Título original: Der Letzte Sommer
Autora: Ricarda Huch
Editorial: Duomo
Traducción: Carmen Colomines y Christian Frisch
Prólogo: Cecilia Dreymüller
Fecha publicación original: 1910
Encuadernación: rústica con solapas
Imagen de cubierta: Casa de campo con abedules (Gustav Klimt)
Brillante y premonitorio, este clásico de la literatura es, como apunta Cecilia Dreymüller en su revelador prólogo, una joya entre las novelas históricas, que puede leerse también como una novela policiaca, llena de presagios. Ricarda Huch se descubre como una escritora de caracteres a la altura de Dostoievski.
No había nadie que no la admirase -su talento narrativo, su vigorosa intelectualidad, su integridad moral- o que no apreciase algún aspecto de su inmensa obra: Ricarda Huch, poeta y ensayista nacida en 1864, la primera mujer alemana con un doctorado en Historia, autora de medio centenar de títulos entre poesía, novela histórica, biografía y estudios historiográficos, era la escritora más leída y respetada en la Alemania de la primera mitad del siglo XX.
Atención a las últimas dos líneas... y aun así su nombre, a día de hoy y hablando siempre del lector de a pie (no del erudito y demás esferas literarias elevadas), ha quedado totalmente en el olvido. En este prólogo se explican las razones, razones en las que no voy a entrar a fondo porque no haría más que repetir lo que en él se dice, pero para que entendáis el motivo del enterramiento de su obra, baste decir que la primera pala de arena le cayó encima al oponerse abiertamente a Hitler y al nacionalsocialismo, que estaban convirtiendo a su Alemania en una Alemania que ella no reconocía ni aceptaba, y que la pala de arena definitiva sobrevino después de la guerra, cuando tomó decisiones que la enfrentaron con las dos Alemanias (la Oriental y la Occidental) por distintos motivos. Un resumen un tanto simplista pero que traza a grandes rasgos el cuadro de lo ocurrido es que fue una de tantos intelectuales alemanes que sufrieron censura y persecución (y la muerte en muchos casos, como bien sabemos) por opinar libremente, y que acabó pagando con su salud y su vida el rechazo al mal uso de su nombre y su persona con fines políticos.
Aun así, El último verano ha escapado a este cementerio de libros olvidados en que se ha convertido su obra literaria y no ha dejado de leerse, de reimprimirse y de traducirse en sus más de cien años de existencia, lo que no deja de tener su aquel si tenemos en cuenta que ella lo consideraba un mero capricho fruto de una apuesta. Y es que El último verano nació de un desafío. ¿Sería capaz de escribir una novela policíaca? Bueno, yo os doy mi opinión: si nos ponemos exquisitos con los géneros y subgéneros literarios y demás, policíaca no es (yo le hubiese dado la apuesta por perdida xD). Pero sí le quedó una novela histórica de suspense admirable de la que además he visto reminiscencias en alguna novela posterior que luego os comentaré.
Acabo de darme cuenta de que no os he dicho un dato muy importante: El último verano es una novela epistolar. Solo leemos las cartas procedentes de los habitantes de la casa de Kremstoie, jamás las cartas que ellos reciben ni tampoco las respuestas a esas cartas. ¿Quiénes son, por tanto, los remitentes de las cartas? Por un lado tenemos a Liu, el anarquista infiltrado en la casa y que abre el libro contando su propósito y su misión a un amigo, que será el destinatario de todas sus cartas (por eso no consideréis un spoiler que se explique tan abiertamente quién es Liu y lo que quiere hacer: lo dice él desde el principio): por otro tenemos a Velia, Yéssika y Katia, los tres hijos del matrimonio Rasimkara, ya a sea escribiéndose entre ellos o a una tía (Tatiana) y un primo (Peter) que están en San Petersburgo; también escribe Lusinia, la matriarca de la familia, que se cartea principalmente con su cuñada Tatiana; y no puedo olvidarme de Yégor, el gobernador amenazado de muerte, que aunque escribe ocasionalmente, también aporta su grano de arena.A través de estas cartas, Ricarda Huch hace un trabajo brillante a la hora de dar forma a sus personajes. Desde el cabeza de familia, despreocupado en cuanto a su seguridad y firme en su creencia de estar haciendo lo correcto, hasta su mujer, Lusinia, que adora a su marido, se replega a su forma de racionalizar las cosas, y aun así ve mucho más allá de lo que él ve. Los tres hijos son completamente diferentes entre sí: Velia, el único hijo varón, es irónico y despreocupado, nada tonto y muy consciente de que las cosas deberían ser de otra manera pero muy cómodo en la situación social que le ha tocado vivir; Katia es la pequeña revolucionaria de la familia, se opone a lo que representa su padre, se rebela ante el cierre de la Universidad, y no es de las que se callan para decir lo que piensa; Yéssika es la florecilla delicada, sensible y con un aura de hada etérea que hace de ella el miembro más susceptible al romance y al desengaño. ¿Quién queda? Pues Liu, el rey (aparente) de la función, el anarquista atractivo, interesante, misterioso que cautiva a todos los miembros de la familia y provoca en cada uno de ellos una respuesta diferente y, aunque parece que algunos de los Rasimkara no terminan de verlo claro y ven algo en él que despierta suspicacias, hay que leer la novela para averiguar si se les llega a pasar por la cabeza que es un caballo de Troya que ha entrado en sus vidas para volarlas en pedazos.
Quizás uno de los grandes logros de esta novela es el modo en que la autora construye ese fragmento social que compone la familia Rasimkara a través de lo que se cuentan en esas cartas. Y es que, más allá de las cartas de Liu a su amigo Konstantin (en las que vemos como Liu estudia a sus víctimas con frialdad y superioridad moral, como juega con ellos y manipula sus sentimientos y aun se permite el lujo de ciertas escenas totalmente frívolas o pensamientos supuestamente empáticos que suenan falsos y que solo demuestran el alto concepto que tiene de sí mismo, su encanto superficial y distante, su narcisismo y su total ausencia de remordimientos ante lo que va a hacer. Si os tuviese que dar mi opinión, Liu tiene rasgos un tanto psicópatas, pero ese es otro tema), el resto de cartas entre miembros de la familia son fuente constante de sonrisas y de empatía y reconocimiento ante los detalles que se les escapan. Motes, pullas, confesiones, risas, frases de cariño, rasgos que van más allá de lo que se le muestra al lector... y todo ello adornado con la rutina del día a día en la casa, los paseos, la llegada del revolucionario automóvil, la familiaridad casi condescendiente con la que hablan de los criados, la alegría sosegada casi utópica con la que parecen terminar todas las discusiones. Huch retrata una familia feliz, un tanto edulcorada a veces, que se adora y se respeta a pesar de las controversias o las ocasionales diferencias, porque quiere que el lector se sienta cercano a ellos y sufra ante la perspectiva de que Liu lleve a cabo su misión y vuele por los aires esa felicidad.
Os decía arriba que había visto reminiscencias en una novela posterior, y me refería a Paradero desconocido. Evidentemente están ambientadas en dos periodos muy diferentes, pero ambas son epistolares y la naturaleza misma de la obra es muy similar, tanto en la labor de contextualización de sus respectivos momentos históricos como en el trabajo con los personajes y en la atmósfera de suspense in crescendo que va empujando al lector hacia unos finales simplemente fantásticos. A quien le guste Paradero desconocido, creo que tiene muchas papeletas para disfrutar también mucho de El último verano, que encima es anterior y, por tanto, la realmente pionera de las dos.
No he querido adentrarme demasiado en el tema político que inevitablemente aparece aquí y allá en las cartas (sobre todo en las de Liu), porque no quiero extenderme más y porque creo que se comprende mucho mejor leyendo a los personajes que soltando yo aquí una parrafada. Esos ideales forman parte de la personalidad intrínseca misma de cada personaje, y son ellos los que deben contarlos a través de sus cartas. Por mi parte solo puedo añadir que me parece una pena que esta novela pasase tan desapercibida en el momento de su publicación hace ya casi dos años, y que si tenéis la oportunidad de acercaros a ella no lo dudéis. Es de esas novelas cortas que cumplen la máxima de estar tan bien escritas, tan bien desarrolladas y tan bien planteadas desde su base, que no necesitan más páginas para contar lo que quieren contar, ni para ahondar hasta la profundidad que quieren ahondar. Los personajes están magníficamente perfilados, y si me lanzo a la piscina y os digo mis corresponsales favoritos, serían sin duda Lusinia (la madre), Velia (su hijo) y Liu (el conspirador asesino). Lusinia en concreto tiene una amplitud de miras en algunos aspectos a la hora de escribir sus cartas, y al mismo tiempo la ves tan obtusa en otros, que no puedes dejar de sentir empatía hacia ella y su humanidad imperfecta y sesgada.
En definitiva, El último verano me parece una novela muy recomendable. ¿Qué le habrá parecido a Undine? Tensión, intriga, dolor de barriga...
Reseña de El último verano en Lecturas de Undine -> aquí
Querida MH:
ResponderEliminarLo has vuelto a hacer, como yo intuía. ¡Bravo, estupenda reseña! Quitando algún matiz, coincidimos en todo lo que opinamos. A mí me ha gustado mucho leer esta novela, pero especialmente me ha entusiasmado conocer a la autora. Su magia narrativa es indudable.
Un abrazo y enhorabuena otra vez!!
Hol!!!
ResponderEliminarMe encanta este duelo de reseñas mensual de dos de mis blogs favoritos.
Lo cierto es que pese a tener una opinión muy parecida lo contáis de forma muy diferente. Me encanta.
En este caso no es el tipo de libro que ponga en los primeros lugares de la lista. Que sea breve en número páginas ayuda mucho porque la Historia si no se me hace bola y veo que además aquí es el contexto y que el caso es lo importante. Lo que menos me convence es el estilo epistolar y lo que más el tejemaneje central y lo entretenida que parece.
Excelente duelo.
Besos
Hola,
ResponderEliminarcomo le he comentado a Undine, no me llama mucho la atención así que lo dejaré pasar. Me alegra que lo hayas disfrutado.
Un beso
Hola MH, tengo esta novela apuntada para el reto de Serendipia recomienda de este año, así que ahora que he leído tu reseña me animaré más con ella. Me paso corriendo a ver qué le ha parecido a Undine, aunque por lo que comenta le ha gustado tanto como a ti.
ResponderEliminarUn besazo
A mi me encanta este reto que os habéis marcado, me encanta leeros a las dos. Este libro ya lo tengo leído del año pasado y es una pena que no tengamos más libros de esta autora. Un abrazo
ResponderEliminarHola, descubrí esta novela en el Blog de Rosa, Cuéntame una historia y con su reseña me la apunté directamente, quiero leerla este año dentro de vuestro reto y me alegra ver que a ti también te ha gustado mucho. Besinos.
ResponderEliminarAcabas de descubrirme este libro y me gusta que nos descubras clásicos, sin duda son grandes joyas que merece la pena descubrir y saborear =)
ResponderEliminarHola! Ya veo que ha sido del gusto tanto tuyo como de Undine. No me extraña, es un libro que ya tenía anotado y que tengo ganas de leer, me resulta interesante lo que trata y sí, una pena que pase tan desapercibido, ambas nos lo habéis devuelto a la mente a muchxs jejeje Me alegro que la hayáis disfrutado, a ver cuándo puedo darle la oportunidad... Un abrazo.
ResponderEliminarEs una novela maravillosa. La descubrí hace unos meses y me enganchó desde el principio. Y es curioso, pero a mí también me trajo a la cabeza Paradero desconocido. Algo en ellas hace que se las identifique, aunque como dices se ambientan en épocas y lugares distintos y los temas que tratan nada tienen que ver.
ResponderEliminarUn beso.
Bueno bueno bueno, dos reseñas seguidas ¡Y qué reseñas! de este novelón. Que sepas que si publicas un libro de tus reseñas, yo lo compro.
ResponderEliminarLo leeré, no sé cuándo pero se que lo haré.
Besos 💋💋💋
Tengo que ir a leer a Undine pero este libro me lo llevo apuntadísimo, gracias por descubrírnoslo. Besos
ResponderEliminarMe acabáis de descubrir a esta autora y me habéis dejado con ganas de leer esta novela. Le va a tocar esperar, que tengo la estantería llena de pendientes, pero bien apuntada me la llevo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me la llevo sin dudarlo. Voy a buscarla ahora mismo.
ResponderEliminarBesos.
Yo sí he oído hablar de Ricarda porque tengo apuntadísimo este libro desde que salió. Yo apunto y apunto, luego unos los compro y otros los acabo borrando de mi carpeta de libros que deseo del móvil, pero este ahí sigue y claro, después de leerte ya veo que me tengo que decidir de una vez.
ResponderEliminarBesos
A pesar de tu entusiasmo, este lo dejo pasar. No me termina de atraer del todo, y el que sea epistolar tampoco ayuda. Me alegro de que lo disfrutaras tanto.
ResponderEliminarUn beso ;)