Título original: The clockmaker's daughter
Autora: Kate Morton
Editorial: SUMA
Traducción: Máximo Sáez
Páginas: 560
Fecha de publicación: noviembre 2018
Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Precio: 22,90 euros Encuadernación: cartoné con sobrecubierta
Diseño de cubierta: Penguin Random House Grupo Editorial / Yolanda Artola
En el verano de 1862, un grupo de jóvenes artistas, guiados por el
apasionado y brillante Edward Radcliffe, viaja a Birchwood Manor, una
casa de campo en Berkshire. Tienen un plan: vivir los siguientes meses
recluidos y dejarse llevar por su inspiración y creatividad. Sin
embargo, cuando el verano toca a su fin, una mujer ha muerto de un
disparo y otra ha desaparecido, se ha extraviado una joya de valor
incalculable y la vida de Edward Radcliffe se ha desmoronado.
Unos
ciento cincuenta años más tarde, Elodie Winslow, una joven archivista
de Londres, descubre una cartera de cuero que contiene dos objetos sin
relación aparente: una fotografía en sepia de una mujer de gran belleza
con un vestido victoriano y el cuaderno de bocetos de un artista en el
que hay un dibujo de una casa de dos tejados en el recodo de un río.
¿Por
qué ese boceto de Birchwood Manor le resulta tan familiar a Elodie? ¿Y
quién es esa hermosa mujer que aparece en la fotografía? ¿Le revelará
alguna vez sus secretos?
Narrada por varias voces a lo largo del tiempo, La hija del relojero
es la historia de un asesinato, un misterio y un robo, una reflexión
sobre el arte, la verdad y la belleza, el amor y las pérdidas. Por sus
páginas fluye como un río la voz de una mujer ya libre de las ataduras
del tiempo y cuyo nombre ha caído en el olvido: Birdie Bell, la hija
del relojero, la única persona que vio todo lo sucedido.
Cuando Elodie Winslow, archivista de Stratton, Adwell & Co., encuentra en un bolso de más de 150 años de antigüedad una fotografía de una joven victoriana en tono sepia junto a un cuaderno de bocetos de Edward Radcliffe, no sabe que esos objetos tan dispares serán las llaves que le harán desandar su presente y su pretérito anterior.
Tanto la fotografía enmarcada en plata como el cuaderno de bocetos desprenden una energía subliminal que le dicen que no son simples objetos que catalogar en la colección de James W. Stratton. Más bien al contrario: conforme los toca le susurran y sugieren mensajes personales e implícitos, encerrados y casi olvidados. Desde ese momento los engranajes curiosos de Elodie trabajan para descubrir y conocer las historias que confinan, quedando absorbida en el proceso y aislada de su presente y futuro más que imperfecto: su boda con el impecable Alastair.
Ciento cincuenta años dan para muchas crónicas y memorias, en particular las de todas aquellas personas que se enlazan y entrecruzan en el tiempo en Birchwood Manor, una casa de campo a orillas del Támesis que, en algún momento de sus vidas, fue refugio y hogar para los que deambularon por ella. Ahora le toca a nuestra Elodie conocer el por qué de esa casa y la importancia que tiene en su vida, pues este conocimiento la desanclará, permitiéndole comprender y cerrar heridas enquistadas en el tiempo que todavía no han supurado. En este proceso, y sin saberlo, no se encontrará sola, pues una vez que desempolva el retrato enmarcado en plata de Birdie Bell, esta se convierte en su guía y mentora (al igual que hizo con tantos otros antes que ella), encaminando sus pasos hacia Birchwood Manor con el fin de que se reencuentre con su vida y su memoria.
Al tiempo que descubrimos la vida de Elodie y de sus allegados, la buena de Birdie también nos desvela las vidas de todos aquellos que han pasado por la casa a lo largo de los años. Así, sabremos de Jack; de Lauren Adler, la concertista de chelo; de Juliet y sus hijos, Beatrice, Freddy y Tippy; de Ada Lovegrove; de Lucy Radcliffe; de los hermanos Leonard y Tom... hasta llegar a la médula, el meollo de la narración: la hija del relojero, la pequeña dickensiana Birdie Bell, y su amor, el pintor Edward Radcliffe.
Kate Morton no ha escrito en La hija del relojero una trama lineal, sino que la novela es toda una composición esférica y envolvente, al igual que lo es la memoria. Al tiempo que hilan la argumentación, los saltos en el tiempo hacia el pasado y el presente se suceden y afluyen dependiendo de los recuerdos de una u otra protagonista, y es en este punto donde el lector empatiza más o menos con las biografías de los distintos personajes.
Ada Lovegrove es la que más me ha llegado de todos los habitantes pululantes de Birchwood Manor, pero esto es más una cuestión personal que otra cosa, pues una va avanzando en la lectura y de pronto, sin saber por qué, se queda enganchada con un personaje mientras los demás van desfilando y sus historias pasan a un segundo lugar. Por eso, y practicando mi memoria retrospectiva, los hechos y los eventos vividos por Ada son los que más huella me han dejado.
Pero lo anterior no quita ni desmerece lo que Kate Morton ha imaginado y creado en La hija del relojero, pues en ella encontramos toda una sucesión de personajes de distintas épocas, enredados en amores, desamores y en diversas situaciones, con sus misterios, asesinatos, robos y sucesivas intrigas sepultados en un tiempo en el que el arte, la magia y la belleza, junto al sentimiento de pérdida y de hogar, son los elementos que apuntalan el cuadro recreado en la novela.
Tanto la fotografía enmarcada en plata como el cuaderno de bocetos desprenden una energía subliminal que le dicen que no son simples objetos que catalogar en la colección de James W. Stratton. Más bien al contrario: conforme los toca le susurran y sugieren mensajes personales e implícitos, encerrados y casi olvidados. Desde ese momento los engranajes curiosos de Elodie trabajan para descubrir y conocer las historias que confinan, quedando absorbida en el proceso y aislada de su presente y futuro más que imperfecto: su boda con el impecable Alastair.
Ciento cincuenta años dan para muchas crónicas y memorias, en particular las de todas aquellas personas que se enlazan y entrecruzan en el tiempo en Birchwood Manor, una casa de campo a orillas del Támesis que, en algún momento de sus vidas, fue refugio y hogar para los que deambularon por ella. Ahora le toca a nuestra Elodie conocer el por qué de esa casa y la importancia que tiene en su vida, pues este conocimiento la desanclará, permitiéndole comprender y cerrar heridas enquistadas en el tiempo que todavía no han supurado. En este proceso, y sin saberlo, no se encontrará sola, pues una vez que desempolva el retrato enmarcado en plata de Birdie Bell, esta se convierte en su guía y mentora (al igual que hizo con tantos otros antes que ella), encaminando sus pasos hacia Birchwood Manor con el fin de que se reencuentre con su vida y su memoria.
Kate Morton no ha escrito en La hija del relojero una trama lineal, sino que la novela es toda una composición esférica y envolvente, al igual que lo es la memoria. Al tiempo que hilan la argumentación, los saltos en el tiempo hacia el pasado y el presente se suceden y afluyen dependiendo de los recuerdos de una u otra protagonista, y es en este punto donde el lector empatiza más o menos con las biografías de los distintos personajes.
Ada Lovegrove es la que más me ha llegado de todos los habitantes pululantes de Birchwood Manor, pero esto es más una cuestión personal que otra cosa, pues una va avanzando en la lectura y de pronto, sin saber por qué, se queda enganchada con un personaje mientras los demás van desfilando y sus historias pasan a un segundo lugar. Por eso, y practicando mi memoria retrospectiva, los hechos y los eventos vividos por Ada son los que más huella me han dejado.
Pero lo anterior no quita ni desmerece lo que Kate Morton ha imaginado y creado en La hija del relojero, pues en ella encontramos toda una sucesión de personajes de distintas épocas, enredados en amores, desamores y en diversas situaciones, con sus misterios, asesinatos, robos y sucesivas intrigas sepultados en un tiempo en el que el arte, la magia y la belleza, junto al sentimiento de pérdida y de hogar, son los elementos que apuntalan el cuadro recreado en la novela.
Tal vez incluso vuelva a contar mi historia algún día, como se la conté al pequeño Tip y, antes que a él, a Ada, entrelazando los hilos de la Noche de la Persecución de Edward y de las historias que me contó mi padre sobre cuando mi madre se fugó de la casa, la leyenda de los niños del Otro Mundo y la reina de las hadas.Solo me resta decir que he disfrutado de toda la narración, de todo lo que engloba, y que sigo prendada de todo lo que Kate Morton me quiera contar.
Kate Morton creció en las montañas del noreste de Australia, en
Queensland, y en la actualidad reparte su tiempo entre Londres y su
granja australiana. Es licenciada en arte dramático y literatura inglesa
y es especialista en literatura eduardiana del siglo XX. Kate Morton
ha vendido más de 11.000.000 de ejemplares y ha sido traducida a 34
idiomas y publicada en 42 países.
La casa de Riverton, El jardín olvidado, Las horas distantes, El cumpleaños secreto y El último adiós se han convertido en número uno de ventas en todo el mundo.
La casa de Riverton, El jardín olvidado, Las horas distantes, El cumpleaños secreto y El último adiós se han convertido en número uno de ventas en todo el mundo.
¡Hola!
ResponderEliminarDe la autora he leído un libro, El último adiós, y tengo en casa El jardín olvidado; esta novela no me llama demasiado la atención y además he leído críticas para todos los gustos así que de animarme otra vez con la autora lo haré con el libro que tengo en casa.
Un beso
A mí me ha gustado en general, pero es verdad que creo que la autora ha metido demasiadas tramas y que el final es algo precipitado, en cuanto a la historia de Elodie, la solución de la trama de 1862 me ha gustado bastante.
ResponderEliminarBesos
Me alegro que tu opinión sea tan positiva, las últimas que he leído eran bastante malas y ya estaba arrepentida de habérselo regalado a mi hermana. Besinos.
ResponderEliminarKate Morton es de las pocas escritoras que me hace volver a leer secretos y sagas familiares (ya que he salido un poco saturada de ellas, o más bien me entra desidia). Así que esta seguro que acabará cayendo.
ResponderEliminarUn besazo
Hola. Yo tengo ya la novela, una amiga me dijo que no le había gustado y la he dejado para ver más opiniones, pero la leeré. Gracias por la reseña.
ResponderEliminarBesos.
Hola, guapa. Me alegra de que te haya gustado. Mi valoración final ha sido buena (3 estrellas en Goodreads), pero he tenido mis más y mis menos con ella. Aún así, Kate Morton siempre, siempre vale la pena. Un besazo!
ResponderEliminar¡Hola! Coincido contigo en muchas cosas, y aunque el principio se me hizo un poco lento y creo que hay exceso de personajes e historias, al final me ganó y lo disfruté. Besotes
ResponderEliminarGracias por participar en la lectura conjunta. Me alegra que te haya gustado tanto como a mí. A mí, de hecho, según van pasando los días, me va gustando aún más
ResponderEliminarBesos
Yo sigo sin leer nada de la autora, no tengo perdón...El tipo de historia es de las mías, pero con esta me estaba resistiendo porque he leído opiniones menos entusiastas. A ver qué hago finalmente ;)
ResponderEliminarBesitos
En la lista está,pero a este paso...🙄
ResponderEliminarUna reseña estupenda.
Besitos carinyet 💋💋💋
No sé por qué, pero es una novela que no me llama la atención. Además no estoy viendo mucho entusiasmo con ella, así que no creo que me anime. Pero me alegra ver que en tu caso, sí que la has disfrutado. En mi caso, hay otras novelas de la autora que me llaman más.
ResponderEliminarBesotes!!!
Todavía no me he estrenado con la autora, y la verdad es que tengo ganas. Tomo nota de tu recomendación. Un beso.
ResponderEliminarEn esta ocasión no coincidimos en impresiones. Tuve la oportunidad de leer las galeradas de esta novela y lamento decir que es el único libro de Kate Morton que no me ha convencido, creo que su idea era buena, ese envolver que mencionas, pero la ejecución en mi opinión, falla.
ResponderEliminarBesos.
¡Hola! Esta novela ha sido mi estreno con la autora y finalmente me ha convencido. Es cierto que al principio le cuesta hilar todo pero lo termina haciendo. Leeré más libros de ella.
ResponderEliminarBesos.
Marta
Magnífica reseña. Se nota que has disfrutado con su lectura. Sin embargo, no lo tengo muy claro con esta novela por lo compleja que es. Besos.
ResponderEliminarHe leído todas las novelas de Morton y seguiré con ésta pese a las opiniones que hay por ahí. Me ha gustado leer una reseña tan positiva, para variar, me hace reafirmarme en hacerle hueco a esta novela.
ResponderEliminarBesotes!
No me acabo de entender con esta mujer. El jardín me gustó pero no tantísimo como a otros lectores, y las horas no me gustó el final. Este del relojero tiene su parte interesante pero todo lo demás me suena a lo mismo. La dejo pasar que tengo mucho que leer.
ResponderEliminarBesos
Yo creo que la habéis disfrutado mucho más que yo. Besos
ResponderEliminarAlgunas reseñas le pone alguna pega. Yo creo que a mí también me gustaría. No descarto leerlo. Besos
ResponderEliminarHace un rato, visitando otro blog, he encontrado una valoración negativa de «La hija del relojero». Ahora la balanza se equilibra con esta reseña. Me encanta Kate Morton, así que tengo muchísimas ganas de leer su nueva novela. A ver si los Reyes Magos la dejan por casa, ¡sería pura felicidad!
ResponderEliminarUn abrazo.
Jesús.
Me gusta mucho el estilo de Kate Morton, todos los libros que he leído de ella me han encantado. Y este seguro que también está genial.
ResponderEliminarUn abrazo
Te ha gustado más que a la media, por lo que he podido ver.
ResponderEliminarNo tengo expectativas respecto a este libro, la verdad. HAce años que no leo a Morton y me gustaba, pero no me animé con El último Dios, y ahora me da perezota seguir con su obra, pero este me lo han regalado y me apetece. Veremos...
Besos.
No ho sé, leí El jardín olvidado y me gustó pero...no me termina de llamar la trama de este y en general todas sus obras me parecen un poco lo mismo :/
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