él.

Jakob Mendel es un personaje complejo, excéntrico y trágico, con una de esas personalidades tan literarias en su concepción y tan extraordinarias en su ejecución que, una vez hechas las presentaciones, resulta muy poco probable que el lector llegue a olvidarlo. Un emigrante judío de la Polonia rusa que vive durante décadas (salvo para dormir) en un café, donde se dedica a leer libro tras libro completamente aislado del mundo. Es librero de viejo, pero no tiene una librería ni unas estanterías llenas de libros. ¿En qué consiste entonces su negocio? En su cerebro, literalmente. Quienes acudían a Mendel lo hacían esperando que les diese un listado de libros sobre un tema, o pidiendo que les buscase un libro especial o dificílisimo de encontrar, o que le hablase de tal o cual libro, quien lo vende, quien lo compra... y para todo esto solo disponía de su cabeza y memoria prodigiosas. Apenas se ganaba unas monedas con cada transacción (de hecho se ofendía en asuntos de dinero) y volvía a sus libros. El ensimismamiento era tan omnipresente, tan drástico y tan hermético, que cuando estalla la guerra (la primera mundial) no es consciente de lo que sucede a su alrededor, y cuando van a buscarlo responde a lo que le preguntan con una inocencia y un candor que conmueven por su ingenuidad.

Realmente en este relato largo puede parecer que no hay más trama que el desarrollo negro sobre blanco de un personaje, que no da tiempo a más en apenas unas decenas de páginas, pero quien haya leído alguna vez a Zweig sabe la capacidad que tenía para desarrollar personajes, ambientación y contexto histórico con unas pinceladas de genio y mucha maestría en el recurso narrativo. Por eso, en estas sesenta páginas contadas, Zweig aprovechó para mostrarnos la caída del personaje de Mendel en paralelo con la caída de Europa tal y como se conocía hasta aquel momento. O dicho de otra manera, Europa se quebró ante el estallido de la Primera Guerra Mundial, y Mendel hizo lo propio como ser humano. Es tan corto el relato que no puedo adentrarme más en esto, pero en la ceguera de Jakob Mendel ante lo que se vino encima con la guerra yo veo un símil con la ceguera de muchos millones de personas que al principio no dieron mayor importancia a lo que estaba sucediendo, y la estupefacción posterior de Mendel es la estupefacción de quien vive en una burbuja y de repente ve que esa burbuja no lo protege de nada.

Por ello, para multiplicar la sensación de aislamiento, ignorancia e ingenuidad, para hacer creíble a un hombre adulto que sigue adelante con sus excentricidades en medio de un conflicto bélico del que no es en absoluto consciente, Zweig dibuja un personaje enroscado sobre sí mismo, solitario, cuyo norte es la mesa del café donde ha establecido su cuartel general y que no mantiene ningún tipo de contacto humano salvo las ocasionales peticiones literarias de ayuda. El autor llama la atención al lector sobre las consecuencias de cerrar ojos y oídos a lo que nos rodea, a los tambores que avisan del peligro y las trompetas que llaman a la cautela. Mendel se encierra en sus libros, se cobija en su memoria prodigiosa y cierra a cal y canto su existencia a cualquier estímulo proveniente de la realidad, y eso supone su ruina. Este relato podría ser un canto de amor a los libros si uno se dejase llevar por el romanticismo idealizado que nos lleva a amar la literatura, pero no lo es; Mendel el de los libros es una advertencia a mantener los ojos bien abiertos, a luchar contra la comodidad de vivir en la ficción y la necesidad de tener siempre un pie en el mundo real. Todos sabemos cómo murió Zweig, en qué circunstancias; cuando se publicó Mendel el de los libros todavía faltaban unos pocos años para el ascenso del nazismo en Alemania y la consecuente Segunda Guerra Mundial, pero Zweig ya cargaba en la mochila con la Gran Guerra, el antisemitismo que comenzó a germinar en ella, y seguía alerta (toda su obra fue prohibida en Alemania en 1936 por el gobierno nazi).

Pero además de todo esto, a Zweig aún le da tiempo a lanzar su último mensaje: que toda existencia es transitoria y está abocada al olvido, y que precisamente deberíamos sumergimos en los libros para huir de esa fugacidad y sentir una conexión con otros seres humanos, que es todo lo contrario a lo que hace el propio narrador al olvidar a Mendel en un primer momento, y de lo que hace el propio Mendel durante sus treinta años de existencia en Viena. El bueno de Mendel, el pobre de Mendel, que se hace un hueco en el corazón del lector... porque no puedes sino sentir piedad y dolor cuando entiendes lo desvalido e indefenso que está, lo vulnerable que es y lo doloroso que resulta siempre la injusticia contra los inocentes que nada comprenden y todo lo sufren.
 
Lo voy dejando aquí. Tal y como digo al principio, es una historia tan conocida que simplemente he decidido intentar explicar lo que a mí me dice, lo que yo siento cuando la leo, que puede estar muy equivocado pero cada lector somos un mundo y es mi visión del libro. El final siempre me emociona, siempre consigue transmitirme la agonía tanto de la soledad más absoluta como de la ausencia de huella en este mundo, la melancolía de la existencia vacua sin memoria futura... una posteridad en la que nadie te recuerda y tu estela se desvanece, mientras que los libros siempre permanecen y son testigos de tu esencia efímera.
Dejando a un lado los libros, aquel hombre singular no sabía nada del mundo, pues todos los fenómenos de la existencia solo comenzaban a ser reales para él cuando se vertían en letras, cuando se reunían en un libro y, como quien dice, se habían esterilizado.

 

 


 
Stefan Zweig (Viena, 1881 – Petrópolis, Brasil, 1942) fue un escritor enormemente popular, tanto en su faceta de ensayista y biógrafo como en la de novelista. Su capacidad narrativa, la pericia y la delicadeza en la descripción de los sentimientos y la elegancia de su estilo lo convierten en un narrador fascinante, capaz de seducirnos desde las primeras líneas. En Acantilado se ha publicado la mayor parte de su obra narrativa y ensayística.

9 comentarios:

  1. Hola guapísima, pues a mí me pasa con Zweig como a ti con Sanderson, que siempre digo que tengo que leer algo de él y luego no me lanzo, o se me olvida hasta la siguiente reseña que leo de él... Yo, por lo menos, tengo la ventaja (desgraciadamente) de que Zweig no publicará más libros...
    En fin, que a ver si algún día me pongo.
    Un besazo

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  2. Hola, lo leí hace unos años y me encantó, no sólo por lo entrañable que me pareció Medel sino por todo lo que rodea su historia, es de los libros que duelen y emocionan. Besos.

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  3. Tardé bastante en leer esta novela de Zweig desde que tuve conocimiento de ella. la veía tanto en todas partes que me daba pereza y prefería leer otras cosas del autor. Tiene tanta obra que siempre hay algo de él que está entre los pendientes. Cuando por fin me decidí, quedé impresionada de la calidad de la novela. Era capaz de contar historias maravillosamente universales en poco más de cincuenta páginas. Un personaje Jakob Mendel que nunca podré olvidar.
    Un beso.

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  4. Buenas tardes, MH.
    No se me ocurre ningún motivo por el que no debas hablar de este relato. Nadie mejor para hacerlo que tú. Entiendo el motivo que das, ya sabes que recientemente viví yo un caso parecido con otro título muy conocido. No obstante, tu mirada es siempre particular, y en ella se destilan motivos diferentes.
    En cuanto a Mendel el de los libros, leí este relato una madrugada en la que no podía dormir. Me impactó de tal modo que rompí a llorar sin haberlo finalizado. Zweig era un hombre con un sentido de la estética y una sensibilidad narrativa muy especial.

    Un abrazo querida, amiga, y te doy la enhorabuena una vez más!!

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  5. Yo estaba tan enfrascada en su lectura que cuando acabo no reaccionaba😀😁 quede muy triste y necesitaba consuelo.
    Cosas que pasan con los libros que se meten tan adentro.

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  6. Lo leí hace unos años y me encantó, es mi obra preferida del autor. Es tan increíble cómo logra plasmar la personalidad de sus personajes.
    Besotes!!!

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  7. Qué manera la de este hombre de captar las emociones y ponerlas en un papel. Ahí donde cualquiera diría aquello de "no se puede expresar con palabras", él sí puede y encima lo hace bonito. Es como si tuviera una fórmula secreta para combinarlas.
    Con este libro me pasa que está la guerra presente por ahí aunque el personaje la obvie y como hay tantos relatos y libros por leer de él siempre opto antes por otros.
    Por cierto, hace mucho que no leo nada suyo.
    Besotes

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  8. Qué manera la de este hombre de captar las emociones y ponerlas en un papel. Ahí donde cualquiera diría aquello de "no se puede expresar con palabras", él sí puede y encima lo hace bonito. Es como si tuviera una fórmula secreta para combinarlas.
    Con este libro me pasa que está la guerra presente por ahí aunque el personaje la obvie y como hay tantos relatos y libros por leer de él siempre opto antes por otros.
    Por cierto, hace mucho que no leo nada suyo.
    Besotes

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  9. Coincido contigo en todo, lo leí hace poquito y la situación en la que se queda Mendel da mucha tristeza. Lo rápido que pasa todo al olvido.
    Un besote.

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