RESEÑA (by MB) ::: NETHERWOOD - Jane Sanderson

Título original: Netherwood
Autora: Jane Sanderson
Editorial: Bóveda 
Traducción: Ester Molina Sánchez

Páginas: 552

Fecha esta edición: mayo 2014
Encuadernación: rústica con solapas

Precio: 5,95 euros 
Diseño de cubierta: Enrique Iborra

A principios del siglo XX la vida en Netherwood -un pueblo minero de Yorkshire- es un fiel reflejo de la sociedad inglesa de la época. Thomas Hoyland, conde de Netherwood, posee una considerable fortuna y tres minas de carbón. Desde la espléndida finca familiar administra sus propiedades, se ocupa de que su esposa y sus hijas vayan siempre a la última moda y hace frente a los dispendios del encantador pero irresponsable Tobias, su hijo y heredero. Eve Williams, por el contrario, casada con un minero y madre de tres hijos, afronta una existencia con muchas estrecheces económicas y algunos destellos de felicidad.Pero este mundo aparentemente inmutable y ordenado puede cambiar de la noche a la mañana, de la misma manera que una tragedia puede contener el embrión de la esperanza. Eve Williams decide hospedar en su casa a la emigrante Anna Rabinovich y a su familia; entre ambas mujeres surgirá una gran amistad dada la naturaleza jovial y esforzada de Anna, que animará a Eve a cocinar y comerciar con sus pasteles. Será entonces cuando las rígidas fronteras sociales comiencen a resquebrajarse...

En Netherwood, Jane Sanderson nos muestra dos caras de una misma realidad.

Por un lado nos introducimos en la aristocracia de Yorkshire (en concreto en las vidas de los distintos miembros que componen la unidad familiar del conde de Netherwood, Thomas Hoyland), viviendo y saboreando un ambiente y una sociedad al alcance de unos pocos, los privilegiados aristócratas. Pero para que este estatus pueda disfrutar de sus privilegios, debe haber muchos otros  que trabajen y se sacrifiquen por el honor y la economía de sus patronos. Es la segunda cara, la de los mineros que explotan las tres minas de carbón de las que se extrae la grandeza de los Hoyland. Estos mineros y sus familias (mujeres e hijos) ven la vida de otra manera: desde la supervivencia, el tener un techo y comida, pues su trabajo y su salario no les da para nada más. De este lado se nos presenta a la familia Williams, Eve y Arthur que, junto a sus tres hijos, componen esa unidad familiar que representa un estatus social muy distinto al de los Hoyland.

Las dos caras conviven en perfecta simbiosis. Los Hoyland viven una vida llena de lujos y privilegios gracias a lo que producen sus tres minas. Por otro lado tenemos a los mineros y sus familias, cuya subsistencia depende de extraer el carbón escondido en las entrañas de las minas.

La historia arranca en los inicios del siglo XX en el pueblo minero de Netherwood, y se nos describe el día a día de Eve Williams y Arthur. Ella se dedica exclusivamente al cuidado de su familia, procurando que no les falte de nada y, al mismo tiempo, dando gracias por tener un techo para cobijarse y un puchero lleno de alimentos. A pesar de sus circunstacias, esta familia reconoce y respeta el estatus, la clase social en la que le ha tocado vivir, y de alguna manera se siente afortunada pues, como siempre pasa, se puede ir a peor: se puede perder el trabajo y, en consecuencia, quedarse sin casa y sin alimentos que llevarse a la boca. Esto no es ningún miedo irracional, ellos entienden que es algo real que a un minero sin trabajo solo le espera la miseria junto a su familia.

En Grangely, el pueblo minero donde nació Eve, los mineros se ponen en huelga para reivindicar unos derechos laborales mínimos, y después de largos meses sin trabajar todos ellos son despedidos y desalojados de sus casas de la peor manera posible. Solo el pastor metodista Reverendo Farrimond intenta poner un poco de cordura y sensatez en el tremendo caos. Eve no puede mirar hacia otro lado, y el Reverendo Farrimond lo sabe y lo entiende; por ello le pide que acoja en su casa a una viuda y a sus hijos mientras se reorganiza y se reconduce el caos producido por los desahucios.

Entre todo esto, Eve vive su propia tragedia, un cambio de realidad: su suelo y su techo desaparecen bajo sus pies cuando Arthur muere en un accidente minero. La familia Hoyland le acompaña y la consuela, no le meten prisa para hacer algo con su vida, pero Eve sabe que no podrá quedarse mucho tiempo en la casa si no puede pagarles el alquiler y, al mismo tiempo, no ve como podrán subsistir ella y sus hijos sin un cabeza de familia que baje a la mina a por su salario.

Es aquí cuando la novela da un giro copernicano gracias a Anna Rabinovich, la viuda de Grangely que Eve se comprometió a acoger y ayudar cuando su vida era plena y rica. Esta, de la mano del reverendo, se presenta en la casa junto a sus hijos para quedarse temporalmente y, lejos de suponer otra carga para sus desplomados hombros, será el revulsivo que le cambiará la vida, la que le abrirá los ojos a su saber hacer y su ambición, convirtiéndola en una empresaria que vende su comida a cambio de un beneficio que le ayudará a pagar su hogar y el sustento de todos. PÚDINES Y PASTELES DE EVE será el negocio que montará junto a Anna en la puerta de su casa.

Parece que me he olvidado de los brillantes aristócratas, el conde de Netherwood y su familia. No, no me he olvidado, simplemente tenía que apuntalar la historia de Eve, la piedra angular del libro, la trama principal que sostiene toda la argumentación.

Una vez que Eve y Anna arrancan con el negocio, los Hoyland (sobre todo Thomas, el conde) se implican y se entregan para que este negocio triunfe, convirtiéndose en los principales inversionistas del mismo y ayudando a su expansión hasta el infinito y más allá. Mientras tanto, a Eve no le queda otra que adaptarse a las nuevas circunstancias que están por venir, circunstancias que Anna, como buena hija de comerciantes rusos, sabe, entiende y maneja a la perfección. Es aquí donde vemos como los estratos sociales se abren y se van diluyendo... como el dinero comienza a igualar o separar personas y clases sociales.

Con Netherwood, Jane Sanderson escribió una novela en la que conocemos el incipiente nacimiento de los derechos sociales de los trabajadores y los derechos de las mujeres, y donde cada personaje plasma de alguna manera estos derechos. Por ejemplo, tenemos a Amos Syke, minero y compañero de Arthur Williams que empieza a tomar conciencia de las distintas reivindicaciones laborales y de la importancia de formar un sindicato que vele por sus derechos. Sin embargo, no ve tan claro que Eve se convierta en una emprendedora de éxito y que no necesite de un hombre para subsistir. La emancipación de la mujer la conoceremos conforme veamos crecer PÚDINES Y PASTELES DE EVE, pues no hay nada como tener dinero para igualar, superar y no necesitar a un minero para que te sustente.

Netherwood es una novela en la que, por medio de sus protagonistas, descubrimos y vislumbramos los distintos cambios sociales ocurridos a lo largo del siglo XX, la incipiente disolución de las clases sociales y el nuevo papel de la mujer en el mundo. Y todo ello gracias al devenir cotidiano de los distintos personajes, de su día a día que, en un sentido bondadoso, con un lenguaje claro y sencillo, tan bien ha plasmado Jane Sanderson.

Llegados a este punto, con el transcurrir de las páginas me entero de que este libro pertenece a una trilogía que estoy muy interesada en leer, pues reconozco que la historia (un tanto feelgood) de Eve me ha enganchado y, aunque el final se cierra, se sobreentiende que quedan muchos cabos y flecos sueltos. Vamos, que hay más chicha por descubrir.

Jane Sanderson (1962, Reino Unido) es productora de radio de la BBC y ha usado algunas de sus propias historias familiares como telón de fondo para Netherwood, su primera novela. Vive con su marido el periodista y autor Brian Viner y sus tres hijos en Herefordshire.