Título original: Leaving Atlanta
Autora: Tayari Jones
Editorial: Ediciones El Cobre
Traducción: Juanjo Estrella
Páginas: 296
Editorial: Ediciones El Cobre
Traducción: Juanjo Estrella
Páginas: 296
Fecha esta edición: febrero 2006
Encuadernación: rústica con solapas
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: descatalogado (disponible de segunda mano)
Fotografía de cubierta: Chris Ledochowski
Fotografía de cubierta: Chris Ledochowski
Ambientada en el escalofriante contexto de los asesinatos de niños en
Atlanta en 1979, "Leaving Atlanta" entrelaza las conmovedoras historias
de tres jóvenes protagonistas. Tasha navega por la tormenta emocional de
la separación de sus padres mientras lidia con su primer enamoramiento.
Mientras tanto, Rodney se esfuerza por forjar amistades y busca la
aprobación de su padre abusivo, y Octavia enfrenta las presiones de
encajar con el grupo popular en la escuela. En su novela debut, Tayari
Jones ilumina las complejidades de la niñez y la resiliencia durante un
oscuro capítulo de la historia.
Creo que ya lo he dicho alguna vez, pero soy lectora habitual de true crime y tengo una balda en la estantería dedicada a este tema. Así que cuando leí entre las propuestas del reto Serendipia esta novela, Leaving Atlanta, que su recomendadora, Eleea Books, bautizaba como "Tres miradas para un true crime", me hicieron los ojos chiribitas y lo tuve clarísimo. ¿Qué me he encontrado? Pues algo totalmente diferente a lo leído hasta ahora en este subgénero, pero aun así una lectura fantástica. Tampoco es que esperase nada concreto, jamás había oído hablar de esta novela, pero los true crime suelen tener unos patrones que Tayari Jones se salta a la torera porque lo que quiere contar es otra cosa, y el resultado es una lectura muy recomendable y de las que no se olvidan.
El aspecto de true crime que tiene la novela es que está ambientada en 1979 en Atlanta. Ese verano empezaron a cometerse unos asesinatos en la ciudad que se alargarían hasta mayo de 1981. Murieron asesinadas 28 personas, todas ellas afroamericanas y en su mayoría niños, aunque también hubo adolescentes y adultos. Sus cuerpos fueron encontrados por toda la ciudad y solo hubo una detención, la de Wayne Williams, a quien solo se le pudo condenar por los asesinatos de los adultos. Él siempre ha negado que tuviese nada que ver con las muertes de los niños (fue sentenciado a dos cadenas perpetuas y sigue vivo en prisión), y de hecho desde entonces y cada pocos años se han ido repitiendo pruebas de ADN por si surgiese algo nuevo. El caso se reabrió en 2019 por si las nuevas tecnologías podían ayudar a esclarecer este aspecto. De momento no ha ocurrido nada.
Este es el contexto en el que Tayari Jones ambienta su novela. Ella misma era una niña en Altlanta cuando ocurrieron los asesinatos, y de hecho hay un personaje en la historia que se llama como ella... es ella, vaya, pero no se erige en protagonista ni tiene relevancia alguna, solo es una niña más en el colegio al que van los tres personajes de la novela a la que se nombra de pasada de manera casual. Aun así reafirma su presencia en ese marco temporal y local, nos está diciendo que ella estaba ahí cuando pasó todo y que forma parte de su vida.
¿Cómo plantea Jones la historia? Cogiendo a tres niños ficticios de quinto curso que asisten a sus clases en la escuela primaria de Oglethorpe y contándonos un momento muy concreto de la vida de los tres, tanto en el ámbito familiar como en el escolar, siempre con los asesinatos de fondo y la sensación de miedo que existía en la comunidad negra de la ciudad... pero sobre todo y ante todo, centrándose en ellos como individuos que no siempre tenían una situación fácil en casa y que en la escuela no eran los reyes de la función, sino todo lo contrario. Estos tres niños son de esos niños que no llaman la atención, que a veces son el objeto de las burlas de sus compañeros, que no tienen un grupo enorme de amigos, que sufren malos tratos en casa, que tienen obligaciones de adultos que no les corresponden, que en ocasiones el mundo se les echa encima porque ni se sienten queridos en casa ni aceptados en su entorno escolar. Las tres historias son muy diferentes, las tres vidas de estos niños son totalmente distintas, cada uno las afronta de manera completamente diversa, pero al final son niños que deberían ser felices y sentirse seguros, y la vida no se lo pone nada fácil.
Tayari Jones divide la novela en tres partes, en cada una de las partes termina la historia individual de cada niño, pero en realidad las tres historias están conectadas porque todos son compañeros de clase y lo que ocurre incide de una manera o de otra en la existencia de los demás.
La primera niña que conocemos es Tasha. Tasha es de esas niñas que se esfuerzan por ser aceptadas por sus compañeras de clase pero que, cuanto más se esfuerza, más rechazo parece provocar. Su hogar es un hogar normal, tanto ella como su hermana son niñas amadas y protegidas, pero parece que sus padres se van a separar, o al menos, su padre se ha ido de casa con otra mujer. Habla con él a menudo por teléfono, pero no es lo mismo. Lo paga con su madre, que es la que menos culpa tiene y hace lo que puede. A Tasha le gusta Jashante, un chico del colegio que debe tener al menos quince años. Jashante es guapo, tiene éxito entre las chicas, y a esas chicas no les parece bien que le preste atención a Tasha. En la tele, cuando se sientan a cenar, hablan sin parar de los niños desaparecidos.
El segundo niño es Rodney. Su historia comienza cuando un compañero de clase lleva un par de semanas desaparecido. Los padres de Rodney no son tan buenos padres como los de Tasha. Su padre le pega palizas; su madre no hace nada por evitarlo. Tiene que desayunar muchos días en el colegio, algo que solo hacen los niños de familias muy pobres y que su hermana y él tienen que hacer porque su madre ni se molesta en prepararles el desayuno. Rodney siempre anda solo, aislado de los demás. Se meten con él, pero no se defiende. Su única amiga, y porque ella le impone su amistad constantemente, es Octavia. Pero se siente solo, muy solo, y es muy muy infeliz. Su hermana canta constantemente la canción de seguridad que les han enseñado en el colegio para que no se vayan con desconocidos y un policía les da una charla sobre como evitar los secuestros. Pero un día ocurre algo en la escuela... y Rodney toma una decisión.
Nuestra última niña es, precisamente, Octavia, la amiga de Rodney. Nos cuenta su historia en primera persona, historia que comienza precisamente cuando otro compañero de escuela más ha desaparecido. Octavia vive sola con su madre, una mujer muy joven que deja sola a su hija cuando se va a trabajar todas las noches. Su madre miente a todo el mundo sobre todo, y hace que Octavia también mienta para que los demás piensen que en esa casa está todo muy controlado. Adora a su hija, pero hace lo que tiene que hacer para salir adelante, y si eso implica que se quede sola todas la noches, sea. Se hacen muchas alusiones a un hermano de la madre, algo pasó hace un tiempo con él y Octavia tiene algo que ver. Octavia es también una niña muy solitaria, pero no sufre por ello, no le importa. Su color de piel es muy muy oscuro y eso al parecer no gusta entre sus compañeros también negros. Su única amiga, aparte de Rodney, es la profesora Grier, y a ella acude cada vez que tiene un rato. Octavia es una niña de sobresalientes, muy madura, demasiado, para su edad, que ve el mundo de una manera mucho más adulta de lo que le corresponde.

En cuanto a los tres niños, me quedo sin duda con las dos últimas historias por muy distintos motivos. Con la de Octavia porque es una niña maravillosa, fuerte, inteligente, observadora, buena... es de esos personajes que no se te olvidan, con una personalidad arrolladora a pesar de tener solo once años que deseas fuertemente que le vaya bien en la vida, que sientes que tenga que gestionar mucho más de lo que le corresponde para su edad. Rodney, por otro lado... a Rodney quieres abrazarlo, quieres decirle que todo va a ir bien aunque por dentro no lo creas. Quieres decirle que estás ahí, que intente levantar la cabeza y mirar hacia delante con la convicción de que las cosas van a mejorar. Os lo digo tal cual, la historia de Rodney me ha roto el corazón. Ese final es absolutamente terrorífico, es muy duro no por el hecho en sí, sino por lo que implica, por lo que tiene de voluntariedad, y me acuerdo de él muchos días. Señora Jones, esto no se hace. Duele.
En fin, que yo buscaba un true crime y me encontré las vidas de tres niños afroamericanos de once o doce años intentando encajar y sobrevivir a su día a día con las escasas armas de que disponen y una fortaleza mental que por su edad no les corresponde enarbolar. Sí, un asesino en serie va secuestrando y matando niños y adolescentes en su entorno... pero eso es el ruido de fondo más que la noticia de primera plana. Me ha gustado mucho, cuenta historias que no se te olvidan y presenta unos personajes que se quedan contigo. Muy recomendable, de verdad, no será el último libro que lea de la autora.
Tayari Jones (1970) es una autora conocida por sus poderosas novelas,
entre las que se destacan Leaving Atlanta, The Untelling, Silver
Sparrow y An American Marriage. Su obra ha sido presentada en prestigiosos espacios
como Tin House, The Believer, The New York Times y Callaloo. Como
miembro de la Fellowship of Southern Writers, Jones ha recibido
numerosos reconocimientos, incluyendo el Hurston/Wright Legacy Award y
el Lifetime Achievement Award en Bellas Artes de la Fundación del Caucus
Negro del Congreso. Silver Sparrow fue reconocida como una de las #1
Indie Next Picks en 2011 y se incluyó en la Biblioteca de clásicos del
Big Read de la NEA en 2016.
Graduada del Spelman College, la Universidad
de Iowa y la Universidad Estatal de Arizona, actualmente trabaja como Profesora Asociada en el programa de MFA de la Universidad
Rutgers-Newark.
No hay comentarios:
Publicar un comentario