lunes, 30 de octubre de 2023

RESEÑA (by MH) ::: LA JOYA DE LAS SIETE ESTRELLAS - Bram Stoker


 
 
Título original: The Jewel of Seven Stars
Autor: Bram Stoker
Editorial: Alianza
Traducción: Javier Martín Lalanda
Páginas: 416
Fecha publicación original: 1903
Fecha esta edición: 2016
Encuadernación: rústica
Precio: 12,50 euros



Si el comienzo de La Joya de las Siete Estrellas parece plantear una intriga, su atmósfera se ve rápidamente dominada por la omnipresencia de Tera, la reina y hechicera egipcia que desde hace milenios prepara su regreso al mundo de los vivos en un cuerpo mortal, y la novela se desliza hacia la fantasía y el terror. La lúgubre y casi irrespirable atmósfera que domina la mansión londinense del egiptólogo Trelawny se trasladará después, aunque amplificada por un aura digna de H. P. Lovecraft, al de la solitaria casa de Cornualles donde aquel sabio y sus compañeros de aventura intentarán, mediante la mágica Joya de las Siete Estrellas, resucitar a la momia de la antigua reina.

Hace tropecientos años que tengo este libro, pero llevo tanto tiempo con la idea del reto egipcio en la cabeza (años también, básicamente) que lo he ido dejando, lo he ido dejando, guardándolo por si me lanzaba a proponer el reto... y al final creo que he sido la última en leerlo. En fin, es lo que tiene ser un desastre con patas. El caso es que ya he leído
La joya de las siete estrellas, lo he disfrutado mucho, pero como de este libro se ha hablado bastante en los últimos meses (o yo lo he visto en varios blogs desde hace un año para acá) y no tengo nada interesante que aportar, os cuento mis impresiones lo más sucintamente posible.

La historia comienza en casa del abogado Malcolm Ross, quien recibe a las tres de la madrugada una nota de Margaret Trelawny instándole a acudir urgentemente a su casa porque necesita su ayuda. Apenas la ha visto tres veces en su vida, pero resulta evidente que Ross está enamorado de la señorita Trelawny, así que acude sin pensárselo junto a ella para encontrarse este panorama: el padre de Margaret yace en el suelo de su dormitorio vivo pero rodeado de sangre y en apariencia cataléptico, sin despertar ni responder a ningún estímulo. Nadie puede haber entrado ni salido de la estancia, y en apariencia parece un misterio de habitación cerrada clásico. Pero este dormitorio tiene una peculiaridad: es enorme y está rodeado de antigüedades, objetos arqueológicos e incluso varias momias. El olor típico asociado a esas momias y a una ambientación egipcia impregna por completo la atmósfera de esa estancia produciendo diversos estados de somnolencia a quien permanece mucho tiempo en ella. Pero a esto se suma otro misterio: el señor Trelawny dejó escrito que si algo le ocurría (como ha sido el caso), nadie debía sacarlo de su habitación, nadie debía tocar o mover ni un solo objeto de esa habitación y, lo más inquietante, entre medianoche y el amanecer debían permanecer siempre junto a él un hombre y una mujer velando por su seguridad... y aun así, a pesar de que se siguen sus instrucciones al pie de la letra, los ataques siguen sucediéndose, ante el desconcierto, preocupación y perplejidad de todos los implicados.
 
Siempre digo que con los autores clásicos muchas veces se comete la enorme injusticia de conocerlos (o valorarlos) exclusivamente por una sola novela, la que les dio fama inmortal, obviando por completo una carrera literaria que aunque a nivel de reconocimiento no llegase a alcanzar nunca cotas tan altas, suele esconder obras no solo muy interesantes, sino muchas veces superior incluso en calidad a la obra archifamosa. La joya de las siete estrellas está incluida, a mi parecer, en el primer grupo porque Drácula está a otro nivel, pero aun así es una novela fantástica. No solo es una lectura muy interesante y apasionante a ratos, sino que además me ha parecido muy ambiciosa en su propio concepto e intencionalidad. Que esté asociada al Antiguo Egipto y sus creencias ya la hace muy atrayente y cautivadora (al menos para quienes nos interesa el tema), pero es que Stoker no se queda ahí, va mucho más allá y se sumerge de cabeza en innumerables disertaciones sobre la astrología egipcia, sus creencias, la magia y la batalla contra la muerte terrenal. Eso hace que en algunos tramos la lectura pueda hacerse un poco densa para quien no esté muy interesado en el tema, pues la carga filosófica, científica y esotérica es abrumadora e indispensable para comprender lo que está ocurriendo en la historia.

En cualquier caso esta mezcla de superstición, creencias y ocultismo, a la que se ven sometidos unos personajes con los dos pies ya en el siglo XX, es un claro ejemplo de la época en que fue publicada la novela y sus contradicciones. El siglo XIX fue testigo del furor que vivió Europa por el Antiguo Egipto y todos los hallazgos arqueológicos relacionados con él. Egipto sufrió de hecho un auténtico expolio de su patrimonio (lo de preocuparse por este tema desde estamentos gubernamentales llegó ya tarde y con buena parte de su herencia arqueológica repartida por todo el mundo). El caso es que cualquiera que se presentase allí y encontrase algo se lo llevaba a su casa, había auténticos cazadores de tumbas, y ese es el punto de partida de esta historia: el señor Trelawny ha realizado numerosas expediciones a Egipto y detenta un auténtico museo egipcio en su casa. Pero él está obsesionado con la reina Tera, cuya momia, protegida de un modo inusual, encuentra en uno de sus viajes. Los hechos inexplicables que suceden a este hallazgo (algunos de ellos le afecta incluso a él personalmente), y lo que descubre después sobre la propia Tera, hablan de magia ancestral, hechicería y de una momia muy diferente a cualquier otra que se haya encontrado jamás: Tera tenía un propósito cuando acabó en su tumba, y todos los personajes involucrados en esta historia se verán arrastrados en la consecución de este propósito. Y aunque parezca raro que ya en pleno siglo XX ninguno de estos personajes parezca dudar a la hora de seguir adelante con lo que se espera de ellos, como ya digo al inicio de este párrafo era una época de contradicciones en la que el ocultismo se había hecho un hueco entre ciertos sectores de la sociedad británica y esta historia tuvo que ser, por así decirlo, un
bouchée de plaisir para muchos lectores de aquellos tiempos. Ver a un médico y a un abogado, por poner dos ejemplos de profesiones pragmáticas (e incluso científica como es el caso del médico), totalmente inmersos en el esoterismo y las creencias ancestrales de una figura enterrada miles de años atrás, tuvo que ser algo muy atrayente y adictivo de leer... aunque no llovió a gusto de todos.

Esta novela se publicó originalmente en 1903, y su final, oscuro y abrupto, recibió muchas críticas tanto por parte de los lectores como de los propios críticos literarios. Años después, en 1912, poco antes de morir, Bram Stoker quiso reeditar el libro antes de que se descatalogase, y sus editores le dieron un ultimátum: o cambiaba el final (por uno más optimista, más feliz, más acomodaticio para la época) o no lo reeditaban. Así que se publicó una nueva versión de la novela con un capítulo eliminado (el 16), ligeras modificaciones a lo largo del texto que no aportaban realmente nada y, eso sí, un nuevo final rutilante y estupendísimo. Se dice, se comenta, se rumorea, que ese final ni siquiera lo escribió realmente Stoker y fue cosa de los editores; nunca lo sabremos. La cosa es que el final original estuvo desaparecido y durante décadas no estuvo disponible para su lectura. Esta edición de Alianza recupera la novela original con su final original, pero introduce en las notas a pie de página las ligeras variantes en el texto, informa del capítulo eliminado y también indica a partir de donde se modificó el capítulo final y lo incluye en un epílogo aparte. Huelga decir que me quedo con el final original de Stoker, tanto porque es el suyo, el que él quiso darle al libro y no hay más que hablar, sino porque ese final oscuro y abrupto es mucho más desasosegante y congruente con la historia. Y es, que con todos mis respetos, ¿quiénes son los editores para obligar a un autor a cambiar su final en una reedición porque los lectores o los críticos se han quejado? ¿Y el derecho del autor a escribir la obra que le salga de los mismísimos? Los lectores somos muy libres de opinar sobre lo que nos gusta o no, pero ese derecho no se traslada a los editores para obligar a un autor a alterar su obra original. Es que me ha indignado mucho que en sus últimos meses de vida tuviese que consentir en algo así (si es que alguna vez lo hizo, que ya digo que hay dudas), porque además Stoker estaba totalmente en contra de la censura, que ya había sufrido con anterioridad y sobre la que escribió un artículo en 1908, The Censorship of Fiction.
 
El caso es, por ir finalizando, que se nota a leguas la extensa labor de documentación realizada por Stoker, porque se sumerge en vericuetos muy complicados (de comprender y de explicar) de las creencias antiguas y no se limita a escribir sobre momias malditas y sucesos misteriosos. La combinación del mundo del Antiguo Egipto, la egiptología y la arqueología, con el tono gótico que impregna toda la novela es simplemente fantástico; casi puedes sentir ese olor a momia, las emanaciones que impregnan a habitación del señor Trelawny y la influencia que tienen en los personajes, o la tenebrosidad de ciertos pasajes hacia el final del libro. Y sobre todo esa oscuridad que emana del gran propósito de esta novela, esa ciencia oculta y desconocida durante milenios que, de ser desvelada en un mundo efervescente de nuevas tecnologías, supondría una auténtica revelación, pero también un futuro incierto e indescifrable. He disfrutado mucho de
La joya de las siete estrellas, y reivindico la figura de Bram Stoker más allá de Drácula (que, por otra parte, es uno de mis libros favoritos de toda la vida).
Para bien o para mal, en este lugar habremos de realizar nuestro intento y atenernos luego a sus resultados. Si tenemos éxito, estaremos en disposición de inundar al mundo de la moderna ciencia con tal diluvio de conocimientos del mundo antiguo que transformará todo lo que para nosotros son pensamiento, experimentación y aplicaciones. Si fracasamos, hasta el recuerdo de nuestro intento morirá con nosotros.

Abraham Stoker nació el 8 de noviembre de 1847 en Clontarf, hoy un barrio de Dublín (Irlanda), en cuya universidad estudió. La representación en 1871 de una obra de los alsacianos Emile Erckmann y Alexandre Chatrian -autores de Hugo el lobo y otros relatos de terror- motivará la primera colaboración en prensa de Stoker. Fue crítico teatral durante diez años, hasta que sale de Irlanda en el año 1876 como secretario y representante del actor inglés sir Henry Irving, junto al que dirigió el Lyceum Theatre de Londres. Fueron socios hasta la muerte del actor en 1905.

Stoker fue autor, entre otros títulos, los libros de cuentos El país bajo el ocaso (1881) y Atrapados en la nieve: crónica de una gira teatral (1908), póstumamente El invitado de Drácula y otros relatos inquietantes (1914), el libro de memorias  Recuerdos personales de Henry Irving (1906) y entre las novelas destaca, muy especialmente, Drácula (1897), obra fundadora del vampiro de Transilvania que ha inspirado a tantos y tantos creadores de todas las artes. La leyenda del vampiro ya existía en varias culturas y disciplinas artísticas, sin embargo, nunca fue tan bien relatada como hizo Stoker.

Falleció pobre y olvidado en Londres el 20 de abril de 1912.

12 comentarios:

  1. Hola, esta novela la leí hace mil años y no recuerdo prácticamente nada, tampoco estoy segura que final tenía mi edición porque era de la biblioteca, así que me has despertado enormes ganas de releerlo. Estoy de acuerdo contigo en que cada autor debe escribir como quiera y lo que quiera, y yo tengo derecho a que no me guste ( me ha pasado con novelas clásicas y actuales que no estaba conforme con el final o el destino de los personajes), pero no me parece justo obligarles a cambiarlo a mí conveniencia. Besos.

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  2. Hola guapísima, ya sabes que con esta novela comencé tus dos retos, el egipcio y el nivel uno de Todos los clásicos grandes y pequeños. Como lo reseñé en enero he tenido que ir a leer mi propia reseña porque no recordaba lo que había escrito. Sí las impresiones, pero no todo.
    Estoy totalmente de acuerdo contigo en que se aprecia la enorme documentación que realizó para escribir esta obra, por supuesto con los conocimientos de esa época, como comento en mi reseña. También estoy de acuerdo contigo en que me gustó más el final original y no el edulcorado. Pero me pasó con esta como con Drácula la primera vez que lo leí, que creo que el final es demasiado precipitado. Este hombre realiza una ambientación cojonuda, perdón por la palabrota, pero luego no sabe darle un final acorde... En fin, que me gustó, pero podría haber sido mejor.
    Un besazo

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  3. Leí hace varios meses una reseña de esta novela y la apunté porque me pareció un tema muy interesante y una intriga de lo más atractivo. Me alegro de que me la hayas recordado y de que me hayas dado aún más ganas de leerla. A ver si la rescato.
    Un beso.

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  4. Buenas tardes, MH.

    Ya sabes que leí la novela el pasado año, y que me encantó. Estoy de acuerdo contigo, no es justo valorar a un autor solo por su obra maestra. Está claro que Drácula es algo especial, pero esta novela aporta mucha satisfacción al lector clásico por excelencia. Yo disfruté muchísimo todos los motivos que comentas en la reseña. La inteligencia de Stoker y la audacia de su estilo están presentes en su narración. Me alegra que coincidamos en impresiones.

    Un abrazo, y enhorabuena por la reseña!!

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  5. No conocía esta obra de Stoker. Tomo nota.
    Un beso.

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  6. Mi admiracion por lo mucho que lees y lo largo que escribes

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  7. Hola. Qué bien me lo pasé con esta novela. De no ser por Undine, seguiría conociendo solo Drácula.
    Está claro que no llega al nivelón del vampiro pero oye, ni tan mal. Además está para mi gusto muy bien escrita.
    Coincido contigo en todo. Mi parte favorita es la de Egipto y el viaje, el diario. Me gustó el final, pero no sé si es el original o el apañado, no recuerdo que hubiera ninguna nota. La parte de la casa inglesa antes de meterse en harina, se me hizo un poco pesada, muy a lo Christie. Pero nada, que yo también la recomiendo muchísimo.
    Besos

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  8. Leí este libro junto con Nitocris y coincido bastante con ella.
    Un beso, M. H.

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  9. Pues tengo apuntada esta obra porque había leído ya otras reseñas en otros blogs, pero no sabía de ese final obligado que tuvo que realizar el autor. Injusto que un autor tenga que someterse tanto a las opiniones de los editores. Supongo que son cosas que siguen más o menos sucediendo, que poderoso caballero es don dinero. Pero es totalmente injusto.
    Besotes!!!

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  10. Tenía ganas de saber qué te había parecido "La joya de las siete estrellas" porque ya sabes que a mí me gustó más la primera mitad de la novela que la segunda. Pero no por el final, que pienso que Bram Stoker tenía todo el derecho a escribir como quisiera (¡faltaría más!) sino porque disfruté más con "la obra de teatro" de misterio de los personajes entrando y saliendo de la mansión e intentando averigüar el misterio del pobre hombre catatónico que no de las explicaciones sobre mitología y astrología egipcias en relación al misterio. Besos.

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    1. No entendí la frase final: "Fue una bendición que se me librara del dolor..." ¿Muere Ross?

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  11. ¡Hola!
    1. "como de este libro se ha hablado bastante en los últimos meses" Huy, pues será justamente en los blogs que sigues. Yo no la conocía de nada.
    2. Muy interesante todo lo de la reescritura. Me alegro de que esta edición sea tan completa e informe de las variantes, así como que añada los dos finales.

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