miércoles, 10 de noviembre de 2021

RESEÑA (by MH) ::: LA BRUJA - Jules Michelet


 
 
 
Título original: La Sorcière
Autor: Jules Michelet
Editorial: Akal
Traducción: Rosina Lajo y Mª Victoria Fríjola
Páginas: 384
Fecha publicación original: 1862
Fecha esta edición (3ª reimpresión): 2019
Encuadernación: bolsillo
Precio: 12,50 euros
Diseño de cubierta: RAG



El estudio de Michelet sobre las brujas constituye un clásico indiscutible en la materia. En sus distintos capítulos se ofrece un completo análisis sobre la figura de la bruja y los rituales a ella vinculados (pactos con Satán, aquelarres, misas negras) a lo largo de la Edad Media y la Edad Moderna europea. Asimismo, se incluyen numerosos datos sobre los principales procesos de brujería de los siglo XVII y XVIII (País Vasco, Loudun, etc.). Todo ello hace de este libro, en palabras de la "Encyclopaedia Britannica", "la obra más importante sobre supersticiones medievales escrita hasta la fecha".

Esta que os traigo hoy, La bruja, de Jules Michelet, fue mi lectura del mes de agosto para el reto de Hermanas Fatídicas en el apartado de no ficción (estamos en noviembre, lo sé... se hace lo que se puede). Tuve la suerte de compartir la lectura con Mónica, mi compinche en estos temas brujiles, que como buena historiadora que es sabe ver donde una profana como yo no ve... aun así (tal y como me pasó con Memorias de una suegra) hace ya unos tres meses que leí el libro y, como suele ser habitual en mí, no tomé notas, así que intentaré dar una idea general de la obra aunque no pueda adentrarme en datos concretos.

Cuando Michelet decidió embarcarse en la redacción de La bruja se hallaba inmerso en la que fue su obra magna, Historia de Francia. Sus conocidos se llevaron las manos a la cabeza, ¿en qué estaba pensando? ¡Mira que dejar aparcado algo tan importante como la historia de Francia para hablar de mujeres y, para colmo, brujas! Pero a Michelet todo esto le entró por un oído y le salió por el otro, y se puso manos a la obra. En apenas dos meses tenía ya redactada buena parte de la obra final, y solo vio interrumpido su trabajo durante un tiempo por la muerte de su hijo. 
 
Michelet comienza a tirar de los hilos de la bruja en la Edad Media, pues no es hasta el siglo XII que Satán toma su carácter definitivo, y Satán y la bruja van cogidos de la mano. Si Satán no existía de manera incontestable, tampoco podían hacerlo sus súbditos. Se le da forma corpórea, se le da el poder de torturar a los pecadores, de atormentar sus cuerpos y sus almas y de asaltar e intentar tomar lo que no es suyo... y al final acaba en el cuerpo de aquellas mujeres que no son capaces de resistir sus embates y se convierten en brujas, brujas que tienen al diablo dentro simplemente por ser más fuertes que los hombres, por tener una personalidad predominante en unos años oscuros en que la mujer era menos que nada, por hacer alarde de unos conocimientos medicinales superiores a los de sus coetáneos o por tener una inteligencia que no se le presupone a su género.

Michelet creía que, en pleno siglo XVIII, todas aquellas mujeres que fueron torturadas, vejadas, denigradas, humilladas y en miles de casos asesinadas no importaban a nadie, que su memoria seguía estando manchada, así que basó su exposición en el celo de la religión a la hora de perseguir a miles de mujeres inocentes y como esto influyó en la transformación del papel de la mujer en la sociedad desde la Edad Media hasta el siglo XVIII y propició el nacimiento del rol de bruja como forma de señalar y estigmatizar a aquellas que con esos mismos dones ahora perseguidos habían sido consideradas pilares fundamentales de su sociedad en épocas ancestrales. Es decir, que este libro destaca principalmente por algo que a día de hoy puede parecer normal pero que en el siglo XVIII (y el mundo académico en que Michelet se movía) no lo era. En La bruja la mujer lo es todo porque Michelet, en arduas investigaciones para otros ensayos, se topaba constantemente con información sobre hechos que él consideró que necesitaban visibilización. Y se puso manos a la obra contra viento y marea y la opinión escandalizada de sus colegas.

La segunda mitad del libro toma un viraje completamente distinto, deja  a un lado la perspectiva más general del asunto y se adentra en varios casos concretos y reales de juicio por brujería
, y a cada uno de ellos le dedica varios capítulos. Aquí asistimos a sucesos ocurridos ya en los siglos XVII y XVIII, casi todos ellos bajo el auspicio de distintas órdenes religiosas que, una vez leídos, dejan patente que bajo acusaciones de brujería se escondían realmente abusos de poder, abusos sexuales y un incontestable servilismo por parte de aquellos que podían haber hecho algo por evitarlo. Farsas, charlatanería y el deseo de llamar la atención también formaban parte de la mixtura subyacente a estas situaciones que en ocasiones se alargaban durante meses.

La bruja de Michelet es un ensayo magnífico, y el estilo de su autor no solo destila cierta vena poética, sino que es entretenido, ameno e irónico hasta el punto de sacarte algunas sonrisas cuando se le suelta la lengua (es gracioso criticando, vaya). Michelet tenía unos puntos de vista muy definidos y definitivos sobre la religión, la ética y la política que impregnan toda la obra, pero precisamente lo que hace especial a Michelet es su impronta personal, su forma de contar las cosas y ese lenguaje a medio camino entre lo pintoresco y lo idílico. 
 
En la primera mitad del libro despliega su vasta investigación sobre la Edad Media al tiempo que intercala capítulos que derrochan imaginación; la segunda mitad del libro despliega los resultados de esa misma vasta investigación pero intercala una suerte de hechos narrados de tal manera que parecen novelados y que usa para dar fuerza a lo que cuenta. Todo este batiburrillo, que puede parecer incongruente, no lo es en absoluto: es lo que dota de personalidad propia al estilo de Michelet y, aun siendo al parecer una anomalía dentro del resto de su obra, creo que da buena muestra de su particular punto de vista sobre sus áreas de interés y los hechos históricos que relata (y ya que estamos, sobre los puntos de vista de los demás, con los que no suele estar de acuerdo y así lo dice sin pelos en la lengua. Sus notas a pie de página, por cierto, son fantásticas).
 
Aquelarres, misas negras, hechizos, posesiones, la Santa Inquisición y El martillo de las brujas...
Aun así aviso que, bajo mi punto de vista, quien se acerque a este libro debe tener claro que el concepto mismo en que se sustenta es histórico y Michelet está reconocido precisamente por su rigor como autor y, aunque en este libro la prosa a ratos sea pintoresca y juguetona de manera intencionada (sobre todo en los albores de la bruja como concepto al referirse a ciertas mujeres), su papel como historiador es inatacable (como él mismo dice en su prefacio a la edición de 1862 en base a que buena parte de la obra está basada en actas judiciales). A quien solo le interesen las brujas literarias de ficción no creo que encuentre lo que busca en esta obra, porque Michelet se sumerge en siglos de historia para sacar a flote la noción misma de bruja contextualizándolo tanto a nivel religioso como social y, en los casos reales (como las posesas de Loudun, las posesas de Louviere y el que involucra al padre Girard y Catherine Cadière), relatando cronológica y exhaustivamente los hechos.
 
No puedo terminar sin hacer un breve comentario. La primera edición de este libro vio la luz en castellano allá por 1987; yo tengo la tercera reimpresión de 2019, que viene precedida por las obvias dos reimpresiones anteriores más otras cinco ediciones que anteceden a las reimpresiones. No puede ser que después de ocho entradas en imprenta, este libro tenga las (muchas, muchas) erratas que tiene. No puede ser y no debería ser. Pero es.





Jules Michelet (París, 21 de agosto de 1798-Hyères, 9 de febrero de 1874) fue un importante historiador francés. Es considerado como uno de los grandes cronistas de su país en el siglo XIX, destacando su Historia de Francia, obra de referencia durante décadas, y también por sus conferencias, en las que hablaba de política y religión y que fueron especialmente polémicas.

Pese a su postura ideológica, no tomó partido en las revolución de 1824 y siguió trabajando en su Historia de Francia, además de terminar su famosa Historia de la revolución francesa.

Durante la época del Imperio, Michelet, republicano convencido, perdió gran parte de sus privilegios académicos y viajó también por Italia, preparando una investigación sobre la Edad Media. 
 
(Lecturalia.com)

10 comentarios:

  1. Buenos días, MH:
    Qué interesantísimo libro nos traes hoy. Como aficionada a la historia que soy, no puedo dejar pasar este título que, además, trata un tema tan fascinante como el de las brujas. Estoy deseando tenerlo, encontrar hueco y ponerme con él, aunque seguramente me compre una edición de segunda mano, ya que la actual no parece haberse revisado. ¡Gracias por el aviso!
    Un besote y enhorabuena por la fantástica reseña!!
    PD: La peor de tus reseñas es siempre fantástica <3

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  2. Con lo que me gusta a mí el tema Brujeril y no conocía este libro!!!! Me lo llevo anotado de cabeza, tiene pinta de ser muy interesante! Por cierto, el retraso en las entradas en los blog, creo que lo padecemos todas, yo he completado tres niveles del reto vuestro y voy todavía empezando a publicar del segundo nivel, no llego, no... jajajaja Muchas gracias por descubrirme este libro.
    Besos!

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  3. Es un tema interesante sobre el que aprender un poco más, quizá como dices estoy más acostumbrada a las brujas de ficción =)

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  4. Hola
    Me gustan las historias de bruja pero en ficción y cuando la cosa va de hechizos y eso. Esta parte más realista y de lo que les pasó, ya no me llama tanto porque es una historia muy cruda además con lo que les hacían pasar.
    Una novela del tema que sí me gustó mucho es Aunque seamos malditas de Eugenia Rico.
    Besos

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  5. Este libro me lo regalaron y no lo he leído todavía, en parte por el problema ocular que llevo arrastrando tanto tiempo, y en parte porque al no ser ficción me daba pereza.
    Tras leerte he cambiado un poquito mi opinión al respecto, no digo que la vaya a leer ya pero la tendré en cuenta.

    Tú reseña, un éxtasis, vaya.
    Besos 💋💋💋

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  6. El tema qeu trata me gusta así que tomo buena nota de este libro, que no lo conocía. Pena lo de las erratas.
    Besotes!!!

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  7. Hola, ya comenté en alguna ocasión que el tema de las brujas me apasiona, y he leído bastantes libros, pero siempre relatos, teatro o novelas, nunca ensayos, así que no puedo menos que llevarme el libro que hoy reseñas porque estoy convencida que va a gustarme. Me da mucha rabia lo que comentas de las erratas, esperemos que en algún momento se corrija. Besos.

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  8. Querida MH, a mí el tema de las brujas no me llama mucho la atención. Esta obra al ser histórica y buscar más allá del mito puede ser interesante. No te digo que la vaya a leer, pero la tendré en cuenta por si algún día me pica la curiosidad.
    Un besazo

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  9. Es un tema que siempre me ha fascinado, así que lo encuentro bastante interesante. Y viendo lo que te ha gustado, te recomiendo encarecidamente "Judy y Punch" (si no la has visto ya), una película (una especie de cuento para adultos) que me ha recordado mucho a este libro mientras te leía.

    Un beso ;)

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  10. Qué ganas tenía de leer tu reseña, sabía que sería estupenda pese al tiempo transcurrido (mira, así has podido reposar la lectura, que se dice). Como ya sabes, me gustó más la primera parte que la segunda, pero me encanta cómo hablas de ambas y destacas algo que me parece fuera de serie en este ensayo: la prosa de Michelet. Me encanta cómo escribe, la pasión que le pone y lo idílico y romanticista de su prosa, como bien señalas. Creo que fuiste tú quien me señaló que Michelet perdió a su hijo mientras escribía este libro, y quizás sea ese parón y retomar la escritura lo que me hace diferenciar tanto las dos partes de "La bruja". De todas formas, lo recomiendo muchísimo, siempre es un placer leer a este gran historiador francés. Y estoy contigo en lo de la cantidad de erratas :-(
    Besos.

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