lunes, 5 de febrero de 2018

RESEÑA (by MH) ::: MEMORIAS DE DOS JÓVENES ESPOSAS - Honoré de Balzac



Título original: Mémoires de deux jeunes mariées 
Autor: Honoré de Balzac
Editorial: Funambulista
Traducción: Joaquín García Bravo
Páginas: 325
Fecha publicación original: 1841
Fecha esta edición: septiembre 2017
Encuadernación: rústica con sobrecubierta
Precio: 17,50 euros 
Ilustración de cubierta: Penning a letter (George Goodwin Kilburne, fecha desconocida)


Cuando Louise y Renée, las dos protagonistas de la novela, salen del convento de Blois, separadas por la lejanía pero unidas por una profunda amistad, empiezan una correspondencia en la que describen sus más íntimas sensaciones sobre su existencia fuera de las paredes de la clausura: Louise vuelve a París, donde conocerá la vida mundana de la capital y el amor novelesco con un noble español desterrado; Renée regresa a la monótona y austera vida de provincias y se resigna a un matrimonio al parecer de conveniencia y a un destino ya escrito.

En esta novela epistolar, Balzac aborda el universo femenino a través de los ojos de una mujer fuerte y decidida, que se rebela contra lo establecido, y de otra, dócil y sumisa, que parece aceptar sin discutir las decisiones de los demás: ambas se ven obligadas a recorrer caminos divergentes en busca de la felicidad, pero el destino no ha dicho su última palabra.


La Comedia Humana de Honoré de Balzac es de esas empresas titánicas literarias que hoy por hoy se antojan imposibles de imaginar llevándolas a cabo por un autor contemporáneo y que, sin embargo, no sorprenden cuando piensas en que un autor de hace casi 200 años sí que lo intentó, aunque su fallecimiento truncase el proyecto completo. Sí, ese autor era Balzac y es uno de los grandes genios que han dado las Letras, pero aun así los números son abrumadores y, repito, imposibles para un autor de hoy en día. Considerada como el mayor proyecto narrativo de la historia de la literatura, que pretendía retratar la sociedad francesa desde la caída de Napoleón hasta la Monarquía de julio, La Comedia Humana estaba prevista para un número total de 137 novelas; se quedó en 87 completas (más otras 7 no previstas, y algunas publicadas de manera póstuma), pero volved a leer el número de novelas... 94... solo pensar lo que consiguió pone los pelos de punta, porque además, que es lo más impresionante de todo, lo hizo entre 1830 y 1850. Tan solo veinte años. Haced cálculos.

Por las razones que comento arriba, mucha de la bibliografía que hoy podemos encontrar de este autor, muchas de esas novelas famosas que se venden por separado o que creemos que son independientes unas de otras, en realidad forman parte de este proyecto (La prima Bette, Papá Goriot, Eugénie Grandet, El coronel Chabert, Las ilusiones perdidas...). Y eso mismo ocurre con Memorias de dos jóvenes esposas (o Memorias de dos recién casadas); esta novela epistolar que os traigo hoy forma parte de La Comedia Humana y, dentro de ella, a la colección Escenas de la vida privada. Y es una auténtica joya.

Estamos en septiembre de 1823. Las protagonistas son dos amigas de diecisiete años: Louise de Chaulieu y Renée de Maucombe. Ambas se conocieron siendo unas niñas en el convento de carmelitas que acaban de abandonar para reincoporarse a la vida mundana, aunque cada una de ellas proviene de un zona de Francia y un sector social distintos. Así, Louise, miembro de una familia de la alta sociedad parisina, recala en el palacete de su familia en la capital francesa; vive rodeada de lujos y pronto hace su presentación en sociedad, llegando a conocer el París de las fiestas, bailes, teatros, galanteos y cortejos. Renée, por su parte, vive en la campiña francesa; se nos habla del valle de Gémenos, así que sabemos que el castillo familiar de Maucombe está en la Provenza. Allí el ritmo es muy distinto, apenas hay nada que hacer ni gente que conocer, y el destino de Renée está escrito desde su llegada, pues sus padres han concertado su casamiento con el hijo de un hidalgo de aquellas tierras, veinte años mayor que ella y que, tras luchar en la batalla de Leipzig, fue hecho prisionero en Siberia y acaba de regresar a casa.

Así se nos plantea el comienzo de la entrada en el mundo de estas dos amigas que, a causa de la distancia, se cuentan sus intimidades por carta. Estamos, pues, tal y como decía más arriba, ante una novela epistolar en la que el 95% de las cartas están firmadas por Louise o Renée, y solo en contadas ocasiones cogen la pluma alguno de los hombres que formarán parte de sus vidas. A través de esta correspondencia acompañaremos a las dos protagonistas a lo largo de veinte años, y de ellas se sirve Balzac para dibujar dos almas y mentes femeninas totalmente opuestas que se quieren, se respetan y que, a pesar de las diferencias de opinión que inevitablemente surgen cuando difiere la forma de ver la vida, jamás se fallan la una a la otra.

Porque en eso radica la base sobre la que se asienta la novela, en la inmersión que hace el autor en las profundidades psicológicas y morales de dos mujeres totalmente opuestas entre sí, ya no solo por los derroteros de la vida, sino en su forma de pensar y vivirla.
Tú te casas y yo amo. Al cabo de cuatro meses, aquellas dos columnas que se elevaban tanto han caído en el pantano de la realidad.
Esa primera frase, que Louise escribe a Renée, reduce a apenas seis palabras lo que vamos a encontrar en la novela. Podría decir que simplifican lo que ocurre, pero es que es todo lo contrario. A partir de dos vidas completamente diferentes, Balzac se adentra en los dos escasos caminos que una mujer de la alta sociedad tenía hace doscientos años: la que conseguía casarse por amor y la que se casaba por conveniencia y la estabilidad que un buen matrimonio le proporcionaba.

Louise, mucho más inteligente de lo que su frivolidad puede aparentar en sus primeras cartas, no se deja embaucar por la belleza masculina, los halagos o las cuentas bancarias. Sabe que solo se casará por amor, y amor y pasión encuentra en un sarraceno español convertido al catolicismo, un antiguo ministro desterrado en Francia y condenado a muerte en su país; nada agraciado físicamente, su inteligencia, su enorme capacidad de amar y su mirada candente de ojos negros ejemplifican al personaje más romántico de la historia. Louise se casa con él perdidamente enamorada, queriendo disfrutar solo de él y del tiempo que pasan juntos. Renée, por su parte, se casa por conveniencia con el hombre elegido por sus padres. No lo ama, y desde el principio deja muy claro que su prioridad es tener hijos, dedicarse a la maternidad, y modelar a su antojo a su marido para que escale socialmente y llegue a ocupar un puesto político de alta importancia. Sabe que su marido sí la adora y esá locamente enamorado de ella, y se aprovecha de la circunstancia para hacer con él lo que quiere (sin que él se entere).

Así pues, ambas son muy amadas, pero solo una de ellas ama, y cada una cuenta en sus cartas según le va la vida, se aconsejan, se consultan, se amonestan... Hay muchas reflexiones en estas cartas, que nadie espere algo ligero ni superficial. Las dos discurren y deliberan sobre el verdadero amor, la pasión, la vida en común dentro de un matrimonio, los hijos, la maternidad, lo que pensaban que sería de ellas cuando estaban en el convento y lo que realmente han conseguido en la vida. Una es feliz, dichosa y se muestra incapaz de contener su felicidad en las cartas; la otra solo encuentra su lugar cuando es madre, y a eso dedica en cuerpo y alma: a la maternidad.

A tenor de esto, tengo que admitir una cosa. No sé si le pasará a todo el mundo al leer el libro, pero a mí me ha resultado imposible no tener preferencia por el modo de actuar de una de ellas. Louise jamás se mete en la vida de Renée salvo cuando le dice que va a casarse casi nada más dejar el convento, porque no entiende que se case sin ni siquiera conocer a su futuro marido ni la frialdad con la que lo afronta. Ahí terminan todos sus reproches, con apenas diecisiete primaveras. Durante el transcurrir de los años vive y deja vivir, ama y es amada, es apasionadamente feliz en su matrimonio y respeta a Renée en cada paso que da en la vida. Renée es todo lo contrario. Se revela como una persona manipuladora, fría y calculadora. Actúa en apariencia como Pepito Grillo por el bienestar de su amada Louise, la llena de palabras cariñosas y promesas de amistad eterna, pero se dedica todo el libro a intentar torpedear la felicidad de su amiga, le insiste una y otra vez que ser tan feliz es un pecado y que le ocurrirán desgracias, que realmente no está enamorada, que su matrimonio va a acabar mal, que tiene que tener hijos... en todas y cada una de sus cartas. Se siente superior moralmente y como mujer por ser madre, y sermonea a Louise sin cesar por simplemente querer ser feliz con su esposo, vaticinándole todo tipo de infortunios.

Dos caminos divergentes: una se sale de los estándares que exige la sociedad y encuentra la dicha en el matrimonio y el amor, y la otra sigue al pie de la letra dichos estándares y encuentra la felicidad en la maternidad y la búsqueda de una posición social, pero yo solo he visto respeto hacia la decisión de la otra por una de las partes. Y como me suele pasar, tal y como he comentado alguna vez, creo que mis simpatías han ido en contra de lo que Balzac quería. Sin poder entrar en detalles (tened en cuenta que transcurren veinte años, y que puede parecer que os he contado mucho pero solo os he contado la trama que sustenta la narración), me he rebelado un poco contra algunas cosas que pasan en el libro, y además creo que es una historia que da para mucho, mucho debate y disección. He leído alguna vez sobre este libro que está desfasado y que es difícil trasladar su temática a la actualidad. Difiero totalmente. Me parece rabiosamente actual en el trasfondo de la historia, en la dicotomía de fondo que plantea, porque lo que cuenta forma parte de nuestra sociedad sin necesidad de pertenecer a la aristocracia, que al parecer es donde algunos críticos ven el impedimento para asociar ambas épocas. Creo que están equivocados.

Balzac escribía de manera recurrente sobre el matrimonio, y su obra refleja como un espejo su época tanto para la sociedad aristocrática como la rural en una Francia que pasó por muchos cambios políticos y sociales que se veían reflejados en su gente y en su manera de ver la vida. Tenía un profundo conocimiento del alma humana y su psicología, y los retratos que hacía de sus personajes eran tan hondos, agudos y penetrantes que resulta imposible no trasladarlos al presente, porque, al fin y al cabo, el alma se adapta a su época y entorno, pero sigue siendo humana en todas sus circunstancias. Los entendidos dicen que Memorias de dos jóvenes esposas es una obra menor del autor... ya quisiera yo verlos escribiendo esto. Desde mi rinconcito en Netherfield repito lo dicho más arriba: para mí es una pequeña joya... que la opinión es subjetiva, ya lo sabemos todos.



  
Honoré de Balzac nació en Tours en 1799 en el seno de una familia burguesa. Tras trasladarse a París en 1814, empezó los estudios de Derecho y consiguió trabajo en el despacho de un notario amigo de su padre. Sin embargo, el amor que nace en este periodo por la literatura lo lleva a tomar la decisión de emprender la carrera de escritor profesional. 
 
Después de las primeras pruebas artísticas y los primeros fracasos firmados bajo seudónimo, empieza diversos negocios que se revelan todos desastrosos. En 1829 escribe su primera novela de éxito, Les Chouans, que firma con su propio nombre. A partir de ese momento, se convierte en uno de los escritores más prolíficos y más conocidos de su época. En estos años concibe la idea de La comedia humana, ambicioso proyecto que agrupa un total de 137 novelas —entre las cuales, Papá Goriot y Eugenia Grandet— cuyo tema común es el de retratar la sociedad de su tiempo. Tras casarse en 1850 con la condesa Ewelina Hańska, murió cinco meses después y durante el funeral fue homenajeado por su amigo y admirador Victor Hugo.

20 comentarios:

  1. Yo también me decantaría por Lousie... Me gusta que esté escrita en forma epistolar y por eso no me importaría leerla, me gusta lo que cuentas de ella.
    Besos

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  2. A mi las novelas epistolares me cuestan un poco, así que esta vez no me animo.
    Un beso;)

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  3. ¡Qué propuestas tan interesantes traéis siempre! Yo tengo los clásicos muy abandonados y está novela parece la excusa perfecta para retomarlos, sobre todo teniendo en cuenta lo mucho que escasea el género epistolar y lo mucho que me gusta a mí.
    Besos.

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  4. Chicas, a mi es que Balzac me parece como demasiado. A riesgo de parecer tonta, que es muy probable que no sólo sea apariencia, pero se me antoja como que yo no lo entendería o me sería muy complejo. Leyendo esta reseña tan estupenda parece que es una lectura que cualquiera pueda abordar, pero mi intelecto y yo tenemos serias dudas al respecto.
    Besos.

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  5. Hola guapa, pero qué reseñas más maravillosas haces, y que profundidad en la reflexión de la obra, yo no sé si llegaría a tanto... :) Me has conseguido picar... pero no sé si me la llevo o la dejo en espera. :)
    Un besazo

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  6. Ay qué bonito escribes hermosa!! Lo tengo por casa pero lo leí hace mucho y no recordaba prácticamente nada hasta leer la reseña...😅
    Habrá que refrescar lecturas!!

    Besitos carinyet 💋💋💋

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  7. Uooohh reseñón MH! Casi que me dan ganas de animarme con el autor con el miedo que me da jajaja Solo he escuchado opiniones de "La prima Bette" y el que se comentara que era algo lento en su lectura (veo que este también requiere su tiempo) es lo que me frena. Lo mismo me pasa si pienso en "Guerra y paz"...no descarto leerlo pero creo que hay que estar preparado para ello.

    Aún así, me gusta mucho que sean cartas entre mujeres y además que estas sean tan contrapuestas. La trama me atrae mucho.

    Besitos

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  8. Yo juraría que lo leí en mi época de instituto aunque mi recuerdo es muy difuso,hace tanto...En principio no me animo lo de epistolar me frena mucho.
    Un beso

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  9. Este la verdad que no me llama mucho :) Sin embargo muy buena reseña

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  10. Hola chicas. Yo tengo este libro todavía pendiente en mi estantería, la verdad es que últimamente me daba bastante vértigo leerlo, pues Balzac es Balzac e impone bastante. Pero tras leer vuestra reseña creo que voy a adelantar su lectura, creo que por el tema que aborda (que se puede transpolar a la actualidad) merece la pena. Ya contaré que me ha parecido.
    Un beso :)

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  11. Este hombre debía ser un cotilla de cuidado, jeje, me encanta. Y muy observador, de esa gente que lee entre líneas y lo ve venir todo. Con lo de los números del principio me he mareado, sinceramente. Está claro que no había internet ni twitter y no perdían tanto tiempo. Aunque tampoco había blogs y eso tenía que ser un rollo. El caso es que sí, que siempre le he tenido miedo a este autor, leí hace muchos años, La prima Bette y me lo pasé pipa, además fue en un momento especial y siempre que veo los libros de este autor me acuerdo de eso.
    Lo intentaré. Pero vaya, con amigas como esa a ver quién necesita enemigas.
    Besos

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  12. No he leído nada del autor porque me da un poco de mi edito. Esta novela no tiene mala pinta pero aún así no sé si llegaré a leerla.

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  13. No he leído todavía nada de Balzac, aunque, casualmente, me tocó en un sorteo un libro llamado "La comedia humana, vol. 1", y mira, gracias a esta espléndida reseña me lo has recordado. De repente me entraron ganas de leerlo, así que sube en mi ranking de lecturas pendientes.
    Vaya, qué prolífico, no sabía que tuviera tantas novelas en su autoría. Se ve que salía poco el hombre, no? Jajaja.

    Un beso ;)

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  14. ¿Te puedes creer que he leído varias de esas novelas que citas y no tenía ni idea de que formaban parte de la Comedia humana? Está visto que todos los días se aprende algo nuevo
    Éste me parece de lo más interesante, me suele gustar el género epistolar
    Besso

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  15. Chicas cada vez que leo vuestras reseñas me tiemblan las piernas porque sé que voy a marchar con al menos un libro apuntado. Cuando era más joven, inocente de mi, me propuse leer la Comedia humana , pero después de unas cuantas y he leído bastantes, aparqué el proyecto, esta novela que traéis no la conozco, pero tiene muy buena pinta y la edición es preciosa. Me la llevo. Besinos.

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  16. Y qué hago yo sin estrenarme con Balzac? Le tengo que poner remedio, le tengo que poner remedio. Y más tras leer esta preciosidad de reseña!
    Besotes!!!

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  17. VAmos si no leemos clásicos no será porque no os lo proponéis jejeje. De Balzac, nada de nada... Soy un desastre! Pero prometo enmendarme. Besos

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  18. ¡Lo que una aprende con vuestras reseñas! Y a mí este señor me causa cierto respeto y vosotras lo contáis como si la lectura fiese muy asequible...me gusta lo que contáis y quizá sería perfecta para animarme.
    Besos

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  19. Coñe, os habéis puesto las pilas con las reseñas esta semana, y yo, voy de culoooo.
    No he leído nada de Balzac, nada, me lo tengo que pensar en este caso.
    BEsos.

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  20. Vaya, no tenía ni idea de este monumental proyecto del autor...En cuanto al libro, no me hubiera fijado en él de no ser por vosotras. Me parece que tiene cosas interesantes, como su actualidad o la contraposición de personajes tan diferentes, pero no sé, lo veo demasiado intimista para mí, lo pensaré.

    Un saludo,
    Laura.

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