lunes, 2 de noviembre de 2020

RESEÑA (by MB) ::: LAS COMADREJAS - Llorenç Villalonga


 

Título original: Les fures
Autor: Llorenç Villalonga
Editorial: Ediciones Invisibles
Traducción: Juan Carlos Gentile Vitale
Páginas: 216
Fecha publicación original: 1967
Fecha esta edición: octubre 2020
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 16 euros



En Las Comadrejas, los recuerdos de la infancia del protagonista chocan con la realidad que se encuentra cuando regresa a Bearn tras estar diez años fuera de la isla. Todo ha cambiado:un buen contingente de inglesas ricas se ha instalado en los hoteles de lujo que han surgido por todas partes.

Sin embargo, las temidas Comadrejas, aquellas dos ancianas que tanto miedo le daban cuando él era un niño, siguen ahí, como si el mundo atávico, de brujas y de mitos, pudiera aún convivir durante un tiempo con las motos y los transistores.


Imaginad una aldea de antaño, aún sin el martirio de las radios y las motocicletas, de solo un centenar de casas, pequeñas y tostadas, amparadas por una iglesia antigua, inmutable y nueva, igual que cuando la construyeron.
Corren los años cincuenta del siglo pasado cuando nuestro narrador-protagonista, de nueve años y con problemas de salud, es enviado a Bearn, una aldea aislada en la isla de Mallorca. Allí descubre la independencia, la ausencia de reglas, la amistad, el amor... valores que se olvidan y mueren con la cotidianidad del día a día. En este escenario es donde el protagonista describe y sueña su remembranza, su nostalgia llena de color y de luz, hilada por los recuerdo de una infancia feliz y entrañable, pura y descontaminada del progreso, donde el suceder de la vida de sus aldeanos se sintoniza con los infinitos ciclos vitales y naturales.

Así pues, tenemos a un niño de nueve años (de quien desconocemos su nombre) en un paraíso aislado, sin normas y con todo el tiempo del mundo para corretear, jugar y aspirar un ambiente primigenio donde los niños se juntaban e imaginaban mundos mientras aprendían a ser adultos. Junto a Coloma, la hija de su nodriza, Joanet y Margalideta recorrerá y absorberá ese mundo que es su aldea, la Arcadia de su infancia, donde cada uno de sus habitantes era necesario, todos tenían su papel y su sitio para equilibrar el estatus quo de lo que es y de lo que parece que siempre tiene que ser.

Bearn es un universo escondido donde la nobleza, el equilibrio y la paz conviven con fuerzas oscuras y supersticiosas, necesarias para agregar y exteriorizar las culpas de las ausencias e inculturas de sus vecinos. Por un lado tenemos al herrero Xim, representante de la nobleza, la sabiduría y la fuerza, a quien el protagonista adopta como a un padre al que hay que imitar y admirar; por otro lado están las Comadrejas, brujas de mal augurio de las que hay que apartarse: si te relacionas con ellas, la desgracia caerá sobre ti.

Entonces pasan diez años durante los que el protagonista se marcha para después volver.
El paisaje, con las montañas eternas y los olivos milenarios, parece que haya variado a mis ojos, que ya no son nuevos como antes. El pueblo ha cambiado aún más en un sentido francamente peyorativo.
En esta segunda parte de la historia descubrimos a un joven narrador sin brío, desencantado y acomplejado que ha perdido la magia de su infancia y que se muestra incapaz de encontrarla en aquellos lugares donde antaño emanaba a raudales. Xim murió, Coloma y su madre emigraron; solo quedan Joanet, Margalideta y el vicario para ponerlo en antecedentes y responder a las preguntas de ¿cuándo? y ¿por qué? ha cambiado Bearn
 
De la mano del protagonista volvemos a recorrer los mismos caminos y entramos en las mismas casas sustituyendo el encantamiento y el hechizo pasados por una pátina de nostalgia y el desasosiego de un mundo y una cultura perdidos. La sociedad de consumo ha llegado a Bearn, y con ella han entrado el desorden y el ruido; se ha desmoronado lo antiguo, rompiendo unos equilibrios que lo cambian todo para construir algo que ni de lejos se parecerá a lo que antes fue. Son las diferentes visiones que en Las Comadrejas se nos hace de un mismo lugar, donde el cambio y el fluir no parecen sentarle bien. 
 
La preciosa edición de Ediciones Invisibles (y la maravillosa traducción de Juan Carlos Gentile Vitale) nos descubre a Llorenç Villalonga y nos regala una joya literaria costumbrista que anticipa el modo en que el progreso transforma el relieve de un pueblo así como la idiosincrasia y personalidad de sus habitantes, todo ello desde un punto de vista reflexivo e irónico que nos hace participes de esta evolución un tanto pesimista. 

Las Comadrejas (1967) es una obra atemporal en la que hallamos y descubrimos valores eternos, héroes y antihéroes que construyen y evolucionan una sociedad, y en la que la sutilidad del autor nos hace ver distintas atmósferas en un mismo escenario, así como la transformación y el movimiento de los distintos personajes que tan sabiamente son hilados y dirigidos por el autor.
Bearn es la imagen del Paraíso Perdido, y solo cobra valor porque ya no existe.



Llorenç Villalonga (Palma, 1897-1980). Estudió medicina y viajó a París para especializarse en psiquiatría. Al volver a Mallorca, muy imbuido de cultura francesa, empezó a escribir. Entre la novela La muerte de una dama (1931), con la que inaugura el mítico ciclo de Bearn, y Las Comadrejas (1967), que lo cierra, Villalonga se convirtió en un testimonio atento de la transformación de la sociedad mallorquina, entregada con entusiasmo al espejismo del turismo de masas.

7 comentarios:

  1. Buenos días otra vez:
    Esta vez no os leo, que tengo el libro pendiente de reseñar. Ya pasaré por aquí cuando suba la reseña.
    Besos.

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  2. Ohhh! qué triste, ese desencanto cuando llega la madurez... No sé, no sé si me apetece leer algo con tanto desencanto al final. Pero lo pensaré.
    Un besazo

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  3. Me fío totalmente de tu reseña porque no conocía el libro.
    Muchas gracias
    Saludosbuhos!!!

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  4. Los colores de la portada y los detalles son muy bonitos. Este libro pinta ser de los relajantes, de los que te sacan durante un rato. No me llamaba la atención ni siquiera lo conocía pero ahora ya pinta de otra manera.
    Besos

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  5. No sé, parece un libro bonito pero algo tristón, de momento me lo llevo apuntado, ya veré que hago.
    Besos

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  6. Hola! recién lo he leído yo también y me ha gustado mucho la experiencia. Qué bien plasmado está ese Bearn, con sus habitantes y sus costumbres y supersticiones, y cómo te conecta de forma especial con ciertos personajes (Xim es tan especial...). Ese regresar con el choque de lo presente con lo recordado... lo moderno retirando a lo antiguo, pero a la vez manteniéndose intactas ciertas ideas viejas... Muy buena novela. Un abrazo.

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  7. Hola!! Aunque no es lo que suelo leer, creo que estaría bien darle una oportunidad. Me lo llevo bien anotado y gracias por el descubrimiento. ¡Fantástica reseña! Besos!!

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