lunes, 17 de marzo de 2025

RESEÑA (by MH) ::: SE ANUNCIA UN ASESINATO - Agatha Christie





Título original: A Murder is Announced
Autora: Agatha Christie
Editorial: Espasa
Traducción: Guillermo López Hipkiss
Páginas: 288
Fecha de publicación original: 1950
Fecha esta edición: octubre 2018
Encuadernación: rústica
Precio: 15,90 euros




 
 
 
Bastante después de lo que era mi intención (y un café derramado sobre el libro para darle vidilla al asunto), retomo mis lecturas del reto de Agatha Christie. Os iba a hablar de él allá por diciembre, pero bueno, en fin, ya sabéis... no os creáis nada de lo que digo cuando intento poner fechas para reseñas, no soy de fiar xD. El caso es que volvemos nada menos que con miss Marple en su cuarta aparición en la literatura (sip, la cuarta... y llevo leídos unos cincuenta libros en este reto. Ya os he dicho alguna vez que la Marple literaria es mucho menos prolífica de lo que dan a entender las adaptaciones televisivas). Bueno, el caso es que retomamos a Jane en un caso la mar de interesante. Os cuento.
 
En el pequeño pueblo de Chipping Cleghorn todo el mundo lee la Gaceta para enterarse de todo lo que pasa entre sus vecinos y, en fin, para cotillear lo más grande. Un día se anuncia que se va a cometer un asesinato, y unos cuantos vecinos, pensando que es algún tipo de juego, se lo toman a pitorreo y deciden presentarse como quien no quiere la cosa a la hora convenida. ¿Lugar? Little Paddocks, la casa de la señorita Blacklock, en la que además viven unas cuantas personas más por circunstancias varias. Llega la hora convenida, se apagan las luces, alguien grita "¡Manos arriba!", se oyen disparos, los presentes chillan, se tropiezan, se chocan... y cuando consiguen encender la luz de nuevo, hay un muerto, sí, pero es el propio asaltante. ¿Cómo se ha podido pegar él solo un tiro? Porque no tiene pinta de un suicidio en unas circunstancias tan raras. ¿A quién quería matar? Pues parece que a la señorita Blacklock, pero eso tampoco está claro. ¿Por qué querría matarla? A saber, pero es el conserje de un hotel cercano sin relación aparente con ella y tampoco hay nada de valor que merezca la pena robar en la casa. Y más extraño todavía... ¿por qué narices iba a anunciar el asesinato complicándose la vida con tanta gente metida en la habitación pudiendo pegarle un tiro en cualquier otro momento sin testigos? Todo esto no tiene ni pies ni cabeza...

«Se anuncia un asesinato que tendrá lugar el viernes, 29 de octubre, en Little Padocks, a las seis y media de la tarde. Amigos todos, acepten este único aviso».

Bueno, pues aquí estamos de nuevo, con la Christie echándole imaginación al asunto y poniendo sobre la mesa un enredo bastante complicado de solventar. Y es que no solo es raro el modo en que plantea todo (¿qué asesino anuncia que va a asesinar reuniendo a un montón de gente que va a entorpecer el crimen?) sino que en casa de miss Blacklock vive mucha gente y también entra y sale quien quiere cuando quiere. Si tenemos en cuenta que parece que la ayuda desde dentro es evidente y que alguien ha tenido que preparar la casa para el momento del crimen, todo se resume en que alguien miente.... sí, el muerto iba a asesinar y acaba él mismo en el otro barrio, y como no tiene pinta de que se haya quitado él mismo la vida, hay dos cuestiones que solventar: a quién quería matar y quién lo ha matado a él.
 
Veamos quien vive en esa casa. Por un lado tenemos a la propia dueña, Letty Blacklock, que trabajó en su día como secretaria para un millonario y que ya está jubilada. Junto a ella vive Dora Bunner, compañera de la escuela que tras verse prácticamente en la calle se fue a vivir con Letty hace cosa de un año; Julia y Patrick, una especie de primos lejanos que cursan sus estudios en la cercana Milchester; Philippa Haymes, viuda de guerra que trabaja para una vecina pero se aloja en casa de Letty; y Mitzi, una refugiada del este de Europa que trabaja de criada en la casa y los trae a todos de cabeza con sus miedos y paranoias. Todos ellos estaban en la escena del crimen, claro, pero hay que sumar a todos los vecinos que se apuntaron a lo que creían que era un juego y también estaban en la habitación: el coronel Easterbrook y su joven esposa; la señora Sweetenham y su hijo, Edmund; miss Hinchcliff y miss Murgatroyd, dos solteronas que viven juntas; y la señora Harmon, esposa del vicario. Si contáis, había unas trece personas en la escena del crimen cuando aparece el enmascarado, así que la policía tiene trabajo.
 
La época en la que está ambientada la historia es muy determinante en la trama, ya no solo por como afectó la posguerra concretamente a Inglaterra, sino porque la facilidad para desaparecer del mapa si uno quería en el caos que era Europa en aquel momento, el intercambio de identidades o la dificultad de saber donde estaba alguien (si es que ese alguien seguía estando en algún sitio y no había muerto) debido a la dificultad en las comunicaciones, facilitaba todo tipo de situaciones.
 
Y es que como viene siendo habitual en muchos de los libros que Agatha publicó después de 1945, aquí también tenemos muchas alusiones a cómo vivió Inglaterra los años de posguerra, y lo hace además con comentarios que mucha gente encontrará ofensivos contra los extranjeros pero que forman parte de la idiosincrasia británica antes de aquel momento, durante y después (el germen del Brexit viene de mucho tiempo atrás, vaya). En fin, que los extranjeros no hemos sido nunca muy bien vistos por allí, y fueron muchos los europeos que buscaron refugio en las islas tanto en los inicios de la contienda (e incluso desde unos años antes cuando se veía venir lo que iba a pasar) como después de la guerra, y en la novela no se privan de culpar a esos extranjeros de todo lo que va mal en las zonas rurales (son mentirosos, delincuentes, no se pueden fiar de ellos... los soportan porque no les queda otra pero si se comete un delito, el dedo acusador siempre va en la misma dirección). Buen ejemplo de como veían los ingleses a los refugiados extranjeros es el personaje de la cocinera, Mitzi, una refugiada del este de Europa que es retratada como una histérica que miente más que habla, que se inventa la mitad  de las cosas horrorosas que le han pasado durante la guerra, que chilla como un cerdo, que está siempre gritando y protestando y haciéndose la víctima... es un personaje exagerado, histriónico y embustero, pero también encierra una gran verdad de muchos emigrantes: en su país tenía un trabajo muy cualificado y en Inglaterra tiene que trabajar de criada porque todos sus estudios no le sirven para nada. Todo esto os lo digo porque son comentarios muy presentes en la novela y sé que hay lectores que tienen muy en cuenta este tipo de cosas.
 
Pero aparte de esto se tratan otros temas de la posguerra, como las viudas de guerra, que se vieron obligadas a dejar sus casas y sus ciudades buscando trabajo y una forma de ganarse la vida en las zonas rurales... o viudas que realmente no eran viudas, pero que preferían pasar por lo que no eran antes que desvelar al mundo vergüenzas que no les correspondían. También se habla del racionamiento, que se extendió en el tiempo mucho después de finalizada la guerra y no terminó hasta 1953 (la novela está ambientada en 1950). Como no podía ser menos, la gente se buscó sus mañas para saltarse este racionamiento y los vecinos hacían sus trapicheos para salir adelante (trapicheos que eran ilegales, claro, pero supongo que en zonas pequeñas harían bastante la vista gorda). Y no solo eso, sino que los vecinos se cuidaban entre ellos, y el que tenía de sobra de algo lo compartía, y a cambio recibía otro producto que no tenía y que otro podía compartir... era una rueda en la que al final todos tenían de todo en la medida de las posibilidades y aportando cada uno lo que podía. Todo lo que cuenta Agatha en la novela fue el día a día de la población durante muchos años y es un testimonio de primera mano que muchos lectores creo que pasan por alto cuando leen este tipo de novelas y que para mí, a nivel histórico, me parece un tesoro. Estas tramas ambientadas en la campiña inglesa son, al fin y al cabo, muy costumbristas dentro de los misterios y los asesinatos, y están ambientadas en unos años convulsos que cambiaron Europa y, por tanto, la forma de vivir de la gente, así que leyendo los libros en orden resultan muy muy evidentes los detalles y las transformaciones que acompañaban los nuevos aires.
 
Pero bueno, dejando a un lado todo esto, vosotros queréis que os hable de miss Marple, ¿verdad? Pues aparece a partir del capítulo 8 porque, qué casualidad, se aloja en la vicaría de Clipping Cleghorn. Pero antes de que aparezca ya habíamos oído hablar de ella en el libro porque el policía encargado del caso, el detective inspector Craddock, es ahijado de sir Henry Clathering, excomisario de Scotland Yard que ha aparecido hasta ahora en todas las novelas protagonizadas por Jane Marple y también en el libro de relatos del que os hablé hace algún tiempo (Miss Marple y trece problemas). El caso es que sir Henry define así a quien los lectores sabemos que es miss Marple cuando todavía no ha aparecido en las páginas:
 
No desprecies a las gatas viejas de ese pueblo, muchacho. Pues si este resultara ser un misterio de esos que hacen época, cosa que en realidad no espero, ten presente que una mujer soltera, entrada en años, que hace ganchillo y se entretiene en el jardín, le da ciento y raya al sargento detective más pintado. Es capaz de decirte lo que puede haber ocurrido, lo que debería haber ocurrido y hasta, quizá, ¡lo que ha sucedido en realidad! Y también por qué ha ocurrido.
 
Y luego, cuando finalmente hace acto de presencia, no se mueve de su papel habitual: aparece poco, muy poco, pero resuelve el misterio (quien piensa que Marple investiga a pie de calle cual Poirot de la vida está muy equivocado... eso solo pasa en la tele xD). Ya lo he dicho alguna vez, pero esta anciana detective apenas aparece en sus propios libros y solo se mueve del sillón para ir a tomar el té a alguna parte. Ella sigue con su muy falsa modestia, quitándose importancia, diciendo que no es muy inteligente y confirmando que todo lo que ve a su alrededor siempre le recuerda a algo o alguien (de hecho sir Henry se ríe de esto en varias ocasiones). El caso es que para ella la gente es muy parecida en todas partes porque la naturaleza humana lo es, y eso es lo que le lleva a tirar del hilo gracias a sus propias experiencias personales, las de sus vecinos o las de sus familiares. Siempre hay algo que le recuerda a tal cosa y ¡bum! empieza a resolver misterios que policías altamente cualificados no saben por donde atacar.
 
La verdad es que no tengo dotes..., ninguna dote, salvo, quizá, cierta experiencia de la naturaleza humana. La gente, me parece a mí, tiende siempre a ser confiada en exceso. Me temo que mi tendencia, en cambio, es pensar siempre lo peor. No es una característica muy agradable, pero ¡los acontecimientos la justifican con tanta frecuencia!
 
Y la gran reflexión de Jane Marple en esta novela hila perfectamente con todo lo que os he dicho más arriba: antes de la guerra, todos conocían a todos en sus pequeñas poblaciones, sus habitantes pertenecían a familias que vivían en los alrededores desde hacía varias generaciones y, si alguien nuevo llegaba al pueblo, lo hacía con carta de presentación y sabiendo en todo momento quien era y de donde venía... pero en la Inglaterra de 1950 eso ya no existe, las zonas rurales están llenas de gente que no tiene lazos con el lugar, ni se sabe quienes son salvo lo que ellos quieran contar (que puede ser verdad o mentira), y en definitiva, ya no sabían quienes eran sus vecinos porque era muy fácil falsificar documentación e inventarse un pasado cualquiera. Lo resume diciendo que los eslabones que mantenían unida la vida rural han desaparecido... y, si me preguntáis a mí, esa es la verdadera historia de esta novela, lo que realmente quería contar Agatha en ella, no el asesinato (ya digo siempre que la Christie lleva unos años con su propia agenda).

Lo dejo aquí. Como veis hablo mucho sin decir nada del misterio, que es algo que tengo por norma en este reto. Craddock es quien investiga (todos los testigos han visto cosas diferentes, algunos incluso han visto cosas que no pudieron ver), miss Marple es la que hace ¡chas! de vez en cuando para ir cogiendo miguitas que ella convierte en hogazas de pan en cuanto a información y hechos, y entre una cosa y otra llegamos a un final que, en lo que respecta al asesinato anunciado desde el principio (que hay unos cuantos más), es consistente y si piensas en ellas a toro pasado, las pistas sobre lo que podría estar pasando están presentes durante toda la novela. Sí es cierto que al final descubres alguna casualidad que, bueno, en fin, con lo grande que es Europa... pero como es sobre un personaje secundario y no afecta para nada a la resolución del caso, tampoco le he dado mayor importancia. Y por cierto, en esta novela Agatha está más irónica que de costumbre... sus novelas, en mayor o menor medida, siempre adolecen de ese humor tan británico, pero parece que lo saca a pasear con más frecuencia en los libros de Marple que en los de Poirot. 


Agatha Christie (1891-1976) es conocida en todo el mundo como la Dama del Crimen. Es la autora más publicada de todos los tiempos, tan solo superada por la Biblia y Shakespeare. Sus libros han vendido más de un billón de copias en inglés y otro billón largo en otros idiomas. Escribió un total de ochenta novelas de misterio y colecciones de relatos breves, diecinueve obras de teatro y seis novelas escritas con el pseudónimo de Mary Westmacott.

Probó suerte con la pluma mientras trabajaba en un hospital durante la primera guerra mundial, y debutó con El misterioso caso de Styles en 1920, cuyo protagonista es el legendario detective Hércules Poirot, que luego aparecería en treinta y tres libros más. Alcanzó la fama con El asesinato de Roger Ackroyd en 1926, y creó a la ingeniosa miss Marple en Muerte en la vicaría, publicado por primera vez en 1930.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario