miércoles, 27 de marzo de 2019

RESEÑA (by MB) ::: EL RESTO DE SUS VIDAS - Jean-Paul Didierlaurent





Título original: Le rest de leur vie
Autor: Jean-Paul Didierlaurent
Editorial: Seix Barral
Traducción: Adolfo García Ortega
Páginas: 248
Fecha de publicación: noviembre 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 17,90 euros


Ambrose es un buen chico, guapo y de buena familia. Sólo tiene un defecto: su trabajo consigue que todos estornuden… o salgan corriendo. Es embalsamador y lo sabe todo sobre cadáveres, sobre su reacción al oxígeno y al tiempo, e intenta mantenerlos en buen estado al menos hasta que pase el velatorio.

Ambrose conoce a Manelle, una cuidadora de ancianos, como Samuel, judío superviviente de un campo de concentración alemán, a quien se le ha detectado una enfermedad terminal. Por eso, decide marchar a Suiza para que le practiquen la eutanasia, y Ambrose y Monelle deciden acompañarle.

En ese alocado viaje que los llevará a los tres a recorrer Europa, Ambrose descubrirá que el diagnóstico de Samuel era equivocado y que la muerte del anciano no es, de momento, inminente.
Ambrose abatió el asiento lateral que servía de asiento trasero. Infringía otra vez el reglamento de la casa Roland Bourdin e Hijo, que prohibía cualquier presencia ajena a la empresa a bordo de los coches fúnebres y demás vehículos de la empresa. Antes de sentarse, Manelle miró con desprecio el compartimento refrigerado que ocupaba buena parte del espacio.
En El resto de sus vidas, Jean-Paul Didierlaurent nos invita a acompañarlo a un viaje de vida, o de muerte, dependiendo del punto de vista desde el que se mire. Sin duda nos encontramos ante una novela circular: detrás de cada final aparece un principio... como la vida misma.

Ambrose Larnier es un joven y sensible tanopractor que trabaja en la funeraria Roland Bourdin. Además de otros encargos, es enviado a Suiza para repatriar al gemelo de Samuel Dinski, y a este viaje se une la abuela de Ambrose, Beth, y la asistenta domiciliaria de Samuel, Manelle Flandin.

Lo que a priori puede parecer un viaje pesaroso lleno de tristeza y consternación (un coche funebre para repatriar un cadáver cuyos viajeros son un tanopractor, dos ancianos y una asistenta domiciliaria), resulta todo lo contrario a un trance desconsolado. Con este periplo nos apuntamos a una expedición de vida donde cada momento se vive con la ilusión y el anhelo de participarlo y exprimirlo, y en el que cada uno de los viajeros, a través de sus experiencias, aporta pequeños granitos imprescindibles. En realidad, para cada uno de los ocupantes este será (por unas u otras razones) el viaje transformador de sus vidas.

La verdad es que he empezado la reseña un poco por el final pero, tal y como he comentado, la novela es un tanto circular y ya se sabe que los finales más bien son renacimientos.

En la novela conocemos la vida y la profesión de sus protagonistas, tanto de Ambrose y la tanotopraxia como de Manelle y la asistencia domiciliaria, y, sumergiéndonos en su día a día, profundizamos en sus profesiones al tiempo que dignificamos sus trabajos. Todo esto lo cuenta el autor con un tono vital en el que el humor y la alegría no están reñidos con la seriedad de sus trabajos y forman parte de ellos.

Por un lado tenemos a Ambrose, hijo de un Premio Nobel en Medicina que ha elegido la tanotopraxia como contribución a la humanidad. Es consciente de que se trata de una profesión llena de prejuicios, y que mientras repele a algunas personas, otras reconocen la importancia de su trabajo en los momentos más difíciles de sus vidas. Es verdad que siempre habrá momentos en la vida en que, por unas u otras razones, conoceremos a un tanopractor, y tal y como dice Isabelle de Morbieux:
Pero como sé que, llegado ese momento, estaré en buenas y hermosas manos, la muerte me da mucho menos miedo, ya sabe usted.
Antes de llegar a las manos de Ambrose, otros pasan (o, mejor dicho, pasaremos) por una asistenta domiciliaria, papel que desempeña en la novela Manelle, una exuberante joven, empática y conocedora de su trabajo, que es consciente de que 45 minutos no dan para demasiado pero que, aun así, los exprime para atender a sus abuelos de la mejor manera posible. Si hay que hacer todas las tareas posibles en ese corto lapso de tiempo, se hacen; si hay que acompañarlos a la compra, se acompaña; si hay que jugar algún juego de mesa, pues se juega... cada persona tiene sus peculiaridades y necesidades, y Manelle intenta satisfacerlas.

Ya sea por unas cosas o por otras, el tanopractor y la asistenta domiciliaria están destinados a encontrarse, y será en el viaje a Suiza donde se abrirán todas las posibilidades y donde, con cada final, emergerá un principio.

En El resto de sus vidas, Jean-Paul Didierlaurent nos plasma una realidad cada vez más común y palpable en nuestra sociedad: el alargamiento de la esperanza de vida, la soledad de nuestros ancianos y el tratamiento de la muerte como algo aséptico y lejano. La novela nos plasma estas verdades sin dejarnos mirar hacia otro lado y haciéndonos ver que estas profesiones, al igual que muchas otras, encajan perfectamente en el día a día y no son unos misteriosos universos, tal y como dice el autor en su dedicatoria a Jules (preciosa). 

Al final, la historia nos transmite que la vida se compone de multitud de momentos presentes que resultan más llevaderos si son participados por el amor y la alegría, sentimientos que casi siempre fluyen de las personas de más edad, pues ellos saben mejor que nadie que una vida donde existen estos elementos es una vida vivida y plena y que, cuando careces de ellos, la vida pierde su sentido. En estos maestros de la experiencia es donde los personajes más jóvenes se reflejan para reencontrarse con su destino y, de alguna manera, dignificarse a través de su profesión.

Y así con todo, el autor ha sabido construir y vehícular una novela con un lenguaje claro y sencillo donde la vida, la alegría y la esperanza son los ingredientes imprescindibles.
El joven sonrió. Entonces, mientras sus manos recorrían aquella piel blanca y marmórea, empezó a hablarle de él...



  
Jean-Paul Didierlaurent (1962) ganó varios premios de narrativa corta antes de debutar en el género novelístico con El lector del tren de las 6.27, que gozó de un éxito inesperado: publicada por una pequeña editorial francesa, se convirtió en un verdadero fenómeno de ventas en Francia y fue muy alabada por la crítica, además de ser vendida a treinta y seis países.

18 comentarios:

  1. No he leído nada del autor, pero este libro no llega a convencerme del todo.
    Besos

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  2. No tiene mala pinta pero no me llama lo suficiente como para ponerme con él con tanto pendiente como tengo. Besinos.

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  3. Hola MB pues me parece la mar de interesante. Sobre todo por el hecho de lo que trate con sentido del humor, belleza y bondad... Lo tendré en cuenta.
    Un besazo

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  4. Por lo general la literatura francesa me atrae muchísimo y la disfruto, pero en esta ocasión no termina de llamarme.
    Besos.

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  5. Desde que salió me apetece mucho leerlo, me parece una lectura original que puede ser muy disfrutable.

    besitos

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  6. Lo leí el año pasado y me gustó mucho, no acaba de ser feelgood a la francesa porque es un pelín demasiado tremendo (la muerte es protagonista durante toda la novela), pero sí que aprecié esa falta de drama y de optimismo y fuerza de los personajes. Besos.

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  7. Me parece una propuesta muy interesante y diferente a lo que suelo leer, tomo nota para esos momentos que necesitas un cambio de registro.
    Un besito

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  8. Leí "El lector del tren..." que me sorprendió en positivo por la forma de abordar los temas. Y ahora en este nuevo libro, me parece que continua el mismo estilo.
    Un abrazo

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  9. Es un libro que por argumento no me habría llamado la atención pero me gusta mucho el estilo, la idea y lo que transmite, me lo llevo.
    Besos

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  10. Venía dispuesta a decirte que NO, no y no...para qué andarme con rodeos si me lo voy a llevar 😂😂😂

    Besitos preciosa 💋💋💋

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  11. No he leído nada del autor, para mí este es el primer acercamiento.
    Echaré un vistazo al libro, pues el tema es interesante.
    Muchísimas gracias por la reseña!!
    Un abrazo!!

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  12. No termina de llamarme esta vez, así que lo dejo apsar.
    Besotes!!!

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  13. Este no me lo llevo, estuve tentada en su momento pero lo dejé correr y ahora, viéndolo de nuevo, no acaba de convencerme.
    Besos

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  14. Después de leer tu reseña, hay algo en ella que no me termina de convencer. Besos.

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  15. No sé este no lo veo para mí en este momento tan raruno que tengo de lectura, a pesar de vuestra recomendación lo voy a dejar.
    Un beso

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  16. Este libro me tienta. No sé si acabaré leyéndolo o no pero me tienta
    Besos

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  17. Me parece un personaje de lo más curioso. No me importaría leerlo la verdad. Besos

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  18. Me has dejado con una sonrisa en la cara. A menudo ves libros por ahí, y la mayoría te parecen copias unos de otros. A veces echas en falta algo que no se haya contado antes, esa peculiaridad que lo distingue del resto y lo hace original y apetecible. De vez en cuando me van ese tipo de libros "raros", si se me permite la expresión (como "Oso", de Marian Engel, por poner uno de muchos ejemplos). En fin, que me lo llevo bien apuntado, me han entrado ganas de leerlo.

    Un beso ;)

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