Título original: Le diable au corps
Autor: Raymond Radiguet
Editorial: Eneida
Traducción: Luisa Elorriaga
Páginas: 144
Fecha publicación original: 1923
Fecha esta edición: noviembre 2019
Fecha esta edición: noviembre 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 14 eurosImagen de cubierta: Ángel susurrando a odalisca (Mihaly von Zichy, 1827-1906)
El diablo en el cuerpo, poderosa
novela, dulce y fiera al mismo tiempo, es una pieza fundamental de la
literatura del siglo xx, que profundiza, con inigualable maestría y con
una vehemente prosa, en los secretos mecanismos del amor y de la
iniciación a la vida adulta. Asistimos, conmocionados, a una historia de
amor turbia, intensa y compleja, que desemboca en un final tan
deslumbrante como inolvidable.
Una introspectiva y aguda reflexión sobre el amor, y, en definitiva, sobre la naturaleza del ser humano.
A poco que se conozca un poco la historia de la Primera Guerra Mundial, vendrán ecos de las dos batallas que tuvieron lugar a orillas del río Marne, la segunda de ellas crucial para la contienda porque fue el detonante del armisticio que se firmaría meses después. Pues bien, si coges un libro como El diablo en el cuerpo, ambientado en plena Primera Guerra Mundial en un pueblo que está situado a orillas del Marne, a priori podrías dar por hecho que lo que vas a encontrar es algo relacionado con la guerra o con alguna de esas dos batallas... pues no. Nada que ver. Y nada más que por eso, por el quiebro que Raymond Radiguet dio al tema imperante en aquellos momentos literariamente hablando, porque dio vida a una historia ambientada en Primera Guerra Mundial, en plena zona de conflicto, con unos personajes que viven al margen literalmente del tema e incluso lo usan en beneficio propio, ya merece la pena leer esta nouvelle. Pero esa es solo una de las razones. Hay muchas más. Os cuento.
El diablo en el cuerpo narra la relación que inicia el protagonista de quince años (narrador y del que nunca conocemos el nombre) con Marthe, de diecinueve años y prometida con Jacques, que está combatiendo en el frente. Esta relación clandestina se mantiene incluso cuando Marthe se casa con Jacques, y tampoco es que se preocupen mucho de guardar las formas. Jacques solo viene de permiso cada muchos meses, y pronto todos los vecinos están al tanto de las idas y venidas de la pareja. Pero lo que realmente narra la historia es la dinámica entre ellos, una dinámica en la que un adolescente de quince años domina por completo a una mujer ya hecha y derecha como Marthe. El egoísmo del narrador, sus vaivenes emocionales, su inmadurez, sus dudas y el amor y desamor que siente a partes iguales en un carrusel de idas y venidas constantes conforman el pulso de una relación en la que él persiste en doblegar a Marthe y en modelarla a su antojo de un modo que al lector le resulta bastante sangrante. No me cabe duda que el autor no esperaba menos.
No puede considerarse autobiográfica, pero lo cierto es que esta novela está basada en la experiencia personal del propio autor, que inició una relación a la misma edad de quince años con una joven un par de años mayor que también tenía un novio soldado en el frente en las postrimerías de la Primera Guerra Mundial. Esa relación fue la base de El diablo en el cuerpo, y quizás sea porque él mismo caminó por esos senderos antes que su personaje, quizás sea porque la fuerza de la narración es sorprendentemente lúcida, pero lo cierto es que Radiguet disecciona el despertar sexual del protagonista, el adulterio y las consecuencias del amor cuando no se sabe todavía amar de una manera que deja un poso tan amargo como fascinante. El narrador se aburre, titubea, quiere lo que no tiene, ya no quiere lo que sí tiene, cuando pierde lo que tiene lo quiere de vuelta, cuando lo recupera se vuelve a aburrir y vuelta a empezar... Nada de amores que trascienden lo sublime, aquí todo es mundano, intenso y muy representativo de los cambios que se estaban produciendo a nivel social en Europa.
Al leer El diablo en el cuerpo al lector no le cabe duda que está ante un clásico porque la factura es la que corresponde a su época a nivel formal y, sin embargo, de la lectura emana constantemente la sensación de que el autor está intentando escapar de ese clasicismo, que no quiere esa etiqueta. La prosa no es nada rebuscada ni florida, va al grano, cuenta lo que quiere contar sin que ello afecte a la calidad de la narración; lo ambienta en plena Gran Guerra y al tiempo casi desprecia la propia ambientación, como si la cosa no fuera con sus personajes y como si, de hecho, la utilizasen para su propio beneficio (y esto nos puede parecer ahora normal, pero en aquellos tiempos era algo escandaloso: lo normal era glorificar a los héroes de guerra, no usarlos como mera excusa); el personaje principal es odioso en muchos momentos, un déspota adolescente que manipula al personaje femenino y vicia una relación en la que la única que tiene todas las de perder es ella.. y cuando tienes esa visión tan negativa de un personaje que te está diciendo lo odioso que es en primera persona, que se está abriendo en canal ante el lector en toda su crueldad y toda su inmadurez, comprendes lo mucho que Radiguet quería romper con el canon clásico. En esta historia es el amor (o el ideal del amor) el que está en guerra, y en la guerra todo vale.
Esta nouvelle, que se basta y se sobra con sus 144 páginas para desglosar todo lo que os cuento arriba, me ha llevado también a conocer a su autor. Quizás os sorprenda lo que os voy a decir, pero Raymond Radiguet escribió El diablo en el cuerpo con tan solo 17-18 años, y os aseguro que si lo leéis no percibiréis esa edad sorprendemente temprana en que fue concebido. Y el caso es que no le dio tiempo a escribir mucho más, porque Radiguet murió con veinte años de fiebres tifoideas. El diablo en el cuerpo, junto con El baile del conde de Orgel (que espero leer más pronto que tarde), son su legado literario, y resulta imposible no elucubrar sobre lo que podría haberle dado este escritor a la literatura si la salud le hubiese respetado. Solo una persona de gran talento es capaz de concebir una historia como esta, de la manera en que lo hace, a una edad tan temprana: visto desde una perspectiva moderna, es una lectura inteligente y valiente para la época, así que no puede sorprender el impacto que produjo en su momento.
La polémica rodeó a este autor, las malas lenguas decían que inició una relación con Jean Cocteau con el único fin de "meter la cabeza" en el ambiente cultural parisino de la época, pero leyéndolo sabes que su momento le hubiese llegado de un modo u otro. Raymond Radiguet vivió deprisa, escribió más deprisa todavía y se fue al otro mundo vaticinando con exactitud la fecha de su muerte. El protagonista de El diablo en el cuerpo, a su imagen y semejanza, intenta madurar a marchas forzadas, se equivoca una y otra vez en el proceso de convertirse en un hombre y, como si vaticinase la temprana muerte de su creador, arroja una reflexión hacia el final del libro que abre una ventana a lo que se le podría estar pasando a Radiguet por la cabeza en el momento de escribirla en cuanto a la dilación de su propia existencia:
Un hombre desordenado que va a morir, y no lo sabe, comienza de repente a poner orden a su alrededor. Su vida cambia. Clasifica los papeles. Se levanta pronto, se acuesta temprano. Renuncia a sus vicios. Sus allegados se alegran de aquella transformación. Y por ello su muerte súbita les resulta más injusta, si cabe. Hubiera vivido feliz. Y así, la nueva paz que se había instalado en mi vida se había convertido en un presagio de mi penitencia.
Raymond Radiguet
nació el 18 de junio de 1903, en Saint-Maur-des-Fossés, pequeña
localidad cercana a la capital francesa, en el seno de una familia
acomodada. Su padre era un conocido dibujante y caricaturista en
revistas satíricas. Raymond, el mayor de siete hermanos, comienza sus
estudios, pero su pasión por la literatura le convierte en un estudiante
mediocre. Durante su infancia y primera juventud es un lector voraz, en
particular de la literatura de los siglos XVI-XVII, y de la obra de
Mallarmé, Rimbaud, Stendhal o el Conde de Lautréamont. A los quince años
abandona definitivamente los estudios y se dedica por entero a la
escritura. Se relaciona con la vida artística parisina, donde frecuenta a
Max Jacob, Picasso, Juan Gris y Modigliani. Es en esta época cuando
conoce a Jean Cocteau, que sería su mentor y su gran amor.
Quien
fuera considerado por la crítica como el nuevo Rimbaud, por su
precocidad creativa, enfermó, a la temprana edad de 20 años, de fiebres
tifoideas que acabaron con su vida el 12 de diciembre de 1923. Dejó
escritos, además de algunos poemas sueltos, dos poderosas novelas: El diablo en el cuerpo y El baile del Conde de Orgel.
Radiguet presagió su muerte, tal y como indica Cocteau en el prefacio de El baile del Conde Orgel. El día 9 de diciembre de 1923, proclamó: Dentro de tres días seré fusilado por los soldados de Dios.
Buenos días,
ResponderEliminarhoy no me lo llevo, tengo demasiado pendiente y este no me llama en exceso. Volveré para ver si me apunto a vuestro fantástico reto.
Feliz año.
Un beso
Qué buenta pinta tiene este libro... no lo descarto para nada. Me estoy pensando lo del reto...
ResponderEliminarBesotes
La leí hace mucho, tanto que no recordaba casi detalles hasta que te he leído; si recuerdo que fue intensa y con mucha carga emocional.
ResponderEliminarVeo que se avecina un año intenso de relecturas 🤗
Magnifica reseña cielo.
Besitos 💋💋💋
No me llama mucho y con tanto pendiente que me apetece más lo dejo pasar. Besinos.
ResponderEliminarHola guapa, así que colgando ya tu primer libro del reto, eh? jeje... Pues la verdad es que no me lo llevo porque no sé si me gustaría leer sobre el egoísmo de este chico, o si le metería la cabeza por hummm!!! dejémoslo estar, jeje... La verdad es que no me llama mucho la atención, aunque sí me parece super interesante que lo escribiera con solo 17-18 años... ¡Madre mía!
ResponderEliminarUn besazo
Parece una lectura tan diferente a lo que suelo leer que eso ha captado mi atención aunque en conjunto no se si sería una lectura para mí...
ResponderEliminarBesos =)
Te iba a decir que no de mano por poner primera guerra en negrita pero me ha gustado eso de que se quede al trasfondo muy diluido. Me gusta la historia pero ya sin leerlo le he cogido manía al adolescente repelente.
ResponderEliminarY me gusta el título.
Lo tendré en cuenta.
Besos
Qué interesante, MH!! Me lo llevo sin dudarlo.
ResponderEliminarPor época y temática se enmarcan en mis gustos lectores. Pero si además el escritor es un "proscrito" de la crítica, por sus maneras de meter la cabeza en el mundillo de los libros...Pues eso, que siempre he sido abogado de pleitos pobres. :)
Un abrazo, preciosa. Y muchas suerte en todos los retos!! De verdad que no sé cómo lo lográis!!
Pues esta vez no termina de seducirme pese a tu buena reseña. Hoy no incremento mi lista de pendientes.
ResponderEliminarBesotes!!!
No me llama suficiente para llevármela en esta ocasión.
ResponderEliminarUn beso ;)
Uno de mis eternos pendientes... a ver si me pongo.
ResponderEliminarBesotes
Pues, en esta ocasión, no me veo yo con este libro. Mejor lo dejo pasar. Besos
ResponderEliminarGracias, me ha encantado el libro y lo recomiendo
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