miércoles, 30 de junio de 2021

RESEÑA (by MH) ::: VIDA DE UN BRIBÓN - Wilkie Collins


 

Título original: A Rogue's Life
Autor: Wilkie Collins
Editorial: Eneida
Traducción: Diego Alonso
Páginas: 200
Fecha de publicación original: 1856
Fecha esta edición: noviembre 2014
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 12,95 euros
Imagen de cubierta: Carl Sìtzweg (1808-1885, para revista Fliegende Blätter)


Llegué a este mundo con la gran fortuna de tener por abuela nada más ni nada menos que a lady Mortimer; por madre a una hija de esa honorable señora, y por padre al doctor Juan Federico Turner. (...) Pese a todo, confieso que soy, he sido y probablemente seguiré siendo un auténtico bribón. (...) 

En Vida de un bribón acompañamos, de la mano del incomparable Wilkie Collins, a un encantador truhán a lo largo de sus más humorísticas, emocionantes y grotescas aventuras. 

Una novela optimista y entretenida por la que desfilan una galería de inolvidables personajes e insólitas situaciones con los que el autor de La dama de blanco construye un imperdible fresco y una crítica ferozmente divertida de la moral, de las costumbres y de la sociedad.

 
Qué feliz me hace terminar el primer semestre del proyecto de Reseñas Cruzadas que comparto con mi querida Undine con mi no menos querido Wilkie Collins... La premisa que usamos para definir el mes fue "Autor que leemos cada año", y es una verdad como un templo. De hecho este no es el primer libro que leo de Wilkie este año, hace unos meses leí El público, ese desconocido, un libro de no ficción que recoge algunas reflexiones del autor sobre el arte, la literatura y la cultura que no tienen desperdicio. No lo traje por aquí, igual que no traje la novela corta que leí suya las pasadas navidades, Señora o señorita, pero creedme si os digo que Wilkie forma parte de mi rutina lectora, recurro a él cuando quiero sentirme como en casa con un libro en la mano y sí, soy muy fan de este señor, como ha quedado atestiguado en las cuatro ocasiones en que lo he reseñado anteriormente. Esta es, pues, la quinta, y si los mosquitos me dejan (me están acribillando right now), os hablo de qué me ha parecido Vida de un bribón (aunque tras esta oda a Wilkie no creo que haya dudas al respecto).
 
Desde la primera línea sabemos lo que tenemos entre manos: Francis Turner está decidido a contarnos su vida y cómo las circunstancias lo llevaron a convertirse en un bribón aun siendo de noble familia. Y es que las limitaciones y convenciones sociales de pertenecer a una familia de noble estirpe como la de los Mortimer sin un penique en el banco no le deja muchas opciones: quedan descartados el ejército, la iglesia y el mundo de los negocios, y encima no hay dinero para estudiar como un caballero. Alguien avispado sugiere que mejor sería que se casara con una heredera forrada de dinero, pero por desgracia nadie le hace caso. ¿Qué salida le queda al pobre Francis? Pues tirar de talento con el pincel y ganarse la vida vendiendo divertidas caricaturas, y qué mejor que usar como modelo a su familia y conocidos de la alta sociedad. Cuando le pillan, queda claro que su familia no comparte la diversión y encima le echan de casa, es cuando empieza la existencia de bribón buscavidas de Francis, en la que ejercerá diversas profesiones muy poco legales amén de disfrutar de una breve e instructiva estancia en la cárcel, que a Francis le gusta vivir bien pero pagar poco por hacerlo. ¿Existe algo que pueda reconvenir una vida tan disipada como feliz e inofensiva? Claro que lo hay... l'amour!! Pero no os confundáis, que estamos en una novela de Wilkie Collins, y a este señor le gustaba más el misterio que a mí un té con limón, así que entre tanto jijijaja y romance, aun le da tiempo a sumergirnos en un poquillo de suspense.
 
Vida de un bribón fue publicado inicialmente en 1856 en Household Words, la revista que Charles Dickens editaba semanalmente durante la década de 1850. Aunque esta novela corto gozó de mucho éxito, Collins retrasó constantemente la publicación en formato libro porque su intención era la de continuar las aventuras del protagonista allá donde terminaba la historia original; finalmente se dio cuenta de que era un proyecto que nunca llevaría a cabo y en 1879 volvió a publicarla con algunos ligeros cambios pero manteniendo el mismo desenlace. En el momento de esta reedición, Wilkie Collins confesó que la exhuberante alegría que desprende la historia es fiel reflejo de la etapa en que escribió la novela. Vivía en París, tenía a Dickens de vecino y las compañías que frecuentaba estaban relacionadas con el arte y la literatura. Fue una época muy feliz de su vida y esa felicidad se transmite en el tono festivo, irónico y bullanguero de buena parte de la narración.

¿Qué podemos encontrar entonces en Vida de un bribón? Pues algo que a Wilkie Collins le gustaba mucho hacer y además se le daba muy bien: una mezcla de géneros variopinta que van alternándose y predominando según necesita la trama a lo largo de las páginas. Por eso tenemos un comienzo fuertemente humorístico e irónico no carente de crítica social en el que la presentación que el protagonista hace de sí mismo y de sus circunstancias y avance en el mundo laboral despliega una sonrisa tras otra en la boca del lector. Este tono se mantiene hasta que entra en escena un cambio en su situación afectiva, en el que se pierde parte de esa ironía tan explícita y no solo se nos enamora, sino que Wilkie nos sumerge de lleno en un misterio con un villano maloso y corremos unas cuantas aventuras. Vamos, como decía antes, es Wilkie Collins en estado puro. Romance, humor, suspense, misterio, ironía, crítica social... de todo un poco, y todo bien barajado y repartido por toda la trama: hay espacio para las risas cuando tiene que haberlo y se nos pone misterioso cuando toca darle alas a nuestro héroe (sí, héroe, que nuestro bribón es muy bribón pero nos sale demasiado encantador como para considerarlo otra cosa). Hay quien no gusta de la literatura de este autor por considerarla menor, hay quien dice que su obra es muy irregular y llena de claroscuros... que ya, que sí, pero a mí que me los den de dos en dos (MH, cheerleader de Wilkie hasta los huesos... y mucho, mucho más de su amigo Dickens, pero a Dios no lo reseño por aquí porque me da pánico).

Os decía antes que nuestro bribón no es tan bribón, cosa que no creo que sorprenda a nadie. Es de esos embaucadores llenos de encanto e inteligentes que reconoce cuando le tienen que cantar las cuarenta y ponerle en su sitio y no siente ningún pudor a la hora de contarnos sus diversas aventuras porque sabe que, nos cuente lo que nos cuente, nos va a caer bien. Resulta infatigable en su optimismo y encantador en su insolente picaresca, y como no se guarda nada y reconoce sus debilidades tanto como sus fortalezas e inconstancias, pues lo compras como bribón adorable y te vas con él de correrías. Los primeros capítulos, que sirven sobre todo para establecer de manera firme su estatus de oveja negra dentro de su familia, los utiliza para poner patas arriba las aburridas, hipócritas e insoportables convenciones sociales que regían con pulso firme a la alta sociedad británica de la época. Todo estaba mal visto, todo era indigno de la noble cuna y el buen nombre, y ganarse la vida cumpliendo toda la ristra de condiciones y prohibiciones resultaba casi una quimera. ¿¡Cómo no iba a escoger nuestro protagonista la profesión de bribón!? Tampoco tenía muchas alternativas.
¡Qué felicidad la mía si, en lugar de ser el nieto de un barón, hubiera sido hijo de un destripaterrones y nieto de un labriego!
Y además deja sentencias como esta, que no puedo evitar compartir porque... porque sí, es que me parece brillante e inspirada. Sustituid "que se creen de ilustre cuna" por lo que os pida el cuerpo y seguro que os aparecen multitud de ejemplos aplicables a nuestros días.
¿Habéis reparado alguna vez en la penuria y mediocridad que caracteriza el lenguaje de aquellos que no dicen más que tonterías? Pues bien, en las reuniones de ciertas personas que se creen de ilustre cuna abundan este tipo de conversaciones vulgares.

Me ha resultado curioso encontrarme aquí algo que Collins varios años después desarrolló y usó de una manera mucho más predominante en otra novela suya, Marido y mujer, y no es otra cosa que la ley escocesa del matrimonio, así que debo presuponer que era un tema que o le interesaba mucho a él, o le interesaba mucho a los lectores de la época (y por si a alguno de vosotros también le interesa, la ley matrimonial escocesa de la época eran tan peregrina que si dos personas decían que estaban casadas delante de un testigo, ya estaban casados. Imaginaos la de parejas fugitivas inglesas que tendrían que recibir día sí día también en las aldeas y pueblos escoceses que lindaban con Inglaterra... con cruzar de país y decir delante de alguien que estaban casados, anda que no solucionarían deslices).

Otros temas inherentes a la época que se tratan en la novela son las cárceles de deudores (aunque en eso Dickens no tiene rival... que me perdone Wilkie si me oye), el ya floreciente mercado de la falsificaciòn de cuadros antiguos (Collins era un apasionado del arte y disfruta disertando sobre él) o las deportaciones de reos a Australia, que además es un tema que da para hablar mucho porque esos mismos reos muchas veces rehacían sus vidas en las Antípodas y lo que no habían conseguido en su país de origen lo conseguían en una tierra virgen que era oro puro en cuanto a oportunidades. Los australianos de hoy en día tienen sus orígenes tanto en los británicos que emigraron libre y voluntariamente a sus tierras como en los convictos que, antes la saturación de las cárceles inglesas, fueron deportados y obligados a cumplir sus penas de prisión trabajando en ellas.

En fin, que me voy por las ramas... no diréis que al bueno de Wilkie no le da tiempo a tratar temas en apenas doscientas páginas, ¿eh? Y porque no os he hablado del empeño que tienen ciertos familiares por mantener vivo a nuestro Francis cueste lo que cueste, pero eso ya lo descubriréis por vosotros mismos si abrís el libro. La de risas que se echa el protagonista a costa de este tema...

Resumiendo, si no habéis leído nunca a Wilkie Collins, Vida de un bribón me parece una fantástica alternativa, y si ya lo habéis leído, pues vais a tiro fijo, no tengáis duda alguna de que os va a gustar. Es un libro corto, narrado de manera ágil y guasona que se lee en dos sentadas, y aúna muchas de las características que luego harían famoso al autor, como la mezcla de géneros y el baile continuo entre humor, romance, misterio que tan buenos momentos nos ha dado a sus fervientes admiradores. Aunque es una obra bastante temprana y anterior a los libros que le han hecho más famoso, en el momento de publicar Vida de un bribón ya había escrito varias novelas y se le nota la confianza, el aplomo y, sobre todo, lo bien que se lo pasó dando vida a la historia. Ese disfrute se percibe sobre todo en la primera mitad del libro, en la que es imposible no sonreír constantemente ante el incesante juego de palabras lleno de ironía, sarcasmo y astucia (salvando las distancias, a ratos me recordaba al Dickens de Los papeles póstumos del club Pickwick), y si luego le da por ponerse misterioso y llevarnos a ese terreno que tanto le gustaba abonar y ver crecer florido y hermoso, pues nos vamos con él y punto.

Estos seis meses iniciales del proyecto de Reseñas Cruzadas han sido una montaña rusa porque, a nivel personal, he tenido de todo: lecturas que no me han gustado, lecturas que me han dejado tibia, lecturas que hubiese disfrutado más leyéndolas en el momento adecuado y lecturas que me han gustado mucho. Vida de un bribón pertenece a esta última categoría; no sé si hace falta escribirlo con todas las palabras pero, por si acaso, ahí queda. God save Wilkie!

Venga, lo digo... si alguna pega tengo que poner es a la edición, que traduce los nombres propios o los cambia porque sí, como se hacía en las traducciones antiguas. Es algo que no me gusta nada, lo he dicho muchas veces, y leer Francis (por Frank), Roberto, Pedro o Juan (un Juan Peter aparece por ahí, en el colmo de la extravagancia) en una edición de 2014 me tira muy para atrás. Es que incluso está cambiado el apellido del protagonista, que no es Turner, como aparece en esta traducción, sino Softly, o el de su abuela, que no es Mortimer, sino Malkinshaw (y porque he dejado de mirar, que habrá mucho más). Si es una traducción antigua, que tiene toda la pinta, eso tendría que haberse corregido (y si es nueva, que lo dudo muchísimo, es muy raro, la verdad). Pero bueno, mi reto de Agatha Christie me tiene más que acostumbrada. Las ediciones de Molino curten en el tema :)

Antes de despedirme, os comentaba al inicio que con Wilkie Collins damos fin al primer semestre de este proyecto, que coincide con las seis lecturas que teníamos anunciadas hasta ahora. Aprovechamos la ocasión tanto Undine como yo para anunciar las seis lecturas restantes de la segunda mitad del año, en la que tenemos entre otras cosas una obra de teatro desconocida e inédita hasta hace poco tiempo de una autora consagrada, un libro de relatos para Halloween e incluso un giro diferente, como es reseñar cada una un libro distinto del mismo autor para establecer comparaciones entre su obra de ficción y de no ficción. Tenéis el listado justo abajo, y lo añadiré también en la entrada inicial del proyecto. Ya sabéis que estáis invitados a uniros y leer los libros que proponemos si os apetece y os llaman lo suficiente :) 
 
Reseña en casa de Undine -> aquí
 
 
 
 



Wilkie Collins nació en Londres en 1824. Muy joven entró como aprendiz en una empresa de comercio de té, que abandonó pronto para dedicarse a la literatura, campo en el que rápidamente alcanzó el éxito. Considerado uno de los padres de la narrativa policíaca, durante sus sesenta y cinco años de vida escribió casi treinta novelas y más de cincuenta relatos. Fue amigo íntimo de Charles Dickens desde que se conocieron en 1851, fecha en que comenzó una fructífera colaboración. Su novela de misterio La dama de blanco (1860) y la policíaca La piedra lunar (1868) están consideradas obras cumbres en sus respectivos géneros.

Aquejado de «gota reumatoide», se aficionó al consumo de láudano. Como resultado de esta adicción, experimentó durante toda su vida alucinaciones paranoides y declaraba que se encontraba constantemente acompañado de un doble suyo, invisible para todos los demás, que él apodaba el Fantasma Wilkie.


Collins nunca se casó, pero vivió, a temporadas, con la viuda Caroline Graves. Además, tuvo tres hijos con otra mujer, Martha Rudd. En 1870, volvió definitivamente con  Graves y, hasta su muerte, en 1889, complementó ambas relaciones.


De Wilkie Collins, en 2006, Editorial Funambulista ha publicado La reina de corazones, y, en 2011, Corazón y ciencia.

 

12 comentarios:

  1. Querida compañera de fatigas:
    ¡Qué divertida y estupenda te ha quedado la reseña! Se nota que has disfrutado el libro un montón. Lo mismo me ha ocurrido a mí, y ¿sabes qué? Me siento como tú después de haberlo leído, es como llegar a casa tras una durísima jornada. Voy a buscar ese libro que comentas al principio sobre sus pensamientos, no lo conocía y me interesa muchísimo. Señora o señorita fue mi segunda novela de Wilkie y, aunque creo que es la que menos me impacto de las que he disfrutado de su producción, guardo de ella un grato recuerdo porque la leí en el avión que me llevaba a Londres durante unas vacaciones.
    Me ha encantado compartir contigo este semestre literario, y espero con entusiasmo nuestra lectura del mes de julio.
    Un beso grande, querida MH!!

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  2. Este ha sido el primer libro de Collins que he leído y he disfrutado muchísimo. El mío llevaba otro título, Andanzas de un granuja, y seguiré leyendo a este autor. Un abrazo y me encanta que sigáis con vuestras reseñas cruzadas.

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  3. No me cabía la menor duda de que te iba a encantar la novela, como tampoco dudaba que tu reseña me iba a dejar turulata perdida, sí sí, ojiplática, boquiabierta y con las patas vueltas ¡Magnífica! Ya se lo he dicho a undyne y me han entrado unas ganas terribles de volver a leerla, sobre todo porque me habéis insuflado la emoción de leer a un autor de cabecera, aunque algo olvidado últimamente.
    Eres una artista.

    Besos 💋💋💋

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  4. Hola. Me lo temía. Sabía que con este era más que probable que coincidierais casi 100%. Ya con la reseña de Undine me chocaron los nombres pero no pensaba que fuera una edición tan actual. En fin, que tropiezos los hay casi en todas partes.
    Justo pensaba empezar por La dama de blanco, por ir a lo seguro antes de abordar este que no las tengo todas conmigo con esa parte humorística.
    Me lo quedo y ya iremos viendo.
    Besos

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  5. Entre vuestra reseña y la de Undine me habéis dejado con muchísimas ganas de volver a Collins y no me importaría nada hacerlo con esta lectura.
    Besotes!!!

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  6. Hola MH, como ya le comenté a Undine , leí la novela hace muchísimos años y no la disfruté tanto como vosotras, era muy joven y creo que la historia me descoloco. Ahora leyendo vuestras reseñas, me planteo seriamente volver sobre la novela porque tengo claro que la vería con otros ojos y apreciaría todo lo que me perdí entonces. Besos.

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  7. Pues no he leído a Wilkie Collins así que tomo nota para comenzar por aquí el día que me anime.
    Besos.

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  8. Querida cheerleader de Wilkie: qué agradable es leer una reseña tan entusiasta y bien argumentada, contagias ese sentido del humor y de joie de vivre de Wilkie Collins en el período en el que escribió "Vida de un bribón" (seguro que tener a Dickens de vecino tuvo algo que ver). He leído muy poquito de Mr. Collins, solo "La piedra lunar" y "La dama de blanco", así que estoy deseando leer más del autor, este título, sin duda, me lo apunto porque me apetece mucho conocer al autor en sus horas más felices. Besos.

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  9. Querida MH... después de haber leído La dama de blanco, que me flipó, reconciliarme (de una forma genial) con La piedra lunar y disfrutar muchísimo con Armadale, me apunto esta para próximas lecturas. Es cierto que a mí también me está empezando a llamar "muy mucho" el señor Collins... Por cierto me acabo de comprar en ebook El hombre de negro (aunque creo que he visto que otros lo traducen como La sotana negra, o algo así...) ya me contarás si está bien...
    Un besazo

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  10. Pues me la apunto. De Collins he leído La mujer de blanco y La piedra lunar, la primera me gustó mucho más que la segunda, pero disfruto de su estilo. Esta no creo que me decepcione, sí que antes quiero leer Sin nombre a la que le tengo muchas ganas... Un saludito!!

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  11. Intentaré buscar otra edición que no sea la que enseñas... jejeje

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  12. Vaya, qué curioso lo del cambio de nombres. ¿Y no tiene ningún tipo de justificación? Me dejas llena de curiosidad.

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